Rajoy dice que no va a tocar las pensiones. Y 8 millones de
pensionistas se echan a temblar, recordando que también dijo que no iba a
tocar los impuestos, la sanidad, el IVA…La cuestión no es creerle o no, sino que
a la Seguridad Social no le salen las
cuentas: cada mes hay menos cotizantes y más pensionistas, lo que crea problemas de liquidez. En julio, ya tuvo
que tirar de la hucha de las Mutuas para
pagar la extra a los pensionistas. Y antes de fin de año podría necesitar su
propia hucha, para hacer frente a un
agujero de 10.500 millones. Por eso, se temen recortes, empezando por no
actualizar las pensiones con el IPC, como obliga la Ley. Luego, congelar
las pensiones para 2013 y penalizar
la jubilación parcial y anticipada. Y a medio plazo, acelerar la edad de jubilación a los 67 años, como pide Bruselas. Mientras no se cree empleo (2014), las pensiones están en el alero.
El pago de las
pensiones es el mayor gasto del Presupuesto
(115.825 millones en 2012), muy por delante del pago de intereses de la deuda (28.848 millones) y desempleo (28.805). Este año, el problema es que caen las cotizaciones (por el cierre
de empresas y aumento del paro) y
crece el gasto en pensiones, con lo
que la Seguridad Social tiene problemas. Tras pedir varios anticipos a Hacienda, en julio tuvo que recurrir a la
hucha de las Mutuas (pidió 4.400 de sus 4.646 millones), para pagar a
los pensionistas la extra. Y no
descartan tirar de la propia hucha de las
pensiones (67.948 millones) antes de fin de año, para pagar la extra de Navidad o la desviación por el mayor aumento del IPC.
Al Gobierno no le
están saliendo las
cuentas de las pensiones que presentó en abril con los Presupuestos 2012. En ingresos, porque están cayendo las cotizaciones con la crisis y porque se hicieron una trampa
con sus cuentas: estimaron una caída de cotizaciones del 3,7% (como la
caída prevista del empleo), pero sobre el Presupuesto inicial 2011, no sobre lo
que realmente recaudaron el año pasado (4.867 millones menos). Y así, pretenden el milagro de recaudar este año 968 millones más cuando esperan que
haya 630.000 empleos menos.
Por el lado de los gastos,
se han pagado hasta finales de agosto 58.884 millones en pensiones contributivas
(por las que se cotiza), un 4,4% más que
el año pasado, cuando el Presupuesto 2012 prevé que el gasto crezca casi la
mitad (+2,9%). Esta desviación (+ 2.478 millones) se debe a un aumento de pensionistas (+1,3%) y, sobre todo, a un aumento de la pensión de los nuevos pensionistas, que han
cotizado más tiempo y por bases más altas que los antiguos. Con todo, la pensión media está en 831,54 euros, un 3,1% más que hace un
año.
Con esta desviación
de ingresos y gastos, la Seguridad Social podría cerrar 2012 con un agujero
de 8.500 millones (-4.867 millones de ingresos y +3.700 millones más de
gastos), a los que habría que sumar el
coste de revisar las pensiones (en
enero 2013) por la mayor
subida del IPC este año (3% en
vez del 1% previsto), otros 2.000 millones este año (y 2.000 más en el gasto de
pensiones de 2013). Eso supone un agujero de 10.500 millones en la Seguridad Social este año, que
habría que tapar (Bruselas obliga) con
la hucha de las pensiones y recortes inmediatos.
A corto plazo, la
primera decisión es qué se hace con las
pensiones en el Presupuesto 2013, que se aprueba el 27 de septiembre. Todo
apunta a que Rajoy las congelará (eso ahorraría unos 1.600 millones), tras haberlas subido un mísero 1% este
año. Y que se suprimirá la clausula de
actualización con el IPC, aunque para ello habrá que cambiar la Ley
de Seguridad Social de 1.997, que obliga
a los Gobiernos a la revalorización automática de pensiones. Con ello, este
año y en 2013, los 8 millones de pensionistas
perderían poder adquisitivo. Pero haría falta tomar medidas también en los ingresos, en las cotizaciones. De entrada,
poco se puede hacer, porque el
Gobierno aprobó en julio bajar
las cotizaciones un 1% en 2013 y 2014 (ingresa 3.200 millones menos cada
año), mientras Portugal
ha subido las cotizaciones a sus trabajadores. Y también decidió subir
las bases máximas (+5%) y las mínimas de los autónomos (+1%). Pero algo más subirá.
A medio plazo, el Gobierno planteará al Pacto de Toledo
algunas medidas
para recortar el gasto en pensiones: retrasar y penalizar la jubilación parcial
(trabajar menos horas y cobrar una parte de pensión a partir de los 61 años), penalizar la jubilación anticipada e incentivar que las personas sigan trabajado
(y cotizando) después de la jubilación). Pero esto puede ser insuficiente y el
Gobierno, presionado por Bruselas ante el
segundo
rescate, puede abordar una
reforma más a fondo de las pensiones, con tres medidas clave: acelerar
el retraso en la edad de jubilación a los 67 años (la ley
Zapatero establece empezar en 2013 y acabar en 2027), endurecer antes las condiciones para acceder a una pensión ( en
2027 serán necesarios 37 años de cotización y computar 25 años de vida laboral
para acceder al 100% de pensión) y adelantar
la aplicación del factor de
sostenibilidad, un palabro
que quiere decir que se revisa el sistema de pensiones cada 5 años, según
evoluciona la esperanza de vida. La reforma Zapatero fijaba la primera revisión en 2032 ( a los 5 años de los cambios de 2027) y Bruselas exige
que se haga antes.
Al final, tendrán que
aprobar varias medidas, por el lado del gasto y de los ingresos, para
ahorrar en pensiones y tapar el agujero, lo que afectará más a los futuros pensionistas que a los actuales. El
problema es que la recesión
está ahí, este año y el que viene, con lo que el Gobierno
no espera crear empleo hasta 2014. Y para que se cree empleo “significativo”
habrá que esperar a 2018, según el FMI. Y sin
empleo, no salen las cuentas de las pensiones: las están pagando los que trabajan, con sus cotizaciones, y sólo hay 2
trabajadores cotizando por cada pensionista. Así, sin que crezca apenas el empleo, resulta difícil que las pensiones
aguanten hasta 2018. Por eso, diga lo
que diga Rajoy, tendrá
que “tocarlas” y no una sino varias veces antes de que acabe la Legislatura.
La otra opción sería cambiar
de política, en Europa y en España, reactivar
la economía como ha hecho por tercera vez EEUU, y crear más empleo para pagar mejor las pensiones. Pero no están por la labor.
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