El juego online cumplió en junio 5
años legalizado en España con otro récord: 139 millones de euros jugados cada día (el triple que en 2013) por 883.000 españoles que juegan al mes, la
mayoría menores de 35 años. El auge del móvil,
la presencia de las multinacionales
del juego (que copan el 90% del negocio), la bajada de impuestos que les regaló Rajoy antes de irse, el Mundial de Rusia y la multiplicación de anuncios
del juego en TV, Internet, radio y prensa han disparado este negocio,
que supera los 4.000 millones al
trimestre. Problema: cada vez hay más jóvenes “enganchados” al juego online, con el móvil y los salones de juego que abren a cientos en
las ciudades. Es la nueva “heroína digital”, que provoca dramas
en muchas familias, sin que casi nadie lo denuncie ni lo pare (son ingresos
para los medios y para Hacienda). Urge regular
la publicidad del juego y controlarlo antes que sea demasiado tarde.
enrique ortega |
El juego siempre ha estado presente en la vida de los españoles, desde la Lotería a las quinielas o el bingo, pero Internet lo ha disparado, sobre todo con el auge del móvil, a través del que apuestan dos tercios de los españoles: es rápido, cómodo y discreto. Quizás por ello, el juego online ha dado un salto de gigante en España en los 5 años que lleva legalizado. Si en 2008, cuando era todavía “alegal”, el juego online movió 575 millones de euros, en 2012, tras legalizarse el 5 de junio (aprovechando la Eurocopa) ya facturó 2.726 millones. Y en 2013 se duplicó, hasta los 5.600 millones de euros jugados. Pero el gran salto lo ha dado los tres últimos años: de 8.562 millones en 2015 (+30%) a 10.885 millones en 2016 (+27%) y 13.316 millones en 2017 (+22,3%). Pero este año 2018, el juego online ha batido todos los récords, superando el listón de los 4.000 millones jugados por trimestre, tanto en el primero (4.097 millones) como en el segundo (4.165,85 millones de abril a junio, un 27,2% más que en 2017), según los últimos datos oficiales de la Dirección General del Juego.
El juego online
superará este año los 16.500 millones
jugados, el triple que en 2013. El último empujón al juego online se
lo ha dado el Mundial de fútbol de Rusia (14 junio-15 julio), que ha
aumentado las apuestas deportivas un +47%.
Pero hay muchas otras causas del boom del juego online, aparte del propio auge de Internet y de los teléfonos inteligentes entre los
españoles. La primera, la avalancha de operadores extranjeros que han
desembarcado en España estos años, apoyada por la decisión del Gobierno Rajoy, el 12 de diciembre pasado, de “abrir la ventanilla” por tercera vez,
para conceder nuevas licencias a operadores de juego online, lo que permitirá que 10
nuevas empresas se sumen a los 53 que ya
tienen licencia en España hoy. Además, el Gobierno Rajoy les hizo otro regalo a los operadores de juego online antes de irse: en el vigente Presupuesto 2018, impuso una bajada de impuestos del 25 a 20%, que se rebaja al 10% si la empresa del juego se instala
en Ceuta y Melilla (un “anzuelo”
para que las multinacionales británicas que controlan el juego en España desde
Gibraltar se cambien allí, ante sus temores
por el Brexit…).
Pero hay más
“regalos” del Gobierno Rajoy que explican el impresionante “boom” del juego
online en España. En enero de 2018, se publicó en el BOE una Resolución por la que el anterior Gobierno autorizaba partidas de póker entre
jugadores de España, Francia, Italia y Portugal, hasta entonces prohibidas.
Con esta apertura, reiteradamente pedida por las multinacionales del juego, se
esperaba conseguir más jugadores y más torneos internacionales. De momento, el
póker online ha facturado 975 millones entre enero y junio de 2018, más del
doble (+113%) que un año antes (448
millones), aunque todavía el sector pide al Gobierno ampliar el juego online a los jugadores del Reino Unido (el grueso de Europa) y rebajar
la fiscalidad de los jugadores profesionales de póker, que se han ido a
vivir a otros paises (GB o Portugal), para pagar menos impuestos que en España
(como Cristiano).
Con todo, el principal “regalo” del Gobierno Rajoy fue que se marchó sin aprobar un decreto
para regular la publicidad del juego online, que se ha disparado ante
la falta de una normativa. En un principio, el Gobierno Rajoy preparó un Decreto en abril de 2015, pero
estuvo en un cajón más de 2 años sin aprobarse. En noviembre de 2017, el Gobierno Rajoy preparó otro Decreto, que suponía
un cierto avance contra la avalancha de la publicidad del juego, ya que
prohibía esta publicidad en horario infantil (entre 8 y 9 de la mañana y 5 y 8 de la
tarde, pero no después), aunque muchos expertos lo consideraban insuficiente.
La Asociación FEJAR, que atiende a
los ludópatas, ya denunció que el Decreto no iba a frenar la publicidad del juego. Y el Consejo Audiovisual de Andalucía
también rechazó el borrador de Decreto, solicitando que se prohíba la publicidad del juego
en un horario más amplio (de 6 a 22 horas), que se prohíban los anuncios con
personajes famosos y que se diferencie la información de los anuncios de juego
en las retransmisiones deportivas, algo que no se hace.
Al final, las presiones del juego consiguieron frenar
también este Decreto y Rajoy se marchó
sin aprobarlo. Y ahí seguimos, sin que nadie regule la publicidad del juego, sólo con la “autorregulación” de los publicitarios y
el sector del juego (“Juego responsable”). Y ante la falta
de una norma, las empresas del juego han aprovechado para triplicar sus gastos de marketing estos años: si en 2013 gastaron 112
millones, en 2016 ya gastaron 221 millones y en 2018 pueden superar los 300 millones, ya que llevan gastados
157,5 millones entre enero y junio, un
45% más que en 2017, según los datos de la Dirección General del Juego. Sólo en el 2º trimestre de 2018, con el
tirón del Mundial de Fútbol,
el gasto en marketing de las operadoras de juego fue de 81,30 millones,
repartido entre publicidad (41,09
millones, el 66,9% más que en el 2º
trimestre de 2017), patrocinio (2,95
millones, el 63,8% más), bonos
regalo a los jugadores (29,65 millones, el 39% más) y para afiliados (7,60
millones, el 64,5% más que un año antes). Y otro dato muy revelador: el número de anuncios sobre el juego
online se han multiplicado por 21, pasando de 128.508 en 2013 a
879.663 en 2016 y a 2.744.100 en 2017, según Infoadex. Y 1.289.393 anuncios sólo entre enero y junio de 2018.
La penetración publicitaria del juego online es tal que 19 de los 20 equipos de fútbol de primera división (todos menos la Real
Sociedad) tienen contratos de patrocinio
esta temporada 2018-19 con operadores de juego: Bet365 tiene 10 equipos,
Betfair 2 (Barça y Sevilla), Betway 3 (Alavés, Leganés y Levante), Bwin 2
(Atlético y Valencia), Codere el Real Madrid y Marathonbet el Girona, que luce
su logo en la camiseta. Y en la Segunda División (Liga 1/2/3), patrocinan
empresas de juego online 6 de los 22
equipos. Además, La Liga tiene
el patrocinio de Sportium, una
potente empresa ahora multinacional (Codere y Ladbrokes) que cuenta con 3.000 salas de juego por toda España,
donde entran millones de jóvenes a hacer apuestas sobre todo online. De hecho, uno de los mayores empujones al juego online
lo están dado estos salones de juego,
que han proliferado como hongos por todas las ciudades (había 3.136 a finales de 2017, según la patronal Anesar), sobre todo en los barrios obreros: son “los
nuevos billares” y fomentan el juego online entre los jóvenes.
El resultado de
estos factores (auge de Internet y del móvil, atracción de operadores
internacionales, bajada de impuestos, facilidades al póker online, más salones
de juego y falta de normativa sobre
publicidad) está a la vista: el juego
online se ha triplicado y ya lleva dos
trimestres seguidos con más de 4.000 millones jugados, lo que supone que se
juegan 139 millones al día. Y todo
apunta a que el negocio del juego online moverá 16.500
millones este año y casi 20.000 en 2019, diez veces lo que se jugaba en 2012. Un negocio que se reparten en exclusiva unas pocas multinacionales, principalmente británicas, instaladas en
Gibraltar, isla de Man, Malta y otros paraísos fiscales: Bet365, Betfair, Betway, Ladbrokes, William Hill, Pokerstars… Y las
dos únicas empresas españolas que competían con ellas, han acabado también en
manos extranjeras: Codere (comprada
en enero por tres fondos internacionales de capital riesgo) y Cirsa (vendida en abril al fondo Blackstone).
En conjunto, las empresas del juego tuvieron un margen bruto de 560 millones en 2017 (229 en 2013) y 330 millones sólo entre enero y junio
de 2018, un 35% más que el año pasado.
Este potente negocio del juego se mueve porque hay 2.303.956 españoles que se han
registrado para jugar online estos años, mientras el número de jugadores habituales era de 883.174 en
junio de 2018, un 35% más que un
año antes, según la Dirección General del Juego (DGOJ). Un número de jugadores que
también se ha triplicado estos
años de legalidad (eran 289.770 en enero de 2013). El perfil del jugador habitual es
un hombre (83%) menor de 46 años, teniendo la tercera parte entre 26 y 35 años,
con un cierto nivel de estudios y un estatus económico medio-alto, según la
DGOJ. Gastan una media de 9.500 euros al
año y en conjunto pierden una media
de 293 euros al año por jugador. Los juegos con más éxito son los juegos de casino (47,2% de todo el juego el 2º
trimestre), sobre todo las tragaperras
online (801 millones jugados entre abril y junio), la ruleta (881 millones) y el
black jack (282 millones), las apuestas
deportivas (otro 41,1% del mercado), sobre todo las apuestas en directo
(1.108 millones jugados entre abril y junio 2018) y las apuestas previas a los
partidos (553 millones), el póker online
(11,1%% del juego total: 462 millones
jugados en el 2º trimestre), el bingo
online (el 0,59%: 24,7 millones) y los concursos
(462.000 euros).
El grave problema que acarrea el
imparable “boom” del juego online es la
ludopatía, el aumento de los jugadores que se enganchan al juego y
se gastan lo que no tienen o roban a sus familias. El juego online es “especialmente peligroso” porque se juega de forma anónima, sin salir de casa, las 24
horas del día, con un simple móvil y el atractivo de los bonos regalo y las
promociones. Y cuando el jugador quiere darse cuenta, es un “adicto”. El último informe oficial sobre los riesgos del
juego (de todo el juego, no sólo el online) lo publicó la Dirección General del Juego en 2016 y sus
datos son preocupantes: entre un 3,5% y un 6,3% de la población mayor de 18
años tiene “algún riesgo con el juego”: son entre 1.318.724 y 2.373.704 personas, según el Padrón del INE. Y de
ellos, el estudio considera que son “jugadores patológicos” (enfermos)
entre el 0,3 y el 0,9% de la población adulta: entre 113.000 y 339.000 españoles. Pongamos que son 200.000 ludópatas. Demasiados.
Pero lo más preocupante es que el juego online se está disparando entre los jóvenes, tanto porque están enganchados al móvil como por la proliferación de anuncios en TV e
Internet y por la invasión de salones de
juego en los barrios, donde van con sus amigos a jugar online o en máquinas
físicas. El resultado es que cada vez
llegan más jóvenes enfermos y con menos años (menores de 18 años) a las
ONGs de ayuda, como FEJAR o AZAJER, y a
los hospitales, que carecen de unidades especializadas contra la ludopatía
(sólo hay 3). Tal es así que Alejandro Rodríguez, responsable del Instituto
Terapéutico gallego, ha denunciado que el juego online “está
creando verdaderos dramas y arruinando familias como ocurrió con la heroína en
los años 80”… Podríamos estar ante una epidemia de “heroína online”.
El problema es que casi nadie lo denuncia ni pone medidas.
Los medios de comunicación se callan porque los ingresos de la publicidad del juego online son muy jugosos. Y los Gobiernos, no actúan, porque el juego mantiene empleos y permite recaudar impuestos, aunque la
recaudación por juego (en general) ha caído: de 101 millones ingresados en 2012
se pasó a 52 en 2015, 71 en 2016 y 53 en 2017, según el último informe de Recaudación Tributaria. Pero algo hay que hacer, porque
el aumento de la ludopatía es un hecho y si no se toman medidas, el daño será
luego imparable, sobre todo entre los jóvenes. Ya en enero de 2018, dos diputados del PSOE de Málaga pidieron al Gobierno Rajoy que aprobara un paquete de medidas para “evitar la
adicción al juego online”.
Se puede y se debe hacer, aunque huela a elecciones
anticipadas. Lo más urgente es aprobar un Decreto para controlar la publicidad del juego online, limitándola
drásticamente. Y congelar las
autorizaciones de salones de juego,
vigilando estrictamente que no entren menores, con multas ejemplares. Urge
implantar un teléfono público de ayuda a
la ludopatía y mejorar la atención sanitaria pública a estos
enfermos, desde campañas en los centros de Salud a la creación de unidades
especializadas en cada autonomía. Y forzar a las empresas a establecer mecanismos informáticos
eficaces en las Webs que detecten y expulsen a los jugadores más compulsivos y
con riesgo de ludopatía. Y en paralelo, debería crearse una tasa especial al juego
online (bastaría un 0,5% para recaudar 82 millones anuales), para crear un Fondo que ayudara a familias, ONGs y
a la sanidad a afrontar el problema de la ludopatía. Que el negocio del juego
online ayude a los que enferman por él.
No se pueden poner puertas
a Internet ni al juego online, pero sí controles
y seguimiento, sobre todo cuando está en juego la salud de una parte de
nuestros jóvenes. Jugar sí, pero con
cabeza, sin inflar el negocio con millones de anuncios que crean adicción.
El Estado puede y debe frenar los excesos
y moderar el juego en España. Si
no, luego puede demasiado tarde.
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