Hemos salido de la segunda
recesión en cinco años. Es una buena noticia. Pero seguimos en crisis, con
un crecimiento casi inexistente
(+0,1%). Y lo peor: vamos a seguir estancados otro lustro. El FMI augura que España crecerá
menos del 1% hasta 2018. Y así, apenas se creará empleo y el paro seguirá dentro de 5 años en el 25%
(uno de cada cuatro españoles sin trabajo y la mitad de los jóvenes). Este
verano, el paro ha bajado por segundo trimestre consecutivo, según la
EPA de hoy, pero ha sido más
porque hay menos gente buscando trabajo (aumentan los “desanimados”) que porque
se haya creado empleo: ha sido poco (+39.500 empleos, la cuarta
parte que en el trimestre anterior), temporal y en el turismo, cayendo el
empleo en los demás sectores. Así que no
echen las campanas al vuelo. Seguimos estancados
y con 5,9 millones de parados, más del doble que Europa. Un drama.
Enrique Ortega
El primer problema de
España, el paro, sigue ahí, con o
sin recesión. La EPA del tercer trimestre no es como para echar cohetes. Apenas
se crea empleo: +39.500, la cuarta parte que el trimestre anterior
(+149.000), a pesar de ser el verano. Y es un empleo casi todo temporal y en el sector servicios (turismo y hostelería),
ya que el empleo ha caído en el campo, en la construcción y en la industria. Y
todavía hay 133.900 ocupados menos que a principios de año. En cuanto al paro, baja en 72.800 personas en el
tercer trimestre (la tercera parte que en el segundo, que bajó en 225.200) y la
mitad de esa bajada se debe a que siguen
cayendo los que buscan trabajo (-33.300 en el trimestre y -194.000 en lo
que va de año), porque crecen
los “desanimados”, personas que
ya ni buscan empleo (jóvenes e inmigrantes que se van de España) y mujeres y
mayores de 50 años que lo ven tan negro que ya ni buscan trabajo. De no ser por ellos, seguiríamos por
encima de los 6 millones de parados (ahora son 5.904.700).
Lo peor no es sólo que apenas se cree empleo y el paro sea
elevadísimo. Hay tres datos más en la EPA muy preocupantes. Uno, que
más de la mitad de los parados, 3.456.400 (58,5%) llevan más
de un año sin trabajar (2.176.000 de ellos más de 2 años y
1.200.000 más de 3 años). Un dato preocupante, porque cuanto más tiempo se
lleva en paro, menos posibilidades hay de
encontrar empleo (sólo unos 11,7% pasados los dos años). El segundo, que
sigue habiendo dos Españas
para el paro y que las
autonomías donde supera el 30% han ido a peor: Melilla (41,2% de paro),
Andalucía (36,7%), Canarias (35,12%), Extremadura (33,2%) y Ceuta (31,85%). Y
tercero, que más de la mitad de los parados EPA no cobra ningún subsidio: de
los 5.904.700 que se consideran parados, sólo
cobran el 48,77 % (2.879.784 en
agosto, según datos
de Empleo), un 47% el subsidio de 821 euros y la mayoría 426 euros. Sólo hay 8
autonomías donde más de la mitad de los parados cobran (País Vasco, Extremadura,
la Rioja, Cantabria, Navarra, Galicia, Castilla y León y Aragón) y en
las 11 restantes hay una mayoría
que no cobra, destacando la bajísima
cobertura de Melilla (sólo 33,5% parados EPA cobran), Murcia (38,6% cobran)
y Canarias (41,6%).
Al final, lo importante es que, si
corregimos el efecto calendario de la EPA (que sea verano), cae el empleo y crece el paro en el tercer
trimestre de 2013. Y van 22
trimestres consecutivos así, desde abril de 2008. Y que tenemos un 25,98% de paro, más del doble del paro
europeo (10,9%) y muy lejos del paro de Alemania (5,2%), Reino Unido
(7,6%), Francia (11%) o Italia (12%). Es lo grave.
Y lo preocupante
es que las perspectivas son poco halagüeñas,
a pesar de que acabamos de salir
de la segunda recesión (9 trimestres de crecimiento negativo, entre el 2º trimestre 2011 y el 2º trimestre
de 2013). En el tercer trimestre, España
ha crecido un mínimo 0,1% y el Gobierno
confía en crecer un 0,7% en 2014 y un 1,2% en 2015. Pero hay tres riesgos muy serios para
conseguirlo. El primero, que no
despega el consumo (por culpa del paro, los bajos salarios, los
impuestos y recortes) y así es difícil crecer. Segundo, que no
hay crédito y además es caro, con lo que las empresas, que no venden,
siguen asfixiadas y aumentan los cierres
y suspensiones
de pagos (Fagor, Panrico, Pescanova…). Y tercero, que España tiene difícil cumplir con el recorte del déficit
prometido a Bruselas, como ha advertido el Gobernador
del Banco de España, por la caída de la recaudación. Y si no se cumple, el
Gobierno tendrá que hacer recortes
adicionales (o subidas de impuestos), que pondrán en peligro la débil recuperación. Más si Rajoy ha prometido
a Bruselas otro
ajuste de 17.000 millones en autonomías y Ayuntamientos para
2014-15.
Por todo ello, el
FMI cree que España apenas crecerá en los próximos años
entre un 0,2% (2014) y un 0,9% (2017), vaticinando que sólo creceremos por encima del 1 % en 2018 O sea, otro
lustro estancados y una década perdida,
como las de Latinoamérica
(años 80-90) o Asia (años 90) o la de Alemania (su crisis duró entre 1995 y 2005).
O sea, que nos queda
por delante una recuperación lenta y larga. La peor consecuencia es que apenas se creará empleo, porque para dar trabajo de verdad hay que crecer en
torno al 2% al menos. De ahí que el FMI
estime que España va a seguir perdiendo empleo este año (-510.000 empleos según el Gobierno español) y también en 2014 (-123.000 empleos prevé el FMI, frente a -20.000 la
patronal CEOE y -30.000
el Gobierno). Y aunque se cree empleo neto después, será insuficiente y el paro no bajará del 25% hasta
2018, según el FMI.
Tenemos, pues, paro
para rato y muchos de los 5,9 millones de parados actuales tendrán difícil
volver a trabajar, tras pasar
cuatro, cinco o siete años en el paro
antes de que empiece a crecer de verdad la economía. Ese es el drama de verdad,
al margen del triunfalismo del Gobierno,
los récords
de la Bolsa y la llegada
de dinero extranjero a España a
la caza de gangas (en deuda, acciones, empresas, viviendas, edificios y
solares). Y la mayoría de las familias tampoco
notan la recuperación, porque los salarios siguen y seguirán cayendo,
los impuestos no bajarán hasta 2015 (si bajan) y los recortes siguen ahí, datos
que no alientan a gastar. Y si no se consume más, las empresas no venden y apenas
crecemos. El círculo vicioso de la austeridad.
Un país con un 25% de
paro (y el 56% los jóvenes) no puede estar tranquilo porque haya empezado a crecer una décima y
menos si va a tardar otro lustro en
crecer suficiente para crear empleo. Hay que acelerar la recuperación,
porque tenemos un problema que no tiene
ningún otro país europeo: el
doble de paro. Eso exige un Plan
de choque contra el paro, con cuatro
patas. Una, dedicar más recursos al
desempleo, porque no es de recibo que más de la mitad de los parados no
cobren nada (lo que ha disparado la pobreza). Dos, invertir más en formación (la mitad de los parados carecen de
formación) y en subvencionar los
contratos fijos, con menos cotizaciones y rebajas fiscales. Tres, poner en
marcha una reforma fiscal que aumente
la recaudación en 50.000 millones (se
puede), haciendo que paguen más grandes empresas, multinacionales y los
más ricos, bajando impuestos a la mayoría. Y cuatro, negociar con Bruselas un
plan de ayudas a los sectores y empresas con más futuro, a la innovación,
la tecnología, el turismo y las exportaciones, para reducir la brecha de paro con la UE.
Se puede y se debe bajar el paro al 15% en unos años. Pero hace
falta otra
política que ponga el foco no en recortar el déficit sino en crear
empleo, como ha
pedido incluso el FMI. Si no se
acaba con esta austeridad
suicida, Rajoy conseguirá un país con menos déficit y muy atractivo
para los inversores pero un país que apenas crece y donde uno de cada cuatro (o
de cada cinco) españoles siga sin trabajo. No
podemos permitirlo.
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