Dice el Gobierno
que son los Presupuestos de la recuperación, pero no es cierto: en 2014
apenas creceremos, se destruirá empleo (-30.000) y seguirán los recortes del
Estado del Bienestar. Son los Presupuestos del estancamiento,
de un país que no crece porque el Gobierno ha elegido recortar el déficit
y hundir el consumo (subiendo impuestos y congelando sueldos y pensiones) y la inversión pública, en lugar de reanimar la economía para crecer más y
crear empleo. Un camino que lleva a recaudar menos, a no cumplir el déficit y a
hacer más ajustes, recortando crecimiento y empleo. Un país con el doble de paro que Europa no puede regodearse en crecer un 0,7%
(si se consigue): hay que crecer más del
2%, reanimando el consumo y la
inversión, recaudando más de los que más tienen. Ir por otro camino. Después
de tres Presupuestos con recortes, Rajoy ha perdido 1.230.000 empleos.
Enrique Ortega
Los Presupuestos
2014, como los dos anteriores, son los Presupuestos del ajuste. Su objetivo, obligado por Bruselas pero
defendido por Rajoy es recortar
el déficit público, del 6,5%
pactado para este año al 5,8%. Eso
supone otro ajuste de 7.200 millones,
que se busca por dos vías: aumentando
ingresos y recortando gastos. El Gobierno dice que no sube impuestos para 2014, pero lo que no
dice es que ya los subió, al llegar
al poder, para 2012, 2013 y 2014.
Así que el año que viene volveremos a pagar
más impuestos: en renta (IRPF), IVA al 21 %, más IBI a los
Ayuntamientos y más impuesto de sociedades (empresas). Y además, habrá subidas nuevas: pagaremos más por
alcohol y tabaco, nuevos impuestos
verdes (afectarán a compradores de algunos electrodomésticos) y más IVA (del 10 al 21%) en algunos productos sanitarios y notarios. En total, 4.230 millones más de recaudación a
costa de nuestros bolsillos.
Por el lado del gasto,
vuelven
los recortes para 2014. Primero, a los funcionarios: se les congela
el sueldo (por cuarto año, tras el recorte del 5% en 2010) y se
reducen 13.435 funcionarios más (a sumar a los 400.000 empleos públicos ya perdidos). A los pensionistas, se les revisarán las pensiones un
0,25% en 2014, frente al 1,3/1,5% que subirá el IPC, con lo que
volverán a perder
poder adquisitivo, como la mayoría de trabajadores
(los costes salariales caerán otro -0,6%).
Y se recortan otro 4,7% los gastos de
los distintos Ministerios, la
puntilla al Estado del Bienestar tras tres años de duros ajustes : Sanidad (-0,4%), Educación (sólo suben 250 millones las becas y cae casi todo lo
demás), Dependencia (-0,1%), Justicia (-2,3%), Cultura (-0,7%), tecnología
(la partida en I+D+i
sube 71 millones pero en realidad cae
sobre 2013 por el crédito extraordinario de 104 millones aportado este verano),
ayuda al Desarrollo (cae otro 5%) y subsidios
a parados (2.227 millones
menos que en 2013). Y vuelve a caer un 9,8% la inversión
pública, que retrocede al nivel
de hace 25 años.
La caída de la inversión pública, sobre
todo en infraestructuras (-7,2%) afectará más a seis
autonomías, muy preocupadas por nuevas
caídas del empleo en 2014: Asturias (-31,6% de inversión pública), Murcia (-27%),
Cataluña (-25,5%), Castilla la Mancha (-19,8%),Madrid (-12,8%) y Castilla y
León (-12,1%). Pero no será su único problema: en 2014 cae
también un 13,6% el dinero que el
Estado central transfiere a las autonomías. Contarán con 3.332 millones
menos. Con este nuevo recorte, las autonomías tendrán que hacer nuevos
ajustes en sus Presupuestos 2014, sobre todo en sanidad,
educación
, Dependencia y gastos sociales, servicios públicos tan deteriorados ya que no aguantan muchos más recortes.
Al final, el efecto
de esta congelación de sueldos y pensiones, más los recortes en el gasto y la
inversión, es una caída
del consumo (privado y público), que restará crecimiento a la economía (-0,4%, menos que en 2013 porque
el ajuste es ahora menor, gracias a que Bruselas abrió
la mano en mayo con el déficit 2014). Con ello, el único motor que tire de la actividad serán las exportaciones
(+1,2%), otro año más, aunque menos que en 2013. Eso deja el escaso crecimiento de España, un +0,7% en 2014, en manos de
Europa y el comercio
mundial, que podría crecer menos, con el hándicap además de un euro fuerte
(+1,36 dólares). Eso si conseguimos crecer ese 0,7%, ya que el FMI vaticinó en julio un crecimiento
cero para España en 2014 y la OCDE,
en mayo, un 0,4%, que la Comisión
Europea sube al +0,9%.
Todo apunta a un
crecimiento entre 0 y 0,8% en 2014, tan ridículo que no se creará empleo neto:
el Gobierno estima una nueva pérdida de -30.000
empleos en 2014, tras haber perdido
Rajoy otros 1.230.000 empleos entre 2012 (-720.000 empleos) y 2013 (-510.000). La propia patronal CEOE
estima que en 2014 se pierdan 20.000
empleos, aunque el Gobierno hace “ingeniería
laboral” y se saca de la manga crear
+15.000 empleos netos a tiempo parcial en 2014. Un balance tan pobre para un
país con 6 millones de parados que resulta provocativo oír hablar de “los Presupuestos de la recuperación”. Y más cuando estiman un
25,9% de paro en 2014, un 0,7% menos porque muchos parados dejarán de
buscar trabajo (“desanimados).
Al final, son los Presupuestos de un país estancado,
que sólo crecerá unas décimas, insuficiente
no sólo para crear empleo sino para recaudar lo previsto y reducir el déficit
lo prometido. Ya pasó en 2012 y puede volver
a pasar en 2013: no se consume, no se crece, no se recauda y hay que hacer
más recortes o subir el IVA, con lo que se crece menos, hay más paro y menos
consumo, se recauda menos y vuelta al círculo vicioso. Y encima, la deuda
pública crece sin parar y en 2014, España deberá más de un billón de euros:
en dos años de Gobierno Rajoy, ha
crecido en 200.000 millones, más que con toda la etapa Zapatero.
En definitiva, la política
de ajustes de Rajoy hunde el consumo, el crecimiento y el empleo,
apenas recorta el déficit y aumenta la deuda pública. Hay que ir por otro camino: poner el empleo y no el déficit como el
objetivo central de los Presupuestos, tratando de crecer al menos un 2%,
para crear empleo de verdad. Y para
eso, hay que hacer
otra política, con varias
patas. Una, reanimar el consumo,
con subidas de sueldos de funcionarios y pensiones y mayores subidas salariales
(a cambio de más productividad). Otra, rebajar
impuestos a la mayoría y subirlos a los más ricos, grandes empresas y
multinacionales, reduciendo el fraude fiscal: en
este blog he explicado que podrían recaudarse 50.000 millones más sin subir
impuestos a la mayoría. La tercera, fortalecer
el Estado del bienestar, dedicando por ejemplo los 2.000 millones que ahorraremos
en intereses de la deuda en 2014
a mejorar la educación y la sanidad. Y cuarta, destinar más recursos a fomentar la inversión pública (en infraestraestructuras necesarias, no obritas como el Plan E) y
privada (con ayudas a la industria, investigación, turismo, exportaciones y energías
alternativas), así como a la formación de parados y a subvencionar nuevos empleos.
Se trata de reanimar la economía, como ha hecho EEUU, Brasil o China,
para que crezca con más fuerza y cree empleo. Bruselas lo aceptaría, si ingresamos más (bajaría el déficit), por la excepción española: tenemos el
doble de paro que Europa y con
recortes no lo arreglamos. Y los
mercados están más preocupados por nuestro paro y nuestro estancamiento que
por el déficit: si no crecemos, hay más riesgo de que les paguemos.
Es hora de cambiar
de política. Quizás salgamos de la recesión en 2014, pero
seguiremos en crisis por varios años más (hasta 2018, según el FMI), con un nivel
de paro insoportable y una pobreza
creciente, que exigen otras medidas, probar otros caminos, que han
dado frutos antes en muchos países. No
pierdan otro año. Muchos españoles no aguantan más.
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