El turismo ha crecido con fuerza en todo el mundo en 2023, con 1.300 millones de llegadas internacionales, sólo un 12% por debajo del movimiento turístico de 2019, según los datos publicados el viernes por la Organización Mundial del Turismo (OMT). Europa, la región más visitada del mundo, es la zona que está más cerca de recuperar los turistas de antes de la pandemia (en 2023 se quedó sólo un 6% por debajo) y hay 4 destinos turísticos mundiales que ya han superado la pandemia: la Europa mediterránea, el Caribe, América Central y África del norte, junto a todo Oriente Medio. En pernoctaciones (noches de alojamiento), Europa ya ha superado los datos de 2019, gracias a las estancias de los visitantes europeos y de otros continentes: 2.920 millones de pernoctaciones en 2023, 50 millones más que en 2019 (+1,6%), siendo España el país turístico donde más han crecido (+2,8%), frente al +2,5% en Francia o el -0,5% en Italia, según Eurostat.
En este contexto internacional de recuperación turística,
la OMT espera superar en 2024 la cifra mundial
de turistas de antes de la pandemia. Pero España ya lo ha conseguido en 2023, según el avance ofrecido por el Gobierno (los datos del INE se publican el 2 de febrero): nos visitaron más de 84 millones de turistas extranjeros,
un +17,2% que en 2022 (71,65 millones) y medio millón de turistas más que en 2019
(83.509.153 turistas extranjeros), el último año récord. Serían casi el doble de extranjeros de los que nos visitaron en
2014 (57,5 millones) y casi el triple de los turistas
recibidos en
1995 (32,9 millones).
Pero hay otro récord
que se ha conseguido en 2023, aún más importante: el de ingresos por turismo, según la estimación del Gobierno: 108.000 millones de euros, un +23,9% sobre los ingresos de 2022
(87.138 millones) y un 23,8% más que en
2019, el anterior año récord de ingresos por turismo (91.911,97 millones).
Esto indica que no es sólo que hayan
venido más turistas extranjeros que antes de la pandemia, sino que se han gastado mucho más, por dos
razones: han subido mucho los precios
turísticos (sobre todo en 2022 y 2023) y además vienen más turistas de alto nivel adquisitivo, de paises que se
gastan más en España. Así, el gasto
medio diario (sin contar el transporte) de un turista asiático es de 446
euros diarios, 377 euros el de un sudamericano y194 euros diarios es lo que
gasta un turista estadounidense, mucho más del gasto diario de un turista británico (132 euros), francés (130,7), italiano (125,9 euros) o alemán (123,4
euros), según los datos del INE (noviembre 2023).
Con estos datos récord de turistas y gasto,
España se consolida como una potencia
turística mundial, no sólo en
turistas (la 2ª tras Francia, muy igualados con USA y China) e ingresos (la 2ª tras EEUU), sino
también en inversiones turísticas: somos el 2º país del mundo que atrae más
inversiones hoteleras, tras EEUU, muy por encima de Reino Unido, Alemania y
Francia, 4.248 millones
de euros en 2023, según la consultora Colliers, cerca ya del récord inversor de
2018 (4.800 millones). El año pasado, hubo compraventa
de 171 hoteles en España (21.748 habitaciones) y 34 compras de suelo para uso turístico, sobre todo en Canarias (39 operaciones) y Baleares (39), Madrid (21) y Barcelona
(11), destacando las compras de 2 Fondos
soberanos de Singapur y Abu Dabi.
Con estos datos de 2023, el turismo se consolida no sólo como la primera industria española sino como el principal motor del crecimiento del país. Así, el PIB turístico afianzó su
recuperación en 2023, gracias a un
verano récord y a un
extraordinario 4º trimestre (por el auge
del turismo de invierno), alcanzando unos ingresos de 186.596 millones de euros, un +13,1%
sobre 2022 y un +18,6% superior al PIB
turístico de 2019 (157.395 millones), según
la patronal Exceltur. Con ello, el turismo
aporta ya el 12,8% del PIB español, un porcentaje récord, que lo consolida
como la primera industria del país y la
primera fuente de empleo (2,59 millones de puestos de trabajo, el
17% de todo el empleo en España). Pero lo más importante es que el turismo fue el principal motor del
crecimiento de España también en 2023: aportó
el 70,8% de todo el crecimiento del país (el 29,2% restante lo aportó
el resto de la economía), después de aportar en 2022 el 61% del crecimiento español.
Por 2º año consecutivo, en
2023 crecieron los ingresos de las empresas turísticas, que ya facturan un +16,2% más que en 2019, según
Exceltur, una gran parte por la inflación (los precios turísticos subieron
un +14,9% entre 2021 y 2023) pero también por el aumento de clientes
(nacionales y extranjeros), aunque les han subido los costes (financieros,
energéticos y laborales), lo que no les ha impedido volver a mejorar sus beneficios, sobre todo las empresas de mayor
tamaño y las que han hecho inversiones para renovar su oferta, según
Exceltur. Curiosamente, las empresas turísticas que más aumentaron sus
ingresos en 2023 fueron las de Asturias
(+26,1%), Baleares (+26%), Galicia (+23,4%) y País Vasco (+21,1%), lo que indica el buen año del turismo en el norte,
por la ayuda de su buen clima (apoyado por las olas de calor en el sur y este), su excelente oferta global y la saturación de los destinos tradicionales
de costa.
El tirón del turismo en 2023 ha
permitido crear 95.224
nuevos empleos turísticos, porcentualmente más
que en toda la economía (+5% frente al +2,7%), con una
cifra récord de afiliados a la SS (2.590.221 trabajadores). La
patronal destaca que la reforma
laboral ha mejorado la calidad del empleo
turístico: un 91,4% de los trabajadores tienen ya un contrato
indefinido (15,3% son fijos discontinuos) y casi la mitad son a tiempo completo
(45,3%), aunque los sindicatos se quejan del exceso de contratos a tiempo
parcial (un tercio) y de los bajos salarios:
1.389,90 euros era el salario bruto en hostelería (2022), casi la mitad del salario medio en España (2.128,4 euros mensuales brutos), según el INE .
La mitad del negocio
turístico procede del turismo
nacional, que se ha mostrado muy fuerte en 2023, con un aumento del gasto del +22,3% sobre 2019, gracias a la mejora
del empleo (más estable y menos precario) y los salarios, pero sobre todo a “la preeminencia de los viajes en las preferencias
de gasto de los consumidores”, según
Exceltur. A lo claro: los españoles
(y el resto de europeos), tras la pandemia, se quitan de otros gastos antes
de renunciar a viajar. Y también
ha ayudado al mayor gasto turístico, según
Exceltur, la mejora de la oferta de trenes de alta velocidad, la opción por
estancias de menos días pero más caras (ganan los hoteles de 4 y 5 estrellas) y
el dinamismo de los viajes de negocios.
En la otra mitad del negocio, el turismo internacional, destaca en 2023 la mayor llegada de turistas norteamericanos,
latinoamericanos y asiáticos (sobre todo en el 4º trimestre), que están más
días y gastan más que los turistas europeos, aumentando sus estancias en
hoteles de 4 y 5 estrellas y en destinos fuera de los de sol y playas
tradicionales, aunque se ha mantenido el flujo de extranjeros a Canarias, ayudado por la crisis en
Palestina y Oriente Medio. Respecto a la llegada de turistas
europeos, han aumentando las llegadas de turistas británicos,
franceses y portugueses, mientras caen los alemanes, italianos y nórdicos, que
se han compensado con creces con el
aumento de turistas centroeuropeos e irlandeses.
Ahora, cara a 2024,
todas las previsiones apuntan a una recuperación
del turismo mundial y a que España
alcanzará un nuevo récord histórico,
superando el de 2023 en turistas extranjeros y en ingresos turísticos. La
estimación de Turespaña es
alcanzar los 23 millones de turistas en
el primer cuatrimestre (+10,8% sobre 2023) y 30.000 millones de ingresos
(+18,5%). Si extrapolamos ese crecimiento a todo el año, estaríamos hablando de
recibir este año 9 millones más de
turistas extranjeros, hasta los 93 millones de visitantes. Y en ingresos, supondría conseguir 20.000 millones más (hasta 128.000 millones en 2024).
Los empresarios
del sector turístico esperan
también un buen año 2024, sobre todo porque ven que se
consolida “la tendencia a viajar” de los turistas internacionales y
españoles y porque se está moderando la inflación y el precio de la energía, lo
que favorecerá la movilidad. Y en el caso de España como destino, nos
“ayuda” la tensión en Oriente Medio y la
mejora de la oferta turística (por las inversiones realizadas), que
“reposiciona” a España como destino del turismo de negocios, deportivo,
cultural, gastronómico y de ocio. Por todo ello, Exceltur
espera que el PIB turístico
crezca un +8,6% (menos del +13,1% de 2023) y alcance los 202.651 millones de euros en
2024. De ser así, el turismo seguiría
siendo clave, porque aportaría el
41,4% de todo el crecimiento esperado en España para 2024 (PIB +1,6%). Es
una ayuda mucho menor a la de 2023 (aportó el 70,8% de todo el crecimiento),
pero aún así será un motor clave para “tirar
de la economía”, junto al consumo, la inversión y las exportaciones.
A pesar de este optimismo generalizado sobre el presente y futuro del turismo, hay un motivo de preocupación: “morir
de éxito”. El temor a si España puede soportar 93 millones de turistas extranjeros en 2024.
Por eso, destacados
directivos turísticos, de Meliá, Barceló o la
patronal Exceltur, han mostrado estos días su preocupación por “la masificación del turismo”: alertan
de que hay destinos que están al límite (algunas zonas de
Baleares y algunos destinos tradicionales de sol y playa) y zonas turísticas donde está creciendo la
oposición de los vecinos al aluvión turístico, la llamada “turismofobia”.
Y por ello, advierten sobre el riesgo de “morir de éxito”, de
que no se puede aumentar año tras año el
número de turistas y acercarnos a los
100 millones, porque “puede no ser sostenible”. Y defienden un turismo “sostenible”, que cuente con la ciudadanía y busque más
la calidad que la cantidad, menos turistas que gasten más y no un turismo “low cost”
masivo.
Por todo ello, el sector turístico ha propuesto en FITUR un
Pacto de Estado, entre instituciones y entre el sector
público y privado, que afronte los desafíos del turismo a medio
plazo, para conseguir un crecimiento sostenible. Y proponen una hoja
de ruta a medio plazo que tenga en cuenta las exigencias medioambientales y
sociales (contar con la población que vive en las zonas turísticas),
que promueva el transporte colectivo y las infraestructuras sostenibles, que reduzca los pisos turísticos (su mayor
preocupación para 2024), que atraiga y
retenga el talento laboral (el 40% de las empresas tienen problemas para
encontrar empleados formados) y, sobre todo, afrontar
una profunda reconversión del sector
para renovar la obsoleta oferta turística en muchos destinos de sol y playa. Para ello, piden
al Gobierno que apruebe un PERTE
turístico (Proyecto estratégico), como se ha hecho con el automóvil, el
sector aeroespacial o los microchips. Y proponen planificar entre el
sector y las distintas administraciones los cambios del turismo español en las
próximas décadas.
En paralelo, los sindicatos han alertado de que hay un
abismo entre el récord del turismo español o los beneficios de las empresas
turísticas y la situación de los trabajadores del sector, que
califican como “el salvaje oeste”: horarios
disparados (de 12 de la mañana a 12 de la noche y más), horas extras que no se pagan, contratos
precarios y parciales forzados y unos sueldos
que son de los más bajos del país. “Por
eso no encuentran trabajadores, porque les pagan poco y les exigen mucho”,
replican los sindicatos, que piden además a las empresas una mayor creación de
empleo en el sector, que adolece de falta de personal. El
gobernador del Banco de España ha
incidido en la excesiva rotación y temporalidad en el sector, que impide
que los trabajadores mejoren su formación y su experiencia, lo que explica que la
productividad del sector turístico sea inferior a la del conjunto de la economía. Tanto UGT como CCOO están
luchando por mejorar la situación laboral del sector turístico, promoviendo el
sello “Hoteles justos”, que indica las empresas “laboralmente
responsables”.
En resumen, que el
turismo español ha recuperado los turistas e ingresos que alcanzó antes de la
pandemia y sigue creciendo, hacia los 100 millones de turistas. Pero eso ha
disparado el temor a que alcancemos una masificación que retraiga al turismo
extranjero (y nacional),
que
acabemos “matando a la gallina de los huevos de oro”,
un motor clave del crecimiento y el empleo. Para evitarlo, los empresarios proponen
sentarse y conseguir un Pacto por el turismo a medio plazo,
para que sea sostenible y de calidad. Evitar “morir de éxito”. A ello.
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