La inflación cerró 2023 moderándose algo más, con una subida anual del +3,1% en diciembre, frente al 4,1% que teníamos en abril y el 3,5% de septiembre y octubre. Con ello, la inflación media de 2023 fue del +3,55%, menos de la mitad que en 2022 (+8,40%) y también por debajo de 2021 (+4,43%). Una buena noticia para los consumidores, aunque no podemos olvidar otra: la inflación ha subido más que los salarios de la mayoría de trabajadores en 2023. Y es ya el tercer año consecutivo en que los salarios pierden poder adquisitivo, tras lo perdido en 2021 y, sobre todo, en 2022. Veamos los datos.
En 2023, unos 11
millones de trabajadores asalariados, afectados por 3.512 convenios (con
vigencia en 2023) tuvieron una subida media del +3,46%, según
Trabajo, superior a la subida de 2022 (+2,78%) y de 2021 (+1,47%), pero inferior a la subida media del IPC en 2023
(+3,55%, según el INE). Son los asalariados con convenio, porque hay otros (unos 6 millones) que no tienen convenio, porque no se ha
firmado o porque trabajan en pymes sin convenio o son autónomos. Y en estos
casos, lo habitual es que su subida en 2023 haya sido inferior al 3,46% de los
convenios, con lo que esos trabajadores habrán perdido más poder adquisitivo.
Lo mismo les pasa a los 3,5 millones de funcionarios y personal de las Administraciones públicas. Según un acuerdo
plurianual pactado con los sindicatos en octubre de 2022, en 2023 tuvieron
una subida
salarial del +3% (más otro 0,5%
en caso de que el PIB supere el previsto, como así podría ser: +2,4% esperado
frente al 2,1% estimado en los Presupuestos 2023). De momento, los funcionarios
han perdido el año pasado -0,55% de poder adquisitivo, aunque podría acabar
siendo sólo el -0,05% si se confirma el mayor crecimiento.
Eso sí, hay dos
colectivos que han ganado poder adquisitivo en 2023. Uno, los 2,5 millones
de trabajadores que cobran el salario
mínimo interprofesional (SMI), mayoritariamente mujeres (empleadas limpieza
y hogar), jóvenes y trabajadores del campo: el Gobierno Sánchez les aprobó una
subida del +3,63% en 2023 (1.080 euros), algo superior
a la inflación media final (+3,55%). Y también han ganado poder adquisitivo los
10 millones de pensionistas, cuya
pensión sube este año una media del +3,8% (por encima del IPC medio de
3,55% en 2023), con una subida mayor, del 5 al 7%, para las pensiones mínimas.
Con este balance, la mayoría de trabajadores y funcionarios
perdieron
algo de poder adquisitivo en 2023, aunque mucho
menos que en los dos años anteriores.
En 2021, los trabajadores
asalariados con convenio perdieron
-2,96% (1,47% subieron los convenios y 4,43% la inflación media) y en 2022, el año con la inflación más
disparada, perdieron -5,62% de poder
adquisitivo (2,78% subieron los convenios frente al 8,40% de inflación
media). Así que, en los tres últimos años (2021, 2022 y 2023), los 11 millones
de trabajadores con convenio han perdido
-8,67% de poder adquisitivo. Y 6 millones sin convenio, más.
En paralelo, los 3,5 millones de funcionarios y empleados públicos también
han perdido poder adquisitivo estos tres últimos años, sobre todo en 2022
(cuando sus sueldos subieron un 3,5% y la inflación el 8,40% de media), aunque
también en 2021 (sus salarios subieron un 1,4%, frente al 4,43% que subió la
inflación ese año) y algo en 2023 (entre 0,5% y 0,05%). Sumando los tres años,
los funcionarios y empleados públicos habrán perdido -8.43% de poder adquisitivo, en línea con lo perdido por el resto
trabajadores (-8,67%).
El balance de estos últimos tres años es más positivo para
los 2,5 millones de trabajadores que reciben el salario mínimo (SMI), aunque también han perdido poder adquisitivo:
su sueldo les subió
un +13,68% entre 2020 (950
euros) y 2023 (1.080 euros), frente al 16,38%
que subió la inflación media entre 2021
y 2023. Una pérdida de poder adquisitivo
del -2,70%, que se compensará en parte en 2024, con una
subida del +5% que superará la
inflación prevista (entre el 3 y el 3,5%).
Los únicos que no han perdido poder adquisitivo estos tres
años de alta inflación son los 10
millones de pensionistas. Y eso gracias a que el 1 de enero de 2022 entró
en vigor la nueva Ley (21/2021, de 28 de
diciembre de 2021), que aprobó la revalorización
automática de las pensiones con el IPC (suben cada año la inflación media hasta
noviembre del año anterior), que salió adelante con el voto
en contra de PP y Vox. Gracias al nuevo sistema, las pensiones han tenido subidas
superiores a la inflación: +2,5%
en 2022 (la inflación media entre diciembre 2020 y noviembre 2021), +8,5% en 2023 (+8,40% inflación 2022) y
+3,8% en 2024 (+3,55% inflación en 2021).
Ya antes, entre 2018 a 2021, también mantuvieron su poder adquisitivo: subían
según el IPC esperado y luego, si era mayor, el Gobierno aprobaba un
complemento (la “paguilla”), que se cobraba en enero siguiente.
En estos tres últimos años, España ha tenido menos inflación
que la mayoría de Europa (cerró 2023 con una inflación homologable del 3,3%, frente al 3,4% de media en la UE-27, el 3,8% en Alemania, el 4,1% en Francia
y el 0,5% en Italia, según
Eurostat), pero también los salarios han subido algo menos, con lo que los trabajadores españoles están entre los que han perdido más poder
adquisitivo: han perdido un -0,4%
desde el año 2.000, según
la OCDE, y sólo tienen peor balance Grecia (-12,8%), México (-3,6%) e
Italia (-0,9%). Y otro reciente informe
de la OCDE alerta de la pérdida de poder adquisitivo entre
los trabajadores que menos ganan, por lo que piden reforzar los
salarios más bajos en la negociación colectiva.
Los últimos datos disponibles (Eurostat)
revelan que tanto en 2022 como en 2023 (los años de alta inflación), las subidas de sueldos en España han sido inferiores a la media europea
y de los grandes paises. Así, en 2022,
la subida media fue del +3%, frente
al +4,4% en la UE-27 y en Alemania, el 3,7% de Francia, el 3,5% de Paises Bajos
o el 4,3% de Portugal, siendo sólo menor la subida en Italia (+2,3%). Y en el
tercer trimestre de 2023 (último
dato), la subida anual de salarios era del +4,7% en España, frente al +6,1%
en la UE-27, el 6,2% en Alemania, el 8,1% en Bélgica, , el 7,4% en Paises Bajos
o el 4,7% en Portugal, siendo sólo menor la subida Francia (+4,2%) y en Italia
(+3,1%).
Estas menores subidas de sueldos en España se arrastran
desde 2009, por lo que se mantiene y
crece la brecha de sueldos entre España y Europa. Así, en 2022, el sueldo
por hora en España era de 17,50 euros,
un 24% inferior al de la UE-27 (22,9 euros por hora) y un 42% inferior a
Alemania (30,3 euros/hora), siendo también menor al de Francia (27,7 euros),
Paises Bajos (30,7 euros), Bélgica (33,4 euros), Dinamarca (41 euros por hora)
e Italia (21,2 euros por hora.), según
Eurostat. Eso se traduce en que el salario
medio mensual en España es de 1.822 euros (2022), frente a 2.302 euros de media en la UE-27, 3.148
euros en Alemania, 2.964 euros en Paises Bajos, 2.574 en Francia y 2.174 euros
mensuales en Italia, según
el IX Monitor anual de Adecco.
Cara a la negociación
salarial en 2024, la ventaja es que se espera una inflación similar o algo
menor a la de 2023 (3,55% de media): el Banco
de España apuesta porque subirá el 3,3%,
pero el Gobierno y Funcas (Cajas) apuestan por una inflación del 3,5 al 3,6%. Todo va a depender de lo que hagan la energía (petróleo y gas), la
luz (la factura subirá, por la
subida de impuestos y el nuevo sistema de fijación de precios) y los alimentos (clima), lo que
dependerá mucho de los conflictos geopolíticos: si
persisten la guerra en Ucrania y se colapsa el canal de Suez, por la guerra en
Palestina, la
inflación podría repuntar…
Suponiendo que no haya
“sustos” y la inflación se estabilice
entre el 3 y el 3,5% de media anual, los
salarios no van a subir más que esa inflación y podríamos ver el 4º año de
pérdida de poder adquisitivo (pequeña). El acuerdo
salarial pactado en mayo pasado
entre la CEOE, UGT y CCOO establece una subida del +3% en 2024, con la salvaguarda de que si el IPC anual supera el 3%
(bastante posible), se recuperaría la mayor inflación en 2025 (hasta un 1%
adicional). Y lo mismo para 2025. Según
CCOO, conforme a este acuerdo, la
subida media ya pactada para este año es
del +4,1%. Pero eso sucede porque
algunas grandes empresas contemplan subidas del 4% este año, pero la mayoría de empresas no están ofreciendo más
del 3% de aumento. Y muchas ofrecen menos. De hecho, una Encuesta
entre empresas hecha por Randstad indica que el abanico de subidas ofrecidas para 2024 oscila entre el +2 y el +3,5%.
Veamos cómo apuntan las negociaciones
en algunos sectores y grandes empresas para 2024. La banca ofrece
una subida del +2,25% (mientras sus beneficios podrían haber subido un +24% en 2023) y los seguros un +3,25%. Las
grandes del automóvil varían entre el +3,1% de Stellantis y el +3,25% de Ford.
En el sector turístico, las subidas ofrecidas varían entre el +2,5 y el +3,5%.
En distribución, las subidas llegan al 4,5% (y hasta el 6% Mercadona). En
energía, la subida ofertada es del +1,75% (+0,5% en Repsol y +0,7% en Iberdrola).
En la industria se ofrecen subidas del +3,6% y en la construcción el +3%. Y
tanto Telefónica
como Orange ofrecen subir el +3,1%.
Por este camino, no
parece que en 2024 los salarios recuperen poder adquisitivo. El Banco de
España estima que los
salarios no lo recuperarán hasta 2026, cuando la inflación baje
del 2% anual. La injusticia es que los salarios crecen moderadamente, por
4º año consecutivo, mientras las empresas han recuperado ya sus ventas, márgenes y beneficios de
2019, antes de la pandemia. En 2022, los ingresos de las empresas
crecieron un +27% (y un +43% desde 2020), los resultados de explotación (beneficios
brutos) un +23% (el triple que en
2020), los dividendos repartidos a accionistas rozaron los 26.000
millones, los
más altos desde 2019) y sin embargo los
sueldos medios de las 50 grandes empresas crecieron sólo un +8%, según
un reciente Informe de Oxfam Intermón. Y según
la Agencia Tributaria, en 2023 (hasta julio), el beneficio empresarial creció
un +25% (y +17,5% en todo 2022)
mientras los salarios declarados subieron
un +8% (y sólo el 3,4% en todo
2022).
No se trata sólo de que los salarios españoles sean de los más bajos de Europa y que suban muy poco en relación al aumento de
ventas, beneficios y dividendos de las empresas. Es que además, hay
grandes diferencias de sueldos, que se mantienen y agravan año tras año. En 2022, el salario de 74.258 directivos superó los 260.000 euros, 11 veces más de sueldo que el resto de
asalariados (que ganan 23.464 euros de media), según
la Agencia Tributaria. Y dentro de los trabajadores “normales”, hay discriminación
en dos colectivos: los jóvenes
(ganan de media 1.005,21 euros al mes, en 12 pagas, según el último
Observatorio del Consejo de la Juventud) y las mujeres, que ganan de media un 20,9% menos que los hombres
(22.601 euros brutos en 2021 frente a 27.322 euros, según el INE).
Visto el panorama, España
tiene un problema de bajos salarios y
una tremenda desigualdad a la hora de repartir la riqueza (el PIB), dado que los sueldos crecen mucho
menos que las ventas, los márgenes, beneficios y dividendos de las empresas. Ha llegado la hora de que
los salarios recuperen parte de lo perdido entre 2021 y 2023 y los beneficios empresariales se moderen, para poder subir algo más los
salarios sin riesgo de que repunte la inflación. Porque en los dos últimos
años, la subida extra de la inflación no ha sido por culpa de los trabajadores sino del aumento de costes y los
mayores márgenes empresariales, que se ha trasladado a los precios, aumentando
beneficios.
Lo reconoce el Banco Central Europeo (BCE),
al estimar que dos tercios de la inflación en 2022 se debieron a una subida de
márgenes y beneficios empresariales. Y también la OCDE ha demostrado
que tres cuartas partes de la subida de
la inflación en Europa se ha debido a la subida de los márgenes (y
beneficios) empresariales y que sólo la
cuarta parte restante se debe a los salarios.
Ahora, cara a 2024, el dilema es claro: o los salarios se moderan (como
proponen las subidas ofrecidas por la patronal) o las empresas moderan sus márgenes y beneficios, para poder subir algo más los salarios sin que
repunte la inflación. Es lo que llaman un
“Pacto
de rentas”, algo de lo que no quieren hablar la patronal y la
derecha. Y por eso, otro año más, intentarán “moderar” los salarios para no
“moderar” los beneficios. Una opción que no sólo es injusta socialmente,
sino también perjudicial para la
economía: necesitamos que
el consumo familiar siga tirando de la
economía, para que no se frenen el crecimiento y el empleo. Y eso será difícil si los sueldos crecen el 3% o
menos, como muchos proponen. Así que las
empresas deberían pagar salarios más altos (aunque porcentualmente ganen menos)
para vender más y que la economía crezca
en 2024. Si no, la economía se desinflará y todos saldremos perdiendo.
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