Las pensiones
cerraron 2017 con un agujero de 18.000 millones,
similar al de 2016. Y se espera otro déficit
de 17.000 millones este año. Mientras, el secretario general del PSOE ha tenido una ocurrencia “milagrosa”:
poner dos impuestos a la banca para recaudar 1.860 millones. No sólo es “el chocolate del loro”. El problema de las pensiones es
estructural (ingresos no cubren unos gastos crecientes) y para resolverlo hay
que aumentar los ingresos por
cotizaciones e impuestos, entre 50.000
y 80.000 millones en unos años, y eso no se consigue con propuestas
simplistas y cargando contra la banca. Sánchez
debería saber que España recauda 72.000
millones menos que el resto de Europa, porque hay más fraude y porque
grandes empresas, multinacionales y los más ricos pagan poco. Y que
trabajadores y empresas cotizan también menos. Hay que recaudar más por muchas vías, no hacer demagogia populista. Y menos tras un año largo sin hacer propuestas,
ni el PSOE ni los demás, en el Pacto de Toledo. Por favor, sean serios.
Veamos, antes que nada, cuál es “el problema de las pensiones” en España. Básicamente, que los ingresos por cotizaciones crecen menos de lo que crece el gasto en pensiones. En 2017, las cotizaciones crecieron un 5% y recaudaron 109.000 millones. Y el gasto en pensiones, aunque se ha moderado tras las “reformas” (recortes) de Zapatero (2011) y Rajoy (2013), ya que creció un 3% en 2017, ascendió a 127.000 millones, con lo que ahí tenemos el “agujero”: -18.000 millones de déficit en 2017, similar al de 2016 (-18.500 millones). Y para este año 2018, los expertos creen que se mantendrá en -17.000 millones de euros, lo que ya ha obligado al Gobierno Rajoy a aprobar un crédito de 15.000 millones del Tesoro a la Seguridad Social, para asegurar el pago de las pensiones este año, porque en “la hucha” de las pensiones ya sólo quedan 8.000 millones (había 66.815 en 2011).
enrique ortega |
Veamos, antes que nada, cuál es “el problema de las pensiones” en España. Básicamente, que los ingresos por cotizaciones crecen menos de lo que crece el gasto en pensiones. En 2017, las cotizaciones crecieron un 5% y recaudaron 109.000 millones. Y el gasto en pensiones, aunque se ha moderado tras las “reformas” (recortes) de Zapatero (2011) y Rajoy (2013), ya que creció un 3% en 2017, ascendió a 127.000 millones, con lo que ahí tenemos el “agujero”: -18.000 millones de déficit en 2017, similar al de 2016 (-18.500 millones). Y para este año 2018, los expertos creen que se mantendrá en -17.000 millones de euros, lo que ya ha obligado al Gobierno Rajoy a aprobar un crédito de 15.000 millones del Tesoro a la Seguridad Social, para asegurar el pago de las pensiones este año, porque en “la hucha” de las pensiones ya sólo quedan 8.000 millones (había 66.815 en 2011).
El problema de este “agujero” de la Seguridad Social es
que no es coyuntural, sino estructural. Porque los ingresos por cotizaciones no crecen lo que hace falta, a pesar
de que se han recuperado 2 millones de cotizantes de los 3 millones perdidos
con la crisis. Pero los nuevos
trabajadores son precarios, muchos tienen contratos
temporales (25,7%) y a tiempo parcial (un tercio), y por tanto sus sueldos
son bajos (el sueldo medio bruto en España son 1.177 euros mensuales, según el INE) y cotizan poco. Y mientras, la Seguridad Social recauda poco (aunque
haya medio millón más de cotizantes cada año), la factura de las pensiones crece
mes a mes, porque hay más españoles que se jubilan (seremos el 2º país más envejecido del mundo, tras Japón) y además, los nuevos
jubilados han cotizado más (antes de la crisis) y su pensión es más alta (1.308
euros las nuevas en octubre 2017). Y así, cada mes nos gastamos 9.000 millones en pagar pensiones y sólo se ingresan 7.500.
Además, lo preocupante es que el problema se va a agravar con los años. Porque aunque pueda
mejorar algo más el empleo y llegarse a 20 millones de españoles trabajando, los jubilados crecerán mucho más: en 2050, un tercio de los españoles tendrán más de
65 años y el número de pensiones pasará de los 9,5 millones actuales a 15 millones. Y además, los pensionistas vivirán más años: 90 frente a los
83 años de hoy. Mientras este envejecimiento aumentará la factura de las
pensiones, bajará la población española y habrá menos gente trabajando y cotizando:
900.000 activos menos en 2025. Así que si
ahora no salen las cuentas, en las próximas décadas aún menos.
Y eso sin contar que el
sistema no permite revalorizar apenas las pensiones actuales ni subir las
mínimas, que cobran demasiados pensionistas (1.067101 pensionistas cobran menos de 600 euros al mes). Porque con la reforma impuesta por Rajoy en
2013, las pensiones actuales se
revalorizarán un 0.25% anual (2 euros al mes) hasta 2040, según el Banco de España, con lo que los pensionistas actuales perderán un 35% de poder adquisitivo. 0 sea,
que una pensión de 700 euros (son casi la mitad hoy) se quedaría en 455 euros reales en 2040. Si se quiere evitar
y revalorizarlas más, el déficit de la Seguridad Social subiría más. Así que hacen falta recursos para tapar el déficit
actual y para poder subir algo más las pensiones en los próximos años. Dos
grandes objetivos que obligan a ingresar
para las pensiones entre 50.000 y 80.000 millones más en un horizonte a 20 años. Como poco.
Y frente a este gran
reto de ingresos, el secretario general del PSOE se ha descolgado con una propuesta “milagrosa” para salvar las pensiones: aprobar dos nuevos impuestos que pagaría la
banca, uno un recargo del 8% en su impuesto de sociedades (conseguiría 1.000 millones al año) y otro un impuesto del 0,1%
sobre las transacciones financieras (que recaudaría otros 860 millones). En total, 1.860 millones para que
la banca “salvada por todos los
españoles, contribuya a salvar las pensiones”. Es como para llorar que al
primer partido de la oposición sólo se le ocurra esto para afrontar el grave
problema de las pensiones. Primero, porque es “el chocolate del loro”. Segundo, porque la propuesta acabaría
siendo pagada por los clientes de los
bancos, a los que la banca trasladaría el coste de estos nuevos impuestos
vía más comisiones, créditos más caros y menos remuneración al ahorro. Y
tercero, porque cualquier impuesto a la banca debe ser a nivel europeo, para que el dinero no se desplace a donde
paga menos. Por eso hay una propuesta europea de
implantar una tasa a las transacciones financieras (Tasa Tobin), que apoya
España (el Gobierno Rajoy) y 9 países más, una propuesta más dura que la del
PSOE (el recargo sería el 3%) y que supondría 4.500 millones extras de
recaudación para España.
Pero la mayor crítica
que puede hacerse a la propuesta de
Sánchez, además de inútil y al margen de Europa, es que es “simplista” y “populista”, al estilo Podemos
(que la aplaude ahora, porque ya la incluyó en su programa electoral de 2016).
Porque no se puede vincular el grave problema de las pensiones a la banca (aunque haya hecho muchas
cosas mal) y porque la solución al problema de las pensiones es complejo y
exige tomar muchas medidas a medio plazo, no “soluciones mágicas” aprovechando
la mala imagen de la banca. Y de paso, recordemos que el Gobierno Rajoy tampoco da soluciones, porque su reiterada
fórmula es “esperar” a que crezca más el empleo y con ello se corrijan los ingresos.
Pero es también una “falsa salida”, porque ahora hay 1.241.500 españoles más trabajando que cuando Rajoy llegó a la
Moncloa y sin embargo, el déficit de
la Seguridad Social se ha multiplicado por 36 durante su Gobierno (era de -487 millones en 2011).
Aquí estamos, con un agujero estructural en las cuentas de
las pensiones y con 8,7 millones de
pensionistas que pierden poder adquisitivo y temen por el futuro de sus
pensiones, mientras la oposición
tiene “ocurrencias” y el Gobierno Rajoy no hace nada, salvo aprobar un
crédito para tapar el agujero. ¿Qué se puede hacer? No hay soluciones mágicas sino un abanico de medidas a
tomar, a corto y medio plazo.
Por un lado, “quitar lastre” a las cuentas de la
Seguridad Social para que consiga algunos ahorros, como ya han propuesto expertos y sindicatos. Por un lado,
quitar las bonificaciones de cuotas a
empresas y autónomos, las llamadas “tarifas planas” (3.700 millones de pérdida
de cotizaciones), que no son útiles para crear empleo, o costearlas a cargo de
los Presupuestos, no de la SS. Por otra, quitar del Presupuesto de las
pensiones el coste del Ministerio de Empleo (4.000 millones), un anacronismo que debería
pagar el Presupuesto del Estado, como los demás Ministerios. En tercer lugar, pagar el subsidio a más parados (el 53%
no cobran nada), con lo que la SS ingresaría cotizaciones por ellos que
ahora pierde (otros 3.000 millones). Y por último, subir la cotización de los sueldos más altos (hoy tienen un tope de 3.751 euros: lo que se
gane de más no cotiza), haciendo que los
sueldos altos coticen por todo lo que ganan, con lo que se podrían
ingresar 7.500 millones más. Entre estas 4 medidas, posibles a corto plazo, son
18.200 millones más para las pensiones.
Aún harían falta entre 32.000 y 62.000 millones más para
estabilizar las cuentas a medio plazo y subir algo más las pensiones actuales.
Y si no se quieren aprobar más recortes,
sólo puede conseguirse con más ingresos,
por dos vías: cotizaciones e impuestos.
La primera vía, subir
las cotizaciones a empresas y trabajadores es viable porque en España se
pagan menos cotizaciones sociales que en Europa: los ingresos netos suponen el
12,3% del PIB, frente al 13,2% en Europa y el 15,3% en la eurozona, muy por
debajo del peso de las cotizaciones sociales en Alemania (16,5% del PIB),
Francia (18,9%), Italia (13,3%) o Portugal (11,6%) y sólo por debajo de Reino
Unido (7,8%), según Eurostat. Eso significa que si en España se cotizara como en la eurozona, la Seguridad Social podría ingresar 34.000
millones más cada año. Pensemos en una subida paulatina y menor, para no
penalizar en exceso el empleo, por ejemplo 20.000
millones más de cotizaciones en 4 años. Posible. Sobre todo cuando se
fomenta fiscalmente que esos mismos trabajadores se paguen una pensión privada con los Planes.
Mejor que se lo paguen a la Seguridad
Social.
Y entonces queda recaudar entre 12.000 y 42.000 millones extras por la otra vía, los impuestos. Y se puede hacer, porque,
como debería saber Sánchez, España
recauda mucho menos ingresos fiscales que el resto de Europa.
Concretamente, en 2018, está previsto recaudar un 38% del PIB en España mientras la media UE-27 recaudará el 44,6% del PIB, según la Comisión Europea. Traducido, esto significa que si recaudáramos como el resto de
Europa, Hacienda debería ingresar 72.000 millones más al año, lo que
daría para no tener déficit, pagar parte de las pensiones (25.000 millones) y
gastar en lo que hace falta, desde educación y sanidad a industria, tecnología
y digitalización. Pero, por desgracia, esto no se lo oímos a Sánchez: es un
mensaje “complejo” y poco populista.
No da “titulares”.
Así que, buena parte del futuro de las pensiones pasa por
hacer una reforma fiscal que reduzca
el fraude y mejore la recaudación. ¿Cómo?
La Comisión Europea y la OCDE se lo han dicho
al Gobierno Rajoy en varias ocasiones, sin éxito. Primero, deberían subir el IVA al 21% a productos y servicios que ahora pagan el 10% (como
hoteles, bares y restaurantes) y reducir el fraude en el IVA, dos medidas con las que se recaudarían 16.000
millones más. Otra es subir el impuesto
al gasóleo y la gasolina (más bajos que en Europa), que reportarían otros 2.000 millones. Y subir los impuestos medioambientales,
como ha pedido la OCDE, otros 2.000 millones más. En total, 18.000 millones más, que la mitad podría
ir a las pensiones.
Y todavía queda el grueso de mejora de la recaudación, que
paguen más impuestos tres
colectivos que pagan hoy poco “legalmente”: grandes empresas (bancos incluidos), multinacionales y los más ricos. Las grandes empresas pagan el
7,3% de su resultado contable, según Hacienda (2015), cuando las pymes pagan el 12,2% y los
ciudadanos de a pié el 14,9% de sus
ingresos con el IRPF. El impuesto de
sociedades tiene tantas deducciones y exenciones que el Corte Inglés lleva 5 años sin pagar un euro y Hacienda devolvió al Banco Santander 1.236 millones por el impuesto de sociedades en 2013 y 2014. Tienen que pagar lo que deben, como todos, no “ir a por ellos” porque les hemos rescatado.
Y lo mismo las multinacionales,
que utilizan trucos y paraísos fiscales para evadir “legalmente impuestos (como Inditex) y que tributan a un tipo efectivo del 6%, según los
técnicos de Hacienda (Gestha). Y lo mismo las grandes fortunas, con las SICAV
(tributan al 1%). Si se modifica la
legislación y se dota a Hacienda de más inspectores contra el fraude (hay 1.928 contribuyentes por inspector frente a 860 en Francia o 729 en Alemania), podríamos
recaudar unos 30.000 millones más a
medio plazo y destinar la mitad a las pensiones.
No son “las cuentas de
la lechera”, sino una propuesta que resume las propuestas de muchos expertos
para asegurar el futuro de las pensiones.
Se puede conseguir, pero no con medidas “simplistas” y demagógicas (PSOE y
Podemos) ni “sentándose a esperar” que mejoren las cotizaciones (PP) y mucho
menos bajando los impuestos (Ciudadanos).
Hay que sentarse, echar cuentas y arañar ahorros e ingresos de aquí y de allá,
con realismo y pensando a 20 años vista al menos. Y en paralelo, hay que aprobar ayudas a la familia, para que aumente la natalidad y los cotizantes futuros. Y poner en marcha una “cruzada” contra el empleo precario,
incentivando el empleo fijo a tiempo completo y sancionando duramente con la
inspección de trabajo el falso empleo temporal y por horas, que hunde las
cotizaciones.
Pero, sobre todo, hay que moverse. La Comisión del Pacto de Toledo lleva más
de un año de reuniones en el Congreso, sin aportar soluciones, ni por la izquierda ni por la derecha. Y mientras,
cada mes hay que pagar más pensiones y se mantiene el agujero de la Seguridad
Social, en medio de la inquietud de los españoles. Hagan algo sensato, por
favor. Por los pensionistas actuales pero, sobre todo, por los pensionistas futuros.
Un día te dije que eras una de las mentes más preclaras de este analfabeto de país. Hoy lo confirmas con este estupendo articulo escrito desde la sensatez, el conocimiento y el sentido común. Podían tomar nota desde el gobierno a la oposición, pues vale para todos.
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