Mañana 5 de febrero, Movistar sube sus antiguas tarifas de móviles Fusión, tras haber subido en enero muchas tarifas de telefonía fija e Internet. Queda ver qué harán Orange y Vodafone, que siempre la han seguido. Es el 5º año consecutivo en que las telecos suben sus tarifas, pero algo está cambiando: los clientes están hartos del “más por más” (subir tarifas a cambio de más servicios que no piden ni necesitan) y se están cambiando a tarifas “low cost”, a contratar lo más simple. Y aprovechando este malestar, Orange ha lanzado las tarifas personalizadas: una para cada cliente, con lo que se camuflan las subidas globales. Pero hay algo claro: los clientes que no cambien de compañía van a pagar más cada año, porque las telecos necesitan invertir en fibra, 5G y TV (fútbol y series). Y sólo los que cambien conseguirán rebajas, para encontrarse con subidas después (como los seguros). Pero tragaremos, porque no podemos vivir sin móvil e Internet. Y la "droga digital" hay que pagarla.
enrique ortega |
Este 2019 es el 5º año consecutivo en que las empresas de telecomunicaciones, las telecos, suben las tarifas, tras las bajadas y guerras de precios hechas entre 2009 y 2014. Movistar, el líder, comenzó las subidas en enero, encareciendo una serie de servicios de telefonía fija e Internet en los hogares que mucha gente no sabe que paga, los llamados “conceptos ocultos”: fibra óptica sin telefonía (+3 euros al mes), servicio de IP fija (+5 euros), establecimiento de llamada en paquetes Fusion 0 (+33,3%), bono fijo móvil (de +1,80 a +3,60 euros), servicio de contestador (ha duplicado el precio en un año), servicio de restricción y de desvío de llamadas (+0,5 euros), pack de servicios básicos y pack de mantenimiento (+0,5 euros), contrato mínimo y contrato 9 (+2 euros) más el “planazo de llamadas internacionales (+2,40 euros). Ahora, el 5 de febrero, sube 5 euros los paquetes Fusion contratados antes de octubre de 2018, un intento de incentivar a los clientes a cambiarse a los nuevos paquetes Fusion.
Ahora, estamos a la espera de si Orange y Vodafone suben
también sus tarifas, como han hecho en años anteriores, siguiendo a Movistar, con subidas en febrero
y marzo, aunque podrían retrasarse a la primavera, en vista de que Orange está reconvirtiendo sus tarifas y anda interesado en una fusión con Euskaltel, la teleco del
norte. Y Vodafone, muy dañada en sus
cuentas por la guerra de tarifas y la fuga de clientes, está inmersa en aprobar un ERE para despedir a uno de cada cuatro trabajadores.
Con todo, la clave es que se está agotando la estrategia de las telecos del “más por más”: subo año
tras año las tarifas, con el
argumento de que ofrezco más a cambio (más velocidad, más servicios), aunque el cliente no lo pida ni lo necesite.
Orange parece haber detectado este “hartazgo”
de muchos usuarios y por eso ha lanzado sus “tarifas personalizadas”, una para cada cliente: dime lo que quieres y te
hago un paquete a medida, al que incluso pongo tu apellido (Love González, Love
Sánchez). Una estrategia de marketing, que trata de “cuidar” al cliente pero que sirve para camuflar
las subidas reales y dificultar la comparación con la competencia,
porque “tu paquete” no es el de los demás. Habrá que ver si las demás telecos siguen este camino y abandonan la estrategia
del “más por más” para todos.
Pero entre tanto, el
grueso de los clientes de móviles e Internet, hartos de las subidas bianuales
de estos años en los paquetes multiservicios se están lanzando a las ofertas “low cost”, a rebajar su factura a costa de contratar servicios más simples. Un primer dato
que lo corrobora es que se ha frenado el
crecimiento de los paquetes
convergentes (teléfono fijo, móvil, internet fijo y móvil más TV de pago),
la gran innovación de las telecos en España: si pasaron de 10,7 millones de paquetes contratados en 2012 a 13,8 millones en
2016 y 14,37 millones en 2017, en
junio de 2018 apenas habían crecido y eran 14.629.667 clientes con paquetes convergentes (6,25 millones con paquetes cuádruples y
5,88 millones con paquetes quíntuples, que incluyen también TV), según la CNMC. O sea,
que ya no interesan tanto.
Y no interesan tanto los paquetes multiservicios porque los usuarios han visto que son más
caros y que “atan más” con la compañía, por lo que se están lanzando a contratar ofertas “low cost”, con lo mínimo (móvil,
internet y los datos justos). Un dato que lo prueba es el que acaba
de dar Vodafone: el 50% de sus altas de nuevos clientes son
para tarifas “low cost”. Esto deteriora sus cuentas, las de todas las
telecos, pero les obliga a lanzarse, en paralelo a sus ofertas de paquetes
convergentes, a una guerra
de ofertas “low cost”, a través de compañías filiales: Movistar lo
hace a través de O2 y Vodafone ha
creado Vodafone Bit (antes Lowi),
mientras Orange contraataca con Amena y
Jazztel.
El gran triunfador de esta nueva estrategia es MásMóvil, el cuarto operador de telefonía, que se ha
especializado en ofrecer servicios “low cost”, a través de las marcas Yoigo,
Pepephone, Llamaya y Lebara (especializada en llamadas de inmigrantes rumanos). Y está arrebatando mes a mes clientes a las
tres grandes telecos, obligándoles a
ofrecer más “ofertas low cost”. En 2018 se ha batido un récord histórico de
“fuga de clientes”, 10 millones de
usuarios que cambiaron el año pasado de compañía en sus contratos de
móviles (7,5 millones) e Internet (2,5 millones), conservando el número de teléfono
(portabilidad). Y el ganador de estas fugas (1 millón más que en 2017) ha sido
claramente MásMóvil, que ganó casi 1 millón de clientes (600.000
de móvil y 272.000 de Internet) mientras
los demás perdían más de 900.000 líneas de móviles y 400.000 de Internet:
Movistar (-28.000 móviles y 350.000 fijo e Internet), Orange (-355.000 móviles
y +33.000 fijas e Internet), Vodafone (-550.000 líneas móviles y -120.000 fijos
e Internet) y Euskaltel (-6.000 líneas móviles y +25.000 Internet fijo).
En definitiva, que los usuarios de móviles e Internet se han
lanzado a cambiar más de compañía y eligen ofertas “low cost”, en beneficio del
único operador que no ofrece “paquetes convergentes” ni fútbol o series,
MásMóvil. Y este comportamiento está cambiando el mapa del mercado de las
telecomunicaciones en España. De todo el mercado de móviles (53,4 millones de contratos en noviembre 2018, más que españoles), Movistar tenía el 30,14%, algo menos que
en enero de 2015 (31,55%), según los datos de la CNMC.
El segundo operador, Orange, ha
pasado del 22,90 % de los móviles en 2015 al 25,91% en 2018, gracias a la compra
de Yoigo y sus clientes en 2016.El que más ha perdido has sido Vodafone, pasando de tener el 25,62% de
los móviles al 23,56% en octubre de 2018. Y lo que es espectacular es el salto de MásMóvil: desde octubre de
2016 ha pasado de cero al 11,5% del mercado, 6 millones de clientes de móviles en
octubre de 2018, según la CNMC, a los que sumar 1 millón tras la reciente compra
de Lebara (líder entre inmigrantes rumanos).
En Internet fijo, en
los hogares, la batalla es más
desigual: de los 14.787.632 clientes que había en septiembre de 2018, el 40,74% lo
tiene Movistar (líder muy
distanciado en fibra óptica), seguido de lejos por Orange (26,86%) y Vodafone
(21,784), mientras MásMóvil , sin
tener red propia, ha conseguido ya arañar un 6,07% de este mercado y tener 610.000 clientes de Internet fijo en los hogares, donde también da su
batalla “low cost”.
A pesar del auge de los contratos “low cost”, las telecos
consiguen subir sus ingresos totales,
tras años de caídas por las rebajas y guerras de precios. Así, en 2017, los
ingresos totales de las telecos fueron de 34.300
millones, un 11,7% más que en 2015, su peor año (30.700 millones de
ingresos, un 30,44% menos que en 2008), según los datos de la CNMC.
Eso quiere decir que las telecos llevan
dos años (2016 y 2017) aumentando lo que ingresan por cada línea o cliente: si eran 475 euros en 2015, pasó a 502 en 2016 y a 510 en 2017. Y se espera que este ingreso por cliente haya vuelto a
subir en 2018, porque casi a mitad
de hogares encuestados por la CNMC (Panel de Hogares) señaló que
les había subido la factura de las telecomunicaciones en el primer semestre de 2018.
Precisamente, la
Comisión de la Competencia (CNMC) está preocupada porque en España suban las tarifas de móviles e Internet (lo han hecho en 2015,
2016, 2017, 2018 y ahora en 2019 Movistar) mientras
están bajando en el resto de Europa, hasta un 20% en los últimos años. De
hecho, algunas comparativas de tarifas revelan que en España pagamos hasta cuatro veces más por el móvil e Internet que en Europa. Y
eso ¿por qué? Según el presidente de la CNMC, pagamos más porque España es el único país europeo donde las telecos venden “paquetes” de servicios,
donde nos cobran cada vez más por recibir juntos servicios de voz fija y móvil,
acceso a Internet fijo y móvil y TV de pago. Y al “paquetizar” estos servicios
desde 2013, algo que no hacen las telecos en el resto de Europa, el
cliente paga más de lo que pagaría solo por los servicios que usa. Y
las telecos tratan de ofrecer cada vez más servicios en estos paquetes (los
quieran o no) para subir su coste mensual y asegurarse unos ingresos fijos y
una mayor fidelidad del cliente.
Ahora, los clientes se “revuelven” contra esta
estrategia y contratan los paquetes convergentes con menos ímpetu y se
lanzan a cambiarse a ofertas “low cost”, sólo con lo que necesitan y más
baratas. Pero las telecos están reaccionando, unas (Orange) tratando de “personalizar” la oferta a cada cliente y todas
lanzándose a la guerra de las ofertas “low
cost”. Se trata de no seguir perdiendo mercado ante MásMóvil y seguir ingresando más por cada cliente, no tanto con subidas
periódicas que molestan mucho, sino ofreciendo servicios y megas que se hagan
imprescindibles.
Las telecos están
obligadas a crecer e ingresar más para sobrevivir.
Es como montar en bicicleta: si dejan de pedalear, se caen. Tienen que ingresar más, para hacer frente a las exigencias de inversión ineludibles: completar
la red de fibra óptica (la tercera del
mundo, tras Corea del sur y Japón, mayor que las de Alemania, Reino Unido,
Francia e Italia juntas, donde se han invertido ya 45.000 millones pero falta todavía invertir para llegar al 25%
restante), el desarrollo de la telefonía móvil 5G (que se lanzará ya en 2019) y las costosas compras de fútbol (4.000 millones sólo Movistar) y series para la TV de pago. Ese
dinero saldrá de nuestras facturas
y de un drástico recorte de costes,
que ya va a provocar en marzo el despido de 1.200 trabajadores, un 24% de la plantilla de Vodafone, al que seguirán otros en Orange y
Movistar, antes o después. Y eso después de que las telecos hayan perdido 14.000 empleos desde 2010
(11.000 Movistar, 2.400 Vodafone en dos ERES anteriores, en 2013 y 2015, y 430 Orange),
para afrontar la caída de ingresos por la "guerra de tarifas permanente".
En definitiva, los trabajadores de las telecos y sus clientes serán la clave para mejorar
ingresos, invertir y crecer, junto a posibles fusiones (como la posible compra de Euskaltel por Orange), para ganar tamaño y competitividad, lo que
reducirá la competencia en perjuicio del cliente. Y un factor clave de futuro es conseguir que los clientes contratemos más servicios, para aumentar el ingreso por
cliente, el dato básico para las telecos. Ampliar la red de fibra óptica permitirá
ampliar la oferta de servicios por
Internet (TV 4K, juegos, video vigilancia, Internet de las cosas, etc.) y
la telefonía móvil 5G (100 veces más rápida que la 4G) permitirá al usuario conectarse a más dispositivos, con más
consumo. Y cada mes crece el mercado de las aplicaciones (APPs), con múltiplos “trucos” de los desarrolladores
(verlos aquí) para mantener al usuario más horas conectado a Internet y gastando
datos.
De hecho, una estrategia de todas las telecos es ofrecer hasta 20 veces más de datos de los que necesita el usuario, como una estrategia de
marketing y para incentivar su consumo, aunque no se usen: la tarifa plana estándar
es de 20GB de datos y el consumo medio en Europa es de 6 GB y en España de
2,4GB (marzo 2018), según la CNMC. Pero la estrategia funciona, porque los usuarios están disparando
el consumo de datos móviles (vídeos, TV, juegos…), con lo que cada
vez contratan paquetes con más gigas, migrando “voluntariamente” a
tarifas más caras que, en muchos casos no se consumen.
Se trata de una
carrera sin fin para conseguir que usemos más el móvil y gastemos más,
aprovechando que cada día estamos “más enganchados”: ya hay 39,4 millones de españoles
conectados a Internet y navegando 5 horas y 20 minutos de media. Incluso
hay 7,6 millones de españoles que se consideran “adictos” al móvil, según un estudio de Rastreator y un 20% lo usan mucho más de 5 horas diarias. Una adicción que se paga y que fomentan
cada día las telecos, para ingresar más como sea, incluso con tarifas low cost.
Así que, digan lo que digan, el móvil e Internet van a seguir costándonos
más, salvo que controlemos su uso y su consumo, algo difícil pero
posible. Si no, ya sabe: la “droga
digital” hay que pagarla.
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