Ayer 5 de febrero, Movistar
subió sus tarifas 5 euros al mes a 4,2 millones de clientes. Y el 19 de
febrero las sube Orange, mientras Vodafone cobra ahora por hacer gestiones telefónicas. Son
ya cuatro las subidas de tarifas
móviles e Internet en menos de 2 años,
un aumento del 25%, 166 euros por
usuario. Unas subidas polémicas, recurridas
a los Tribunales y multadas por los Gobiernos de Andalucía y Madrid, porque
en su día las tarifas convergentes se vendieron “para siempre”. Y la Comisión de
la Competencia (CNMC) critica que se justifiquen a cambio de
más servicios que el cliente no ha pedido, algo que la ley de Consumo califica
de “cláusula
abusiva”. Polémicas aparte, las
subidas seguirán, dos al año al menos, porque las telecos son ahora más
fuertes (tras las fusiones) y porque necesitan
sacar más ingresos por cliente
(vendiéndole más servicios) para cubrir sus crecientes inversiones. Y saben que estamos
“enganchados” al móvil y a
Internet. Pagaremos lo que nos cobren.
enrique ortega |
Como pasa siempre, el líder, Movistar, inicia la subida y las
demás telecos le siguen, antes o después. La marca de Telefónica subió el 5 de febrero sus tarifas convergentesFusión (telefonía fija, móvil, Internet y TV) en 5 euros al mes a sus 4,2 millones de clientes, justificando que a
cambio les ofrece más datos para consumir en los móviles
(sube de 3 a 8 gigas). Y además, a los clientes de móviles que no tienen
tarifa plana les sube el establecimiento de llamada de 0,2178 a 0,25 euros (un
“redondeo que supone subir un 14,78%). La francesa Orange, ahora la 2ª mayor
teleco, ha anunciado también que sube sus tarifas convergentes Love, a partir del 19 de
febrero, entre 2 y 5 euros, a cambio
también de ofrecer más datos en los móviles asociados. Y como “guinda”,
incluirá “roaming” gratis en Europa.
La británica Vodafone, ahora la
tercera teleco en España, ha
optado por “esperar y ver” antes
de anunciar nuevas subidas, aunque en
diciembre subió 2 euros mensuales su paquete Liga y subirá el 1 de junio otros 5 euros el paquete “todo fútbol”. Y "para hacer caja", ha empezado a cobrar 2,5 euros a sus clientes por hacerles gestiones telefónicas (como solicitar los códigos PIN o PUK y cambiar el contrato).
Las subidas
deberían haber sido comunicadas al cliente
con un mes de antelación, pero no ha sido así, como es habitual, y las
compañías creen que basta con el anuncio en sus webs y la noticia en los
medios. Mientras, siguen en los Tribunales los recursos de miles de clientes contra las subidas
anteriores, en especial contra la primera subida de Movistar, en mayo de 2015,
porque habían vendido sus paquetes Fusión como ofertas con “precios para siempre”. Eso ha llevado a múltiples denuncias de asociaciones de consumidores, que han provocado una multa
de 6,3 millones de euros de la Junta de Andalucía (por “publicidad
engañosa, cláusulas abusivas en los contratos y no atender a los requerimientos
de la Administración”) y otros 30.000 euros de la Comunidad de Madrid, mientras
hay decenas de causas en los Tribunales (que según Telefónica están ganando
mayoritariamente).
Ahora, con esta nueva subida, los clientes de las telecos pueden rescindir sus contratos con
Movistar y Orange sin ser penalizados.
El problema es dónde van, porque
todas las telecos funcionan igual y suben los precios de forma “coordinada”,
algo teóricamente prohibido. El problema de fondo es que no dejan
opción al cliente: o contratas el nuevo servicio más caro o no puedes seguir
con lo que tienes pagando menos. La Comisión de la Competencia (CNMC) ha advertido que estudia estas prácticas de “subir
unilateralmente el precio a cambio de mejoras que el cliente no ha pedido”.
Porque según la Ley de Defensa de Consumidores y Usuarios de 2007, “la
imposición al consumidor o usuario de bienes o servicios complementarios o
accesorios no solicitados tiene la
consideración de cláusula abusiva”.
Mientras se dirime si
las subidas son o no legales, llevamos ya casi dos años pagándolas.
Concretamente, esta subida de febrero 2017 es la cuarta que hace Movistar desde
mayo de 2015, tras varios años antes de
“guerra de tarifas” y bajadas de precios (-70% de media desde 2009 a 2015).
Entre mayo 2015 (5 euros), febrero 2016 (3 euros), agosto 2016 (de 2 a 5 euros)
y febrero 2017 (5 euros), Movistar
acumula una subida de tarifas de 15
a 18 euros, nada menos que un 25% (mientras los sueldos han subido en ese tiempo poco más del 2%). Eso significa que cada cliente ha pagado 166 euros más
por las tres subidas anteriores, según cálculos de la asociación de
consumidores Facua. Y tanto Orange como Vodafone han subido tres veces las tarifas en menos de dos años, entre 5 y 11 euros.
¿Por qué ahora las telecos suben sus tarifas, tras años de bajarlas? Primero,
porque pueden. Ahora son menos
compañías, mucho más fuertes tras las fusiones producidas en 2014
y 2015 (Vodafone y Ono, Telefónica con Digital + y Orange con Jazztel). Y las tres grandes
(Movistar, Orange y Vodafone) son un auténtico “triopolio”, que monopoliza el mercado: controlan el 84% del mercado de móviles y el
93% del mercado de acceso a Internet. Pueden
imponer condiciones y precios “compitiendo de acuerdo”. Y con el lanzamiento de los paquetes convergentes
(teléfono fijo y móvil e Internet más TV “todo en uno”) se han quitado de en
medio a la mayoría de los “operadores virtuales” (OMV), que competían con ellos
por los móviles pero que no tienen red para ofrecer paquetes convergentes. El
único que queda fuera del “triopolio” es el operador español MasMóvil,
creado en 2014, que este mes ha empezado a competir ofreciendo paquetes
convergentes con la marca Yoigo, gracias a la red de fibra que tuvo que
venderle Jazztel (obligada por la fusión) y la que le alquila Orange.
Las tres grandes
telecos suben las tarifas porque pueden y también porque lo
necesitan. Por un lado, para cubrir
las enormes inversiones que han
hecho en redes (fibra óptica) y en nuevas tecnologías (4G y 5G), unos 11.200 millones de euros invertidos sólo entre 2012 y 2015, compras y fusiones aparte.
Y por otro, para hacer frente a los
crecientes costes que les acarrea seguir creciendo en el mercado de la TV de pago, su principal apuesta
hoy: han tenido que pagar 1.573 millones esta temporada a los Clubs de fútbol por los derechos de
televisión y muchos millones más en la compra de series y películas. Todo esto
hay que “rentabilizarlo” y para ello necesitan aumentar sus ingresos, cobrando
más por cada cliente.
Y además, las grandes telecos pueden subir las tarifas porque les dejamos, porque estamos tan “enganchados”al móvil y a Internet que pagaríamos lo que fuera. Los españoles estamos entre los europeos más conectados, sobre todo porque somos el país con más
penetración de los móviles inteligentes (smartphones), un
88% frente al 78% de la UE-28. De hecho, la telefonía móvil ya llega al 97%
de los hogares españoles, superando incluso a la telefonía fija (83,4% de las
familias). El 73,3 % de los hogares
están ya conectados a Internet, dos
tercios de ellos con ADSL y el resto con fibra (19,2%), cable (15,6%) o banda
ancha móvil (12,9%). Y casi un tercio de las familias (30,7% de los hogares)
tienen ya contratada TV de pago, según los últimos datos del informe “La Sociedad en Red 2015”, de Red.es.
La estrategia de las
telecos en los años pasados fue bajar
tarifas y regalar terminales para que más y más españoles se “engancharan”
al móvil y a Internet, dos productos baratos. Y fidelizar al cliente lanzando “paquetes integrados”, ofertas de
todo en uno (telefonía fija y móvil, Internet y TV de pago) que inauguró Movistar en septiembre de 2012 (una novedad que no se ofrece en el resto de
Europa) que ya tienen contratados el 75% de los hogares. Y ahora,
con los clientes “enganchados”, las telecos ya pueden subirles los precios.
En 2015, ante la primera subida, Movistar, Orange y Vodafone perdieron algunos clientes, pero ya los han recuperado. Y ahora son clientes más fieles (tienen “paquetes”
y eso les hace cambiar menos de compañía) y que pagan más al mes. Incluso perdiendo clientes ingresarían más.
Cara al futuro,
tenemos que acostumbrarnos a que las subidas seguirán, empezando por una segunda
subida este año, en julio o agosto. Su estrategia es como la de la bicicleta: si se
paran, si no ingresan más para invertir más, se caen. Y para ingresar más, o
captan más clientes (hay poco margen, salvo que “roben clientes”, porque todos
estamos “conectados) o consiguen que los clientes actuales contraten productos y servicios más caros : “Premium” (100-195 euros al mes) en vez de “low cost” (50 a 62 euros). Pero la
vía principal es subir tarifas a los clientes medios (pagan entre 70 y 85 euros mensuales), que son la mayoría. Y eso es lo que hacen con las cuatro últimas subidas.
La estrategia de
futuro de las telecos es seguir
ampliando los paquetes convergentes e incluir en ellos más servicios, para
justificar así las continuas subidas. Lo primero es cambiar a los clientes de cobre (ADSL) a fibra óptica, gracias a la enorme inversión realizada. De hecho, España es líder en Europa en fibra óptica, con 22,6 millones de hogares
conectados, más que Francia, Alemania, Italia y Reino Unido juntos, sólo por detrás en el mundo
de Japón y Corea. Y una vez conseguido que los clientes cambien a la fibra
óptica, se trata de ofrecerles por esta “autopista”
más velocidad (para que consuman más
datos) y una mayor oferta de servicios (y cobrárselos).
Ahora, tras los móviles y el acceso a Internet, la batalla de las telecos es vendernos la TV de pago, que ya tienen contratada casi 6 millones de españoles (5,84 en septiembre 2016, según la
CNMC), la mayoría de ellos (4,9 millones) como un servicio incluido en el
paquete convergente contratado (junto al teléfono e Internet). La estrategia es
ampliar la TV de pago a más clientes y que contraten más servicios, enfrentados
a la creciente competencia de las grandes multinacionales del entretenimiento que han desembarcado en
España (Wuaki.tv en 2012, Netflix en 2015 y HBO y Amazon a finales de 2016). Y
preparar la futura oferta de TV en alta definición 4K, que
estará generalizada para 2018.
En paralelo, las telecos se preparan para lanzar más servicios dentro de sus “paquetes convergentes”: el pack
para el hogar (que incluiría vigilancia y servicios de conexión de aparatos,
luz o calefacción vía móvil) y el pack de juegos (ocio a través del
móvil y la TV). Y por supuesto, cada semestre ofrecer más velocidad, más datos,
más servicios (los móviles 5G para 2020) a cambio de nuevas subidas. Para que la bicicleta no se pare.
Y al margen de los “paquetes convergentes”, las telecos
buscan nuevas líneas de negocio, con las que también nos sacarán más dinero. De momento, avanzan en dos: los
coches conectados y la banca
online. Según la Comisión Europea, en 2018 habrá en
Europa 11,5 millones de coches conectados y eso abre un enorme campo de negocio
para las telecos. En el terreno de la banca, Orange va a lanzar Orange
Bank en Francia en 2017 y en España en 2018, mientras telefónica en
Alemania opera con O2 Banking (en
España lo tiene más complicado porque CaixaBank es su principal accionista). Y
todas las telecos promocionan el pago por móvil: Vodafone ofrece
su monedero electrónico (Vodafone Wallet) desde 2014 en Reino Unido, Alemania, Italia, Holanda y España. Y en
noviembre de 2015 renovó su aplicación para permitir el pago con móvil con 5 tarjetas de crédito o
débito. También Orange ofrece el
servicio de pago por móvil Orange Cash. Y Samsung lanzó en junio de 2016 su
sistema de pago por móvil (Samsung Pay) en España, cuarto país donde funciona el servicio.
Este año 2017 va
a ser clave para consolidar todos estos
nuevos servicios y tratar de cobrarnos más por ellos. Una novedad
será que la cuarta teleco, MasMóvil, va a intentar competir mejor con el
“triopolio” de Movistar, Orange y Vodafone: el 2 de febrero ha lanzado por primera vez ofertas convergentes (teléfono fijo y móvil más
internet pero no TV de pago), con su nueva marca Yoigo (que compró a la sueca Telia en 2016), a un precio “low cost”
(de 39 a 59 euros al mes), mientras mantiene también sus ofertas como MasMóvil
y Pepephone (comprada también en 2016). Dicen que ya llegan con red propia a 1 millón de hogares y que con la red
alquilada a Orange pueden llegar a 10 millones de hogares más, que son los clientes que quieren “robar” al
triopolio. Pero están muy endeudados
por sus compras (10 en los últimos dos años) como para
ser demasiado agresivos tirando precios.
Además, las tres
grandes telecos tienen una
doble estrategia: paquetes convergentes más caros con sus marcas y ofertas “low cost” con segundas marcas (Movistar tiene Tuenti, Orange opera con Amena,
Simyo y Jazztel y Vodafone con Lowi),
para competir mejor con MasMóvil y los que puedan venir, como Euskaltel
(que ha comprado la gallega R y podría compra la asturiana TeleCable). Así
tratan de “cubrir todos los frentes”.
Orange y Vodafone siguen a medio
gas, “digiriendo” sus compras
(Jazztel y Ono), mientras Movistar debe
aprovechar este año 2017 para dar “un salto adelante”, antes de
que se vea obligada por la Administración, en enero de 2018, a “abrir” sus redes de fibra óptica (en el
65% de España, fuera de las grandes ciudades) a la competencia, a otros operadores, que le pagarán por ello un canon
(que la CNMC acaba de bajar, para facilitar la competencia). Por eso, Movistar
necesita ser en 2017 muy agresivo comercialmente, para consolidar su liderazgo y su cuota de
mercado (sobre un 40%) antes de que tenga que abrir sus redes a la competencia.
Con todo, las telecos
competirán
entre ellas, nos lanzarán decenas de ofertas a cual más complicada y con mucha
“letra pequeña”, pero su objetivo central será sacarnos más dinero cada
mes. Y en eso están todas de acuerdo.
Es la esencia de un negocio que exige
invertir y crecer sin parar. Y nosotros, poco podemos hacer, salvo
pagar, ya que no nos dan la opción de
seguir sólo con lo que tenemos, sin contratar más servicios. Y además,
estamos tan “enganchados” que cada vez buscamos más velocidad, más datos,
más fútbol y series, más Wifi en el coche, más servicios. Y claro, hay
que pagarlo. Cada vez más.
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