jueves, 28 de febrero de 2019

Frenan las exportaciones (y nos afecta mucho)


El jueves pasado se conoció otro dato preocupante de la economía: las exportaciones españolas “pincharon” en 2018, al reducirse un 0,1% en volumen, algo que no pasaba desde 2009, por las menores ventas fuera de coches, aceite, ropa, calzado, motores, máquinas y electrónica. Y como las compras al extranjero crecen mucho más que nuestras ventas (por la energía), el déficit comercial subió un 36,8%. Este “agujero” comercial significa que estamos creando riqueza y empleo en China, Turquía, Arabia Saudí, Nigeria, Argelia, EEUU o Latinoamérica, no en España. Y por eso, las exportaciones restaron un 0,4% de crecimiento a la economía en 2018, lo que no sucedía desde 2015. Y se perdió empleo en la industria. En 2019, las exportaciones volverán a restar crecimiento y empleo. Urge aprobar un Plan de choque para reanimar las exportaciones, porque de ellas depende un tercio de la recuperación y más del 10% del empleo en España. Otro tema clave del que no se habla, pero que nos afecta mucho a todos. Lean por qué.

En 2018, la economía española creció algo menos: un 2,5%, frente al 3% de 2017, según el INE. Y eso se debió a las exportaciones, que “restaron” un 0,4% de crecimiento, porque  lo que creció la economía se debió al consumo interno de los españoles, nada al exterior. Y esto no es lo que pasaba antes. Con la crisis, desde 2009, las exportaciones han sido el motor que tiraba de la economía, creciendo mucho (+16,8% en 2010, +15,2% en 2011, +5,1% en 2012 y +4,3% en 2013) y compensando en parte la caída del consumo interno. O sea, que la recesión de 2009 a 2013 hubiera sido mucho más grave si no nos hubieran ayudado las exportaciones, si muchas empresas no se hubieran lanzado a vender en otros paises, para mantener parte de sus negocios y empleos.

En 2014 y 2015, las exportaciones pincharon un poco, pero como se recuperó el consumo interno, España pudo finalmente crecer y salir de la recesión, aunque las exportaciones restaron crecimiento en 2014 (-0,2% del PIB) y 2015 (-0,4%). Pero luego se recuperaron y las exportaciones ayudaron al fuerte crecimiento de 2016 (+0,8% del 3,2% que se creció) y 2017 (+0,1% del 3%). Pero en 2018, restaron -0,4% a un crecimiento del 2,5%, según el INE. Y este año 2019, la previsión del Gobierno es que la economía crezca un 2,2% y que todo el crecimiento sea por la actividad interna, porque las exportaciones restarán otro -0,1% al crecimiento de 2019.

¿Qué ha pasado? Pues que las ventas de España al exterior, las exportaciones, han “pinchado” en 2018, debido al escaso crecimiento económico de nuestros clientes europeos (sobre todo Alemania e Italia) y a la crisis en el comercio mundial, por las tensiones proteccionistas desatadas por Trump. Y el resultado se ve en los datos de 2018: las exportaciones españolas fueron de 285.023 millones de euros, un récord histórico, pero sólo aumentaron un 2,9%, el menor crecimiento desde 2014 (+2%) y muy por debajo de lo que crecieron el año pasado las exportaciones en Europa (+4,5%), la zona euro (+4,4%), Reino Unido (+5,9%), Francia (+3,8%), Italia y Alemania (+3%), según los datos de comercio exterior. Y si descontamos la subida de los precios de exportación (+3%), el resultado es que nuestras exportaciones han caído en volumen (Tm), un -0.1%, algo que no pasaba desde 2009.

Las ventas al exterior que cayeron en 2018 fueron, sobre todo, de coches y motos (-4,1%), pero también de aceites (-13,1%), tabaco (-5,6%), productos cárnicos (-1,2%) y azúcar (-0,2%), motores (-34,6%), buques (32,7%), aparatos de precisión (-6,1%), máquinas de datos (-4,4%), electrónica de consumo (-8,4%), ropa (-0,2%) y calzado (-0,4%). Por paises, cayeron nuestras ventas a Alemania (-0,6%) y a Turquía (-13,9%), estancándose las exportaciones al Reino Unido (+0,1%). Y por autonomías, cayeron las exportaciones de Madrid (-1,1), Castilla y León (-2,1%) y Aragón (-0,9%) y se estancaron las de la mayoría restante, salvo los fuertes crecimientos de Navarra (+12,7%), Cantabria (+11,2%) y Canarias (+9,8%).

La otra cara del problema es que no sólo se han frenado las exportaciones sino que a la vez se han disparado las importaciones, lo que compramos fuera: crecieron un 5,6% (frente al 2,9% que aumentaron las exportaciones), el 4º mayor aumento de la década, sobre todo por el aumento de las importaciones de fuera de Europa (+ 8,4%), por el fuerte crecimiento de las importaciones de petróleo (+22,3%), gas natural (+10,6%), metales (+11,2%), hierro (+13,6%), equipos de telecomunicaciones (+15,5%), material de transporte ferroviario (+45,1%), equipos de oficina (+10,1%) y coches (+5,7%).

Al final, el resultado de que crezcan mucho más las importaciones que las exportaciones (como también pasó en 2017) es que el déficit comercial (importaciones-exportaciones) se ha disparado, creciendo un +36,8% y alcanzando los 33.840 millones de euros, el mayor “agujero” desde 2011 (-47.910 millones de euros). Se ha reducido el superávit comercial que España tiene con Europa (+13.285 millones), con la UE (+15.484) y con los 19 paises del euro (8.444) y a la vez se ha agravado el déficit comercial que España tiene con el resto del mundo: con Asia (-39.963 millones de euros, +14,5%), especialmente con China (-20.632 millones, +6,3%) y Oriente Medio (-2.549 millones, +1.346%), con África (- 9.173 millones, +42,5%), por Nigeria (-5.350 millones de déficit, +30,3%) y Argelia (-1.390 millones, -27,1%), con Latinoamérica (-2.791 millones de déficit comercial, +60,2%), por Brasil (-2.410 millones, +55%) y Perú (-1.155 millones, -11,7%) y EEUU (-360 millones de déficit, -73,5%).

Con este déficit comercial (-33.840 millones de euros, el 2,80% del PIB),  España es el tercer país europeo con un mayor “agujero” comercial, tras Reino Unido (-160.200 millones de euros de déficit, el 6,8% de su PIB) y Francia (-77.500 millones de déficit, el 3,34% de su PIB), seguidos de Grecia (-21.700 millones), Portugal (-17.100 millones) y Rumania (-15.400 millones), según Eurostat. Un dato muy preocupante, porque significa que España está creando riqueza y empleo fuera, en China, Oriente Medio, Turquía (-2.183 millones de déficit), Nigeria o Argelia, Brasil, Perú o Estados Unidos, no en España. Por eso son tan importantes las exportaciones: los paises más exportadores crean riqueza y empleo dentro del país vendiendo mucho a otros paises. Es el caso de Alemania (+232.800 millones de superávit comercial en 2018), Holanda (+65.700 millones), Irlanda (+50.000 millones), Italia (+39.800 millones), República Checa (+13.800 millones) y Bélgica (+13.800 millones), los paises europeos con superávit comercial, junto a Hungría, Eslovaquia, Eslovenia y Dinamarca, según Eurostat (datos 2018).

Así que España está en el pódium de paises europeos donde menos crecen las exportaciones y que tienen un mayor “agujero” comercial. Y eso afecta muy negativamente a la industria, que ha entrado en recesión en 2018 y pierde empleo (por primera vez desde 2012), debido a que exporta hasta un 80% de su producción. Pero además, el pinchazo de las exportaciones reduce el crecimiento global de la economía (un -0,4% en 2018, como hemos visto) y va a frenar la creación de empleo, porque las exportaciones mantienen 2,1millones de empleos en España, más del 10% del empleo total. Y son especialmente claves en la economía y el empleo de las regiones más exportadoras: Cataluña (aporta el 25,1% de todas las exportaciones españolas), Andalucía (11,4% del total), Madrid y Comunidad Valenciana (aportan cada una el 10,6%) y Galicia (8% de las exportaciones), las 5 autonomías que se ven más afectadas por este “pinchazo” exportador.

Así que estamos ante un problema serio para nuestra economía y empleo, aunque los medios y los políticos apenas lo mencionen. Y todo apunta a que va a ir a peor en 2019, porque nuestros clientes europeos (Alemania, el 2º, Italia, el 3º, y Reino Unido, el 5º) van a crecer muy poco este año y nos comprarán menos. Y vender en el resto del mundo será complicado, porque también crecerán menos y hay temor a que se agraven las tensiones proteccionistas, si finalmente EEUU y China no pactan un acuerdo sobre aranceles, tras una nueva tregua acordada el domingo 24 de febrero. Y nuestro déficit comercial podría volver a dispararse este año si el petróleo y el gas siguen encareciéndose, como en las últimas semanas. Por todo ello, la previsión es que las exportaciones vuelvan a restar crecimiento a España en 2019 (-0,1%) y que se vuelva a perder empleo en las industrias que más dependen de fuera, como el automóvil.

Ante esta situación, urge un Plan de choque para reanimar las exportaciones, aunque no parece posible que haya un Gobierno que pueda afrontarlo hasta junio (medio año perdido). Pero habría que tomar medidas a corto plazo para ayudar a los exportadores: financiación suficiente para exportar (créditos y avales), ayudas fiscales, asesoramiento e información (más oficinas comerciales en el exterior) y más recursos públicos para el ICEX (Instituto de Comercio Exterior), cuyo presupuesto se ha recortado a la tercera parte desde 2007), para reforzar a los sectores que más han frenado sus exportaciones (el automóvil, la industria agroalimentaria, la maquinaria, la electrónica de consumo, el textil y el calzado). Y hacer campañas entre las pymes para ayudarles a exportar, porque de los 3,3 millones de empresas españolas, sólo 50.000 empresas exportan habitualmente, según las estadísticas oficiales.

A medio plazo, de aquí a 20 años, España debería aspirar a ser un país con superávit comercial, que exporte más de lo que importe, lo que sería reflejo de un país más competitivo y que crea más riqueza y empleo, como hacen los paises europeos punteros. Eso obliga a actuar en 2 frentes. Por un lado, hacer una reconversión energética de la economía, para que la factura de la energía que importamos (47.713 millones de euros en 2018) sea mucho menor, porque no dependamos tanto del petróleo, el gas y el carbón. Y por otro, reestructurar la exportación española, para que esté menos concentrada que ahora. Primero, conseguir que exporten más sectores, porque ahora, un 40% de las ventas están concentradas en automóviles (15,6%), alimentación (16,1) y ropa, calzado y juguetes (10%). Segundo, ampliar el mapa mundial de clientes, porque el 71,3% de las exportaciones van a Europa. Y tercero, conseguir que más empresas y regiones que exporten, porque ahora, casi la mitad de la exportación se concentra en Cataluña, Andalucía, Valencia y Madrid.

El  gran reto exportador de España es conseguir exportar más de otros productos con más valor y tecnología, a más paises de fuera de Europa y que exporten muchas más empresas de todas las regiones de España. Casi nada. Pero de ello depende en gran medida que seamos un país con más riqueza y empleo, como Alemania, Holanda, Irlanda, Italia, Chequia o Bélgica, los grandes exportadores europeos. No basta con “tirar los sueldos”, intentar ser la China de Europa”,  para competir en el mundo. Hay que modernizar la economía, mejorar la productividad de las empresas, incorporar la innovación, la tecnología y la calidad a los productos “made in Spain”. Sólo así venderemos más fuera, la clave para ser más ricos y tener más empleo dentro. Por eso hay que “mimar” a las exportaciones. Pero nadie habla de ello. Esto no “vende” noticias ni gana votos. Sigan con Cataluña…

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