lunes, 24 de diciembre de 2018

Una Navidad 2018 con menos gasto


La Navidad es la gran fiesta del consumo: las familias gastan más que el resto del año en comida, bebida, regalos, ocio y hasta en algún viaje. Pero este año, las tiendas notan que se gasta con menos “alegría” (incluso en juguetes), quizás porque la inflación se ha comido las escasas subidas de salarios y pensiones y porque muchas compras se adelantaron a noviembre, al Black Friday. Y también porque soplan vientos de crisis, de que la economía se ha enfriado y 2019 puede ser peor. Con todo, los españoles somos los europeos que más gastamos en Navidad, entre 600 y 924 euros por familia de media. Pero una de cada cuatro familias está en situación de pobreza, en paro o con trabajos precarios, y en Navidad sufren más sus privaciones. Por eso, las ONGs ayudan estos días a más de 3 millones de españoles. Son fechas en que hay que ayudar más a los que lo pasan peor: no miremos para otro lado. ¡Feliz Navidad!


España es el país europeo que celebra la Navidad durante más tiempo (15 días) y con más gasto: 601 euros de media por familia, un tercio más de gasto que la media europea (456 euros), según una encuesta realizada en 10 paises europeos por la consultora Deloitte. Sólo nos superan este año los británicos (646 euros), a pesar del Brexit, y gastamos mucho más que Alemania (476 euros por hogar), Italia (541), Portugal (431), Bélgica (441), Polonia (323) o Rusia (284 euros). La encuesta revela que algunas autonomías gastan más en Navidad (Baleares, Madrid y el País Vasco gastan hasta 100 euros más por familia) y otras menos (Castilla y León, Castilla la Mancha, la Rioja y Navarra), aunque todas tienen algo en común: este año van a gastar un 5% menos que en la Navidad de 2017. Otro estudio, de American Express, eleva el gasto navideño a 924 euros por familia, un 2% más que el año pasado. Pero son gastos medios: unos gastarán 1.500 euros y otros 300 y salen 900 de media.

El estudio de Deloitte y la sensación de muchas tiendas y grandes almacenes es que esta Navidad viene con menos gasto. Y es lógico, porque en 2018 se ha “despertado” la inflación y los precios han llegado a subir el 2,3% en septiembre y octubre, la mayor subida  desde abril de 2016. Y aunque ha bajado en noviembre y lo hará también en diciembre, se espera que la inflación acabe el año en el 1,7%. Eso significa que se habrá “comido” la subida de las pensiones (1,6%) y más aún la subida de salarios: los convenios han subido este año el 1,7% (lo que los precios), pero la subida real de todos los trabajadores (con o sin convenio) ha sido del 1,2% hasta septiembre, según la encuesta de costes salariales del INE. O sea que el poco aumento de sueldo se lo han comido con creces los precios. Eso explica que se gaste menos, sobre todo si se tiene miedo de que “las cosas vayan a peor en 2019”, ante el frenazo de la economía mundial y sobre todo europea. Además, otro factor que también juega es que muchos españoles han adelantado las compras de regalos a noviembre, al Black Friday: ya se hacen ahí un 33% de todas las compras navideñas, frente al 52% en diciembre y el 4,8% en enero, según detalla la encuesta de Deloitte.

La mayor parte del gasto navideño (241 euros de media por familia) son regalos, siendo los más comprados la ropa, los libros, perfumes, chocolates, dinero y videojuegos, junto a los juguetes para los niños, aunque los regalos más deseados por los hombres son el dinero, ropa y viajes, frente a ropa, libros y dinero que son los más deseados por las mujeres, según la  encuesta de Deloitte. El segundo capítulo del gasto navideño es la comida y bebida, con las compras concentradas en pescados y mariscos, carne, jamón, dulces y cava. El tercer capítulo son los viajes, cuyo gasto crece este año (un 34% de españoles tiene previsto viajar estas Navidades, según American Express, aunque muchos para ver a la familia), ayudado por el puente de fin de año, que propicia “escapadas” sobre todo dentro de España. Y quedan los gastos de ocio (82 euros por familia), los que más crecen, para asistir al teatro o a un espectáculo aprovechando la Navidad.

Dentro de los regalos, un sector que está notando la caída de ventas son los juguetes: la facturación se quedará este año un 4% por debajo de la de 2017, según estimaciones de El Corte Inglés y la consultora NPD, aunque los fabricantes son más optimistas y creen que las ventas de juguetes en Navidad y Reyes (que concentran el 70% de las ventas anuales) aumentarán entre el 1 y el 2% (o sea, se estancarán si descontamos la inflación). Las causas de este freno de ventas en los juguetes son varias, además del enfriamiento del consumo: hay menos niños y dejan muy pronto de querer juguetes (a los 12 años como máximo, antes que en otros paises), pero sobre todo porque los niños de ahora apuestan por “juguetes tecnológicos” que no fabrican las empresas jugueteras, como móviles, tablets y videojuegos, además de artículos deportivos y patinetes. Entre los juguetes más vendidos, las empresas españolas lideran este año las ventas (Famosa), con muñecas, mascotas interactivas, coleccionables y juegos de mesa.

Esta Navidad 2018 crecerán de nuevo las ventas por Internet, aunque todavía su peso (27% de las ventas navideñas) es inferior al que tienen en Europa (31%) y EEUU (57% online). Y en las ventas físicas (después de consultar antes los productos y precios por Internet…), destacan las que hacemos en grandes almacenes y cadenas especializadas. Y la gran protagonista de todas las compras navideñas es la tarjeta de crédito, que ha vuelto a batir todos los récords: 82,06 millones de tarjetas en junio de 2018, con un gasto medio anual por cliente de 3.156 euros anuales, un 26% más que hace una década.

Sin embargo, las estadísticas demuestran que este otoño, las ventas a crédito con tarjeta (tarjetas “revolving”: no se pagan las compras hechas cada mes al comienzo del mes siguiente sino una cantidad fija cada mes, como cuota de un préstamo que tiene la tarjeta) se han frenado: si entre septiembre y octubre de 2017 se financiaron 24.623 millones de euros, en esos mismos meses de 2018 (últimos datos publicados por el Banco de España) se han financiado menos compras, 24.563 millones de euros. Quizás porque ha bajado el gasto y también porque muchas familias, que no consiguen llegar a fin de mes, se lanzan a pedir créditos al consumo para pagar sus compras, créditos que se han disparado: si en 2017 se concedieron 29.389 millones (el doble que en 2014), este año ya se han concedido 28.440 millones sólo hasta octubre, último dato publicado por el Banco de España. Créditos, a 1 y 5 años, para comprar coche, ordenador, TV, muebles, electrodomésticos o viajes,  y por los que se pagan intereses elevados, del 8,76 % TAE en octubre, muy superiores a los europeos (6,19% TAE), según el Banco de España.

La vorágine de compras, el “consumismo” de la Navidad, no puede hacernos olvidar que 1 de cada 4 españoles lo está pasando mal y quizás lo sufre más en estas fiestas. Son los 12.236.000 españoles (el 26,6% de la población) considerados “pobres” en la estadística europea AROPE, porque ingresan menos del 60% de la media (familias con 2 hijos que ganan menos de 17.896 euros al año o solteros con ingresos inferiores a 8.522 euros anuales). Son básicamente parados, jóvenes, inmigrantes, mujeres y madres solas con niños, destacando especialmente la pobreza infantil: afecta al 22% de los niños españoles (menores de 18 años), casi el doble que en la OCDE (13% niños son pobres), siendo España el tercer país industrializado con más niños pobres, tras Israel y Turquía (25%). Y además, según destaca la OCDE, 8 de cada 10 niños españoles en edad escolar sufren “carencias materiales”, sobre todo en vivienda y educación, por el paro y precariedad de sus padres.

Esta enorme pobreza, mayor que la de antes de la crisis, lleva ya incrustada en muchas familias españolas entre 5 y 10 años, con lo que se ha “enquistado” y se ha hecho crónica en algunos lugares y grupos sociales, como advierte Cáritas, aumentando su marginación social  y agravando su situación económica, porque se han “comido” ya los colchones que tenían de ahorro y los de sus familias. Es lo que revela también un estudio de Cruz Roja española, que ha hecho una encuesta entre el millón y medio de personas necesitadas que atiende al año. La muestra indica que crecen los atendidos sin ningún ingreso (23%), los que siguen en paro (73%), los que trabajan en la economía sumergida (12% de los atendidos) y las familias con todos sus miembros en paro (el 35%). Y han aumentado también los que no pueden tener su vivienda caliente (39,2% de los atendidos) y los que tienen problemas para pagar su vivienda (26,2%). Y alertan de que han crecido las familias con pobreza infantil. Por su parte, Cáritas, que atiende a 4 millones de personas necesitadas, reitera cada año que la pobreza en España se está haciendo “más profunda” y “crónica”.

En Navidad, la mayoría de españoles nos volcamos con estas familias pobres, recogiendo alimentos y dinero que reparten cientos de ONGs. Es un “parche” pero un parche necesario, que ayuda a mucha gente, aunque una sociedad moderna exigiría tomar medidas desde el Estado, para reducir al mínimo esta preocupante lacra social, que además lastra el crecimiento y la recuperación, según ha reiterado la propia ministra de Economía. Urge aprobar un Plan contra la pobreza, centrado en los niños, las familias con hijos, los ancianos, jóvenes y parados. Y además, reformara fondo la política de gasto social, porque tanto la OCDE como la Comisión Europea nos han  reiterado este año que el gasto social es escaso (gastamos menos que Europa, unos 25.700 millones menos que la media UE cada año) y está mal hecho, porque los impuestos y la redistribución no ayuda más a los que menos tienen, no sirve para corregir las desigualdades sino que las agrava.

Mientras Gobierno y oposición se deciden a ocuparse de los españoles que lo pasan mal y no se benefician de la recuperación (beneficia 4 veces más a los ricos que a los pobres, según Intermón Oxfam), la vida sigue y los más pobres tratan de sobrevivir a otra Navidad, a costa de hacer sacrificios, pedir ayuda a familia y amigos o endeudarse. Y el resto de españoles, aprovechan estos días para olvidarse de los problemas cotidianos y disfrutar de comidas y regalos con los suyos, tratando de no pensar en cómo será 2019. Es normal, pero no olvidemos que cerca de nosotros hay personas que estos días sufren más sus carencias. Y si podemos, deberíamos ayudarles y no mirar para otro lado. Al margen de la religión, la Navidad puede y debe hacernos más humanos, más solidarios. Que así sea. 
¡ Feliz Navidad ¡

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