Los bancos siguen aumentando beneficios y una cuarta parte los sacan de las comisiones que nos cobran, que crecen este año, como desde 2015. Nos cobran por casi todo, una media de 400 euros al año por cliente, aunque dicen que cobran menos que en Europa. Ahora, las comisiones van a crecer más, porque los tipos de interés y el crédito seguirán bajos hasta 2020 y los bancos tienen que recuperar los 1.100 millones anuales que les cuesta pagar el impuesto AJD de las hipotecas. Y además, el Banco de España les anima a subirnos las comisiones, porque no quiere problemas. Eso sí, a principios de 2019, los bancos tendrán que informar a cada cliente de las comisiones que le cobran, por imposición de la UE. Nuestra esperanza es que cada vez tienen más peso los bancos online (casi sin comisiones) y que las telecos y los gigantes de Internet ofrecen cada vez más servicios bancarios. Urge otra banca, más transparente y más barata.
enrique ortega |
La banca salió de la crisis en 2013 (ganó 9.353 millones frente a los 1.704 millones perdidos en 2012) y después ha ido mejorando beneficios año tras año, hasta los 15.264 millones ganados en 2017 (+41,5%), según la patronal AEB. Y este año ha ganado ya 8.539 millones hasta junio, así que será otro ejercicio mejor, gracias, como en los años anteriores, a que los bancos prestan ahora más dinero (sobre todo para créditos personales e hipotecas), han recortado drásticamente sus costes (cerrando 18.000 oficinas desde 2007, 1 de cada 4, y reduciendo 89.500 empleados, 1 de cada 3), vendiendo activos, participaciones e inmuebles, reduciendo sus provisiones o saneamientos y aumentando los ingresos por comisiones a los clientes.
Precisamente, los ingresos
por comisiones llevan aumentando desde 2014 (16.655 millones), hasta
alcanzar los 19.107 millones ingresados
en 2017, un 14,7% de aumento en tres
años, según las cuentas de la AEB. Y este año 2018,
de enero a junio, los ingresos por comisiones eran ya 9.810 millones, un 2,6% más que el año
pasado, con lo que rondarán los 20.000
millones este año. Y así, los ingresos
por comisiones son cada vez más importantes para la banca: si en 2014
aportaban el 21,74% de su margen bruto,
este año aportan ya el 23,45%. O sea, que una cuarta parte de los beneficios de la
banca vienen de las comisiones que nos cobran. Y eso es la media, porque
los ingresos por comisiones de los 5 grandes bancos han sido de 6.674 millones de euros
hasta septiembre, un 9,87% más que en
2017: Santander (1.997 millones, +20,5%), CaixaBank (1.730 millones, +3,4%),
BBVA (1.268 millones, +8%), Sabadell (880 millones, +11,1%) y Bankia (799
millones, +3,1%). Y esos ingresos por comisiones
suponen el 28% del margen bruto de los 5 grandes.
La patronal bancaria se justifica en que las comisiones son más bajas en España que en
Europa y que somos el 2º país con los
servicios bancarios más baratos: 38
euros de coste medio, frente a 181 euros en Alemania, 135 euros en Francia,
119 euros en Italia y 20 euros por cliente en Reino Unido, según un informe encargado a Deloitte. Y además, que la banca española es la que ofrece más servicios al cliente:
115 servicios financieros (87 de ellos gratis) frente a una media de 82 en la
Unión Europea. Y creen que “hay margen para aumentar el cobro de
comisiones”, porque en España rondan el 25% del margen mientras en Europa aportan el 30% del negocio y en Alemania y Francia el 35%.
Al margen de este estudio, la sensación de los clientes es que sí pagan muchas comisiones, más
cada año, como revelan las propias cuentas de la banca. Y ADICAE estima que los
españoles pagaban en 2017 una media de 400 euros anuales en comisiones, 80 más que en 2016. Y en
contrapartida, cada vez recibimos menos de
la banca por nuestros ahorros. Por las cuentas
corrientes se paga un interés del 0,03% (miles de millones de euros que la
banca consigue casi gratis), por los depósitos
a 1 año nos pagan el 0,04%
(frente al 0,30% en la zona euro) y por los depósitos a más de 2 años un 0,12% (frente al 0,69% que pagan los
bancos en la zona euro), según los últimos datos del Banco de España. Y además, nos cobran más que los bancos europeos por los créditos al consumo (8,80% TAE frente a 6,32%) y las hipotecas (2,21% frente al 2,09% en la zona euro).
Volviendo a las comisiones,
la estrategia de la banca en los
últimos años es cobrar más y por casi
todo (ver comparador), para asegurarse así una cuarta parte de su margen.
Hagamos un repaso. Empezamos pagando por
tener una cuenta corriente: entre 74,86 euros anuales (Santander), 88 euros
(Bankia) y 142,8 euros en una cuenta sin
nómina ni ingreso de recibos, según los datos del Banco de España. La estrategia es cobrar esa comisión a
una parte de los clientes, los no
vinculados (no tienen nómina ni tarjeta ni recibos), que pueden ser entre
el 20 y el 50% de todos los clientes de cada entidad. Otra vía de comisiones es
cobrar las transferencias, un
porcentaje sobre lo transferido (del 0,51 al 0,95%), con un mínimo por
operación. Y luego están los jugosos
ingresos por descubiertos, por partida
doble: un tipo de interés sobre las cuantías en números rojos (entre el 7,18 y
el 7,3% anual) y además una comisión sobre el monto máximo alcanzado (del 1,82
al 5%), con un mínimo (15 a 18 euros).
Otra vía de recaudar comisiones son los cajeros, donde se cobra un importe por las retiradas de dinero en
bancos de otras redes, importe que oscila entre 0,98 y 2 euros por operación. Y
cada vez tienen más peso las comisiones cobradas por la retirada de dinero en el extranjero, ya sea por cajero (del 3% al 5%, con un
mínimo de 2 a 3 euros por retirada) o con la tarjeta de crédito (la retirada de
dinero es mucho más cara).
Una importante fuente de comisiones para la banca son las tarjetas de crédito y débito. Para
algunos clientes más vinculados son gratis, pero muchos pagan por la emisión y
renovación anual, entre 25 y 35 euros por tarjeta y más. Y en el caso de las tarjetas “revolving”, donde se aplaza el pago (se abona una cantidad fija al
mes), se paga a cambio un interés
que muy elevado: ronda el 20% anual (interés mensual del 1,5%) Son así un tercio de todas las tarjetas de
crédito que tenemos (12 millones de las 35,77 millones de tarjetas de crédito que había en junio de 2018). A eso hay que
añadir los elevados costes por descubierto si superamos los
límites de la tarjeta: se pagan dos comisiones, una por reclamación de
posiciones deudoras (35 euros) y otra por descubierto (30 euros), más los
intereses de demora (20% TAE). Y en las tarjetas de crédito, no olvidemos las
comisiones bancarias que pagan los
comercios por cada compra y el coste de los terminales (TPV).
Las hipotecas son otro granero de comisiones para la banca. Es habitual que las entidades
cobren una comisión de apertura, que
oscila entre el 1 y el 1,5% para las hipotecas a tipo fijo y entre el 0,5% y el
2,14% en las hipotecas a tipo variable. Otras veces se sustituye por una comisión
de estudio pero hay entidades que la cobran adicionalmente. Hay entidades que
también cobran el coste del registro de la hipoteca. Y por supuesto, hay otra
comisión por cancelación anticipada, parcial o total (del 0,25 al 0,50%). Además, en algunos casos se exige también para contratar una hipoteca domiciliar la nómina, contratar una tarjeta o incluso contratar un plan de pensiones
Y muchas hipotecas llevan aparejadas la obligación de contratar un seguro de vida y hasta de
hogar. Los seguros son una de las mayores fuentes de comisiones de la banca, tanto
que la banca ya controla el 70% de todas las primas de seguros de vida y Vida
Caixa, una filial de CaixaBank ha superado ya a Mapfre como primera aseguradora
en volumen de primas. Los bancos han puesto a sus sucursales a
vender seguros para salvar el margen y lo pagan los clientes, que pagan de media un 48,3% más por hacerse un seguro de vida en un banco (Sabadell y
Santander son los más caros) que en una aseguradora.
Otra mina para las comisiones son los Fondos de inversión, que ingresaron 2.012 millones en comisiones en
2017, un 11,7% más, no sólo porque ha aumentado el patrimonio gestionado sino
porque han aumentado las comisiones de
gestión: del 0,87% en 2016 al 0,94% en 2017 en los 30 mayores gestores de
Fondos. Y los clientes de Fondos no sólo pagan la comisión de gestión (al comprar el fondo) sino
también una comisión de depósito y gastos
varios (de auditoría, registro en la CNMC, folletos y comunicaciones). Al
final, el coste medio de un Fondo está en el 1,24%, por encima de lo que se
paga en Europa.
También se pagan comisiones a los bancos por la compra y
tenencia de Planes de pensiones. Todos cobran una comisión
de gestión, rebajada el año pasado, de hasta el 1,25% (0,85% en los Planes de
renta fija, 1,30% en los de renta mixta y 1,50% en los de renta variable) y
además una comisión de depósito de hasta el 0,20%. Comisiones en muchos
casos que se
comen la escasa rentabilidad de los Planes de pensiones privados.
Y quedan las comisiones por operar en Bolsa y tener una cartera de valores, comisiones que
todos los bancos han subido mucho este año. Por un lado, los inversores pagan
una comisión al operar en Bolsa,
según el tipo de valor y la cuantía, un porcentaje muy variable según las
entidades (entre el 0,20 y el 0,50%, con una cuantía mínima por operación).
Luego se paga una comisión de custodia, trimestral o semestral (del 0,50 al 0,80%
sobre el valor de la cartera) y una comisión por el cobro de dividendos (del 0,30 al 0,40%, con un mínimo), más
los habituales gastos de correo.
Sumando, sumando, sale lo que pagamos cada año a la banca por
nuestras cuentas, tarjetas, créditos, hipotecas, seguros e inversiones. Y cada
año nos encontramos con sorpresas de nuevas comisiones, como las que pagan ahora algunos clientes por hacer ingresos por ventanilla o transferencias en las oficinas. En
general, cada año, los bancos hacen sus cuentas de cuanto quieren ingresar por transferencias y reorganizan sus tarifas para lograrlo, fijando unas directrices
para cobrar a sus clientes. Y en los dos últimos años, la estrategia de todas
las entidades ha sido la misma: subir las comisiones a los clientes menos vinculados, a los no rentables
porque tienen una cuenta pero no tienen la nómina ni tarjeta ni operan. A esos,
“crujirlos” a comisiones. Si se van,
no importa. Y al resto, tratar de negociar las comisiones, sabiendo el cliente que tiene poco margen porque todos las cobran.
Cara al futuro, todo apunta a que nos van a seguir subiendo las comisiones. Primero, porque los
bancos todavía las necesitan para
mejorar sus beneficios, dado que el crédito aún está débil y los tipos de
interés (la base de su negocio) todavía estarán bajos hasta 2020, porque no se
espera que el BCE suba los tipos hasta el otoño próximo (al 0,25%) y estarán por
debajo del 2% hasta 2021. Además, los
bancos españoles van a necesitar “ingresos extras” para compensar que ahora
tienen que pagar el impuesto de las hipotecas (el de Actos Jurídicos
Documentados), lo que encarecerá
sus costes en 1.100 millones anuales, según la estimación de GESTHA.
Este mayor coste de
las hipotecas se lo trasladarán a los clientes, como han advertido algunos bancos. Hay dos vías. Una, subir el precio de la hipoteca:
con muy poco basta. Subir un 0,1% el tipo de interés de una hipoteca de 150.000
euros supone para el banco ingresar 2.043 euros más de intereses en los 25 años
de vida del crédito. Con este ingreso
extra pagan de sobra el impuesto de AJD, que oscila entre el 0,5 y el 1,5% del
valor del inmueble (unos 1.500 euros), según el cálculo de Cinco Días. La otra
vía, “más discreta”, es aumentar las
comisiones que cobran en la gestión de las hipotecas (y si no da, en otras
comisiones), para ingresar esos 1.100 millones más que ahora les obligan a
pagar.
Así que todo apunta a que seguiremos pagando crecientes comisiones, con la “bendición” del Banco de España, cuyo gobernador animó en 2016 a la banca a “subir comisiones” porque “tienen margen para hacerlo”… Lo positivo es que en 2019 sabremos las comisiones que pagamos,
porque el 31 de octubre ha entrado en vigor la trasposición de una Directiva europea de 2014 que obliga a todas las entidades financieras
europeas a informar a sus clientes de las comisiones asociadas a la apertura y
mantenimiento de una cuenta corriente y a entregar cada año un documento (“Estado
de comisiones” ) con información detallada sobre los gastos en que han
incurrido los clientes y los tipos de interés vinculados a dicha cuenta. Y
además, en 2019 estará aprobada en el Congreso la reforma de la Ley Hipotecaria, que obligará a englobar todas las
actuales comisiones que se pagan con la hipoteca en un único pago, lo que hará
más transparente lo que paguemos. Y si se crea el Defensor del Cliente bancario (verdaderamente independiente, al margen de
los Defensores de cada banco y del Banco de España), como ha prometido el presidente
Sánchez, tendrá bastante trabajo con asegurar
unas comisiones justas y transparentes.
Pero no será fácil rebajar y clarificar las
comisiones y menos si la gran banca se hace más fuerte, con la venta de
Bankia y posibles fusiones. De hecho, los
5 grandes bancos copan ya el 68% del mercado bancario, un poder que sólo
supera la banca de Grecia, Holanda y Finlandia, según los datos del BCE. Y en unos años, si hay fusiones, estos 5 grandes controlarían el 85% del mercado, según un estudio del Citi. Con tanto poder,
es más fácil imponer comisiones a los clientes y que no encuentren donde
irse para pagar menos.
La mayor esperanza está en “la nueva banca”, la banca online que está creciendo sobre los móviles y la banca promovida por las grandes empresas de telecomunicaciones y los gigantes de Internet. También tratarán de cobrarnos sus servicios, pero más que con burdas comisiones, consiguiendo nuestros datos para revenderlos. Ya operan en España bancos digitales sin oficinas como el banco alemán N26 o el británico Revolut. Y en 2019 llegará Orange Bank, mientras Amazon, Google, Facebook o Apple multiplican sus servicios financieros a los clientes digitales y cada vez serán más bancos, la verdadera competencia de “los 5 grandes bancos” españoles. Necesitamos otra banca, más transparente, más eficiente y más justa, cuyos beneficios no dependan de agobiarnos a comisiones. Una banca nueva.
La mayor esperanza está en “la nueva banca”, la banca online que está creciendo sobre los móviles y la banca promovida por las grandes empresas de telecomunicaciones y los gigantes de Internet. También tratarán de cobrarnos sus servicios, pero más que con burdas comisiones, consiguiendo nuestros datos para revenderlos. Ya operan en España bancos digitales sin oficinas como el banco alemán N26 o el británico Revolut. Y en 2019 llegará Orange Bank, mientras Amazon, Google, Facebook o Apple multiplican sus servicios financieros a los clientes digitales y cada vez serán más bancos, la verdadera competencia de “los 5 grandes bancos” españoles. Necesitamos otra banca, más transparente, más eficiente y más justa, cuyos beneficios no dependan de agobiarnos a comisiones. Una banca nueva.
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