jueves, 8 de mayo de 2014

Los nuevos españoles


Somos un millón más de españoles, pero más viejos y con menos hijos. Vivimos repartidos en más hogares, porque hay más viejos que viven solos, aunque un tercio de los jóvenes siguen con sus padres. Somos el país con más propietarios de Europa, pero crece el alquiler. Tenemos más del doble de paro y sólo trabajan 17 millones de personas, la mitad de las personas en edad de trabajar. La mitad de los españoles viven ya con menos de 1.000 euros al mes, con lo que han restringido su consumo, centrado en marcas blancas y productos low cost. Y el ocio lo centramos en la TV e Internet. Este puede ser el retrato robot de los nuevos españoles, tras la crisis. Ahora, el reto básico es conseguir un empleo para los 3.802.800 que lo han perdido desde 2007. Y una herramienta clave es la educación y la formación, además de reanimar la economía. Habrá que recuperar una década perdida.
 
enrique ortega

La crisis ha forzado el retorno de inmigrantes y la marcha de españoles al extranjero (524.910 entre 2008 y 2014, según el INE), con lo que la población se redujo en 2013 en 404,619 personas, aunque vivimos 46.725.164 personas en España (41.724.906 españoles y 5 millones de extranjeros), un millón más que en 2007. Lo más llamativo es el envejecimiento de la población: el 19,5% tiene más de 65 años, más de 9,11 millones de viejos, cuando en 1975 eran sólo 3,5 millones (10,5% del país). La crisis de fecundidad de los años 80 y 90 ha desplomado la tasa de natalidad en España (1,38 hijos por mujer, frente a 1,59 en UE-27) y con ello, los jóvenes entre 15 y 29 años han disminuido un 20% en España en la última década. Hay menos niños y  el 30% son hijos únicos. Para 2052, el 36,58% de los españoles (15,2 millones) serán viejos, según el INE.

Los españoles vivimos más dispersos que antes: en 18,21 millones de hogares, frente a 14,18 millones en 2001, según el INE. La familia más frecuente (35%) es la pareja con hijos, aunque han caído en picado las familias numerosas (sólo 3,2% hogares) y lo habitual es con uno o dos hijos, mientras crecen los hogares con un cónyuge sólo (82% madres) con hijo (9,4%). También crecen los viejos que viven solos (24,2% hogares), la mayoría mujeres con más de 65 años (llamativo: un tercio de los mayores de 85 años viven solos). Y un tercio de los jóvenes  siguen viviendo con sus padres (el 48,5% de los que tienen entre 25 y 29 años).

España es un país de propietarios, con un 78,9% de españoles que viven en propiedad, frente al 60% de media en Europa (44% en Alemania), pero ha crecido la vivienda en alquiler (del 11,4% en 2001 al 13,5% en 2013, según el INE). La mayoría de los pisos tienen entre 76 y 90 metros cuadrados y un tercio de los hogares tienen 5 habitaciones. De los 14,37 millones de propietarios, casi  un tercio (4.312.000 hogares) tienen su hipoteca pendiente de pagar y dos tercios de ellos dedican más del 40% de sus ingresos a pagarla cada mes.

A finales de marzo, sólo trabajaban 16.950.600 españoles (9,1 millones hombres y 7,7 millones mujeres), poco más de la mitad (55,8%) de las personas en edad de trabajar (16-65 años) y 3,8 millones menos que en 2007. De ellos, unos 3 millones son autónomos y de los 13,9 millones de asalariados, un 23% tienen contrato temporal y el 77% fijo. Los sueldos llevan cayendo desde 2010 (más desde 2012), siendo el salario más frecuente 15.500 euros brutos al año (2012), según el INE. Y 7,5 millones de trabajadores declaran a Hacienda ser mileuristas, ganar menos de 1.000 euros al mes (la mitad son minieuristas: ganan entre 400 y 1.000 euros).

Una cuarta parte de los españoles viven del Estado: parados, pensionistas y dependientes. El paro roza los 6 millones (5.933.300 a finales de marzo), frente a 1,77 millones antes de la crisis (junio 1977). El 40% lleva más de 2 años sin trabajo (2,41 millones). Y más de la mitad de los parados EPA no cobran ya ningún subsidio: sólo 2.750.074 (el 46,3%) cobraban algún subsidio en febrero (1,1 millones de parados cobraban la prestación contributiva de 823 euros al mes y el resto la asistencial de 426 euros). Por otro lado, hay 8.328.658 pensionistas, que perciben una pensión media de 867,53 euros al mes, todavía baja pero un 21,6 % superior a la de antes de la crisis (713 euros en 2008), con lo que han ganado poder adquisitivo (+11%). Claro que todavía hay medio millón de pensionistas que cobran menos de 400 euros y otros 3,22 millones que reciben una pensión entre 400 y 700 euros al mes. En tercer lugar, hay 737.754 familias que reciben ayudas a la dependencia (que se han recortado drásticamente desde 2012), entre 400 y 530 euros de media al mes (la mayoría para cuidar a personas mayores), mientras otras 186.138 con prestación reconocida están pendientes de recibirlas. Y luego, otras 200.000 familias reciben la renta de inserción, unos 400 euros de ayuda de las autonomías.

Con el recorte salarial y de las ayudas públicas, los ingresos de los españoles han caído drásticamente con la crisis, entre un 10% (Fundación la Caixa) y un 15% (Fundación BBVA e IVIE), mientras crecían los beneficios y márgenes empresariales. Con ello, la renta media de los españoles es de 24.400 euros (2012), la tercera más baja de la zona euro (tras Grecia y Portugal), un 96% de la renta media comunitaria (25.500 €), cuando antes de la crisis teníamos el 106% de la renta europea (2007). Y hay un dato llamativo: la mitad de los españoles vive con menos de 1.000 euros al mes, según acaba de publicar Eurostat. Y además, España es el segundo país europeo (tras Irlanda) donde  más ha crecido la pobreza con la crisis y hay 13,1 millones de españoles (28,2% de la población) en el umbral de la pobreza. Y lo peor: España es el segundo país europeo (tras Rumanía) en pobreza infantil: 2.826.549 niños, uno de cada tres, está en riesgo de exclusión según Save the Children.

Con esta caída de las rentas, un 17% de los hogares tienen dificultad para llegar a fín de mes, un 41% no puede afrontar gastos imprevistos y un 46% no puede tomar vacaciones una semana al año, según el INE. Por todo ello, los españoles hemos  reducido drásticamente nuestro consumo: el gasto por hogar ha bajado un 12,5%, de 32.000 euros (2007) a 28.152 (2012). Ahora gastamos menos en ocio (5,9%), hoteles, bares y restaurantes (8,7%), transportes (11,8%), ropa y calzado (3,1%), muebles y equipamiento de la vivienda (4,4%), pero gastamos más en vivienda, luz y agua (32% gasto), alimentación (14,7%) y tres gastos en los que antes gastábamos poco: comunicaciones (3,06% para teléfono e Internet) y salud (3,1%) y enseñanza (1,1%), por los recortes del Estado. Eso sí, hemos cambiado los hábitos de compra y cada vez comprados más marcas blancas (37% cesta compra) y ofertas low cost (viajes, seguros, restaurantes, coches, telefonía, ropa, transportes, cine, pan…). Y también ha cambiado el ocio: salimos menos fuera de casa y nos concentramos en ver TV (4 horas y 3 minutos de media en 2013) e Internet (25 millones de internautas enganchados).

Cara al futuro, la primera preocupación de los españoles es que vuelvan a trabajar la mayoría de las 3.802.800 personas que han perdido su empleo con la crisis y sus hijos, además de que mejoren los salarios y condiciones de trabajo del resto. Eso pasa porque se recupere con más fuerza la economía de Europa y tire de España, con la ayuda de menos recortes y más medidas para reanimar el consumo, la inversión y la economía. Pero aquí, un factor clave es la educación: casi la mitad de los españoles entre 24 y 64 años (46%) tiene un nivel educativo básico (no superan la primera etapa de la ESO), casi el doble que la media europea (24%), según la OCDE. Y sólo el 22% de españoles tienen estudios medios (bachillerato y PF), frente al 48% en Europa, aunque tenemos más universitarios (32% frente a 29%).

La primera consecuencia de tener un nivel educativo tan bajo es que tenemos más del doble de paro, porque los menos formados son los primeros que han caído con la crisis (la tasa de paro de los analfabetos es del 50,3% y de los universitarios del 12,8%) y porque con baja formación es difícil encontrar trabajo: un 55% de los parados no superan la primera etapa de la ESO. Y eso será peor en el futuro, según la UE: para 2020, el 50% de los empleos serán para trabajadores con niveles medios de formación (sólo tenemos el 22% de españoles), el 35% serán para niveles altos y sólo quedarán un 15% de empleos para personas con baja formación (el 46% de los españoles). Dramático.

Hay que ponerse las pilas ya, mejorando la formación de los parados y trabajadores y preparando lo mejor posible a los jóvenes, luchando a muerte contra el abandono escolar temprano, que agrava nuestro futuro : el 23,5% de los jóvenes de 18 a 24 años había dejado sus estudios tras completar la educación obligatoria (ESO) en 2013, frente al 11,9% en Europa (y el 9,7% en Francia o el 9,9% en Alemania). Hace falta tomar conciencia del problema y afrontar la brecha de formación de España frente a Europa. Con o sin crisis es nuestro mayor problema estructural, junto al escaso peso de la industria y la tecnología. Hay que terminar de una vez con los recortes en educación (-7.300 millones, un -16,7% desde 2010) y en formación para trabajadores y parados (-2.413 millones, un 25% menos desde 2009), volcando más recursos y esfuerzos en formar a los españoles para el futuro. Si no, saldremos de la crisis, tras perder una década, pero no cogeremos el tren de 2020.  

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