lunes, 28 de octubre de 2024

EPA verano 2024: empleo récord y mucho paro

El empleo sigue creciendo en España, aunque menos este verano que el anterior. Y tenemos 21.823.000 personas trabajando, otra cifra récord  y 2 millones más que antes de la pandemia. También bajan los parados, medio millón de parados menos que en 2019. Cara al futuro, el Gobierno ha enviado a Bruselas un Plan donde contempla crear 1,6 millones de empleos entre 2024 y 2026, gracias al fuerte crecimiento, los Fondos europeos, el tirón del consumo, turismo y exportaciones, más el dinamismo de los inmigrantes. Pero hay un punto negro: España tiene casi el doble de paro que Europa y las previsiones internacionales indican que superará el 11% en 2025. Hay que afrontar esta divergencia histórica con Europa. Urge un Plan de choque para reducir las bolsas de paro entre jóvenes, mujeres y mayores de 45 años (1,48 millones). Y eso exige un acuerdo entre Gobierno, patronal , sindicatos y autonomías, quienes gestionan (mal) las políticas de empleo. No hay que dormirse en los récords.

                                        Enrique Ortega

El verano suele ser una buena época para el empleo, por la temporada turística y los contratos en la enseñanza. Este año también, aunque el empleo ha crecido algo menos que el verano anterior: se han creado + 138.300 empleos entre junio y septiembre de 2024, según la EPA conocida el viernes, frente a +188.000 creados el verano de 2023 y los mismos que el anterior (+138.300 el verano de 2022). Con ello, se han creado ya +433.300  empleos este año. Y en España hay ya 21.823.000 personas trabajando, otro récord histórico tras el de junio 2024 (21.648.700 ocupados), el mayor número de personas trabajando en España (hubo un máximo de 20.646.000 ocupados en junio 2008).

En el tercer trimestre, el aumento del empleo ha sido gracias a los servicios (+152.700 empleos), sobre todo la hostelería, el turismo y el comercio, pero también creó empleo la industria (+23.400), estancándose en la construcción (sólo +500 nuevos empleos) y cayendo en la agricultura (-47.800 empleos). El empleo se creó solo en el sector privado (+155.500 empleos) , perdiéndose empleo público (-17.100), según la EPA. Y se ha creado casi cinco veces más empleo entre los hombres (+114.800 empleos) que entre las mujeres (+23.500), cayendo el empleo sólo entre los jóvenes de 25 a 34 años (-23.900 ocupados)  y entre los de 40 a 44 años (-13.200 empleos). Y del empleo creado (+138.300), 73.000 trabajos han sido para extranjeros y 63.300 para españoles. Por autonomías, el empleo ha crecido en 11 regiones, encabezadas por Cataluña (+53.500 ocupados), Castilla y León (+32.100), Baleares (+35.200) y Andalucía (+24.500) , cayendo en las 8 regiones restantes, sobre todo en Comunidad Valenciana (-42.300), País Vasco (-41.900) y Madrid (-12.600).

Esta nueva mejora del empleo en el tercer trimestre (+138.300) se traducido también en una mejora del paro, que bajó ligeramente en verano (-1.200 parados), cuando había subido en el verano de 2023 (+86.300) y 2022 (+31.100 parados), según la EPA. Ello se debe a que este verano han aumentado menos los españoles “activos”, que buscan trabajo: han aumentado sólo en 137.100, la mitad que el verano anterior (+274.300), permitiendo así bajar las cifras del paro. Con todo, en España hay un récord histórico de personas activas (que trabajan o buscan trabajo), un indicador del fuerte dinamismo del mercado laboral, empujado por los inmigrantes: 24.577.100  personas “activas”, 1,5 millones más que antes de la pandemia (23,08 millones en el verano de 2019).

El  paro bajó en el tercer trimestre (-1.200 parados), gracias a que encontraron trabajo muchos que lo habían perdido hace más de un año (-40.800 parados), bajando también el paro en la construcción (-12.300 parados) y los servicios (-3.600) y subiendo en la agricultura (+20.700 parados) y entre los que buscan su primer empleo (+ 41.800 parados. El desempleo bajó sólo entre las mujeres (-5.300 paradas) y aumentó  entre los hombres (+4.100 parados). Y también creció entre los más jóvenes (+53.100 parados menores de 25 años), bajando sobre todo entre 25 y 54 años (-62.600 parados). Por autonomías, el paro bajó en 12 regiones, sobre todo en Cataluña (-21.400), Castilla la Mancha (-12.600), Baleares (-10.900) y Asturias (-10.100), subiendo mucho en Madrid (+47.000 parados), Comunidad Valenciana (+35.100) y Canarias (+6.100), por el final de la temporada turística.

La cifra total de parados EPA se reduce en un millón desde el fatídico verano de 2020 (pandemia) y queda en 2.754.100 parados estimados a finales de septiembre 2024, un dato que no se veía desde septiembre de 2008 (2.600.700 parados). Y la tasa de paro baja al 11,21%, según la EPA, mucho más baja que antes de la pandemia (13,78% en 2019) y la menor tasa de paro desde el verano de 2008 (11,23%). Eso sí, todavía duplicamos la tasa de paro europea (5,9% en la UE-27) y cuadruplicamos la alemana (3,5% de paro), según Eurostat.  Y baja ligeramente la tasa de paro de los  jóvenes (menores 25 años), al 26,89% (la más baja desde 2008), que casi duplica la europea (14,3% en la UE-27).

Hay otros datos preocupantes del paro que mejoran. El primero, que hay 854.500 hogares con todos sus miembros en paro (-74.800 menos que hace un año). El segundo, que baja el paro en las 6 regiones con mayor tasa de desempleo, aunque sigue alta: Ceuta (29,30% de paro), Melilla (27,29%),  Andalucía (16,06%), Canarias (14,40%), Extremadura (13,79%) y Comunidad Valenciana (13,04%). Contrastan con 6 autonomías que tienen una tasa de paro casi europea : Baleares (6,17%), Cantabria (7,17%), País Vasco (7,61%), Navarra (7,72%), Cataluña (8,83%) y Galicia (8,84%). Y el tercero, que bajan los parados de larga duración, los que llevan más de 1 año sin trabajo: son 1.025.000 parados, el 37,21% de los parados (eran el 39,67% el trimestre pasado, pero el 43,5% a finales de 2019).

Esto provoca que a muchos parados se les acabe el desempleo y no cobren ya ningún subsidio, pasando a una situación de pobreza extrema. En agosto de 2024, último dato de Trabajo, cobraban alguna ayuda 1.845.877 desempleados: la mitad cobraban un subsidio contributivo (según lo cotizado) de 958 euros de media y el resto (49,8%) cobraban un subsidio asistencial de 480 euros. Eso significa que sólo dos tercios (el 67%) de los parados estimados por la EPA de septiembre (2.754.100) cobran alguna ayuda por desempleo. Y que 908.300 desempleados no cobran ningún subsidio.  Y si contamos los que están registrados como parados en el SEPE (2.575.285) , cobran ayudas el 71,67%.

La mejor noticia es que el empleo que se está creando en 2024 sigue siendo menos precario, de más calidad, gracias a la reforma laboral aprobada a finales de 2021. El balance de enero a septiembre es muy positivo: un 42,39% de todos los contratos firmados estos 9 meses (11.408.900) han sido indefinidos (4.836.300 contratos), aunque este porcentaje es ligeramente inferior al de enero-septiembre 2023 (43,56%). Y apenas sube sobre el porcentaje de indefinidos de todo 2023 (42,87% de los contratos). Pero supone un salto tremendo sobre los indefinidos antes de la reforma laboral: en 2021, sólo el 10,9%  de los contratos eran indefinidos. Y entre 2014 y 2020, sólo eran indefinidos entre el 6 y el 8% de los contratos. Además, en lo que va de año, más de la mitad de los nuevos contratos (56,30%) son a tiempo completo, más de la cuarta parte (29,42%) a tiempo parcial y el resto, fijos discontinuos (1.628.400), que son los contratos fijos que se hacen a muchos que antes eran temporales en el turismo, hostelería y construcción.

El resultado evidente de la reforma laboral es que aumentan mes a mes los asalariados con contrato indefinido, que eran el 74% de los asalariados hace dos años (septiembre 2021), un 79,81% hace un año y que ahora son ya el 83,59%, con un 16,41% todavía de asalariados con contrato temporal, el mayor porcentaje en Europa (la media de temporalidad en la UE-27 es del 14,1%). Los que más se están beneficiando de los contratos fijos son los jóvenes, cuyos contratos son ahora fijos en un 75% (antes de la reforma, lo eran menos de la mitad).Y además de conseguir más contratos indefinidos, la reforma laboral está consiguiendo contratos temporales que duran más, al penalizar la cotización de los contratos por días o menos de una semana, que ahora se hacen mucho menos.

En resumen, aunque el empleo creció menos este verano (+138.300 ocupados) que en primavera (+434.700) y que el verano pasado (+188.000 ocupados), sigue mejorando, a pesar del estancamiento en Europa y los conflictos de Ucrania Y Oriente Próximo. Los expertos muestran su extrañeza por el alto nivel de empleo en todo el mundo, con la tasa de paro más baja en los 38 paises de la OCDE desde principios de siglo (4,9% en agosto de 2024, frente al 5,39%  en 2019, antes de la pandemia, el 8,58% en 2009 y el 6,75% en 2001). Una bonanza del empleo en Occidente, a pasar de la inflación, los tipos altos y la guerra, motivada por el elevado gasto público tras la pandemia, las ayudas contra la inflación, la moderación salarial y el aumento de los beneficios empresariales, el envejecimiento de la población (hay menos mano de obra disponible) y la vuelta de mucha producción de Asia y paises en desarrollo a los paises desarrollados, tras los “embudos” en las cadenas de producción post-pandemia.

Esta mejoría internacional del empleo en los últimos años ha sido mayor en España, según los datos oficiales: el 60% de todo el empleo creado en Europa en 2023 se ha creado en España. Respecto a diciembre de 2019 (antes de la pandemia), la creación de empleo aumentó más en España (+7,1% hasta septiembre 2023) que en Francia (+4,9%), Italia (+2,2%) o Alemania (+1,3%). Y si analizamos la creación de empleo desde diciembre de 2021 (antes del inicio de la guerra en Ucrania), también se ha creado más empleo en España (+5,2% hasta septiembre 2023) que en Italia (+3,2%), Francia (+1,7%) o Alemania (+1,6%). Y en los 9 primeros meses de 2024 se han creado otros 433.000 empleos. Las razones son varias: el mayor tirón del turismo y los servicios, la menor caída de las exportaciones, el menor peso de la industria (que está creando menos empleo), la menor inflación y los salarios más bajos, que mejoran nuestra competitividad.

Pero ahora, cara al 4º trimestre de 2024 y, sobre todo, ante 2025, preocupa el futuro del empleo, en Occidente y más en Europa, dado el bajo crecimiento esperado, los altos tipos (a pesar de las 3 rebajas del BCE) , la incertidumbre sobre la energía y la inflación y los conflictos geopolíticos. Por eso, tanto la OCDE como el FMI auguran una menor creación internacional de empleo en 2024  y, sobre todo, en 2025. Mientras, el Gobierno Sánchez acaba de enviar a Bruselas su Plan económico a medio plazo, donde refleja sus previsiones de empleo: prevé la creación en España de casi 1,6 millones de empleos entre 2024 (+556.132 empleos), 2025 (548.645) y 2026 (494.878 empleos), con lo que España rozaría los 23 millones de ocupados en 2026 (22.989.350), otro hito histórico.

El Gobierno justifica esta fuerte creación de empleo entre 2024 y 2026 en varios “motores”: el fuerte crecimiento de la economía española (+2,7% en 2024, lo mismo que en 2023, aunque el FMI cree que creceremos un +2,9%, otro +2,5% en 2025 y +2,2% en 2026), el tirón de la inversión por los Fondos europeos, la fuerza del consumo y las exportaciones españolas (que crecen más que otras europeas), las reformas económicas y laborales (reforma del desempleo en 2025) y, sobre todo, el dinamismo del empleo, gracias a la alta actividad y el empleo de los inmigrantes (y la regularización de 500.000 “irregulares” en 2025).

El punto negro de estas previsiones sigue siendo el paro, que seguirá muy alto: el Gobierno ha enviado a Bruselas una previsión de que acabará el año 2024 en el 11,2% (como está ahora), lo que casi duplica el paro previsto en la UE-27 (6,1%). Y prevé bajarlo al 10,3% en 2025 (6% en la UE-27), aunque el FMI y la Comisión Europea lo ponen en duda y creen que el paro español seguirá el año próximo por encima del 11%. La clave es cómo conseguir que nuestro mayor crecimiento aporte empleo suficiente para atender a más demandantes de empleo, conseguir que en España trabaje más gente y tener una tasa de paro “europea”. Mucho tiene que ver con el modelo económico y nos obliga a una reforma a fondo de las oficinas de empleo, que apenas ayudan a los parados a recolocarse.

Por todo esto, no hay que caer en la complacencia: crecemos más que la mayoría de los paises y creamos más empleo, pero seguimos teniendo casi el doble de paro que Europa. Y eso nos obliga a reformar y modernizar la economía, a promover la creación de empleo en múltiples empresas y sectores (que siguen “cortos de personal”), mejorar la formación y la empleabilidad de la mano de obra y aprovechar los Fondos europeos,  la digitalización y la descarbonización de la economía para crear nuevos negocios y empleos. Pero, además, el Gobierno debería promover un Plan de choque, para reducir las bolsas de paro entre los jóvenes, las mujeres y los mayores de 45 años (son 1.485.685 parados, el 57,7% de todos los parados, “un ejército de parados” a los que hay que ofrecer una salida…). Y este Plan debe negociarse con patronal, sindicatos y autonomías, que son quieres gestionan las políticas de empleo y las oficinas del SEPE (mal, con pocos medios y escasa efectividad).

En resumen, sigue mejorando el empleo, pero preocupa que “pinche” en los próximos meses. Y todavía tenemos demasiado paro, concentrado en los mayores, las mujeres y los jóvenes, que siguen esperando una oportunidad. Crear más empleo y de calidad debería concentrar los esfuerzos esta Legislatura. Porque el empleo es la base de todo.

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