lunes, 14 de marzo de 2022

Una década exportando más

La guerra de Ucrania afecta a todo, frenando la recuperación y también las exportaciones españolas, que ya “nos han salvado” dos veces: en la anterior crisis (la recesión habría sido mayor entre 2009 y 2014 si las exportaciones no hubieran crecido) y en 2021, cuando han contribuido a la recuperación, con un aumento histórico del +21,2%, mayor que la subida de  exportaciones de Europa, EEUU y China. De hecho, las exportaciones españolas llevan 11 años subiendo, desde 2010, y han permitido (con el turismo) otro “milagro económico”: que España tenga superávit con el exterior en la última década, algo que no pasaba antes, donde la falta de divisas estrangulaba nuestro crecimiento y rebajaba nuestra solvencia. Ahora somos un país más “independiente”, lo que permite financiar el crecimiento y la deuda. Pero hay que “mimar” las exportaciones, demasiado centradas en Europa, en la maquinaria, los automóviles y la alimentación y en productos de bajo valor y poca tecnología. Hay que promover las exportaciones, para que nos salven otra vez.

Enrique Ortega

Uno de los mayores cambios de España en las últimas décadas ha sido que el país se ha abierto comercialmente al exterior, sobre todo con el ingreso en la CEE (1986) y en el euro (2000). De hecho, las exportaciones españolas llevan creciendo, año tras año, desde 1995 a 2021, con sólo tres años de caída (2008, 2009 y 2020), según los datos de Comercio. El tirón de las exportaciones se ha notado más desde 2010, cuando la anterior crisis obligó a las empresas españolas a buscar mercados fuera, ante la caída de la demanda dentro. Eso ha provocado que las exportaciones españolas se hayan más que  duplicado: de 159.889 millones vendidos fuera en 2009 a 316.609 millones exportados en 2021, un récord histórico. Y con ello, las exportaciones han ganado un enorme peso en la economía: si en 2009 aportaban sólo un 15% del crecimiento total (PIB), en 2021 han aportado un 26,31%, más de la cuarta parte. Y si añadimos a las exportaciones de mercancías las de servicios (trabajos realizados fuera por empresas españolas), la aportación de todas las exportaciones supone ya más de un tercio de la economía, el 35% en 2021 (22% en 2009).

Pero no sólo son importantes las exportaciones porque aportan un tercio del crecimiento total, sino también porque “nos han salvado dos veces en poco más de una década, contrarrestando el bajo crecimiento interno. La primera ocasión fue con la crisis de 2008: entre 2009 y 2013, la economía española estuvo en recesión, con bajadas del PIB, pero habríamos caído mucho más si las exportaciones no hubieran crecido esos años malos. Basten dos ejemplos. Uno, el año 2009, el peor año de la anterior crisis: el PIB cayó un -3,6%, pero hubiera caído mucho más si las exportaciones no hubieran aportado un +2,8% de crecimiento. Otro ejemplo, 2012, el 2º peor año de la anterior crisis: el PIB cayó -1,42%, pero la recesión hubiera sido mucho mayor si no hubiera sido por las exportaciones, que crecieron un +2,5%. Así que en estos años malos, las ventas fuera ayudaron a que no fueran peores.

Ahora, con la pandemia, las exportaciones nos han vuelto a salvar, cayendo menos que la economía en 2020 (-1,9% frente al -10,8% que cayó el PIB) y ayudando a la recuperación conseguida en 2021 (del +5% que creció el PIB, +0,4% lo aportaron las exportaciones).

Veamos qué ha pasado con las exportaciones en 2021. Batieron un récord histórico, con ventas al exterior por 316.609 millones de euros, un aumento del 21,2% sobre 2020 (el año en que cayeron un -10,21%, por la pandemia). Y hay que destacar que este tirón exportador en 2021 ha sido mayor en España que en el resto de Europa (las exportaciones de la UE crecieron un +17,1%), que en Alemania (+13,9%), Francia (+15,2%) o Reino Unido (+9,4%) e incluso crecieron más que en China (+21,1%), siendo sólo mayor el aumento exportador en Estados Unidos (+23,1%) y Japón (+21,5%), según datos de Comercio.

¿Qué exporta más España? En 2021, las mayores partidas de ventas al exterior son los bienes de equipo (18,6% de las exportaciones: maquinaria, motores, material de transporte y aparatos eléctricos), alimentos (18% del total, un récord histórico, destacando las ventas fuera de frutas y carnes), productos químicos y medicamentos (17% del total), automóviles (12,8%), semi manufacturas no químicas (11,2% del total: metales, hierro, papel y cerámica) y manufacturas de consumo (9,6%: textil, calzado y juguetes). Son más o menos los mismos artículos que España exportaba hace una década, pero han ganado peso las exportaciones de alimentos, productos químicos y medicamentos, más ropa y calzado, perdiendo peso las exportaciones de automóviles (16,1% del total en 2010, 12,8% ahora) y productos químicos.

¿A dónde exportamos? En 2021, casi dos tercios de todas nuestras ventas exteriores fueron a la Unión Europea (61,8%), destacando las exportaciones a la zona euro (54,5% del total), en especial a Francia (destino del 15,9% de nuestras exportaciones), Alemania (10,2%), Italia (8,4%), Portugal (7,9%), Bélgica (4,5%), Paises Bajos (3,6%) y Polonia (2,4%). Otro 11,8% de nuestras exportaciones van a paises europeos no comunitarios, destacando Reino Unido, donde nuestras ventas han caído con el Brexit (del 6,6% en 2020 al 5,9% en 2021), Suiza (1,8%), Turquía (1,7%) y Rusia (donde van sólo el 0,7% de nuestras exportaciones). Fuera de Europa, otro 10,1% de las exportaciones van a América (5,3% a EEUU y sólo el 4,6% a Latinoamérica, destacando el 1,3% que van a México), un 8,9% a Asia (destaca China, destino del 2,7% de nuestras exportaciones), un 2,4% a Oriente Medio, otro 5,8% a Africa (Marruecos, con el 3% es allí nuestro primer cliente) y el 0,6% se exporta a Oceanía.

En la última década han aumentado en España las empresas exportadoras, ahora unas 100.000 compañías, aunque sólo la mitad exportan habitualmente: 59.169 las empresas exportaron en 2021 “de forma regular” (el año pasado y los tres años anteriores), casi el doble que en 2010 (30.000). El problema es que la exportación está muy concentrada en pocas empresas: las 25 grandes concentran el 22,8% de toda la exportación y entre 5.000 empresas exportan el 87% del total, porque la mayoría de los exportadores son pymes, que venden poco (41.082 exportadores regulares exportan entre 50.000 a 500.000 euros), según Comercio. Y además, las empresas exportadoras se concentran en 5 autonomías, que acaparan dos tercios de la exportación: Cataluña (origen del 25,4% de las exportaciones), Madrid (12,6%), Andalucía (10,9%), Comunidad Valenciana (10,2%) y País Vasco (8,1%). Choca que Extremadura sólo exporte el 0,8% del total y Castilla la Mancha el 2,9%.

España se ha convertido en una potencia exportadora, ocupando ahora el puesto 18º en el último ranking mundial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), de 2020, donde hemos perdido 2 puestos sobre el ranking de 2009 (nos han adelantado Taiwán y Suiza). Y en ese ranking, encabezado por China (14,7% de cuota en el mercado mundial) y EEUU (8,1%), somos el 8º mayor exportador de Europa, con un 1,7% de cuota mundial (igual porcentaje que en 2009), sólo por detrás de Alemania (7,8%), Paises Bajos (3,8%), Italia (2,8%), Francia (2,8%), Bélgica (2,4%), Reino Unido (2,3%) y Suiza (1,8%).

A pesar del salto exportador y del récord histórico de 2021, las exportaciones españolas tienen varios problemas de fondo, estructurales. Por un lado, la excesiva concentración de nuestras exportaciones, tanto por su destino (el 61,8% van a los paises UE, mientras Alemania sólo exporta el 54% a los 27, según el último informe de Eurostat) como por su origen (dos tercios salen de 5 autonomías) y por el reducido número de empresas que exportan regularmente. Además, otro hándicap es que España exporta mercancías de bajo contenido tecnológico y poco valor añadido, con lo que compite más por precio que por innovación. Y eso hace que los exportadores españoles sean muy sensibles a los aumentos de costes, de la energía o de los salarios, con lo que “el milagro exportador” se ha asentado sobre los bajos salarios españoles : el coste salarial es de 16,8 euros por hora, un 22% menos que la media europea (24,2 euros por hora pagan en la UE-27) y un 41% menos que en Alemania (28,6 euros por hora), según Eurostat. Así que somos “la China de Europa”: competimos sobre todo por los bajos salarios.

Junto a estos problemas estructurales, la exportación española se enfrenta ahora a una serie de problemas coyunturales. El primero y fundamental, la alta inflación, un hándicap para vender en general y también para vender fuera. Y más si los precios en España suben más que en el resto de Europa: la inflación anual en febrero fue  aquí del +7,6%, según el INE, frente al +5,8% que subió en la zona euro, el +5,5% en Alemania, el +4,1% en Francia o el +6,1% en Italia, nuestros competidores. Por eso resulta crucial que no se disparen los salarios, para mantener la ventaja de costes ya que tenemos una mayor inflación. La única ventaja, para los exportadores españoles y europeos, es que la guerra de Ucrania ha depreciado el euro, porque el miedo siempre fortalece al dólar como moneda refugio: el viernes cotizó a 1,0935 euros por dólar, frente a los 1,2216 dólares que costaba comprar un euro en mayo 2021, su máxima cotización. Esa depreciación del euro, el -10%, puede ayudar a las exportaciones españolas y europeas fuera de Europa, ya que ahora las mercancías son un 10% más baratas en dólares. Pero ojo: esta caída del euro también encarece un 10% las importaciones que pagamos en dólares  (petróleo y gas incluidos)…

El otro problema coyuntural que afrontan nuestras exportaciones son los efectos de la guerra de Ucrania, no sólo el aumento extra de la inflación sino también el freno a la recuperación, que va a frenar el crecimiento y el comercio, en Europa y en el mundo, torpedeando nuestras exportaciones en 2022, sobre todo si el conflicto se alarga. Y si pinchan las exportaciones, mientras pincha también la economía dentro, el crecimiento y el empleo serán menores, porque las exportaciones no podrán ayudarnos como en la crisis de 2008.

Por todo ello, dentro del Plan económico de respuesta a la guerra, deberían tener un papel crucial las medidas de apoyo a la exportación. Porque nos jugamos parte de la recuperación y el empleo, pero también nuestra independencia económica. Y eso porque los ingresos de las exportaciones, junto a las divisas del turismo, nos han permitido tener superávit con el exterior en los últimos 10 años, entre 2012 y 2021, algo que en España no habíamos visto nunca antes (salvo en años puntuales: 1978, 1979, 1984, 1985,1.986). Siempre, con la dictadura de Franco y la democracia, España tenía ese problema: el déficit con el exterior, la insuficiencia de divisas exteriores para financiarse. Así, entre 1987 y 2011, hemos sufrido 26 años de déficit con el exterior (ver gráfico). Y ahora, gracias a los ingresos de las exportaciones y el turismo, llevamos una década de superávit en la balanza por cuenta corriente de bienes y servicios: +17.057 millones de euros en 2021, según el Banco de España.

Esto, que parece complejo, significa que España es ahora un país económicamente más independiente y más solvente frente al exterior, gracias a los ingresos que nos reportan las exportaciones y el turismo. Este superávit con el exterior es un logro fundamental, que habría que mantener, para financiar la recuperación. Y para financiar mejor la enorme deuda externa que España tiene y que batió otro récord en 2020, por la pandemia: 2.236.173 millones de euros (2,2 billones) es la deuda externa bruta, casi el triple que en 2003 (824.728 millones). El 48% de esta deuda con el exterior es del sector público y el resto de las empresas y particulares que se han financiado fuera. Ahora, con nuestro superávit con el exterior estamos en una mejor situación para financiar y reducir esta deuda. Pero hace falta que las exportaciones sigan tirando y vuelvan los turistas, además de que no se disparen los tipos.

Volviendo a las exportaciones y su futuro inmediato, habría que aprobar medidas de apoyo, en Europa (próxima Cumbre del 24 y 25 de marzo) y en España, para afrontar el riesgo de frenazo por la guerra de Ucrania y la inflación disparada. Y junto a estas medidas de choque, España necesita avanzar más en el proceso de internacionalización de la economía, para diversificar más las exportaciones fuera y para implicar a las empresas y autonomías en el reto de exportar más. Básicamente, porque los paises que más exportan y tienen superávit comercial son los que tienen más riqueza y empleo, mientras que los paises con déficit comercial (como España), que importan más que exportan, son los que están creando riqueza y empleo fuera del país, no dentro. Los datos son claros. Vean los paises con superávit comercial en Europa (2021): Alemania (+179.000 millones de euros), Paises Bajos (+66.500), Italia (+50.400), Bélgica (+28.700) y Chequia (+13.000 millones). Y los paises con más déficit comercial: Francia (-109.600), España (-28.900 millones), Grecia (-24.300), Portugal (-19.000) o Rumanía (-24.400 millones), según Eurostat.

Por eso escribo este blog, aunque les pueda parecer aburrido: las exportaciones son la clave para crecer y crear empleo, para tener un nivel de vida más alto, como tiene la Europa con superávit comercial. España va por el buen camino, con una década larga de subidas anuales y un récord histórico de las exportaciones en 2021. Pero no podemos pinchar ahora, con la inflación descontrolada y la guerra de Ucrania. Hay que salvar las exportaciones para salvar una parte clave de la economía, la recuperación y el empleo. Aunque no hablen de ello.

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