lunes, 4 de abril de 2016

Siguen subiendo las tarifas de móviles e Internet


Dentro de dos semanas, Vodafone vuelve a subir sus tarifas de móviles e Internet, como ya las han subido desde enero Movistar, Jazztel, Orange y algunas cableras. Y habrá otra subida antes de que acabe 2016. Se acabó la era de las bajadas de tarifas y las guerras de precios: las empresas de telecomunicaciones necesitan ingresar más, para afrontar unas cuantiosas inversiones en fibra, 5G y TV de pago. Y ahora que estamos tan enganchados al móvil y a Internet y que ellos son más fuertes (tras las fusiones), nos pueden subir fácilmente las tarifas, con la excusa de que nos dan más servicios. Y ese es el truco: más megas y accesos más rápidos a Internet, para ver series, cine o fútbol, para gastar más datos en descargarse juegos o aplicaciones. Y conseguir así  más ingresos por cliente. El negocio está en que usemos más el móvil e  Internet. Y subirnos dos veces al año las tarifas.
 
A partir de Rodin enrique ortega

En España hay más móviles que personas: 50,7 millones de contratos a finales de 2015. Y  además, somos el cuarto país del mundo con más teléfonos inteligentes (un 85% de los internautas), sólo por detrás de Singapur (89%), Corea del Sur (88%) y Noruega (87%). Ello ha sido posible tras una agresiva “guerra comercial” entre las grandes “telecos” para colocarnos un móvil (gratis o con un bajo pago mensual) y una continua rebaja de tarifas, para que lo usáramos y nos “enganchemos” al móvil, muchas veces todos los días. El resultado ha sido una caída continuada de precios de la telefonía móvil, trimestre a trimestre: las tarifas bajaron una media del 70% desde 2009 hasta junio de 2015, según los datos oficiales de la Comisión Nacional de la Competencia (CNMC).

Pero el verano pasado “se acabó lo que se daba”. Y en el tercer trimestre de 2015, el índice de precios móviles (una especie de “cesta” con los distintos servicios de la telefonía móvil: llamadas, datos, SMS y otros servicios) subía, por primera vez desde el tercer trimestre de 2011 (y por segunda vez desde 2009). Además, también subieron por primera vez el ingreso medio por minuto y las llamadas sujetas a tarifa plana. Y el ingreso medio por línea creció un 4% en el último año. Todo ello, como resultado de que las grandes empresas de telecomunicaciones (las “telecos”) habían cambiado su política y subían tarifas en la primavera de 2015Vodafone subió en abril sus planes de móviles (entre 1 y 9 euros) y Movistar en mayo (5 euros su oferta Movistar Fusión). Y luego, en septiembre, Orange y Yoigo subieron tarifas, mientras las subía otra vez Vodafone, en octubre y noviembre.

El resultado no sólo se ha notado en el índice de precios móviles del tercer trimestre de 2015 sino que también se ha reflejado en el IPC anual: el grupo Comunicaciones subió un 0,5% en 2015, según el INE, rompiendo la tendencia de fuertes caídas en 2013 (-6,6%) y 2014 (-5,7%). Y todo apunta a que el IPC de Comunicaciones  y el índice de móviles subirán más en 2016, a la vista de las nuevas subidas hechas ya o anunciadas este año.

Dentro de dos semanas, el 18 de abril, Vodafone sube entre 2 y 3 euros sus “paquetes convergentes” (incluyen fijo, móvil, datos e Internet), con la excusa de que a cambio ofrecen “más prestaciones” a sus clientes (más datos, llamadas y TV en el móvil). Anteriormente, desde enero, las otras grandes “telecos”  ya han subido sus tarifas otra vez. Primero fue Movistar la que subió (el 1 de enero) 2 euros las tarifas de la ADSL básica (que ya había subido otros 3 euros en abril de 2015), para intentar que se cambien a la fibra óptica de Movistar Fusión, cuya tarifa también subió 3 euros el 5 de febrero. En 1 de febrero, Jazztel (ahora fusionada con Orange) había subido 1,30 euros su cuota de línea y en marzo, Orange ha subido  2 euros su tarifa convergente Canguro, tras haber aumentado 20 céntimos en agosto pasado su tarifa por establecimiento de llamada. Y además, las cableras del norte, Euskaltel, R y Tele Cable han subido también sus tarifas entre 1 y 2 euros.

El problema de todas estas subidas, las de 2016 y las de 2015, es que son “ineludibles”: no se da opción  al cliente a quedarse con su contrato antiguo, que en muchos casos se le vendió como “un precio para siempre”. Por eso, la organización de consumidores Facua ha llevado a Movistar, a Jazztel y a Vodafone a los Tribunales, por cambio unilateral de contrato, en muchos casos sin avisar con el preceptivo mes de antelación. Y ya hay una sentencia, de un Juzgado de Pamplona, que acaba de anular la subida de Movistar Fusión en mayo al cliente demandante. De momento, sólo Vodafone ha dicho que permite a sus clientes darse de baja si no están conformes, incluso los que tienen firmada permanencia. Pero al final, de poco vale borrarse y cambiarse de compañía: todas están en la misma línea, de subir las tarifas antes o después, coordinadamente, tras 6 años de “guerras comerciales”.

¿Por qué las telecos llevan ya un año subiendo tarifas? Básicamente, porque necesitan recomponer sus márgenes y aumentar sus ingresos, para hacer frente a las cuantiosas inversiones que les exige montar las redes de fibra óptica y las redes 4G/5G (móviles), en las que llevan invertidos más de 40.000 millones de euros desde 2007. De hecho, las primeras subidas de 2015 ya han tenido un efecto en sus cuentas: la facturación de las “telecos” creció en el segundo trimestre (+0,5%) y en el tercero (+2,75) de 2015, tras caídas sucesivas desde el año 2008, por la bajada de tarifas y las guerras comerciales. Ahora, el objetivo está claro: facturar más por cliente, sobre todo por dos vías, las únicas cuyos ingresos están creciendo: el acceso a Internet (banca ancha) y los nuevos servicios (TV). Mientras, las tarjetas de prepago para el móvil han caído en picado (7 millones de líneas desde 2012) y ahora sólo suponen el 26% de los contratos de móviles.

El mayor aumento de facturación de las "telecos” en 2015 vino del cobro del acceso a Internet banda ancha, sobre todo en móviles (ingresos subieron +14,5%) y también en accesos fijos (+5,8%). En las conexiones, gana cuota cada mes la fibra óptica (mientras cae la ADSL) y las “telecos” apuestan porque los usuarios nos cambiemos a líneas cada vez más rápidas y con más megas: las conexiones de banda ancha fija a una velocidad de 30Mbps o superior crecieron un 73,7% y ya suponen un tercio del parque de banda ancha fija. Gracias a esta mayor capacidad, el cliente puede descargarse más películas, series, vídeos y TV a la carta, servicios por los que las telecos acaban facturando más por cliente. Uno de los negocios por los que más apuestan es la TV de pago (aunque ofrecer el fútbol les salga muy caro), incluida en los “paquetes convergentes”: se trata de que el cliente se aficione a ella y luego ya demandará un acceso más rápido o con más megas, que pagará también más caro.

El negocio de las “telecos” ha cambiado radicalmente y hoy su futuro no está en las llamadas (ni de fijo, que han caído en picado, ni de móvil, que están saturadas) ni en la venta de móviles (un negocio estancado y con escaso potencial de crecimiento, al haber ya 50,7 millones de líneas) ni en muchos servicios (los SMS se han hundido con WhatsApp, lo mismo que las llamadas a números especiales). El negocio está en los accesos de alta capacidad a Internet y en los servicios de alto valor añadido que se ofrecen, desde los datos a los vídeos, la música y, sobre todo, la TV de pago, con el fútbol, las series o el cine. Y aquí, la estrategia de las “telecos” es la misma que aplicaron a los smartphones: hacernos atractivo y barato el servicio, conseguir que nos enganchemos a él, para subir después las tarifas. Y en paralelo, tratar de cobrar a los operadores de Internet (Google, Apple, Netflix, Facebook, Twitter…) por el uso de las redes y para garantizarles un mejor acceso a sus productos y servicios (como ya cobran a Netflix en USA).

Al final, las grandes “telecos” siguen compitiendo con ofertas diferentes, pero ya sin las costosas guerras de precios del pasado. Y con más poder, derivado de tener un mayor tamaño, tras las fusiones de Orange y Jazztel y de Vodafone y Ono, más algunas cableras del norte (Euskaltel y la gallega R). Con ello, el mercado se ha concentrado y las tres grandes copan el 83,4 % del mercado del móvil (30,61% Movistar, 27,22% Orange-Jazztel y 25,55% Vodafone u Ono), lo que facilita que impongan condiciones y subidas de precios.  Y aún está más concentrado el mercado de accesos a internet en banda ancha: los tres grandes operadores copan el 95,03% del mercado, dominado con mucho por Telefónica (43,89%), que ahora tiene que abrir su red de fibra a la competencia en las ciudades medianas y pequeñas (en todas, salvo en las 34 mayores ciudades del país, un 26% de la población).

Con unas “telecos” más fuertes y que controlan más cuota de mercado que antes, el futuro augura nuevas subidas de tarifas en los próximos años, quizás semestre a semestre. Y los usuarios, 27,5 millones de españoles internautas, cada vez más enganchados a la Red (el 40%, conectado más de 4 horas diarias), poco podemos hacer, salvo pagar cada vez más por unas tarifas que incluyen más servicios, para “engancharnos” cada vez más. Al final, la factura del móvil y del acceso a Internet será cada vez más imprescindible y más cara. Como el comer. Y con pocas diferencias entre las “telecos”, que buscarán nuevas ofertas y servicios para que estemos más conectados cada día, para poder facturar más por cada uno de nosotros. Una espiral sin límite. Ojo a la factura.

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