El gasto en
medicamentos ha crecido en 2015 y en 2016, como en 2014, tras el fuerte recorte de 2010 a 2013, por el copago y la retirada de medicamentos
financiados. Han vuelto a crecer las recetas (se hacen 100.000 por hora), pero sobre todo el gasto farmacéutico de los hospitales
(+26%),por el fármaco para la hepatitis C. Y la mayor parte de ese gasto va a las multinacionales farmacéuticas,
mientras los laboratorios españoles
pierden peso en el ranking. Ahora,
Montoro
y Bruselas presionan a las autonomías para que recorten su gasto farmacéutico,
como “atajo” para reducir el déficit público. Y aunque todavía hay mucho despilfarro en las recetas, el gasto
farmacéutico público es un 25%
inferior al europeo y los precios de
las medicinas son de los más bajos de Europa, lo que disuade a las
multinacionales de investigar en España. Habría que poner orden: gastar más en medicamentos innovadores,
que tardan hasta 2 años en venir a España, y no acumular un inútil botiquín en casa.
enrique ortega |
El gasto farmacéutico
público ha vuelto a subir en 2015, como en 2014, tras los drásticos recortes sufridos en 2012 y 2013. El récord
de gasto farmacéutico se alcanzó en
2009 (12.505 millones) y ya en 2010,
Zapatero
tomó las primeras medidas de ahorro (imposición de rebajas de precios a los
laboratorios y descuentos a las farmacias), que luego amplió Rajoy
en 2012, con el copago
a pensionistas (10%) y activos (40-60%)
más el “medicamentazo”,
la retirada de 412 fármacos de la financiación pública, además de las sucesivas
rebajas de precios impuestas a laboratorios y farmacias. Con todo ello, el gasto farmacéutico se redujo un 26,5%, hasta un mínimo de 9.183 millones de gasto en 2013.
Pero en 2014, el efecto ahorro del
copago se redujo y aumentaron las
recetas y el gasto, un 1,93%. Y en 2015 crecieron otra vez las recetas (882 millones, 100.000 recetas por hora) y el gasto (+1,85%), hasta los 9.360 millones. Una tendencia que continúa este
año 2016: el gasto en recetas ha
crecido un 2,93% hasta finales de febrero.
Pero el mayor aumento
del gasto farmacéutico no se está dando en las recetas de los particulares sino en los hospitales, cuyo gasto farmacéutico creció un 26,2% en 2015, hasta sumar 6.668
millones de euros (dos tercios del
gasto en recetas). Y eso, sobre todo, por la inclusión de los medicamentos contra la hepatitis C, que ha supuesto un gasto “extra” de 1.100
millones en 2015 (uno de los “culpables” de haberse disparado el déficit público, según el ministro
Montoro). Pero no es sólo por eso: el gasto farmacéutico en los hospitales lleva dos años subiendo mucho por la
inclusión de tratamientos innovadores (más costosos) contra el cáncer, enfermedades
autoinmunes y contra la esclerosis múltiple. Y se espera que este gasto
farmacéutico hospitalario crezca los próximos años por encima del 10%.
Precisamente, la inclusión en la sanidad pública de un nuevo tratamiento contra la hepatitis C
ha revolucionado el ranking de ventas de medicamentos en España en 2015,
al situar como líder al laboratorio estadounidense Gilead, con su medicamento Sovaldi contra la hepatitis C,
desplazando al líder habitual, el laboratorio suizo Novartis, según los datos de IMS Health. En tercer lugar se sitúa Johnson&Johnson (USA), que también
ha crecido en el mercado hospitalario con su nuevo producto contra la hepatitis
C, Olysio. Y ha bajado al cuarto lugar del ranking el gigante norteamericano Pfizer, que fue el líder en España hasta
2013. Le siguen dos laboratorios norteamericanos, MSD y Abbvie (6º en el ranking por la venta de otro medicamento
hospitalario contra la hepatitis C, Viekirax), el suizo Roche, la francesa Sanofi,
el británico Glaxo (que también crece
en hospitales por su medicamento contra el VIH, Triumeq), siendo 10º el
alemán Bayer.
Estos 10 grandes laboratorios
venden casi la mitad (48,8%) de todos los medicamentos que se consumen en España. El
primer laboratorio español es Cinfa, en el puesto 11º del ranking, y en el Top 20 sólo hay 3 laboratorios españoles
más: Esteve (16º), Almirall (19º) y Ferrer (20º). Los laboratorios
españoles han ido perdiendo peso y retrocediendo en el ranking. Si en 2006 había 2 españoles entre los 10 grandes (Almirall en el 4º puesto y
Esteve en el 9º), en 2013 ya habían bajado (Almirall al 11º puesto, Esteve al 8º y uno nuevo,
Cinfa al 10º) y en 2014 habían desaparecido del Top 10 (Esteve al 14º, Cinfa al 16º y Almirall
al 17. En el mercado de las farmacias,
los tres laboratorios líderes son Novartis (Suiza), Pfizer (USA) y Sanofi
(Francia), colocándose en cuarto lugar la empresa navarra Cinfa, líder en la
venta de medicamentos genéricos (sin patente) y situándose lejos Esteve (8º),
Almirall (12º), Ferrer (13º) y Normon (18º). En el mercado de hospitales,
el líder es Gilead (USA, por la hepatitis C), Roche (Suiza, por sus terapias
contra el cáncer), Johnson &Johnson (USA), Novartis (Suiza) y 5
multinacionales más, con única excepción de la española Grifols en el Top 10.
En general, los laboratorios españoles han
sufrido más que las multinacionales los recortes de ventas y la rebaja de
precios impuestas entre 2010 y 2014, que han tratado de eludir exportando más. Pero, sobre todo, les afecta
mucho su menor tamaño para lanzar nuevos medicamentos innovadores, que son los que más están creciendo de
ventas en hospitales. En general, se están especializando en fabricar medicamentos genéricos, que suponen ya la mitad de las ventas en farmacias (y un
70% de los envases vendidos) pero que les
dejan poco margen. Y es una pescadilla que se muerde la cola: no tienen
tamaño, no
innovan, no compiten y caen en el ranking de ventas, cada vez más dominado por las multinacionales.
Las multinacionales
farmacéuticas consideran a España
un mercado importante, el 5º europeo en ventas (tras Reino Unido, Francia, Alemania e Italia) y
el 6º en fabricación de medicamentos (tras los 4 anteriores e Irlanda), con importantes fábricas destinadas al mercado europeo y terceros países. Pero en los
últimos años, con la caída drástica de ventas, se han planteado reducir su peso aquí. Y eso porque hasta 2015 no aumentaron las ventas de medicamentos (un
3,7%, según el INE) tras 5 años de caídas.
Y esto es preocupante, porque las multinacionales
invierten e innovan en base a sus perspectivas de ventas. Por otro lado,
las multinacionales invierten bastante en innovación en España (953 millones de euros en I+D+i en
2014), pero más de la mitad de esos recursos se destinan a ensayos clínicos, a
probar aquí sus medicamentos innovadores, pero sólo destinan un 15% de ese dinero a investigación básica, que es la clave para
desarrollar futuros medicamentos.
Así que el mercado
de los medicamentos está copado por las
multinacionales pero investigan fuera (aquí “prueban” sus nuevas medicinas) y los laboratorios españoles tienen poco tamaño e innovan poco. Los expertos alertan que en
España hay dinero (público en su mayoría) para las dos primeras fases de la investigación farmacéutica (I y
II), pero faltan recursos para la siguiente fase, cuando los investigadores necesitan
1,5 millones de euros para desarrollar una molécula. Y eso pasa por
contar con capitales privados
(business angels) y alianzas
entre investigadores, laboratorios españoles y multinacionales para lanzar
medicamentos innovadores. Pero para eso necesitan que tire el mercado.
Y el mercado
farmacéutico español no despega. Crece
el gasto (en 2014,2015 y 2016), pero
todavía poco si lo comparamos con el resto de Europa. España era en 2014 el
segundo país europeo con menos consumo
de medicamentos por habitante: 988 unidades al año, sólo por detrás de
Italia (802) y un 12% menos que la media de la eurozona (1.116 unidades/año), muy alejados de
Francia (1.391) o Alemania (1.223). Y dadas las rebajas de precios impuestas a
los laboratorios y farmacias, los
medicamentos en España tienen el precio más bajo de toda Europa, según datos de Farmaindustria (año 2014): una media de 0,20 euros por unidad
estándar, un 15% menos que la media de precios de la eurozona (0,24
€/Ud.)) y un 33% menos que el precio en Alemania (0,30 euros).
La consecuencia de que España, tras los recortes, tenga ahora los precios de los medicamentos más baratos de Europa (salvo Portugal y algunos países del Este), es doble.
Por un lado, que los laboratorios tienen menos incentivos para investigar y descubrir
fármacos innovadores: de hecho, lo son 2 de cada 10 medicamentos autorizados. Es la primera consecuencia de que el 51% de los medicamentos cuesten menos de
3,5 euros. La segunda es que con precios tan bajos, los laboratorios tienden a exportarlos, a venderlos en Alemania, Gran Bretaña, Holanda, Bélgica y
algunos países del Este, donde los
precios están hasta un 30% más altos que en España. Y también se exportan ilegalmente, a través de “redes”
de almacenes y farmacias, que “distraen” fuera medicamentos y vacunas
destinados a los españoles. Esto provoca desabastecimientos
de algunas medicinas en España, en
farmacias y hospitales, sobre todo de algunas vacunas, anticancerígenos y
fármacos contra los efectos de la quimioterapia, los trasplantes, la leucemia,
la epilepsia y el Parkinson. Ahora, en abril de 2016, hay 199 medicamentos “en falta”,
según esta lista que publica cada día la Agencia Española del Medicamento. La mayoría
se sustituyen por otros fármacos, pero eso causa incertidumbre a muchos
pacientes, sobre todo a los más mayores.
Y hay una tercera
consecuencia: la continua rebaja de precios y la caída de ventas está hundiendo las cuentas de muchas farmacias
(sus márgenes han caído un 34% en los últimos 5 años), asfixiadas además por el retraso en los pagos de muchas autonomías
(en especial Cataluña).
Y esto es especialmente grave en España, porque las farmacias no son una tienda más sino un eslabón clave de la atención sanitaria, ya que colaboran con los médicos en el
correcto tratamiento de los pacientes.
En definitiva, que en
España había un gasto farmacéutico excesivo, con bastante despilfarro en muchos casos, pero que al
Gobierno Rajoy y a las autonomías se les ha ido la mano con los recortes y corremos el riesgo de cargarnos una industria, la farmacéutica, que no
va a lanzar medicamentos innovadores si no les salen las cuentas, si España
tiene los precios de las medicinas mucho más bajos que en el resto de Europa. Y
además, hay otro riesgo: que ahora,
el Gobierno y las autonomías utilicen los medicamentos para rebajar más el déficit público, para cumplir
con Bruselas, como ya hicieron entre 2010 y 2014.
Otra consecuencia de
estos recortes: los españoles tardamos más que los demás europeos en probar los nuevos medicamentos, que en muchos casos salvan vidas. Así,
desde que la Agencia Europea del Medicamento aprueba un nuevo fármaco hasta que
lo prescribe un médico, en Alemania
pasan 3,5 meses, en reino Unido 3,9 meses, en Francia, 10,8 meses, en
Italia 14,5 meses y en España, 15,8 meses, según la consultora IMS Health. Y para tratamientos
oncológicos (los más caros), aquí pasan hasta 24 meses. La única
razón de esta demora es el intento de ahorrar en medicamentos, para lo que
demoran la autorización Sanidad, las propias autonomías y hasta la comisión de cada hospital (que es la que autoriza cada medicamento en
Madrid, las dos Castillas, Extremadura o Murcia). Y en ocasiones, los recortes en los tratamientos provocan muertes: es el caso de Galicia, donde la Fiscalía ha llevado al Gobierno autonómico a los tribunales por la muerte de 6 pacientes a quien no se aplicó la vacuna contra la hepatitis C por "ahorro presupuestario".
Está claro que hay
que combatir el despilfarro de medicamentos, aunque parece que ya han bajado las “bolsas” de medicamentos inútiles en casa (acumulados por jubilados que los tienen casi gratis y activos que se han "acostumbrado" al
copago). Pero no hay que frenar el gasto
farmacéutico “necesario”, sobre todo en hospitales, que va a crecer más cada año, a medida que aumente la esperanza de vida y los fármacos innovadores. Y un dato importante, frente al mito del “despilfarro”: España gasta menos en medicamentos que el resto de Europa. El gasto farmacéutico público por habitante
en España es 224,8 euros (2013),
un 25,3% inferior a la media de gasto farmacéutico de la eurozona (300,9
euros) y menor al de Bélgica (342 euros), Francia (369), Alemania (402) o
Irlanda (424).
Así que ojo a la hora de hacer más recortes en medicamentos:
si no hay ventas, si la mayoría de los
medicamentos cuestan lo que una cerveza, las multinacionales buscarán otros mercados y lanzarán sus nuevos fármacos donde haya demanda. Quedaremos al margen
de la innovación. Y nuestros
laboratorios serán cada vez más pequeños y menos innovadores. Hay que ordenar el mercado, recortando consumos innecesarios y promoviendo demandas
justificadas, que tiren de la industria más innovadora. Y promover fusiones y alianzas de los laboratorios españoles, para
que no queden al margen del futuro y lo paguen nuestros enfermos. Ayudar a planificar un mercado con sentido, huyendo
del recorte por el recorte. La salud
tiene un precio y hay que pagarlo. Sin
despilfarro, pero sin una tacañería que puede costar vidas.
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