La economía mejora y crea empleo, pero aún no hemos salido de la crisis:
la producción (PIB) por persona es menor
que en 2007. Y la crisis ha
agravado las diferencias entre las regiones ricas y pobres: sólo hay 6
autonomías que estén mejor que en 2007 y cuatro de ellas son ricas. La diferencia de renta entre el País Vasco y
Extremadura es ahora mayor que antes
de la crisis. Además, el mapa de la desigualdad no ha cambiado:
las 7 autonomías más pobres
(Extremadura, Melilla, Andalucía, Castilla la Mancha, Murcia, Ceuta y Canarias)
son las
mismas que en 2007. Y que hace 30 años. Seguimos con las 2
Españas y cada vez más lejos. Urge reformar la financiación autonómica,
no sólo para que las regiones tengan más recursos, sino para corregir sus
grandes diferencias. Y utilizar los
impuestos, la industria, la tecnología, las inversiones y la educación para
homogeneizarlas. Trabajar para que los
españoles seamos más iguales en una década. No es mucho pedir.
enrique ortega |
La actual crisis
económica ha tenido en España dos periodos muy diferentes. Uno, el
de la Legislatura de Zapatero (2008-2011),
cuando la crisis financiera que
estalló en EEUU (Lehman Brothers, septiembre 2008) hundió a la economía española
en 2009 (-3,6% PIB), para estabilizarse después (+0,01% en 2010) y caer un poco
en 2011 (-1%), por los primeros recortes. Pero no hubo “un desplome”
y aunque la producción (PIB por habitante) cayó algo (-0,53%) hubo 7 autonomías cuya producción aumentó en esta
Legislatura (País Vasco, Navarra, Aragón, La Rioja, Asturias, Castilla y León,
Galicia), 2 autonomías donde se estabilizó (Castilla la Mancha y Extremadura), para caer
en las 10 restantes (más en Melilla, Ceuta y Canarias).
En la siguiente Legislatura
(2012-2015), la de Rajoy, estalló la segunda recesión, en Europa y en España, que provocó una fuerte caída de la economía en 2012 (-2,6%) y
2013 (-1,7%), que hundió el empleo y la renta. Y aunque el crecimiento se ha recuperado
después, en 2014 (+1,4%) y 2015 (+3,2%), el balance es muy negativo: la
producción (PIB per cápita) cayó en estos cuatro años un -2,10%, cuatro veces más
que en la Legislatura anterior. Y de las 17 autonomías, más Ceuta y Melilla,
sólo dos regiones ricas aumentaron su producción
(Madrid y Cataluña), dos la estabilizaron (Canarias y Extremadura) y las 14
restantes empeoraron, sobre todo Cantabria, Melilla, Asturias y Castilla y
León.
Al final, si sumamos
las dos Legislaturas de la crisis, el balance es muy claro: España
aún no ha recuperado el PIB por habitante de 2007. Si en ese año
producíamos 23.396 euros por español, en 2015 produjimos 23.290 euros, un
0,45% menos, según el INE.
Aún
no nos hemos recuperado de esta crisis. Eso sí, hay 4 regiones ricas que sí: Madrid (+6,16%
ha aumentado su PIB/habitante), La Rioja (+3,19%), Cataluña (+0,80%) y Aragón
(+0,75%). Otra intermedia que
también, Galicia (+3,18%) y una pobre,
Extremadura (+0,53%), aunque ahora esté más lejos de la renta de la región más rica (en 2007, su PIB/habitante era
el 52,5% y en 2015 es sólo del 50,8%). Y todavía hay 13 regiones cuya
producción (PIB por habitante) no ha recuperado los niveles de 2007, destacando
la caída en todos estos años de Melilla (-18,5%), Ceuta (-11,8%), Cantabria
(-10,8%), Andalucía (-5,6%), Canarias (-5,25%) y Murcia (4,17%). O sea, las que más cayeron con la crisis son 5 de las 7 más pobres.
Este mayor crecimiento
o caída de las regiones durante la crisis explica que en unas haya más o menos empleo y paro que en otras.
Y aquí, las diferencias son muy llamativas. En todas se ha
creado empleo, pero no trabaja el mismo porcentaje de personas. Si la media en
España es del 47% (47 ocupados por
cada 100 españoles mayores de 16 años), hay
12 autonomías con menos empleo, en especial las más pobres: Melilla (37,5% empleados), Extremadura (39,5%),
Andalucía (40,98%), Asturias (41,2%), Ceuta (42,9%) y Galicia (43,8%), según la EPA de 2015. Y
otras 7 autonomías, las más ricas, donde trabajan la mitad o más de los adultos:
Madrid (54,05%), Baleares (53,4%), La Rioja (51,06%), Cataluña (51,03%),
Navarra (50,7%), Aragón (50,03%) o País Vasco (49,4%). Y lo mismo pasa con el paro: si
España está en el 20,9% (EPA diciembre 2015), hay 5 autonomías, las más pobres, con un paro mucho mayor: Melilla (32,6%), Andalucía (29,8%), Canarias
(26,7%), Extremadura (26%) y Castilla la Mancha (24,9%). Mientras, 4 de
las autonomías ricas tienen un paro “casi
europeo”: País Vasco (12,8%), Navarra (13,5%), La Rioja (13,9%) y Aragón
(14,6%).
Y claro, con distinto crecimiento y distinto paro, los salarios también son muy desiguales
entre las autonomías. En Extremadura,
el salario medio es de 19.129 euros,
un 29% menos del salario en el País Vasco (26.915
euros), según el INE (datos 2013, los últimos publicados). Y lo peor es que la caída de los salarios con la crisis ha
sido mayor en las regiones más pobres y con más paro, que la brecha salarial se ha agravado también
con la crisis.
El Estado, cualquier Gobierno,
tiene una serie de mecanismos para tratar de reducir las diferencias entre sus ciudadanos y sus regiones. La
principal son los impuestos, haciendo
que paguen menos los que menos tienen. El problema en estos años es que han subido más los impuestos indirectos (IVA,
carburantes, tasas, etc.), que se pagan igual se gane lo que se gane. Eso ha restado eficacia a que los impuestos
redistribuyan riqueza. Lo mismo ha pasado con las prestaciones sociales: desde el paro a las pensiones, becas y
ayudas, se han recortado drásticamente y eso afecta a los que menos tienen y a las regiones más atrasadas.
Y también se han recortado las
inversiones públicas, que ayudan a “repartir” infraestructuras y recursos que “tiren” de las regiones más deprimidas.
Así que al final, el cocktail de la crisis, la subida de
impuestos y los recortes han agravado las
desigualdades, no sólo entre españoles sino también entre
regiones, según los datos del INE. La renta
media por persona ha caído en toda España por la
crisis, un 3,2% (de 10.737 euros en 2008 a 10.391 en 2014). Pero esta misma
renta ha crecido en 5 de las 7
autonomías más ricas: Aragón (+4,8%), La Rioja (+1,96%), País Vasco
(+1,73%), Madrid (+0,8%) y Navarra (+0,75%). Y en el resto, la renta por
persona sólo ha mejorado en Ceuta (+8,2%), Galicia (+7,9%) y Melilla (+5%). Y
la renta ha caído más que en el
conjunto de España en varias autonomías
pobres o medianas: Murcia (-14,8%), Cantabria (-12,5%), Andalucía (-10,3%),
C. Valenciana (-7,3%), Castilla la Mancha (-5,7%) y Extremadura (-4,6%). Lo
peor es que la renta por persona en Extremadura
(7.729
€) no sólo es casi la mitad que la del País Vasco (14.281 €),
sino que en 2008 era el 57,7% de la renta vasca y en 2014 suponía aún menos (el
54,12%). Las regiones ricas son más ricas ahora.
Y las regiones pobres
son ahora más pobres que antes de
la crisis, según los datos del INE. Si en 2008 había 7
autonomías con más de una cuarta parte de su población “pobre” (que
ingresan menos del 60% que la media de españoles), esas mismas autonomías eran
las que tenían más pobres en 2014: Ceuta (44,3% de pobres), Murcia (37,2%), Andalucía (33,3%), Extremadura
(33,1%), Castilla la Mancha (28,4%), Canarias (27,65) y C. Valenciana (26,25), mientras hay menos pobres que en 2008 en el País Vasco (10,2%) y Madrid (14,7%).
Al final de tantas cifras, el balance es claro: España es más desigual que antes de la crisis. Y además, se
mantienen inmutables las 2 Españas, la rica y la pobre. Esta es la lista de las 7 autonomías más ricas (PIB por
habitante) en 2015: Madrid (31.812 euros por habitante), País Vasco, (30.459), Navarra
(28.682), Cataluña (27.663), Aragón (25.552), La Rioja (25.507) y Baleares
(24.394). Son las mismas que en 2007, cambiando que Madrid superó en 2014 al
País Vasco y que Aragón ha superado en 2015 a la Rioja. Y tampoco ha cambiado la lista de las 7 autonomías más pobres, salvo porque
haya salido Galicia y haya entrado Ceuta: son Extremadura (16.166 euros por
habitante), Melilla (17.173), Andalucía (17.263), Castilla la Mancha (18.354),
Murcia (18.929), Ceuta (19.399) y Canarias (19.900). Y lo peor: esta lista de
regiones pobres y ricas en España es la misma que hace 30 años.
¿Por qué sigue
habiendo 2 Españas? La respuesta habría que buscarla en la distinta estructura económica de las regiones. Es un hecho que la industria aporta un empleo más estable y más productividad. Y pesa más
en Navarra (29% PIB), la Rioja (28%), País Vasco (25%) o Aragón (22%) que en
Andalucía (11,7% PIB) o Extremadura (13%). Las exportaciones también ayudan decisivamente y dos tercios se concentra en cinco regiones (25,5% en Cataluña, 11, 4% en la Comunidad
Valenciana, 11,3% en Madrid, 10% en Andalucía y 8,8% en el País Vasco), mientras
apenas cuentan Extremadura (0,7% exportaciones totales, Asturias (1,5%),
Cantabria (0,9%), Castilla la Macha (2,4%) o Murcia (3,7%). La innovación y la tecnología
son claves para competir y no es
casualidad que las 4 autonomías que invierten
más que la media en I+D+i, País Vasco (2,03% del PIB), Navarra (1,75%),
Madrid (1,68%) y Cataluña (1,47%) estén entre las más ricas, mientras Ceuta,
Melilla, Castilla la Mancha, Extremadura, Cantabria y Murcia, estén a la cola, gastando
menos del 0,8% de su PIB en tecnología. Y también el País Vasco y Navarra están
a la cabeza de España (con Asturias y Extremadura), en el gasto en educación por habitante.
Además de estos factores
económicos, también hay factores
financieros, ligados a la concentración del dinero y del crédito en las regiones más ricas. Y luego está la
distinta financiación de las regiones.
Está claro que el País Vasco y Navarra
se benefician de un régimen
fiscal especial, el cupo vasco o régimen foral, que se les concedió en 1981 (en los tiempos más duros de ETA) y que
ahora nadie se atreve a quitarles. Pero también está claro que el actual sistema de financiación autonómica es insuficiente para prestar los servicios básicos (por eso, 13 autonomías
están “rescatadas” por el Estado central, a través de un Fondo, el FLA, que les ha inyectado ya 93.645 millones en créditos a muy bajo interés). Como para pedirle al sistema de financiación que además corrija las desigualdades entre
autonomías.
Urge aprobar un nuevo sistema de financiación autonómica que aumente sus ingresos con dos fines. Uno, sostener las competencias básicas de las autonomías (sanidad, educación, dependencia
y protección social). Y el otro, ayudar a las autonomías pobres a crecer más y
recuperar la brecha que les separa de las autonomías más ricas: hay que crear un
Fondo de compensación eficaz (ahora hay 4 Fondos), con más recursos, asegurados por Ley. Y en paralelo, tratar de corregir los desequilibrios regionales
con la política fiscal (deducciones
e incentivos a empresas) y la política económica (inversiones públicas, política industrial, exportaciones,
tecnología, educación y formación). Y con un Plan contra la pobreza.
No puede ser que los
españoles sean más o menos ricos según
donde nazcan o vivan. Ni tampoco que la democracia y el desarrollo no hayan servido apenas para reducir la desigualdad entre la España rica y la
pobre, agravada con la crisis. Si pedimos solidaridad a Europa, tenemos que empezar a aplicarla entre
nosotros. No puede haber 2 Españas.
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