El juego online acaba de cumplir tres años legalizado y crece con
fuerza: ya son 18.000 millones jugados
(más que la lotería) y hay más de millón y medio de jugadores a través de su móvil, tablet y ordenador. Sólo en este primer trimestre se ha jugado un 24,5% más. Y han aumentado también los adictos al juego, sobre todo jóvenes, enfermos que se juegan su
dinero y el de su familia sin control y no tienen atención médica especializada.
Por todo ello, los principales partidos acordaron
en el Senado, en febrero, pedir al Gobierno medidas que limiten la creciente
publicidad del juego online, que aumentó un 60% este 2015. Y así, el Gobierno ha aprobado
un Decreto, que entrará en vigor en septiembre, para controlar más la publicidad y detectar los
casos de adicción al juego online.
Pero va a resultar complicado limitar el
juego en Internet, con la mayoría enganchados a la Red. Y más cuando Europa defiende un mercado digital sin
fronteras. Pero urge hacerlo: el juego online trae ingresos fiscales, pero es una
tentación peligrosa, sobre todo
para los más jóvenes.
enrique ortega |
La mayoría de los españoles, un 80%, juega alguna vez al año, sobre todo a la lotería, el bingo
y las quinielas, pero sólo un tercio (31,2%) son habituales y juegan una vez al
mes o con más frecuencia, según el informe
Codere del juego (2013). Con la
crisis, la limitación del tabaco y la publicidad, ha caído el juego presencial, el más importante (80%), el de los
casinos, salones de juego y bingos, con 22.469 millones jugados (2013) y 3 millones
de jugadores, que viene cayendo
desde 2008. Y en paralelo, ha
crecido el juego online, por
Internet, que ya supone el 20% del juego en España, con 6.564
millones jugados (2014), más de lo que se juega en la Lotería.
El juego online se
legalizó en España hace ya tres años,
el 5 de junio de 2012, cuando empezaron a funcionar las primeras 53 empresas, para aprovechar la Eurocopa. Y a partir de ahí ha crecido de forma imparable, facturando
ya 18.000 millones de euros en estos tres años. Ello
refuerza a España como el cuarto país
europeo donde más se juega en la Red,
sólo por detrás de Reino Unido, Italia y Francia. En
Europa hay unos 10 millones de jugadores online, que gastan más de 50.000
millones de euros anuales, controlados por varias multinacionales británicas (Ladbrokes,
William Hill, 888 Holdings, GVC Holdings, Bwin y Betfair) y la canadiense Amaya
Gaming.
Si en los primeros 6 meses legal (2012), el juego online
facturó 2.727 millones, en todo 2013 facturó 5.600 millones y en 2014 se han jugado 6.564 millones,
un 17% más, según los últimos datos
de la Dirección general del Juego.
Las mayores apuestas online son las apuestas
deportivas cruzadas (2.859 millones jugados), el póker cash (1.578) y el casino/ruleta
online (1.045 millones), seguidos de lejos por el póker torneo (561
millones), el black jack (401), los juegos complementarios (196) y el bingo
online (67 millones). Se da la circunstancia que en el último trimestre de 2014
subió el juego online y se superaron los
600 millones de media mensual, por primera vez en estos tres años. Y en 2015, el juego online aún crece más: en este primer trimestre se han jugado ya 1.992 millones de euros, un 24,5% más que al inicio de 2014. Y sólo en marzo de este año (último mes con datos oficiales) se jugaron 687 millones, 150 millones más que en marzo de 2014, con un 20% más de jugadores que a finales de año.
Los jugadores
crecen cada mes y a finales de 2014 ya había 1.571.023 jugadores registrados. Más jugadores que gastan el doble que al
principio: 18 millones de euros diarios en 2014, frente a 16,6 millones
en 2013 y 9 millones en 2012, casi 11,50 euros diarios por jugador,
según los datos
de la Dirección general del Juego. Dos de cada tres jugadores online son
hombres, la mayoría jóvenes de 25 a 34
años y con estudios, siendo sobre todo jugadores urbanos, de Madrid (23%),
Cataluña (12%), Andalucía y Comunidad Valenciana (11,8%). Dos tercios juegan todos los
días (36,5%) o una vez a la semana
(28,2%) y la media de juego de todos era de 45,5 minutos (2013), según datos del Observatorio
del Juego online. Y un 7%
del total son jugadores profesionales
(110.000), personas que viven del juego y que son los más activos en las
distintas Webs (de ellos depende el 80% del negocio).
En España hay ahora 48 empresas que ofrecen juego online, en más
de 100 Webs. La mayor empresa del sector es Loterías del Estado,
con más de 600.000 jugadores, y controla, con cinco multinacionales (Betfair,
888 Holdings, William Hill, Ladbrokes y Bwin), el 90% del negocio, donde
también están presentes las empresas del
juego presencial (Cirsa, Codere, Recreativos Franco) y (Mediaset-Tele 5, Atresmedia-Antena 3 y Unidad
Editorial-El Mundo). En conjunto, sus ingresos
netos (pagados premios) fueron de 254 millones de euros en 2014, un margen del 3,86%, que las empresas
consideran bajo. De hecho, la mayoría tienen
pérdidas, a la espera de que el Gobierno atienda sus dos reiteradas peticiones:
que
baje los impuestos al juego online y que se permita operar a extranjeros en las Webs de juego españolas.
Las empresas del
juego online pagan un impuesto
del juego del 25% sobre su facturación neta, superior
al que pagan en Reino Unido (15%), Italia (15%) o Dinamarca (20%), aunque
menor que en Francia (2% sobre facturación bruta). También pagan una tasa de
gestión (que se bajó en 2013 al 0,75 por 1000) y un impuesto de sociedades y un
IVA más altos que en el resto de Europa. Además, los jugadores online pagan
impuestos en España (retención del 20% en premios mayores de 2.500
euros más la obligación de declarar las ganancias netas), mientras no
pagan nada por lo que ganan en Reino Unido, Dinamarca, Italia o Francia.
La otra clásica petición
de las empresas
de juego online es que el Gobierno abra
el juego a los extranjeros, ya que hoy por hoy sólo pueden jugar en las
Webs .es los españoles y los
residentes, como sucede en Italia, Francia, Holanda, Alemania o Rumanía, que
son mercados cerrados a los extranjeros.
Mientras, Reino Unido o Portugal son
mercados de juego online abiertos, con lo que muchos jugadores españoles,
sobre todo los profesionales, han
emigrado a jugar a Londres, porque allí hay más jugadores y más dinero en
juego. Esto, además, propicia un mercado negro de juego: un 43,3%,
casi la mitad de los jugadores online juegan en Webs no autorizadas (no son .es), según el último
estudio Codere, elaborado por la Universidad Carlos III. Y esto se da más en el póker online, donde está cayendo
el volumen del juego legal.
Las empresas del juego
online se quejan de que al limitar
el juego a los españoles, se fomenta el fraude y se limita el volumen del
negocio, lo mismo que los márgenes. Y hay expertos
que añaden que así se está fomentando
el oligopolio de unas pocas multinacionales, las únicas que pueden aguantar
porque operan en otros mercados con menos regulación e impuestos. La bajada de
márgenes está fomentando las fusiones, para ganar tamaño y
márgenes. Así, en mayo se abrió una puja
por comprar la gibraltareña Bwin. Party, resultado ya de la fusión en
2011 de Bwin y Party Game. Por ella pujan ahora 888 Holdings (empresa gibraltareña controlada por inversores
israelíes) y GVC Holdings, a cuya
oferta se ha sumado Amaya Gaming, la
mayor empresa cotizada de juego online, que en 2014 compró Pokerstars.
Pero mientras las
empresas se quejan, el hecho es que el
juego online avanza imparable, en
jugadores y cantidades jugadas. Y así crece también la
adicción al juego, los ludópatas:
en los últimos dos años, el juego online
se ha convertido en la segunda causa de
ludopatía, tras las tragaperras, según los afectados. Y los médicos llaman la atención sobre la
ludopatía, que alcanza ya a un 0,5-2% de
la población y que en unos años puede alcanzar
al 3% de los españoles adultos (900.000). El problema es doble. Por un lado, con el juego online, ahora los ludópatas
son cada vez más jóvenes (antes de 28 a 35 años y ahora de 18 a 25
años). Y por otro, se enganchan antes: con el juego
presencial, caían en la adicción a los 8-10 años y ahora, con el juego online,
sólo tras 6-24 meses. Y lo peor es que no
hay medios para tratarlos profesionalmente, porque faltan centros
públicos especializados.
La adicción al juego
online ha aumentado en 2014 por dos causas. Una, porque la mayoría de
empresas han creado desarrollos para
llevar el juego a los smartphones y las tablets, aprovechando lo “enganchados”
que están a Internet la mayoría de españoles, sobre todo los más jóvenes. Y la
otra, que en octubre de 2014, el Gobierno autorizó
dos nuevos juegos, que son muy adictivos: las apuestas cruzadas y las tragaperras online, el juego más
peligroso porque es muy rápido, de bajo coste y con recompensa inmediata.
Además, las empresas siguen multiplicando
la publicidad de sus juegos, en
las retrasmisiones de partidos, en Webs, prensa, radio y TV, gastando 114
millones en promoción en 2014. Y han aumentado otro 60% su gasto en publicidad en 2015.
Ante tanta promoción del juego online y ante el aumento del
juego online y la ludopatía, los partidos
políticos se pusieron de acuerdo en limitar la publicidad del juego y
establecer más controles, aprobando
en el Senado, el 18 de febrero
de 2015, una moción del PP (apoyada por
el PSOE, Ciu y PNV) en la que instaban al Gobierno a tomar
medidas, algo que también había pedido a los países la Comisión Europea, en
una Recomendación de
julio de 2014. Por todo ello, el Gobierno Rajoy aprobó en marzo un Real
Decreto que pretende limitar
la publicidad del juego online y controlar el exceso de juego. Por un
lado, se prohibirán la información sobre lo que cotizan las apuestas durante
las retransmisiones de partidos y se
impedirá que hagan anuncios personajes relevantes (aunque Rafa Nadal podrá
seguir haciendo publicidad de Pokerstars siempre que al final haga una llamada
al “juego responsable”…). Además, se obliga a las Webs a establecer mecanismos para detectar “comportamientos desordenados de
juego”: los que jueguen un 80% más de lo que han jugado de media los 3
meses anteriores…
Los
cambios y el nuevo Real Decreto, que ahora está en debate en el
Congreso, entrarán en
vigor en septiembre. Puede ayudar a frenar el juego excesivo y la
ludopatía, pero no será fácil, ya que resulta muy difícil impedir que alguien
juegue online: es algo que se puede hacer a cualquier hora, en
cualquier lugar, sin testigos, sin ningún control, incluso manipulando la
tarjeta o el DNI de los padres. Además, al
Gobierno le viene bien que se juegue porque son más impuestos que ingresa (unos
100 millones al año recauda Hacienda
con el juego online). Y, sobre todo, resulta difícil poner límites a Internet,
máxime cuando Europa quiere fomentar el mercado
único digital: de hecho, un informe del Parlamento Europeo ya ha
indicado que permitir un mercado europeo
de juego online traería unos beneficios
de 5.600 millones al año. Algo que llegará antes o
después, el poder jugar online en cualquier Web de cualquier país europeo. Y
eso, fomentará aún más el juego online y
la ludopatía.
El juego online
es una
gran tentación, sobre todo para los jóvenes enganchados al
móvil y a Internet. Y más si carecen
de salidas profesionales y buscan dinero inmediato. Hay que controlar su crecimiento, limitando de verdad la publicidad y
los abusos, para que no aumente la ludopatía, una enfermedad compleja y
difícil. Juguemos, pero con cabeza.
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