Barcelona es esta semana la capital mundial del móvil, con
el Mobile World Congress. España es
uno de los países con más móviles
del mundo y el 85% son ya teléfonos inteligentes (smartphones),
el mayor porcentaje en Europa y el cuarto
del mundo. Y no es sólo que tengamos 43 millones de smartphones: lo
relevante es que no podemos vivir sin
este móvil inteligente, con el que más que hablar por teléfono, nos
comunicamos vía Internet: mensajería instantánea, mails, envío de fotos y vídeos,
redes sociales, juegos, noticias, música, vídeos, TV… Estamos tan enganchados al smartphone que uno de
cada cuatro adultos lo miran más de 50
veces al día. Un aparato sin el que no podemos vivir. El problema es que a las telecos
no les salen las cuentas: llevan
cinco años perdiendo ingresos por la guerra de precios, y antes o después nos subirán las
tarifas (lo acaba de advertir Vodafone en Barcelona: "subirá el móvil"). Y como estamos tan enganchados, tendremos que pagar lo que nos pidan.
enrique ortega |
En España hay más
móviles que habitantes: 51 millones de móviles a finales de
2014, según datos de
la CNMC. Y de ellos, un 85% son ya
teléfonos inteligentes (smartphones), según el informe “Consumo
móvil en España 2014”, elaborado por Deloitte. Eso nos convierte en el
cuarto país del mundo con más penetración de los smartphones, sólo por
detrás de Singapur (89%), Corea del Sur (88%) y Noruega (87%). Y estamos muy por delante de la Unión Europea (71%), con más penetración de los
móviles inteligentes que Reino Unido (76%), Francia o Alemania (67%), según el
informe “La
sociedad de la información en España 2014”, elaborado por la Fundación
Telefónica. En España, el 88% de los teléfonos inteligentes son Android (el
líder es Samsung) y el 7,5% son de Apple
(IOS).
El éxito de los smartphones ha permitido que el móvil sea el sistema más utilizado
por los españoles para acceder a Internet, por
primera vez en 2014: se conectan a la Red por el móvil el 81,7% de los hogares, frente al 72,7% por el portátil o tablet o
el 53,5% con el ordenador de sobremesa. La gran revolución de Internet en España, donde 24,5 millones de personas se conectan ya cada semana, es el tirón del Internet móvil:
es el modo de acceso de 20,2 millones de
personas en 2014, casi el doble que en 2012 (10,4 millones), según
la Fundación Telefónica. Y la forma preferida de conexión móvil es, como en
la mayoría del mundo, a través de Wifi
(59%, frente al 38% en 2013), siendo el 40% a través de redes (a pesar del 4G).
¿Para
qué usamos el smartphone?
Bueno, lo primero para hablar por
teléfono (84%), pero esta función está bajando año tras año. Y cada vez usamos más el móvil para comunicarnos por otras vías: mensajería instantánea (ha pegado un
salto hasta el 77% de uso y la utilizan ya el 89% de los jóvenes 18-24 años), envío de mails (43%), acceso a redes sociales (42%), SMS (35%,
ha caído estrepitosamente), envío de
fotos o vídeos (7%) y llamadas VoIP
(5%). Lo más destacado en 2014 ha sido la generalización
de WhatsApp:
el 98% de los smartphones lo tienen instalado y el 51,5 % lo usan
diariamente, siendo España el país
europeo que más utiliza WhatsApp, según un informe
de la CNMC. Y el cuarto del mundo, sólo por detrás de Sudáfrica, Singapur y
Hong Kong. La realidad es que el uso del WhatsApp
(y Skype) se ha comido a los SMS (también porque eran
más caros en España) y a las redes
sociales, que crecen menos porque la juventud se comunica más por WhatsApp.
Y a las telecos les está haciendo polvo,
porque siguen cayendo las
llamadas entre móviles.
Los usuarios de
smartphones se bajan cada día millones de aplicaciones,
para multiplicar los usos de su móvil, desde navegadores a buscadores y apps
para bajarse música, juegos, vídeos, ver películas, operar con su banco o
buscar entradas, billetes de avión o viajes. De media, cada usuario de smartphones tiene instaladas 39 aplicaciones, según
la Fundación Telefónica. La mayoría
busca que sean gratis, aunque también crecen las de pago. En el día a día, la
mayoría utiliza el móvil para leer o
descargar noticias (77,6%), participar en redes sociales (67,1%), acceder a la
banca electrónica (49,2%) o vender cosas (13,4%).En general, el 43% de los
usuarios utilizan el móvil para buscar información, el 66% para planificar sus
viajes y el 25% para ver vídeos, según
la Fundación Telefónica. Incluso, se piden por Internet el 36% de las citas
médicas y se hacen un 63% de consultas con la Administración.
El smartphone no se utiliza todavía
demasiado para comprar
por Internet, aunque sí para informarse bien antes de hacer una compra
física. En 2014, 14,9 millones de españoles realizaron alguna compra por
Internet (1,9 millones por primera vez), un 32% de los internautas frente al
47% en Europa. Y muchos lo hicieron vía
móvil. De hecho, los expertos creen que el futuro de las compras online está en el smartphone, sobre todo entre los
jóvenes (18-34 años), que ya hacen la mitad de estas compras. Por eso, esperan
que el comercio por móvil (m-commerce) crezca en España un 48%
en 2015, cuatro veces lo previsto (+13%) para el comercio online (e-commerce), según un estudio
de PayPal y la consultora Ipsos.
Otro reto pendiente
para el smartphone son los pagos.
España es el cuarto país europeo en la utilización de la banca móvil, tras Turquía, Holanda y Polonia: en 2014, un 48% de españoles utilizaron aplicaciones de banca móvil,
para acceder a sus cuentas a través de Internet, según un estudio de
ING. Pero la mayoría utiliza el móvil sólo
para consultar las cuentas (50% usuarios) y pocos para mover dinero entre
cuentas (11%), pagar facturas (8%) o hacer transferencias (3%), por temor a
problemas de seguridad. Sin embargo, el futuro de la banca está en los
teléfonos inteligentes, para lo que deberán invertir aún mucho en
desarrollos, y ofrecer una operativa
sencilla y segura. Otra gran potencialidad de los móviles es el
pago directo en tiendas,
algo poco desarrollado en España porque no todos los smartphones pueden hacerlo
(necesitan la tecnología NFC) y
porque aquí son bastante populares las VISA
de pago sin contacto (hay 4,45 millones y somos el tercer país de Europa
en estas tarjetas para pequeños pagos, tras Polonia y Reino Unido). Y también
avanzan las transferencias vía móvil
a través de PayPal. Cara a un
futuro muy cercano, gigantes como Google, Apple, PayPal y Microsoft buscan quitar
negocio a los bancos tradicionales a través del móvil.
Otro uso del smartphone es para los juegos
online. En España hay ya 2 millones de jugadores vía Internet y la
mitad al menos son jóvenes que juegan con
su smartphone. Y más desde enero de este año, en que se han autorizado las tragaperras online. El problema es el grave
riesgo de ludopatía, incluso para
los adolescentes: se han detectado muchos casos de niños de 13 a 18 años
que juegan online, utilizando el DNI y la tarjeta VISA de sus padres. Y por eso
crecen los casos
de adicción al
juego online en hospitales y consultas médicas.
Para adicción, la que tenemos todos con el smartphone. Ya no es sólo que lo
utilicemos para casi todo, desde mandar un WhatsApp a amigos y
familiares a conectarnos a Facebook, comprar una entrada, preparar un viaje,
ver el periódico o escuchar música. Es que nos
pasamos el día consultándolo: 1 de cada 4 adultos miran su smartphone más de 50 veces al día, según el informe
de la Fundación Telefónica. Y los jóvenes
de 18 a 24 años, 75,6 veces al día, según el informe
de Deloitte. Esto tiene implicaciones
negativas
en todos los ámbitos, desde la educación y el trabajo a la vida familiar y la
conducción (cada vez hay más
accidentes de tráfico por mirar un WhatsApp que nos llega conduciendo). Y hay
médicos que ya tratan la adicción
al móvil: no en vano, un 10% de
jóvenes lo mira más de 100 veces al día…
En cualquier caso, el
smartphone ha cambiado nuestras vidas y ha
venido para quedarse mucho tiempo: para 2020, el 90% de la población mundial tendrá un móvil y la mayoría serán smartphones más sofisticados. Veremos grandes
cambios en los próximos años, sobre todo en pagos y servicios
bancarios, vídeo y TV bajo demanda, educación y ocio. Todo apunta a móviles
modulares, que ofrezcan más servicios a través de aparatos que se
conecten con ellos, como apunta el Proyecto
Ara de Google. Y móviles que estén conectados a las cosas, a
nuestro hogar, a nuestros electrodomésticos y a nuestro coche, como una llave
para hacer más cosas. Las posibilidades
son casi infinitas y aún no podemos casi ni vislumbrarlas.
Pero como siempre, la
innovación y el futuro hay que pagarlos. De momento, parece que tener un móvil inteligente nos sale bastante barato. Eso se debe a la tremenda competencia entre las telecos,
que llevan cinco años con una guerra
de ofertas y precios, que ha beneficiado mucho a los usuarios. Pero quizás hayamos llegado al límite: los ingresos de las telecos que operan en
España se
han desplomado un
35% entre 2010 y 2014, por el triple efecto de la bajada
de tarifas (-50% en voz), la guerra de ofertas fijo-móvil-Internet y la
pérdida de ingresos por el auge de WhatsApp y Skype. Y, en paralelo, necesitan hacer
fuertes inversiones para extender y ampliar redes y ofrecer nuevos
servicios. Una pinza que sólo se resuelve de una manera: consiguiendo más
ingresos. Y ahí entramos nosotros, los usuarios.
De manera que, antes o después, las telecos empezarán a subirnos las tarifas, a cobrarnos más no tanto por la voz como por los
datos, por los servicios, por los usos y descargas. Y más si el mercado lo acaparan "los tres grandes" (Movistar, Vodafone y Orange), que controlan el 90% del mercado. Lo acaba de advertir en Barcelona el consejero-delegado de Vodafone: "El móvil subirá en España". Es
impepinable si no quieren irse a pique. Y ahí, nosotros tenemos un problema: estamos
enganchados. Y nuestros hijos más. Así que podrán cobrarnos más fácilmente,
aunque protestemos. Pero no podemos prescindir del móvil para casi todo. Nos
tienen bien cogidos.
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