En Europa y en España hay liquidez de sobra y los bancos
vuelven a presumir de beneficios, tras un costoso rescate. Pero el crédito ha vuelto a caer en 2014,
como viene pasando desde 2008. Empresas y familias no piden créditos,
sobre todo porque ingresan poco y porque están muy endeudados: lo que venden
o ganan lo dedican a quitarse deudas. Por eso, para reanimar de verdad la
economía, hace falta que el Gobierno
ponga en marcha un Plan para reestructurar esta deuda privada, reduciendo tipos y ampliando plazos de
devolución. Y además, hay que subir
los salarios y potenciar la inversión
pública y privada. No basta con presumir
de “crecer más que Europa”: el empleo
(escaso) es aún muy débil y ha vuelto a
caer en enero, tras las Navidades. Por eso, hay que empujar la recuperación,
facilitando que empresas y familias devuelvan sus créditos y pidan más. Y no dormirse en la propaganda.
enrique ortega |
El crédito
a empresas y familias cayó en 2014, por
sexto año consecutivo. El saldo acumulado del crédito a empresas era 959.358 millones de euros (-3,4%) y el de las familias 745.793 millones (-4,7%). En los nuevos
créditos de 2014, caen también los concedidos a empresas (-11,2%: se
pidieron 353.507 millones, un tercio de los créditos solicitados en 2007), pero subieron los de las familias (+3,4%: 60.813 millones concedidos).
Con ello, se observa un mayor
interés de los bancos por prestar, sobre todo a algunas pymes (para créditos inferiores al millón de euros) y a algunas familias (con empleo estable y
vinculación con el banco), abriéndose una cierta “guerra
comercial” para venderles hipotecas y créditos para el consumo.
Tras este balance, 2015
podría ser el primer
año de recuperación del crédito en España, porque hay liquidez
suficiente y los bancos están más saneados. Por un lado, el BCE ya inyectó 400.000
millones de liquidez a la banca, que fue
excesiva, porque los bancos sólo pidieron la mitad de ese dinero medio regalado. Además, en marzo, el
BCE iniciará la compra de bonos privados y deuda pública europea,
con lo que habrá aún más
liquidez en Europa. Por otro, el rescate
a las Cajas y bancos españoles (que ha costado 108.351 millones en ayudas públicas) ha saneado las entidades, que
han mejorado sus beneficios en 2013 y 2014 (9.756
millones ganados por la gran banca, un 27,13% más). Pero aun así, no creció el crédito.
La culpa no
es de la banca, porque su
negocio es prestar y ganar prestando. En unos casos, no prestan porque el que pide dinero (empresa o familia) no es
solvente y les da miedo aumentar la cifra de morosos
(12,75% en 2014). Pero en la mayoría de casos, no hay crédito porque no se pide. Por ejemplo, 7 de cada 10 autónomos no fueron a un banco a pedir
dinero en 2014, según el Barómetro
de ATA. Y de los 3 que fueron, se lo concedieron a más de la mitad
(53,78%), quizás porque pidieron poco
(menos de 18.000 euros). Y se pide poco crédito porque empresas y familias están súper
endeudadas y los ingresos que
tienen (ventas y salarios) los
dedican a quitarse créditos, a
devolver deuda. No a pedir más crédito.
Las empresas
españolas son las
más endeudadas de Europa, a pesar de que se han quitado una cuarta
parte de la deuda que tenían en 2008: de 1.273.637 millones de deuda (noviembre
2008) han pasado a 959.358 millones (diciembre 2014), tras devolver 314.279 millones (un 24,7%). Aun así, las pymes españolas triplican el
endeudamiento de las pymes francesas o italianas, según
el FMI. Y sólo las 35 empresas del IBEX acumulan unos
170.000 millones de deuda,
más de cinco veces sus beneficios. Y lo peor: un
41% de todas las empresas españolas dedican el 100% de su beneficio a
pagar deudas. Vamos, que trabajan para pagar a los bancos. Como para pensar en pedir más créditos.
Las familias lo
tienen aún peor, porque España es un
país de propietarios, donde el 83%
de españoles tienen piso en propiedad (frente al 60% de media en Europa y el
44% en Alemania). Con ello, 1 de cada 3 familias españolas tiene
pendiente el pago de su hipoteca, que se lleva hasta el 40% de los ingresos
mensuales (en el caso de dos tercios de los hipotecados, según
el Banco de España). Y por ello, 1
de cada 10 familias con hipoteca tiene graves
dificultades para pagarla cada mes, 600.000 familias candidatas a un desahucio,
que siguen creciendo mes a mes (+13,5%
en 2014). Como para pedir más créditos.
Esta deuda es una pesada
losa para que empresas y familias salgan de la crisis, inviertan y
consuman, la clave para que se recupere de verdad la economía Y el mayor hándicap para que
aumente el crédito. Por eso, si el Gobierno quiere que la economía crezca más,
hace falta buscar una salida a la deuda
de empresas y familias, asfixiadas
por pagarla.
En el caso de las empresas,
las
grandes se van “buscando la vida”,
vendiendo lo que pueden y renegociando sus deudas con la banca, como han hecho
Telefónica, El
Corte Inglés, FCC, ACS, Repsol o muchas
inmobiliarias. Pero las pymes lo tienen más difícil. Una
solución sería comprarles estos créditos,
a través del ICO y la banca, y cambiarlos
por deuda a más largo plazo y tipos más bajos, costeando el Presupuesto la
operación. Y para los autónomos, el
Gobierno va a aprobar una Ley
de segunda oportunidad, que exima
del pago de las deudas que no se han podido afrontar a los tres años del cierre
del negocio, aunque la norma va a exigir requisitos que se consideran “excesivos”,
por lo que suena a una medida “electoralista”.
En el caso de las familias,
habría que poner en marcha, con el ICO y la banca, un Plan de reestructuración
de hipotecas, para renegociar plazos y tipos en los casos que pagar
la mensualidad suponga más de un 25% de
los ingresos familiares. Y en los casos más problemáticos (parados,
familias sin ingresos), habría que “rescatar
a las familias” (como se ha hecho con los bancos), buscándoles
vivir en alquiler y creando un “banco
malo” de hipotecas particulares, como hizo el
presidente Rooselvet en EEUU en 1933. Si
no se alivia la carga financiera de las hipotecas (las familias aún deben
745.793 millones), no habrá consumo ni recuperación. Y seguirán los desahucios y
los fallidos en la banca.
España tiene un grave
problema de deuda (pública y privada), el mayor del mundo tras EEUU, según
el FMI. Y mientras no se alivie su
pago, ni habrá más crédito ni habrá
inversión ni consumo. Pero no basta con aligerar el pago de la
deuda. Para salir de verdad de la crisis, hay que crecer
más. Primero, porque no es verdad que seamos los que más crecemos
de Europa: en 2014, crecimos (+1,4%) menos que Alemania (+1,5%) y que otros 7 países
de la zona euro. Y en 2015, la Comisión
Europea prevé para España un crecimiento (+2,3%) que es inferior al
de 7 países de la zona euro (Irlanda, Grecia, Letonia, Lituania,
Luxemburgo, Malta y Eslovaquia van a crecer más). Y segundo, porque sí somos
los que tenemos más del doble de paro
(24,3% frente a 11,6%), que según Bruselas, no
va a bajar del 20% hasta 2017. Y eso son 4,7 millones de parados dentro de
dos años.
Por eso, habría que dejar
de hacer propaganda con el
crecimiento y apostar por crecer más y crear más empleo estable, porque el
que se crea es muy volátil: en
2014 se crearon 433.900 empleos netos y sólo en enero se
perdieron 199.902 empleos, al pincharse
el tirón navideño. Para ello, además de aliviar el peso de la deuda a empresas y familias, hay que reanimar más el consumo (subiendo
los sueldos, por encima del 0,6%
que ofrecen los empresarios) y potenciando
la inversión, de la mano de una mayor inversión pública. Y ello es posible si el
Estado ingresa más, recortando el fraude y haciendo pagar más a
multinacionales, grandes empresas y los más ricos: los expertos de
FEDEA creen que se podría ingresar 40.000
millones extras, para dedicar a reindustrializar, a tecnología y
fomento de la inversión privada en sectores clave. Además, hay que dedicar más recursos a políticas activas de empleo, a colocar
a los parados (todavía 5,45
millones), porque más de la mitad
(3,35 millones) llevan más de un año en paro y sin perspectivas de encontrar trabajo. Es una vergüenza
que hasta el 6 de febrero de 2015 no se haya puesto en marcha en el SEPE
(antiguo INEM) un servicio
de asesoramiento individualizado para cada parado (veremos su eficacia
si faltan
recursos, funcionarios/asesores y empleos).
Hace falta un “optimismo
activo”, como dice el editorial
de El País, que el Gobierno Rajoy, junto a tanta propaganda sobre “lo mucho que crecemos”, ponga en marcha medidas para reanimar
de verdad la economía, lo mismo que Europa
(todavía estancada). Porque tenemos una
tasa de paro insoportable y hay millones
de españoles (mayores de 45 años, mujeres y jóvenes) que no ven claro el futuro. Y así,
un 84%
de los españoles creen que la situación económica es igual o peor que hace un
año, según el último
Barómetro del CIS. ¡Basta de triunfalismos¡
.Hay
que apuntalar la recuperación, con menos deuda, más salarios, más
ingresos públicos y más inversión. Y sentar las bases de un nuevo crecimiento,
asentado en la industria, la tecnología y los servicios. Nos hace falta otra política, tras cinco años de recortes.
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