lunes, 16 de febrero de 2015

Cae el crédito : demasiadas deudas


En Europa y en España hay liquidez de sobra y los bancos vuelven a presumir de beneficios, tras un costoso rescate. Pero el crédito ha vuelto a caer en 2014, como viene pasando desde 2008. Empresas y familias no piden créditos, sobre todo porque ingresan poco y porque están muy endeudados: lo que venden o ganan lo dedican a quitarse deudas. Por eso, para reanimar de verdad la economía, hace falta que el Gobierno ponga en marcha un Plan para reestructurar esta deuda privada, reduciendo tipos y ampliando plazos de devolución. Y además, hay que subir los salarios y potenciar la inversión pública y privada. No basta con presumir de “crecer más que Europa”: el empleo (escaso) es aún muy débil y ha vuelto a caer en enero, tras las Navidades. Por eso, hay que empujar la recuperación, facilitando que empresas y familias devuelvan sus créditos y pidan más. Y no dormirse en la propaganda.
 
enrique ortega

El crédito a empresas y familias cayó en 2014, por sexto año consecutivo. El saldo acumulado del crédito a empresas era 959.358 millones de euros (-3,4%) y el de las familias 745.793 millones (-4,7%). En los nuevos créditos de 2014, caen también los concedidos a empresas (-11,2%: se pidieron 353.507 millones, un tercio de los créditos solicitados  en 2007), pero subieron los de las familias (+3,4%: 60.813 millones concedidos). Con ello, se observa un mayor interés de los bancos por prestar, sobre todo a algunas pymes (para créditos inferiores al millón de euros) y a algunas familias (con empleo estable y vinculación con el banco), abriéndose una cierta guerra comercial” para venderles hipotecas y créditos para el consumo.

Tras este balance, 2015 podría ser el primer año de recuperación del crédito en España, porque hay liquidez suficiente y los bancos están más saneados. Por un lado, el BCE ya inyectó 400.000 millones de liquidez a la banca, que fue excesiva, porque los bancos sólo pidieron la mitad de ese dinero medio regalado. Además, en marzo, el BCE iniciará la compra de bonos privados y deuda pública europea, con lo que habrá aún más liquidez en Europa. Por otro, el rescate a las Cajas y bancos españoles (que ha costado 108.351 millones en ayudas públicas) ha saneado las entidades, que han mejorado sus beneficios en 2013 y 2014 (9.756 millones ganados por la gran banca, un 27,13% más). Pero aun así, no creció el crédito.

La culpa no es de la banca, porque su negocio es prestar y ganar prestando. En unos casos, no prestan porque el que pide dinero (empresa o familia) no es solvente y les da miedo aumentar la cifra de morosos (12,75% en 2014). Pero en la mayoría de casos, no hay crédito porque no se pide. Por ejemplo, 7 de cada 10 autónomos no fueron a un banco a pedir dinero en 2014, según el Barómetro de ATA. Y de los 3 que fueron, se lo concedieron a más de la mitad (53,78%), quizás porque pidieron poco (menos de 18.000 euros). Y se pide poco crédito porque empresas y familias están súper endeudadas y los ingresos que tienen (ventas y salarios) los dedican a quitarse créditos, a devolver deuda. No a pedir más crédito.

Las empresas españolas son las más endeudadas de Europa, a pesar de que se han quitado una cuarta parte de la deuda que tenían en 2008: de 1.273.637 millones de deuda (noviembre 2008) han pasado a 959.358 millones (diciembre 2014), tras devolver  314.279 millones (un 24,7%). Aun así, las pymes españolas triplican el endeudamiento de las pymes francesas o italianas, según el FMI. Y sólo las 35 empresas del IBEX acumulan unos 170.000 millones de deuda, más de cinco veces sus beneficios. Y lo peor: un 41% de todas las empresas españolas dedican el 100% de su beneficio a pagar deudas. Vamos, que trabajan para pagar a los bancos. Como para pensar en pedir más créditos.

Las familias lo tienen aún peor, porque España es un país de propietarios, donde el 83% de españoles tienen piso en propiedad (frente al 60% de media en Europa y el 44% en Alemania). Con ello, 1 de cada 3 familias españolas tiene pendiente el pago de su hipoteca, que se lleva hasta el 40% de los ingresos mensuales (en el caso de dos tercios de los hipotecados, según el Banco de España). Y por ello, 1 de cada 10 familias con hipoteca tiene graves dificultades para pagarla cada mes, 600.000 familias candidatas a un desahucio, que siguen creciendo mes a mes (+13,5% en 2014). Como para pedir más créditos.

Esta  deuda es una pesada losa para que empresas y familias salgan de la crisis, inviertan y consuman, la clave para que se recupere de verdad  la economía Y el mayor hándicap para que aumente el crédito. Por eso, si el Gobierno quiere que la economía crezca más, hace falta buscar una salida a la deuda de empresas y familias, asfixiadas por pagarla.

En el caso de las empresas, las grandes se van “buscando la vida”, vendiendo lo que pueden y renegociando sus deudas con la banca, como han hecho Telefónica, El Corte Inglés, FCC, ACS, Repsol  o muchas inmobiliarias. Pero las pymes lo tienen más difícil. Una solución sería comprarles estos créditos, a través del ICO y la banca, y cambiarlos por deuda a más largo plazo y tipos más bajos, costeando el Presupuesto la operación. Y para los autónomos, el Gobierno va a aprobar una Ley de segunda oportunidad, que exima del pago de las deudas que no se han podido afrontar a los tres años del cierre del negocio, aunque la norma va a exigir requisitos que se consideran “excesivos”, por lo que suena a una medida “electoralista”.

En el caso de las familias, habría que poner en marcha, con el ICO y la banca, un Plan de reestructuración de hipotecas, para renegociar plazos y tipos en los casos que pagar la mensualidad suponga más de un 25% de los ingresos familiares. Y en los casos más problemáticos (parados, familias sin ingresos), habría que “rescatar a las familias” (como se ha hecho con los bancos), buscándoles vivir en alquiler y creando un “banco malo” de hipotecas particulares, como hizo el presidente Rooselvet en EEUU en 1933. Si no se alivia la carga financiera de las hipotecas (las familias aún deben 745.793 millones), no habrá consumo ni recuperación. Y seguirán los desahucios y los fallidos en la banca.

España tiene un grave problema de deuda (pública y privada), el mayor del mundo tras EEUU, según el FMI. Y mientras no se alivie su pago, ni habrá más crédito ni habrá inversión ni consumo. Pero no basta con aligerar el pago de la deuda. Para salir de verdad de la crisis, hay que crecer más. Primero, porque no es verdad que seamos los que más crecemos de Europa: en 2014, crecimos (+1,4%) menos que Alemania (+1,5%) y que otros 7 países de la zona euro. Y en 2015, la Comisión Europea prevé para España un crecimiento (+2,3%) que es inferior al de 7 países de la zona euro (Irlanda, Grecia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta y Eslovaquia van a crecer más). Y segundo, porque sí somos los que tenemos más del doble de paro (24,3% frente a 11,6%), que según Bruselas, no va a bajar del 20% hasta 2017. Y eso son 4,7 millones de parados dentro de dos años.

Por eso, habría que dejar de hacer propaganda con el crecimiento y apostar por crecer más y crear más empleo estable, porque el que se crea es muy volátil: en 2014 se crearon 433.900 empleos netos y sólo en enero se perdieron 199.902 empleos, al pincharse el tirón navideño. Para ello, además de aliviar el peso de la deuda a empresas y familias, hay que reanimar más el consumo (subiendo los sueldos, por encima del 0,6% que ofrecen los empresarios) y potenciando la inversión, de la mano de una mayor inversión pública. Y ello es posible si el Estado ingresa más, recortando el fraude y haciendo pagar más a multinacionales, grandes empresas y los más ricos: los expertos de FEDEA  creen que se podría ingresar 40.000 millones extras, para dedicar a reindustrializar, a tecnología y fomento de la inversión privada en sectores clave. Además, hay que dedicar más recursos a políticas activas de empleo, a colocar a los parados (todavía 5,45 millones), porque más de la mitad (3,35 millones) llevan más de un año en paro y sin perspectivas de encontrar trabajo. Es una vergüenza que hasta el 6 de febrero de 2015 no se haya puesto en marcha en el SEPE (antiguo INEM) un servicio de asesoramiento individualizado para cada parado (veremos su eficacia si faltan recursos, funcionarios/asesores y empleos).

Hace falta un “optimismo activo”, como dice el editorial de El País, que el Gobierno Rajoy, junto a tanta propaganda sobre “lo mucho que crecemos”, ponga en marcha medidas para reanimar de verdad la economía, lo mismo que Europa (todavía estancada). Porque tenemos una tasa de paro insoportable y hay millones de españoles (mayores de 45 años, mujeres y jóvenes) que no ven claro el futuro. Y así, un 84% de los españoles creen que la situación económica es igual o peor que hace un año, según el último Barómetro del CIS. ¡Basta de triunfalismos¡ .Hay que apuntalar la recuperación, con menos deuda, más salarios, más ingresos públicos y más inversión. Y sentar las bases de un nuevo crecimiento, asentado en la industria, la tecnología y los servicios. Nos hace falta otra política, tras cinco años de recortes.

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