Uno de cada 5,5
empleos creados en 2014 fue un
autónomo, la mayoría parados que montaron
un negocio, animados por cotizar
sólo 50 euros a la SS (sólo 6 meses). Otros son falsos autónomos: las
empresas les obligan a darse de alta si quieren trabajar. Así hubo 75.465 nuevos autónomos, el triple que
en 2013. El Gobierno está eufórico,
porque baja las cifras de paro, pero la
mayoría no sobreviven: la mitad cierra antes de 3 años y a los 5 años sólo sobreviven un 39% de
autónomos. Y vuelven al paro, que la mayoría no cobra. Ser autónomo es muy duro:
cobran tarde y mal, no les financian, ganan poco y cotizan menos, con lo que tienen
pensiones más bajas. El Gobierno debería
desinflar
el globo de los autónomos y ayudar a los que tienen un proyecto solvente,
no como un atajo (temporal) para bajar el paro. Y que no nos engañen: el empleo estable lo crean las grandes y medianas
empresas.
enrique ortega |
A finales de 2014 había 3.125.806
autónomos en España (2 millones eran autónomos sin trabajadores), un aumento de 75.465, el triple de nuevos
autónomos que en 2013 (+25.659). España fue el
tercer país (tras Reino Unido y Francia) donde más crecieron los autónomos en 2014, el doble que la media europea. Y un 18% de los nuevos empleos creados en 2014 (1 de cada 5,5 nuevos
afiliados a la SS) fueron autónomos.
La previsión es que en 2015 haya otros 120.000 nuevos autónomos, con lo
que habrá 221.124 altas de autónomos
en estos tres años, todavía insuficientes para recuperar los 571.000
autónomos perdidos durante esta crisis.
Las mayores altas
de autónomos se han dado en 2014 en el comercio (+17.011), actividades profesionales
(+16.628), sanidad (7.889), educación (+6.393), construcción (+4.967), información y comunicación (+3.865) y hostelería (+1.890). Una parte de los nuevos autónomos
son parados (sobre todo menores
de 30 años) que han cobrado
el paro de una vez y han montado un pequeño negocio. Otros son autónomos temporales, que se dan de
alta para ofrecer algún servicio
coyuntural a una empresa. De hecho, dos
de cada tres empresas contratan entre 3 y 10 autónomos (“freelancers”) al año,
según un estudio
de Infojobs y Tower Lane, que añade que un
29% de las pymes recurren a autónomos para afrontar “picos de trabajo” sin
aumentar plantillas. Y en otros casos, se trata de “falsos
autónomos”: personal que trabaja establemente para la empresa, pero
cotizando como autónomo.
Una gran parte del aumento de los autónomos
se debe a estos “falsos
autónomos”. Muchas empresas han forzado a sus empleados a elegir entre
ser despedidos o seguir trabajando en su mismo puesto como autónomos, pagándose
ellos su Seguridad Social(a veces se la pagan, incluso), sin vacaciones ni
pagas extras ni indemnización por despido. Y otras, contratan así a sus nuevos
empleados. Se estima que hay unos 245.000
“falsos
autónomos”, porque el INE censa 260.000 autónomos que dependen de una
sola empresa y sólo 15.000 están dados de alta como TRADE, un contrato especial
que les da más derechos (18 días de vacaciones y una indemnización por despido).
Los “falsos
autónomos” proliferan en la
construcción, los profesionales (un 24% de los arquitectos y muchos
periodistas, médicos o profesores) y hasta en
la hostelería (camareros y empleados de hoteles).
El Gobierno está
encantado con este “boom” de los autónomos (reales y ficticios), porque baja
las cifras del paro y aumenta el empleo y los cotizantes. Y por
eso, va a fomentar más el autoempleo en 2015, al permitir que los parados
mayores de 30 años puedan cobrar el paro de una vez (ahora sólo el 60%). Y seguirá con “el gancho” de la tarifa plana de 50 euros a la Seguridad Social para autónomos, una “oferta”
que tiene truco: los 52,88 euros
de cotización en 2015 (en vez de los 264,44
euros de cotización mínima) son sólo
los primeros 6 meses y luego se paga 132,22 euros los 6 meses siguientes y
185 euros los 18 meses siguientes (los menores de 30 años, el resto de nuevos
autónomos sólo 6 meses más). Es pues una
rebaja temporal, aunque esta tarifa
plana provoca un agujero de más de 600 millones a las
cuentas de la Seguridad Social, que siguen tirando de “la hucha de las
pensiones”.
El problema de fondo
es que todas estas ayudas a los nuevos
autónomos, muy costosas, no cuajan. De hecho, el
27% de los nuevos autónomos sólo sobrevive un año, el 60% dos años, el 51% tres
años, el 45% cuatro años y sólo el 39%
de los autónomos sobreviven 5 años, según un informe
de la Fundación BBVA e Invie. O sea, que casi dos tercios de los nuevos
autónomos están llamados a desaparecer antes de 5 años. Las razones de esta “alta mortalidad” entre
los nuevos autónomos son varias: muchos negocios se
montan con poco dinero (5.000 euros es lo habitual), sin
formación (el 43,5% de los autónomos tiene sólo estudios básicos,
frente al 23,8% en la UE) y sin tener un
Plan de negocio, en actividades poco
innovadoras (tiendas, bares, Webs…), con
poca tecnología (el 90%) y creando
poco empleo (el 57% sólo el del autónomo y otro 36% crean entre 1 y 5 empleados).
Además, si el
autónomo fracasa, lo más habitual es
que no
cobre el paro. Primero, porque para poder cobrar hay
que cotizar aparte (un 2,2% extra) y sólo
640.038 autónomos (de los 3.125.806) cotizan para tener derecho a
desempleo, poco
(734 euros de media) y siempre que haya cotizado al menos 12 meses (tienen que cotizar 4 años para cobrar 1 año
el paro). Además, las Mutuas (que
pagan este paro) sólo aceptan
el 20% de las solicitudes (3.000 de las 15.000 presentadas estos tres
años). Por ello, el Gobierno aprobó en diciembre flexibilizar
las condiciones, para que más autónomos puedan cobrar el paro a partir
de 2015.
Los autónomos que
sobreviven (un tercio), no lo tienen
fácil, según el último Barómetro
del autónomo de ATA: se les han desplomado
las ventas, tienen mucha morosidad,
la banca no les financia y ya ni piden créditos (sólo un 32,7% de los
autónomos pidió financiación en 2014 y a un 46,3% se les negó) y un
65% no piensa crear empleo en 2015. Y además, trabajan
más horas que los asalariados (45,1 horas semanales frente a 37,9,
según UPTA) y cobran menos: declaran
a Hacienda (en 2013) unos ingresos medios de 9.100
euros anuales (no llegan a mileuristas),
la mitad de lo que declaran ganar los asalariados (18.691 euros). Incluso, un 35,5% de los autónomos están en el
umbral de la pobreza, según un informe de CCOO.
Cobran menos y
también cotizan menos a la Seguridad Social (el
80%, por los mínimos), con lo que cobran
unas pensiones
más bajas: 614,60
euros de pensión media (diciembre 2014), dos tercios de la pensión
media de los asalariados (971,47 euros). Y ante estas bajas pensiones, ha caído
el número de autónomos que se jubilan (14.479 hasta noviembre frente a
22.726 en 2013) y muchos autónomos optan
por seguir trabajando después de los
65 años, con lo que han
envejecido (7 de cada 10 autónomos tienen más de 40 años).
Este año 2015 “se
vende” que los autónomos van a ingresar más, porque les bajan
las retenciones a Hacienda, del 21 al 20% (y al 19% en 2016). Y no
recuerdan que este Gobierno les subió las
retenciones del 15 al 21%, en septiembre de 2012, con lo que siguen
descontándoles más. Además, les
han quitado este año el incentivo fiscal (reducción del 20% en el IRPF) por creación o mantenimiento del empleo,
lo que podría suponer la desaparición
de 70.000 empleos, según ATA. También les han subido
un 1% las cotizaciones mínimas a la SS (y 0,25% las máximas). Y el incentivo
de 100 euros para autónomos (y pymes) que contraten a un trabajador de forma indefinida, vigente desde
marzo de 2014 (y que ha creado 180.000 nuevos empleos, según ATA) sólo se prorroga tres meses, hasta
marzo de 2015, no todo el año, como pedían las asociaciones de autónomos.
En conjunto, ser
autónomo no es nada fácil. De hecho, España
es el peor país para hacerse autónomo en Europa, según
la revista Forbes. Es algo que hay que tener presente antes de emprender un
negocio, cuya clave es contar con un proyecto solvente y asesorarse
bien, no cotizar 50 euros durante 6 meses. El Gobierno, en vez de promover “la burbuja del emprendimiento” (sólo
para bajar las cifras del paro), debería fomentar
sólo los pequeños negocios con futuro, no engañar
a los jóvenes con el atajo de un proyecto que acaba cerrando.
Hay que fomentar el emprendimiento, ayudar a crear pequeños negocios, sí, pero con más profesionalidad y garantías de viabilidad. Centrar los esfuerzos en fomentar empleo estable y con futuro, el que crean las medianas y grandes empresas, con menos peso en España (0,8%) que en otros países (1,3% en la UE, 3,1% en Alemania). No se trata de crear un millón de pequeños negocios que cierran a los pocos años, sino de fomentar la creación y fusión de empresas, más grandes, que aguantan mejor las crisis y crean más empleo.¡Basta de demagogia con los emprendedores¡. No hay atajos contra el paro.
Hay que fomentar el emprendimiento, ayudar a crear pequeños negocios, sí, pero con más profesionalidad y garantías de viabilidad. Centrar los esfuerzos en fomentar empleo estable y con futuro, el que crean las medianas y grandes empresas, con menos peso en España (0,8%) que en otros países (1,3% en la UE, 3,1% en Alemania). No se trata de crear un millón de pequeños negocios que cierran a los pocos años, sino de fomentar la creación y fusión de empresas, más grandes, que aguantan mejor las crisis y crean más empleo.¡Basta de demagogia con los emprendedores¡. No hay atajos contra el paro.
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