Sólo el 23 % de los parados
creen que pueden encontrar trabajo en un año, según el último Barómetro del CIS. El resto, la mayoría, sabe que lo tienen muy difícil
y por eso cada vez más están dispuestos a cambiar
de ciudad o de país para buscar trabajo. En España está difícil,
ya que sólo 12 de cada 100 contratos
firmados son fruto de la movilidad
geográfica. Por eso, la mayoría, sobre todo los jóvenes, piensa salir al extranjero, donde han emigrado 415.639 españoles en estos cinco años de crisis (255 cada día en 2012). La mayoría han ido
a Latinoamérica, Francia, Alemania, Reino Unido y EEUU. Hace falta
preparar a las embajadas, para que
ayuden a buscar empleo fuera. Y dentro de España, más colaboración entre las oficinas de empleo y las empresas para favorecer la movilidad, con ayudas
al alquiler, para que los parados
vayan donde hay trabajo (poco).
enrique ortega |
La crisis nos ha
quitado a los españoles la ancestral
pereza por cambiar de ciudad y movernos, muy ligada al hecho de
que empleamos la vida en comprar (y pagar) nuestra
casa. Si antes de 2008, sólo el 17% de los españoles estaban
dispuestos a cambiar de ciudad (y eso si ganaban más), según un informe
de Randstad, ahora un tercio de
los españoles está dispuesto a mudarse
de ciudad y un 27% a cambiar de país (21 % si es fuera de la UE) para
encontrar trabajo, según el Barómetro del CIS (febrero
2012). Y si son jóvenes (18-25 años), el 65% está dispuesto a cambiar de país
por un trabajo, según el estudio
de Randstad.
Dicho y hecho. Lo
primero es intentar cambiar de ciudad dentro de España, buscando trabajo.
Pero hay poco y no se conocen bien muchas de las ofertas
de otras provincias, con lo que la movilidad es escasa: sólo 12 de cada 100 contratos que se
firman en España son fruto de los cambios de una ciudad a otra, según un estudio
de Aggett. La mayor movilidad interna se da entre los jóvenes varones (25-34 años), con poca formación y estudios y tiene que
ver con empleos en la agricultura, el
turismo y la hostelería.
Por regiones,
cuatro han logrado atraer población y mano de obra de otras regiones en
esta crisis (2010-2012): Baleares,
Navarra, Madrid y el País Vasco. Y han perdido ocupación y población Castilla y León y Castilla la Mancha,
sobre todo, aunque también Extremadura, Rioja y Aragón, según un documentado estudio
de AFI. Por provincias, sólo
tres aumentaron empleo y atrajeron población del resto de España: Guadalajara (+0,38%), Zaragoza (+0,05) y Las Palmas (+0,04). Y otras tres provincias son las que han perdido
más empleo y población con la crisis: Cuenca
(-1,66%), Zamora (-0,83) y Albacete (-0,41%), aunque en realidad 31 de las 52 provincias españolas han
perdido población con la crisis. Y la
han ganado, las provincias vascas, Madrid, Baleares, Canarias
y Galicia (ver
mapa).
Otro estudio, de la Agencia Tributaria, revela que sólo 104.000 españoles (la mayoría jóvenes) cambiaron de residencia fiscal por motivos laborales en 2010-2011, menos que en el bieno anterior (123.633). Madrid, Castilla-la Mancha y Cataluña fueron las regiones que acogieron a más desplazados, mientras perdían trabajadores Andalucía, Castilla y León, Extremadura y Galicia.
Otro estudio, de la Agencia Tributaria, revela que sólo 104.000 españoles (la mayoría jóvenes) cambiaron de residencia fiscal por motivos laborales en 2010-2011, menos que en el bieno anterior (123.633). Madrid, Castilla-la Mancha y Cataluña fueron las regiones que acogieron a más desplazados, mientras perdían trabajadores Andalucía, Castilla y León, Extremadura y Galicia.
Como dentro de España hay poco empleo (y menos movilidad),
la mayoría de jóvenes y parados opta por salir
al extranjero: 415.639 españoles
han
emigrado con la crisis (2008-2012), sólo 255 cada día en 2012. Una cifra que en realidad será mayor porque esta estadística sólo
mide los
españoles censados fuera (1.609.989 al 1 enero 2013) y
no incluye los que están como turistas y
trabajan. El mayor
flujo de emigrantes españoles ha
salido estos años de Canarias
(+98,77% de Las Palmas y +52,07% de Tenerife), seguidos de Barcelona (+44%), Asturias
(+43%), Málaga (+39%) y Madrid (+38%), siendo las provincias con más emigrantes españoles fuera
Madrid (202.659), A Coruña (140.275), Barcelona (123.845), Pontevedra (116.912)
y Asturias(96.107).
Por destinos,
los españoles han emigrado más con la crisis a Latinoamérica
(+202% a Cuba, +63% a México, +45% a Brasil, +34% a Argentina y +32% a Uruguay) y a EEUU (+60%), aunque en el último año creció la emigración a
Alemania, Francia y el norte de Europa. Pero la barrera del idioma (y la emigración histórica) hacen que los cinco países donde hay más emigrantes españoles son Argentina (349.868), Francia (178.627), Venezuela (150.559), Brasil
(95.222) y Cuba (94.208), seguidos
de cerca por Alemania
(92.112 censados, aunque habría 110.000
según las estadísticas alemanas). De hecho, en
el cono Sur, los españoles son hoy el
tercer grupo de emigrantes, tras chinos y norteamericanos.
En los primeros años de la crisis, los españoles que emigraban
eran los jóvenes (25-35 años) más
preparados, pero ahora ya salen fuera mayores de 45 años, incluso con sus
familias, según un estudio
de Adecco. La mitad de las peticiones son para trabajar en Europa, sobre
todo en Alemania, Francia, Reino Unido y países nórdicos, aunque crece el flujo
hacia la Europa del este, países del Golfo, EEUU y Asia. Los puestos que
más se están demandando son informáticos, expertos en Internet y nuevas
tecnologías, ingenieros, finanzas y marketing, salud, investigación y energías
renovables. Y muchos “nuevos emigrantes” se van siguiendo a nuestras multinacionales
(telefonía, bancos, energía, infraestructuras) y exportadores.
Cara al futuro, la
migración
interior, la búsqueda de empleo en otras ciudades españolas, va a estar muy
parada este año, ya que hasta mediados
de 2014 no se creará empleo neto. Pero habría que prepararse desde ya,
con una seria reforma de los servicios
de empleo, para que fluyeran las ofertas, con más ayuda de las patronales y
sindicatos. No en vano, hay cinco
autonomías con mucho menos paro del
26% de España: País Vasco
(15,93%), Navarra (17,15%), Aragón (18,55%), Cantabria (19,22%) y Madrid
(19,88%). Ahí habría que buscar primero,
según profesión y edad, y con un Plan público de ayudas a la movilidad,
que incluyera una Bolsa de viviendas
en alquiler (e intercambios) para
familias y jóvenes que cambien de ciudad.
Para buscar trabajo
fuera de España, hay dos elementos claves: idiomas e información.
Es fundamental que el Gobierno ponga en marcha un Plan de reciclaje en idiomas para
jóvenes y parados, ya que un 60% de españoles no busca empleo fuera por su bajo nivel de inglés, según un informe
del Cambridge Institute. Por otro lado, hay que tejer una red de información sobre empleos en el
exterior, con ayuda de las multinacionales españolas y de nuestros consulados y embajadas en el extranjero (una
buena iniciativa: la embajada en el Reino
Unido ha creado un portal con ofertas
de empleo UK para españoles).
Además, el SEPE debería promover más entre parados el
uso del portal de empleo europeo red Eures, con un
millón de ofertas.
Ayudar a jóvenes y parados a buscar empleo en otro país o en otra ciudad
es clave para aliviar la tensión de
los 6
millones de parados, aunque lo importante sería cambiar
de política, dejar los recortes y reanimar el consumo, la inversión
y la economía, algo que se niegan a hacer los
fundamentalistas del déficit, en Europa y en España. Pero mientras, buscar
empleo fuera (el que pueda) ayudará a tapar agujeros. Y luego, algún
día, habrá que pensar en repescar todo este empleo fugado. Nos ha costado mucho formarles.
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