Toca confesarse con Hacienda. Y este año, como los
últimos, nos han subido la penitencia:
todos pagaremos algo más, sobre todo
por no deducir tarifas y bases con la inflación. Y habrá menos devoluciones.
Hay que estar atentos a las deducciones y tipos de las autonomías, porque cinco han
subido los tipos del IRPF. Lo que no cambia es quien paga la Renta: el 79% de la recaudación viene de las nóminas .Y el pago recae sobre todo en las rentas medias, mientras los más ricos defraudan legalmente por
otras vías. España es el país europeo donde más sube la presión fiscal, aunque es
también el que menos recauda por impuestos. Y eso, porque carga en Renta, pero recauda menos en Sociedades, tabaco, carburantes
e IVA, un impuesto que Bruselas exige
subir.
enrique ortega |
La campaña
de Renta hace mucho ruido pero
recauda poco: la mayor parte de este
impuesto,
con el que el Estado consigue casi la
mitad de sus ingresos (el 43,15%, 69.803
millones en 2011) lo hemos pagado en 2011, con las retenciones mes a mes (93%). Ahora, con la declaración, se ajustan estos
pagos con las deducciones de cada uno. Y a
tres de cada cuatro les sale que Hacienda tiene que devolverle. Este
año, de 19,1 millones de declaraciones, 14,6 millones son con devolución (600.000 menos que el año pasado) ,10.995
millones que en su mayoría volverán a los contribuyentes antes de julio. A los 4,5 millones de contribuyentes restantes les
toca pagar ahora 6.308 millones.
En esta declaración se
ha subido
los tipos (Gobierno ZP) a los que más ganan (+120.000 euros) y a los ahorradores (del 19 al 21% para
más de 6.000 euros de dividendos). Pero todos
vamos a pagar más, al no descontarse
la subida de la inflación de los tramos de la renta y no actualizarse el
mínimo personal y familiar ni la reducción por rendimientos del trabajo.
Algo que se hacía hasta 2008 y que nos
supondrá pagar unos 2.500 millones más, según Gestha, entre 120 y 250 euros por
contribuyente. Además, desaparece el
cheque bebé. En cambio, los que hicieron
obras en casa en 2010 tendrán más desgravaciones.
Otro año más, hay que
estar atento a la autonomía donde se vive, ya que ha habido cambios en las
desgravaciones y en los tipos regionales. Cinco
autonomías
han subido tipos a las rentas más altas,
creando además nuevos tramos: Andalucía,
Asturias, Cantabria y Extremadura (entre +1% y + 3%) y, sobre todo Cataluña (entre +2% y +4%). Y otras dos
han bajado tipos (entre -0,1% y -0,4%): Madrid
y la Rioja. En deducciones, el mapa varía mucho entre Castilla y León (deducciones por guardería, hijos y vivienda),
Madrid y Baleares (deducen por hijos y
gastos escolares) y Extremadura, Asturias o Aragón (escasas deducciones). Al
final, eso supone que una familia
pague hasta 3.448 euros más o menos depende
donde vida, según REAF.
La otra novedad es que vuelve
el impuesto
de patrimonio, aunque limitado a 160.000 contribuyentes, que tengan más
de un millón de patrimonio neto (o 2 millones si viven en Madrid, Baleares y Comunidad
Valenciana, que bonifican el 100%). Un impuesto poco útil (sólo recaudará 1.080
millones), que debería cambiarse por un impuesto sobre grandes fortunas.
Un año más, la Renta la
pagan los que viven de una nómina: el 87% de los contribuyentes son asalariados y un 78,8% de la
recaudación viene de sus sueldos, perfectamente controlados. Casi la mitad (42,8%)
son mileuristas
(8,3 millones de contribuyentes), con ingresos inferiores a 13.500 euros y
pagan el 14,2% del IRPF. Las rentas medias bajas (de 13.500 a
28.500 euros), un 36,3% de contribuyentes (7 millones) aportan un tercio de la
recaudación (33,7%). Y las rentas
medias altas (28.500 a 51.000 €), otro 15,1% de contribuyentes (3
millones) aportan un 25,9% más. Las rentas
altas (51.000 a 96.000 €), con un 4,5% de contribuyentes (872.500) aportan
el 13,9%. Y los más ricos (+ 96.000
€), un 1,3% de contribuyentes (252.000) aportan el 12,3% restante. En resumen: los que ganan entre 13.500 y 51.000 euros
(10 millones de contribuyentes, más de la mitad) pagan el
60% del IRPF.
Sólo hay 8.077
contribuyentes que confiesan ganar más de 600.000 euros y pagan 1,4
millones de media. La Renta no está hecha para ellos, que evaden
impuestos legalmente a través de empresas
interpuestas (sin actividad), sociedades o SICAV. Las empresas, a través del abanico de deducciones que permite el
impuesto de sociedades, pagan
sólo el 9,9% de sus beneficios, cuando el tipo nominal es el 30%. Y los ahorradores ahora pagan del 19 al
21%. Enfrente, los asalariados pagan
en esta declaración tipos mínimos del 24% que llegan al 48% en Cataluña. Sigue el trato desigual y el fraude.
Si rebajáramos el fraude a
nivel europeo, se podrían recaudar
38.500 millones al año, actuando sobre grandes patrimonios y grandes
empresas, que es donde está el 72% del fraude, según Gestha. Hacienda es más
modesta y quiere recaudar 8.171 millones con su Plan
antifraude 2012, centrado en alquileres no declarados, profesionales, cuentas
ocultas en el extranjero, cobro de insolventes que no lo son y contrabando de
tabaco. Y otros 2.500
millones con la polémica
amnistía fiscal de los que
afloren dinero negro este año.
Una reflexión final.
España es el país europeo donde más sube
la presión fiscal, según Eurostat.
Pero somos uno de los países europeos
con menos
ingresos fiscales: se recauda el 31,9% del PIB, frente el 38,4% en la
UE-27, el 47,6% en Alemania o el 42,5% de Francia. O sea, que nos brean
a impuestos (y más en la declaración del año que viene), pero pagamos menos que el resto de europeos.
Pagamos casi igual en Renta, pero mucho
menos en carburantes,
tabaco
o IVA y las empresas en Sociedades,
los dos impuestos cuya recaudación se
ha desplomado con la crisis.
La reflexión nos lleva a que reducir el déficit no pasa sólo por recortes, sino por ingresar más,
a la europea, pero no estrujando a las nóminas con subidas
como la aprobada por Rajoy, sino subiendo el tipo efectivo de Sociedades y subiendo el IVA (el más bajo de Europa), como exige
Bruselas. Y poniendo otros
impuestos, sobre transacciones financieras y grandes fortunas. Y luchando
más contra el fraude. En total, se podrían ingresar 63.300 millones más, según Gestha,
evitando muchos recortes.
Otro camino, más difícil porque pisa muchos callos.
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