En plenos recortes y
subida de impuestos, la Iglesia
se ha convertido en chivo expiatorio por
no pagar el IBI a los Ayuntamientos.
Como tampoco lo pagan miles de
instituciones, desde colegios y
embajadas a Renfe, Fundaciones, mezquitas, Cruz Roja, la duquesa de Alba
o el hotel Palace. Unos 1.000
millones que se dejan de ingresar, sólo 50 de la Iglesia. Que también disfruta
de exenciones en muchos impuestos,
desde sociedades a sucesiones o plusvalías, como otras instituciones. Al final,
la revisión de estos privilegios, que hay que hacer, encubre el catastrazo: la subida del IBI, entre 90 y 120 euros,
que nos van a hacer los Ayuntamientos en 2012 y 2013. Y tampoco se habla de
otros privilegios: 38.102 millones que
se van en exenciones fiscales (muchos
a grandes empresas) y 13.700 millones en subvenciones,
al Hipódromo de Madrid (2,27 millones), el Teatro Real (13,15 millones) o la Federación
de Fútbol (3 millones). Sin ellos, no habría déficit ni recortes.
enrique ortega |
Los privilegios
fiscales de la Iglesia, el segundo patrimonio
de España tras el Estado (100.000 inmuebles, miles de tierras y 3.700
monumentos), se remontan a hace siglos y se concretan en el Concordato firmado con Franco en 1953 y
renovado en los Acuerdos con la Santa
Sede de 1979. Pero en 2002, el
PP aprueba la Ley de Mecenazgo,
donde incluye los beneficios fiscales de la Iglesia y los amplía
a otras instituciones sin fines de lucro, que tampoco pagan el
IBI a los Ayuntamientos: locales públicos (colegios, comisarias, cuarteles…),
colegios concertados, Cruz Roja y ONGs, Federaciones Deportivas, mezquitas y otras religiones, Fundaciones, Renfe y edificios históricos, desde el
Palacio de Liria al Hotel Palace o la SGAE. Partidos y sindicatos dicen que sí pagan.
Ahora, los
Ayuntamientos le han echado el ojo a
los bienes de la Iglesia, para intentar tapar
sus agujeros. Y ya hay varios,
incluso del PP (Zamora, Valladolid, León) que preparan un censo de locales, mientras el PSOE
ha ordenado a sus concejales que presenten mociones en los Ayuntamientos
para cobrar el IBI, al menos de los edificios que no se dedican al culto
(aparcamientos, restaurantes, hospederías, viviendas…), un pago que el PP ha ordenado que rechacen sus concejales. El antiguo alcalde, Ruíz
Gallardón, estimó que la Iglesia dejaba
de pagar en Madrid 4,8 millones por el IBI. Dado que Madrid ingresa la
novena parte del IBI de toda España, podría estimarse en 43,2 millones el IBI
de los inmuebles de la Iglesia que sumados a sus bienes de naturaleza rústica
(pagan un IBI muy bajo) sumarían 50
millones. Un 5% de los 1.000 millones
que dejan de ingresar los Ayuntamientos por el IBI de los que no lo pagan.
Pero los privilegios
fiscales no son sólo en el IBI. La Iglesia y demás entidades sin ánimo de
lucro tienen importantes exenciones
en varios impuestos más: plusvalías,
sucesiones, transmisiones patrimoniales y sucesiones. El único impuesto del
que está exenta la Iglesia y no los demás es el de licencia de obras municipales (ICIO), por el que los Ayuntamientos
recaudan 1.500 millones (como mucho, la Iglesia debería pagar 15). Y desde 2007, la Iglesia paga
también el IVA
(se ahorraba unos 30 millones), por imposición de Bruselas.
En paralelo a la
polémica del IBI ha saltado el tema de la
financiación
de la Iglesia en España, donde recibe
unos
5.800 millones al año del Presupuesto. Una parte (250 millones) es
dinero de los contribuyentes católicos
(7,5 millones), que marcan su casilla en el IRPF, algo que no pueden hacer los creyentes de otras
religiones. Otros 700 millones es dinero público que paga a unos 18.000 profesores de religión. Luego está el
pago de capellanes en instituciones
públicas (25 millones), ayudas a ONGs
(91,3 millones a Cáritas y Manos Unidas), el coste de la sanidad a los religiosos (700 millones), la rehabilitación del patrimonio de la Iglesia (13 millones) y, sobre
todo, los 4.000 millones destinados a financiar la enseñanza religiosa concertada (1.400.000 alumnos), que si no
tendría que impartir la enseñanza pública.
La polémica es si
todo este dinero tiene
que salir del Presupuesto o si la
Iglesia debería autofinanciarse
con sus fieles, como hace en Alemania y muchos
países. Es lo que planteaban a medio plazo los Acuerdos de 1979 (“lograr por sí misma los recursos suficientes”)
y lo que proponía una moción
de IU, apoyada por Grupo Mixto y PSOE
(que no resolvió la financiación de la
Iglesia en casi 8 años de Gobierno) y rechazada por PP, CiU y UPyD.
Al margen de la
financiación de la Iglesia, que
paguen el IBI (ellos y otros) no es
algo que puedan decidir los Ayuntamientos,
ya que les exime una Ley (de Mecenazgo), que habría que cambiar (y entonces estarían detrás los acuerdos con la Santa Sede).
Y mientras se habla de la Iglesia, nos
olvidamos del catastrazo, la subida del IBI a particulares y empresas por
partida doble. Por un lado, este año se ha
revisado el catastro de muchas ciudades (Zaragoza, Palma de Mallorca,
Santa Cruz de Tenerife, Oviedo, la Coruña y Murcia), después que el verano
pasado se revisara el de Madrid y 215 municipios más. Y por otro, a todos se les sube
el tipo del IBI, entre el 10% (en más de la mitad de los Ayuntamientos)
y el 4%, según el año
de revisión catastral. Una subida del
recibo entre 90 y 120 euros, en 2012 y 2013.
Y hablando de privilegios
fiscales, no sólo están los que no pagan el IBI. En 2012, hay 38.102
millones en desgravaciones
fiscales, que el Estado no ingresará y beneficiará a particulares (6.000 millones a los compradores
de pisos) y sobre todo empresas
(6.046 millones en sociedades). Y otros 13.700 millones en subvenciones a una lista de 500 entidades, desde el Hipódromo de Madrid (2,27 millones) al Teatro Real (13,15), la Opera de Bilbao (1,75 millones), la Federación Española de Fútbol (3
millones) o la Maestranza (2,12). En
total, 51.802 millones, vez y media los recortes,
que se reparten sin transparencia y con
el desconocimiento de la mayoría de españoles. Eso sí tiene morbo, más que el IBI de la Iglesia.
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