jueves, 27 de abril de 2017

EPA marzo 2017: menos empleo y más paro


El Gobierno Rajoy utiliza “la buena marcha de la economía” para echar balones fuera contra la corrupción. Pero el empleo, la principal preocupación de los españoles, no tira: se han perdido 70.000 empleos en el primer trimestre, según la EPA publicada hoy, mientras el Gobierno promete 506.000 este año, algo difícil porque creceremos menos que en 2016.Y ha aumentado el paro, que afecta a 4.255.000 españoles. Lo peor es que más de la mitad de los parados llevan más de 1 año sin trabajo y sin asesoramiento ni formación, porque las oficinas de empleo no funcionan, como ha denunciado el Consejo de Europa. Y que más de la mitad de los parados (el 53,7%) no cobran nada y están en la pobreza, según acaba de señalar el INE. Urge dejarse de triunfalismos sobre la economía y aprobar un Plan de choque contra el paro, con políticas activas de empleo, formación y reformas, para reducir un paro que duplica con creces al de Europa. Y además, reanimar la economía, en vez de aprobar los recortes del Presupuesto 2017. Hay que dejarse de “politiqueos” y volcarse en el empleo.

enrique ortega

El primer trimestre suele ser malo para el empleo, porque se pierden los empleos creados por la Navidad, Reyes y las rebajas de enero. Este año 2017, se han perdido 69.800 empleos de enero a marzo, según la EPA conocida hoy, más de los perdidos en el primer trimestre de 2016 (-64.600) y menos de los perdidos en 2015 (-114.300), 2014 (-184.600) y 2013 (-322.300). La mayoría de los empleos se han perdido en los servicios (- 94.700 y en la industria (-8.200), mientras subió el empleo en la agricultura (+31.000) y la construcción (+2.100 empleos). El empleo ha caído el doble entre las mujeres (-46.500 empleos menos) que entre los hombres (- 23.400 empleos) y sobre todo entre los que tienen entre 25 y 50 años (126.800 empleos perdidos en el primer trimestre). Y por autonomías, el empleo cayó sobre todo en la Comunidad Valenciana (-29.300), Baleares (-22.100), Canarias (-16.600) y castilla y León (-13.800), mientras sorprende la mejora del empleo de Andalucía (+63.100 empleos).                       

En el primer trimestre de 2017 se perdieron más empleos de los creados, pero, además, la mayoría de los contratos firmados (4.818.893) fueron muy precarios: el 90,05% de los contratos fueron temporales y sólo un 9,95% indefinidos, según los datos del Ministerio de Empleo. Y un tercio de todos los contratos fueron a tiempo parcial (el 33,27%), frente a dos tercios a jornada completa (66,73%). Lo que sucede es que se firman muchos contratos al año por cada puesto de trabajo. Así, en 2016, se necesitaron 39 contratos de media para mantener un puesto de trabajo (141 contratos por nuevo cotizante en Extremadura y 67 en Andalucía, frente a 27 contratos por empleo en Madrid). Y hubo 627.784 trabajadores que firmaron entre 5 y 10 contratos a lo largo de 2016, junto a 141.284 trabajadores que llegaron a firmar 15 contratos durante 2016. Así rota y se reparte el poco empleo que hay. Un nuevo empleo muy precario: sólo el 5,99% de los nuevos empleos creados este 2017 son fijos y a tiempo completo, con lo que un 94% son precarios (en 2016 lo fueron el 95%).

Al empeorar el empleo este primer trimestre, el paro ha aumentado en 17.200 personas, según la EPA conocida hoy,  hasta alcanzar los 4.255.000 parados registrados en las oficinas de empleo (SEPE), un 18,75% de los españoles en edad de trabajar, más del doble que en Europa (8% de paro en la UE-28). Y sigue siendo muy elevada la tasa de paro juvenil, que está en el 41,6% (frente al 17,3% de media en Europa).

El paro se concentra en las mujeres, que ya son más de la mitad de los desempleados, con una tasa de paro femenino del 20,51%, frente al 17,22% los hombres. Y también hay más paro entre los jóvenes menores de 24 años (41,6% ) y entre los mayores de 50 años (16,6%, el triple que en 2007), donde ya hay 1.036.200 españoles sin trabajo. Y el paro también se ceba más entre los inmigrantes, cuya tasa de paro (25,46 %) es superior a la de los españoles, según la EPA. Y todavía hay 1.394.700 hogares donde todos sus miembros están en paro y no trabaja nadie. Por autonomías, hay 6 regiones con una tasa de paro “insoportable”, superior al 22% : Melilla ( 29,46% de paro), Extremadura ( 29,23%), Andalucía (26,94%), , Canarias (25,68%), Ceuta (23,30%) y Castilla la Mancha (22,48), media España, que contrasta con el paro “casi europeo” de Navarra (10,25%), País Vasco (11,86%), y la Rioja (12,92%).

Pero quizás el dato más preocupante es que más de la mitad de los parados no cobran ninguna ayuda. Así, de los  4.255.000 españoles que se consideran parados (EPA primer trimestre 2017), estén o no apuntados en las oficinas de empleo, hay 2.285.137 parados que no cobran ningún subsidio, el 53,7 % de todos los parados EPA (al llegar Rajoy a la Moncloa, en diciembre de 2011, no cobraban el 44,5% de los parados EPA). Y de los 1.969.863 parados que sí cobran algo (febrero 2017), según el Ministerio de Empleo, sólo un tercio (756.420 parados) cobran un subsidio contributivo, de 813,60 euros al mes. Los dos tercios restantes (1.213.443 parados) sólo cobran un subsidio asistencial de 426 euros al mes. Estos datos preocupantes explican que casi la mitad de los parados (un 48,5%) estén hoy en situación de pobreza, según la estadística que acaba de publicar el INE. Y eso porque muchos parados no han cotizado suficiente o se les ha acabado el paro y otros no reúnen las condiciones para cobrar un subsidio asistencial, muy recortado desde 2012. Todo ello para “ahorrar” con los parados y ayudar a rebajar así el déficit público: si en 2012 se gastaron 31.680 millones en los parados, en el Presupuesto para 2017 se incluye un gasto en paro de 18.318 millones de euros.

Si más de la mitad de los parados no cobra nada tiene mucho que ver con que el paro se ha hecho “viejo”, que cada vez hay más “parados de larga duración” (que llevan más de 1 año en paro): eran ya  2.313.500 parados a finales de marzo de 2017, el 54,3% del total según la EPA. Y lo peor es que, de ellos, 1,7 millones llevan parados más de 2 años y casi 1,2 millones más de cuatro años, según un estudio de Fedea. Son una enorme bolsa de “parados crónicosque tienen muy difícil volver a trabajar algún día. Un tercio de estos parados de larga duración proceden de la construcción y dos tercios son mayores de 55 años, más mujeres que hombres, concentrados sobre todo en Andalucía, Canarias, Ceuta, Melilla, Castilla la Mancha y Extremadura. Y además, tienen un problema adicional para colocarse, su poca formación: el 63% de estos parados de larga duración sólo tienen acabada la ESO o incluso menos.

Ahora queda esperar que este segundo trimestre, con la Semana Santa, el empleo crezca, lo mismo que el verano, aunque será “un milagro” crear este año 506.000 nuevos empleos, como promete el Gobierno, ya que la economía crecerá menos que en 2016 (un 2,5%, frente al 3,2% del año pasado), cuando se crearon 413.000 nuevos empleos. La Comisión Europea estima que se podrían crear 370.000 empleos este año y la última previsión de Manpower Group habla de 421.000 nuevos empleos este año. En cualquier caso, demasiados pocos para los 4.255.000 españoles que esperan un empleo. Y a este ritmo, recuperar los 20,5 millones de empleos que había en España en 2007 nos costaría todavía 5 años más, hasta 2022, según la estimación de Funcas y Manpower Group.

Los parados y el país no pueden esperar tanto, por lo que urge acordar un Plan de choque contra el paro, que debería ser la prioridad del Gobierno y la oposición porque es la primera preocupación de los españoles (para el 72,3%), según el Barómetro del CIS (marzo 2017). A corto plazo, lo más urgente es destinar más dinero a los parados (4.000 millones más), para que cobren algún subsidio al menos los que están en situación de pobreza, un millón largo de parados que ahora no cobran nada. Y aumentar el subsidio asistencial (hoy 426 euros) a los parados con familia, combinando estas ayudas con las rentas básicas de las autonomías. Y todo ello porque un parado español cobra de desempleo (el que cobra un subsidio contributivo) el 61% de su último salario, una prestación inferior a la media de 16 paises europeos, que es del 69% del último salario (o del 67% que cobran alemanes y británicos).

Además, el Plan de choque contra el paro debería incluir un mayor gasto en políticas activas de empleo, como han pedido reiteradamente al Gobierno la Comisión Europea, la OCDE y el FMI. España, con más del doble de paro que Europa, es uno de los países que menos gasta en políticas activas de empleo: un 0,88% del PIB, frente al o,93% de Francia, el 0,79% de Alemania, el 1,09% de Suecia, el 1,10% de Holanda, el 1,59% de Bélgica o el 2,26% de Dinamarca, según los datos de la OCDE. Y no es sólo que gastemos menos, sino que lo gastamos mal, entre otras cosas porque no hay coordinación entre el Gobierno central y las autonomías, responsables últimas de aplicar las políticas activas de empleo. Así, 12 autonomías (gobernadas por el PSOE y los nacionalistas) se han quejado de que el Gobierno Rajoy retrasa sistemáticamente el pago de las políticas de empleo (para reducir el déficit) y que los 1.800 millones de 2016 no se los pagaron hasta diciembre. Además, las autonomías se han quejado también de que España ha perdido la mayoría de las ayudas del Plan europeo de empleo juvenil (Garantía Juvenil) porque el Gobierno central complicó mucho la inscripción a los jóvenes (sólo lo hicieron 400.000 de los 800.000 que podían hacerlo).

El Gobierno Rajoy aprobó en abril de 2016 un Plan trianual de empleo 2016-2018, con sólo 515 millones de euros para ayudar al empleo de 1 millón de parados de larga duración. Un Presupuesto tan ridículo que supone 172 euros por parado al año: no da ni para elaborar su perfil. Harían falta 10 veces más de recursos, un mínimo de 3.000 a 6.000 euros por parado, según el estudio de Fedea, para poder elaborar su perfil, mejorar su formación y asesorarle personalmente para ayudarle a encontrar empleo. Ahora, en el Presupuesto para 2017, el Gobierno Rajoy ha “vendido” que va a gastar “mucho más” en políticas activas de empleo. Un “espejismo”: gastará 5.499 millones, un 5,5% más, 289 millones extras tras un recorte de 2.135 millones entre 2011 y 2016 (a pesar de tener el doble de paro que Europa).  Con estos recursos, será imposible atender a esos 2,3 millones de parados de larga duración (mujeres, mayores y jóvenes sin formación) que tienen graves problemas para encontrar un trabajo.

El tercer frente de actuación del Plan de choque contra el paro debería ser la reforma a fondo de las oficinas de empleo, el SEPE. El Consejo de Europa ha suspendido este año (por segunda vez) a las oficinas de empleo españolas, calificándolas de  ineficientes”. Y tanto la Comisión Europea como la OCDE y el FMI han pedido muchas veces su reforma, porque funcionan mal. Basten tres datos. Uno, los parados tardan 9 meses y medio (de media) en recibir la primera atención personalizada en la oficina del SEPE y un tercio la reciben cuando ya llevan más de un año parados, según un estudio de Fedea. Dos, el 91,3% de los parados registrados no recibe ninguna orientación personalizada para encontrar trabajo. Y el 8,7% que sí recibe orientación son precisamente los que menos la necesitan: parados más formados, los que cobran el subsidio y los más jóvenes, no los parados mayores y menos formados. Y tres, sólo el 1,8% de los parados encuentran trabajo gracias a las oficinas de empleo, según la EPA, frente al 10% de media en Europa y Alemania.

Las oficinas de empleo no ayudan a colocarse pero tampoco forman a los parados. El dinero para la formación (que sale en parte de las cuotas de empresas y trabajadores) se dedica sobre todo a formar a los que están trabajando (3.756.000 en 2015) y poco a formar a los parados: sólo un 5% de los desempleados (213.049) recibió cursos de formación en 2015 (y de ellos, sólo acabaron estos cursos 179.354, el 4,2% de los parados). Y encima, la mayoría de los parados que reciben cursos vía SEPE son los jóvenes con más formación, los que menos lo necesitan. Y reciben formación menos del 1% de los parados que llevan más de un año en paro y sólo el 0,29% de los parados de larga duración sin estudios, según Fedea. Además, los cursos disponibles son demasiado largos (35% de más de 300 horas) y poco atractivos (muy “clásicos”), sin mucha ligazón con los perfiles que buscan las empresas.

En definitiva, que urge poner en marcha un Plan de choque contra el paro que aumente los subsidios a los parados a cambio de ayudarles a formarse y colocarse, con una reforma a fondo de las oficinas de empleo (SEPE). Y en paralelo, Gobierno y oposición deberían aprobar medidas complementarias para reanimar la economía, con mayores inversiones públicas y privadas, sobre todo en infraestructuras necesarias (no en más AVEs), en reindustrialización, en formación, innovación, tecnología y digitalización, para aumentar el crecimiento y la oferta de empleo. Porque el problema de fondo es que la economía crece pero las empresas (aunque ya ganan más que en 2007) aumentan poco sus plantillas, cubriendo los picos de más trabajo con horas extras y empleos por horas o temporales. Y así pasa que el 93,9% de las empresas españolas no contemplan aumentar sus plantillas, según la última encuesta de costes laborales del INE. Y sólo hay un 0,7% de empleos vacantes, siendo España el tercer país europeo con menos empleos vacantes, tras Grecia (0,3%) y Chipre (0,6%), dos veces y media menos que la media UE (1,8% de vacantes), según Eurostat.

Hay que dejarse de triunfalismos y afrontar con todos los medios el grave problema del empleo, dedicando más recursos, incentivos y medios en ayudar a los parados a colocarse y en que haya más empleos disponibles, lo que obliga a reanimar la economía española, no a hacer más recortes como los que incluye el Presupuesto para 2017. Y todo ello, presionando en Bruselas para que se reanime también la economía europea, con más gasto y más inversiones, que tiren del crecimiento y el empleo en la Europa más pobre del sur. Y más con el parón que va a suponer el Brexit, que afecta muy negativamente a España. Esto es lo que debería preocupar a los líderes europeos, si quieren combatir a le Pen y a los populismos en Europa. Y a Rajoy: menos triunfalismo económico y que luche de verdad contra el desempleo. Es lo que más nos preocupa a todos.

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