Malas noticias para el mundo: EEUU tuvo en enero el mayor “agujero”
comercial de los últimos 5 años, por China y México, tras cerrar 2016 con
un déficit de 502.000 millones de dólares, el mayor desde 2012. Son datos que
alimentarán la retórica proteccionista
de Trump y desatarán guerras comerciales. Pero EEUU no es un perdedor de la globalización: ha aumentado sus
exportaciones y su cuota comercial desde 2005, aunque han ganado más China, México y Corea. Quien más ha
perdido es Europa, sobre todo
Francia, Reino Unido y Alemania. España es
el único país europeo que mantiene su cuota
comercial y el 6º país del mundo que
más ha aumentado sus exportaciones, que cerraron 2016 con un récord histórico. La crisis ha forzado a nuestras empresas a vender
más fuera, tirando precios y salarios. Pero ahora, con la tormenta que
amenaza al comercio mundial, urge un Plan
de apoyo a las exportaciones españolas, para que no retrocedan. Mucho crecimiento y empleo depende de ellas.
enrique ortega |
La globalización
es la nueva forma de organización del capitalismo en las tres últimas
décadas y consiste en tomar el mundo como mercado, para producir y vender. El otro día
compré en el súper un chuletón de carne polaca sacrificada
en Dinamarca y envasada en Francia. Y cada día usamos un móvil hecho en China o un coche
fabricado en Eslovaquia con piezas alemanas y componentes españoles. Esta globalización ha trastocado la economía y a los paises, con claros ganadores y perdedores. El país ganador con la globalización es China, la “fábrica del mundo”, que en
2005 era el tercer exportador mundial,
por detrás de Alemania y EEUU, y que hoy es el
primero, tras triplicar en estos 11 años sus exportaciones (de 762.050 a
2.180.000 millones de dólares). Y el gran
perdedor, según los datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha sido Alemania, que en 2005 lideraba el ranking de paises exportadores y
ahora está en tercer lugar, tras China y EEUU, después de aumentar poco sus
ventas exteriores en esta década larga (de 969.960 a 1.338.000 millones de
dólares).
Estados Unidos,
por mucho que diga Trump, no es una “víctima” de la globalización,
sino que también ha salido ganando: se mantiene el segundo en el ranking exportador
mundial (como en 2005) y es el 2º país
que ha ganado más cuota comercial desde
2005 (un +0,57%, hasta el 9,24%), tras China (+5,97% de cuota entre 2005 y 2016, con el 13,1% del comercio mundial), por
delante de los otros tres únicos paises más que también han ganado cuota en
estos once años : Corea (+0,41%), México (+0,33%) y Brasil (+0,06%), según
la OMC. Eso sí, las exportaciones
USA han aumentado un 61,8% (entre 2005 y 2016), menos que las de China
(+179,1%), México (+76%) y Corea (+ 74,8%), los tres paises que más han
aumentado sus ventas exteriores en los últimos once años.
El gran perdedor de la globalización ha sido Japón, el 4º país en el ranking de
exportadores, que se ha dejado un 1,66% de su cuota comercial (4,18% ahora).
Pero a nivel de continentes, el gran perdedor ha sido Europa, que ha pasado de tener el 42,7% de las exportaciones mundiales
(2005) al 38% (2016), mientras Asia era el único continente que ganaba un 7% de cuota comercial,
perdiendo también cuota Latinoamérica (-0,3%) y Norteamérica (-0,1%), según los
datos de la OMC. Y Europa ha perdido un 4,7% de cuota porque la han perdido sus
cuatro mayores paises, Francia (-1,29%), Reino Unido (-1,18%), Alemania (-0,8%, con un 8,67% del comercio mundial) e Italia
(-0,69%), que han perdido mercados mundiales en beneficio de China y otros
paises emergentes.
En este contexto, España ha salido bien parada de la globalización: no ha perdido apenas cuota
de mercado en el mundo (-0,03% entre
2005 y 2016), tenemos un 1,72% del
comercio mundial (ocupamos el lugar 17 en el ranking de paises exportadores)
y, sobre todo, somos el 6º país del mundo donde más han crecido las
exportaciones desde 2005, un 49,3%, sólo por detrás de China (179,1%),
México (+76,4%), Corea (+74,8%), EEUU (+61,8%) y Brasil (+60,4%), muy por
delante del crecimiento que han tenido las exportaciones en Holanda (+39,2%),
Alemania (+38,9%), Italia (+23,1%), Bélgica (+17,2%), Rusia (+14,2%), Canadá
(+9,8%), Francia (+8,2%), Japón (+8,1%) y Reino Unido (+4,4%).
Así que Europa tiene
un serio problema exportador, de competitividad frente al resto del mundo,
del que se salva España, gracias al enorme esfuerzo hecho sobre todo desde 2012: entre 2000 y 2007, las
exportaciones españolas crecieron menos que el comercio mundial (+4,7% frente
al 7,4%), con lo que España perdió cuota comercial, pero entre 2012 y 2016, las exportaciones españolas han crecido más que las mundiales
(+4,4% frente al 3%) y hemos ganado cuota en el mercado mundial, mientras la perdían Alemania y los principales
paises europeos. Eso se debe a la crisis,
que ha forzado a las empresas españolas a vender fuera al caer las ventas
dentro, y sobre todo a que los exportadores han “tirado precios”, gracias a tres años de inflación
negativa (2014 a 2016) y a una rebaja de salarios y costes financieros, además
de la ayuda extra de un euro débil
(desde 2015).
Gracias a estos factores, las exportaciones españolas cerraron
2016 con un récord histórico: 254.530 millones de euros de ventas
exteriores, un 37,5% más que en 2007 (185.023 millones). Y en 2016, España aumentó
sus exportaciones lo mismo que creció el comercio mundial (+1,7%), pero mucho más que Europa (-0,1%) y que la zona euro
(+07%), que Alemania (+1,2%), Italia (+1,1%), Francia (-0,9%) y Reino Unido
(-0,2), e incluso más que China (-6,4%), USA (-3,2%) o Japón (-7,4%), según los
datos del Ministerio de Economía. Y este “tirón exportador” fue de gran ayuda para la economía, ya que
aportó el 0,5% del 3,2% que creció
el país en 2016. Y para muchas grandes empresas, como las del IBEX, las ventas fuera de España suponen ya dos
tercios de sus ingresos (y de su empleo).
Pero ahora, de cara a 2017
y 2018, la “euforia exportadora” de
España choca con dos duras
realidades externas. Una, que el
comercio mundial ha “pinchado” y crece por debajo de
la economía mundial, en 2016 y también este año 2017, donde la OMC espera un
aumento del comercio mundial del 1,8 al 3%, que probablemente será realmente
menor. Y la otra gran incertidumbre es Trump y su amenaza de guerras comerciales
con China y México, además del recorte de
todas las compras norteamericanas al exterior. El riesgo de una “tormenta comercial” en el mundo es
grande y más tras publicarse hace unos días que el déficit comercial de enero en EEUU ha sido de 44.300 millones de dólares, el mayor “agujero comercial” norteamericano
desde marzo de 2012, provocado por el aumento del déficit con México (+22%) y China (+12,5%), las dos “bestias negras” de Trump. EEUU ya cerró
2016 con un déficit comercial de -502.000
millones de dólares, el mayor de los últimos 5 años, un 60% debido al
déficit comercial con China (-300.000 millones de dólares). Y Trump ya ha dicho que el abultado
déficit comercial es “un riesgo para la seguridad nacional”.
Ahora, tras salirse EEUU del Tratado Comercial del Pacífico
(TPP), denunciar el Tratado comercial con Canadá y México (NAFTA) y paralizar
el Tratado comercial con Europa (TTIP), Trump quiere recortar las importaciones norteamericanas, poniendo aranceles (impuestos) y trabas a las
exportaciones chinas, mexicanas, latinoamericanas, asiáticas y europeas, lo que
provocará una nefasta ola de proteccionismo que frenará aún más el comercio mundial. Y
forzará a China a querer vender más en Europa, ya que lo tiene más difícil en
USA. Todo ello en un momento en que exportar
es más difícil, porque sube la inflación en España (más que en Europa) y subirán los tipos y los costes energéticos
y financieros, además de los salarios (tras cuatro años "devaluados"). Y también será un problema en 2017 el Brexit (Reino Unido es nuestro 4º mayor cliente y podemos perder exportaciones entre 500 y 1.000 millones de euros, según un informe del Gobierno español) y el estancamiento económico y la incertidumbre política de Europa, con un pequeño crecimiento en Francia, Italia y Portugal, tres paises donde van el 30% de las exportaciones españolas.
Por todo ello, España
debería aprobar un Plan de apoyo a las
exportaciones, para ayudar a las
empresas a vender fuera ahora que será más difícil. Y ese Plan de choque debería centrarse en tres frentes: diversificar productos a exportar, diversificar paises donde vender y
ampliar el número de empresas y regiones exportadoras, junto a medidas de apoyo financiero (faltan créditos y avales para exportar), ayudas institucionales (más gasto en promoción exterior y Ferias) y mejor asesoramiento (consultoría y
Oficinas comerciales).
El primer gran reto para reforzar la
exportación española es diversificar lo que
vendemos fuera. Hoy, las tres cuartas partes de lo que exportamos (el 78%) se concentra en 4 sectores, de los
que somos tremendamente dependientes: bienes
de equipo, maquinaria (29,3% del total), automóviles (17,7%), alimentos
(16,9%) y productos químicos (14,1%).
Basta con que una multinacional del automóvil decida recortar su producción o
haya heladas y se estropeen las cosechas para que pinchen seriamente nuestras exportaciones. Y además, la mayoría de
lo que exporta España son productos de
tecnología baja (alimentos, ropa y calzado) y media (plásticos, metales y automóviles) y sólo un 10% de lo exportado tiene un
alto contenido tecnológico, los
productos donde hay más demanda mundial. Y así resulta que exportamos productos de menos valor, donde competimos en precio, no en tecnología y
calidad.
El segundo reto
es diversificar también los paises a los
que vendemos, porque estamos demasiado centrados en Europa: supuso el 72% de las exportaciones en 2016 (un 66,3 en la UE-28 y un 51,8%
en la zona euro). Y eso supone que las exportaciones españolas están concentradas en los mercados que crecen menos y no en los que crecen más, que son
los mercados
asiáticos y americanos. Las exportaciones españolas a Asia son un 6,1% del total (frente al 10% en Alemania y Francia) y también son
bajas las exportaciones a Latinoamérica (5,3% del total), Oriente Medio (3,3%)
o África (6,4%), las zonas con más potencial futuro.
El tercer reto es
ampliar las empresas y regiones
españolas que exportan. Ya ha habido un gran avance, al alcanzarse las 148.794 empresas que exportaron en 2016
(un 46,7% más que en 2008), pero sólo la tercera parte de ellas exportan con
regularidad (49.792 empresas). Y de ellas, son sólo 5.000 empresas las que exportan casi todo (el 87,5% del
total). Así que la gran mayoría de las 3,2 millones de empresas españolas no
exportan ni tienen esta “vía de escape” cuando las ventas interiores no dan más
de sí. Además, la exportación está demasiado concentrada en 5 regiones españolas, que acaparan dos tercios de las ventas
exteriores: Cataluña (24,7%), Andalucía (11,7%), Madrid (11,5%), Comunidad
Valenciana (10,9%) y País Vasco (8,4%). En las 12 autonomías restantes, la
exportación ayuda muy poco al crecimiento y el empleo.
En resumen, España
ha salido bien parada de la globalización y exporta con más fuerza que muchos
paises europeos, pero todavía tiene mucho que hacer,
porque exportamos casi la mitad que Italia (con una economía similar) y la cuarta parte (en
relación al PIB) que Bélgica, Holanda, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia o
Hungría, economías muchos menores. Así que no caigamos en un “falso triunfalismo exportador”. Y más cuando el mundo está preocupado por la caída
del comercio mundial y las amenazas proteccionistas de Trump, que serán muy negativas para todos.
Hay que pactar un Plan de apoyo a las exportaciones, con medios, para
no retroceder y ganar mercados, un factor clave para crecer más y crear más
empleo en España. Y para eso, no basta con tirar precios y salarios como hasta ahora,
intentar ser “la China de Europa”, sino modernizar la
economía y las empresas, industrializar
más el país, innovar y gastar en tecnología
y digitalización,
para ofrecer productos y servicios más
competitivos, de más valor y calidad. Mejorar
el “made in Spain”.
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