Este 8 de marzo
se celebra el Día internacional de la
Mujer y todos aprovechan para denunciar
su discriminación. Pero luego, se olvidan hasta el año siguiente. Y no se toman medidas contra una grave
discriminación, que empieza al trabajar
(hay 1.635.700 mujeres menos que hombres trabajando), sigue con los sueldos (ellas ganan un 23,25%
menos), continúa al estar paradas (son
más y cobran 15% menos de desempleo) y acaba en las pensiones (menos mujeres pensionistas y cobran un 37%
menos). Sin olvidar su discriminación en
las empresas, la enseñanza, la judicatura o la política. Y también están
discriminadas en casa, donde
trabajan más que los hombres. Con la
crisis, la discriminación de la mujer ha
ido a más y a este ritmo tardarán 170 años en igualarse a los hombres.
Urge hablar menos y tomar medidas ya, para forzar la igualdad en el trabajo, el
paro, las pensiones y la sociedad. Un
gran Pacto para hacer justicia con la
mitad de la sociedad.
enrique ortega |
Todo el mundo cree que la gran discriminación de las mujeres
es que
ganen menos que los hombres. Pero antes,
hay una 1ª gran discriminación, aún más grave: trabajan menos mujeres que hombres. Si en España hay 30.045.000 adultos en
edad de trabajar (16-64 años), justo la mitad son hombres (15.042.600) y otro
tanto mujeres (15.002.400). Pero ahí acaba la igualdad. Muchas mujeres se quedan en casa y no buscan trabajo (30% de las
mujeres en edad de trabajar son inactivas
frente al 20% de hombres) y las que lo
buscan, lo encuentran más tarde (tardan 4 meses más que los hombres, según un informe del CES) o no lo encuentran, a pesar de que están más formadas que
los hombres: hay más mujeres universitarias que hombres (un 47% frente al
37,3%) y menos mujeres con poca formación (el 28% de las mujeres ocupadas tienen
sólo la ESO o no la han acabado, frente a un 38,4% de hombres, según la EPA) . Al
final, los datos son rotundos: había 10.071.900
hombres trabajando y sólo 8.436.200
mujeres (1.635.700 menos), a finales de 2016, según la EPA. Y
de los 1.372.900 nuevos empleos
creados en España entre 2014 y 2016, el 56%
han sido para los hombres y 44% para las mujeres.
Las mujeres
trabajan menos y ganan menos, la 2ª gran
discriminación. Básicamente, porque
trabajan en sectores peor pagados, con contratos más precarios y en puestos de
poca responsabilidad. Por todo ello, la “brecha salarial”, la diferencia
de sueldos entre mujeres y hombres, era del 23,25% en 2014, según el estudio realizado por UGT a partir de la última Encuesta de salarios del INE: las
mujeres tenían un salario bruto medio anual de 19.744,82 euros frente a
25.727,24 euros los hombres. O sea, ganan
casi 6.000 euros menos al año, unos 500 euros menos al mes. Esta “brecha salarial” ha empeorado con la crisis, debido a que las mujeres han
copado estos años los peores empleos y a que sus sueldos han subido menos: 9,60 euros de media entre 2010 y
2014, mientras los sueldos de los hombres subían 247,50 euros en esos años. Y
así, la “brecha salarial” ha pasado de cobrar el 22,55% de los hombres (2010)
al 23,25% (2014).
Las mujeres ganan menos sueldo, primero, porque cobran menos por hora trabajada que los
hombres. Aquí, la brecha en el salario por hora bruto es del 18,8% en España, superior
a la media europea (16,1% de brecha salarial por hora trabajada) y la 6ª más alta de Europa, sólo por detrás de Estonia (28,3% de diferencia
salarial por hora), Austria (22,9%), República Checa (22,1%), Alemania (21,6%)
y Eslovaquia (21,1%), muy por delante de la desigualdad salarial por hora en Italia
(6,5%), Polonia (7,7%), Bélgica (9,9%), Suecia o Portugal (14,5%), Francia
(15,3) o incluso Holanda (16,2%) y Reino
Unido (18,3%), según datos de Eurostat (2014). Y luego la “brecha salarial” aumenta en España
hasta el 23,25% porque las mujeres cobran menos
horas extras y tienen menos antigüedad, lo que les baja el salario final.
Las mujeres también ganan
menos porque trabajan además en los
sectores peor pagados, la mayoría en 6 sectores marginales: empleadas domésticas y de limpieza (14,5%),
cuidadoras y servicios personales (10,1%), dependientas de comercio (8,4%), gestión
administrativa (6,4%), hostelería (6,1%) y auxiliares administrativas (4,6%).
Por ejemplo, hay 1.434.000 mujeres trabajando en el comercio y ganando un 28,10% menos que los hombres. Otro
millón largo de mujeres trabajando en la
sanidad y servicios sociales, otro sector con más brecha salarial que la
media (25,92%). Y otras 500.000 mujeres trabajando en actividades administrativas, el sector con más
brecha salarial (34,15%), según el estudio de UGT. Dentro incluso de
las propias mujeres, hay grandes diferencias de sueldos por sectores, entre
los 12.311 euros brutos que cobran en hostelería y los 35.829 euros en banca.
Otro factor que explica la brecha salarial, además del
sector, es el puesto de trabajo: hay más mujeres entre los trabajadores no cualificados (1.364.500 mujeres), que cobran un
31,36% menos. Y también en los puestos de vendedores
y restauradores (2.355.100 mujeres), que cobran un 29,69% menos. Pero sólo
240.300 mujeres son directores y gerentes,
la categoría donde hay menos “brecha salarial” (19,29%). Por nivel de estudios, están más discriminadas las mujeres sin estudios, pero
incluso las licenciadas ganan un 22,45% que los hombres universitarios (-9.495
euros brutos al año). Y cuanto mayores
son las mujeres, más aumenta la
brecha salarial con los hombres: del 15,82% entre 25 y 34 años pasa al
27,25% para las mayores de 55 años (son 1.100.000 mujeres trabajando). También
varía la brecha según donde vivan: la mayor discriminación de la mujer se da en Navarra (cobran
-29,65%), Asturias (-27,33%), Cataluña (-25,95%, Andalucía (-25,68%), Aragón (-25,30%)
y Murcia (-25,27%).
Pero el principal
factor de desigualdad salarial es la
mayor precariedad laboral de las mujeres. Ellas tienen un mayor porcentaje de
contratos temporales (el 27% de las mujeres
frente al 26,1% de los hombres) y ganan un 3,37% menos que los temporales
hombres (también muy mal pagados) pero un
40% menos que los hombres con contrato fijo, según el estudio de UGT. Y sobre todo, las mujeres trabajan mucho más a tiempo parcial, en
Europa (20% frente a 8,2% los hombres) y más en España (21,5% frente al 9,5% los hombres), sobre todo las mujeres con 2
hijos (29,9% trabajan por horas frente a 5,2% los hombres) y con 3 hijos (30,7%
a tiempo parcial frente al 7,6% los hombres), según Eurostat. Y con ello, las mujeres
que trabajan por horas ganan un 4,4% menos que los hombres empleados por
horas pero un tercio menos (-34,22%) que los hombres que trabajan a jornada
completa.
Vayamos a las mujeres
que no trabajan y están en paro, la 3ª gran discriminación tras el menor empleo y la diferencia salarial. Primero, porque hay más mujeres paradas que hombres: 2.142.700 mujeres desempleadas
(el 20,36% de las que están en edad
de trabajar) frente a 2.095.100 hombres (el 17,34%), según la última EPA de 2016. Segundo, porque hay más
mujeres paradas desde hace más de un año (1.230.300, el 57,41%) que hombres
(1.161.700, el 55,44%). Y tercero, porque aunque en 2016 había unas pocas mujeres más cobrando el paro (de 2008 a 2015 había más
hombres cobrando), 997.864 frente a 986.512, la mayoría cobran un seguro de
paro asistencial de 426 euros (el 61,7%
frente al 59,3% los hombres), porque se les ha acabado el subsidio contributivo
(800 euros de media) o no tienen derecho a él por no haber trabajado suficiente.
Y en consecuencia, las paradas cobran un
15% menos que los parados (135 euros
menos al mes), según datos del SEPE.
Trabajen en una empresa o estén en paro, las mujeres
españolas trabajan más en casa y con los
hijos. Es la 4ª gran discriminación: en las tareas del hogar, el 91,9% de
las mujeres trabajan una media de 4,29 horas al día frente a las 2,32 horas que
trabajan sólo el 74,7 % de los hombres, según los datos del INE. Y en cuanto a los hijos, son las mujeres las que piden
las bajas por maternidad (en 2016,
sólo un 8,96% de padres las pidió) y las que abandonan incluso el trabajo para cuidar a sus hijos: lo han hecho el 23% de las mujeres trabajadoras frente a sólo un 4,8% de los
hombres.
Y al final de su vida laboral, las mujeres sufren su 5ª
gran discriminación: se jubilan
más tarde que los hombres y con menos pensión. De media, las mujeres se jubilaron en 2016 a los 64,6
años, frente a los 63,8 años de los hombres, según la estadística de la Seguridad Social. Y la pensión media de las mujeres era, en enero de 2017, de 708,35 euros al mes, un 37,44% menos que la
pensión media de los hombres (1.130 euros). Y en la jubilación, la pensión media de las mujeres es de 770,52 euros, un
31,02% inferior a la jubilación de los hombres (1.223,73 euros). La brecha en
la pensión empeora con la edad y
así, las mujeres que tienen entre 75 y 79 años cobran un 41,18% menos de
jubilación que los hombres de esa edad. Pero hay más discriminaciones.
Por un lado, hay 1,5 millones menos de mujeres que hombres cobrando la jubilación. Y por otro, hay más mujeres que hombres con pensiones bajas: el 75,8% de las mujeres cobran menos de 700 euros de
pensión, frente al 67,8% de los hombres. Y por último, las mujeres tienen que vivir con menos pensión más años, porque son más
longevas: viven de media 5 años más (85,41 años frente a 79,94 años los hombres), según el INE.
Hasta aquí los datos
que demuestran las 5 grandes discriminaciones de la mujer en España, generalizables al
resto de Europa (con menos intensidad) y del mundo. Y eso sin hablar de la discriminación de la mujer en la sociedad,
desde los puestos directivos de las empresas
(el 67% no cuenta con ninguna mujer en puestos directivos, según datos de Informa, y sólo un 20,3% llega a los Consejos de las grandes empresas del IBEX) a la Universidad (20% de los catedráticos y 40% de profesores son
mujeres), la Judicatura, la cultura, los
científicos (39% son mujeres) o la
política (39.4% del Congreso
y 5 mujeres de 13 ministros).
El problema más grave es que la discriminación de la mujer ha empeorado con la crisis en todo el
mundo, alcanzando la brecha de desigualdad (económica,
educativa, sanitaria y política) el 59%,
la más alta desde 2008, según el Informe global de Brecha de Género 2016, elaborado por el Foro Económico Mundial. Y
este informe coloca a España en el puesto 29 del ranking mundial
de desigualdad por género entre 144 países, por detrás de 14 paises
europeos (Islandia, Finlandia, Noruega y Suecia, los 4 más igualitarios del
mundo, Irlanda, Eslovenia, Suiza, Alemania, Holanda, Francia, Dinamarca, Reino
Unido, Estonia y Bélgica). El informe señala su preocupación por el futuro, porque los avances tecnológicos (la
robótica y la digitalización de la economía) van a recortar 5 millones de
empleos en todo el mundo para 2020, según la OCDE, y eso afectará más a las
mujeres. De ahí que propongan acelerar las medidas
contra la discriminación, porque al ritmo actual, la igualdad de sexos no llegará hasta el año 2186, dentro de 170 años, según el Foro Económico Mundial.
Urge pues tomar medidas
efectivas, a nivel mundial, como se
ha hecho contra el Cambio climático. Pero también a nivel europeo y sobre todo en
España. Los sindicatos insisten en que se apruebe una Ley
de igualdad salarial, que podría ayudar, pero la clave no son las normas sino cumplirlas: en 2007, el Gobierno
Zapatero aprobó una Ley de igualdad
que contemplaba medidas contra la discriminación de la mujer, pero no se
cumplen. Y aunque se obligó a las empresas de más de 250 trabajadores a aprobar
Planes de igualdad,
quedan fuera 3 millones de pequeñas y
medianas empresas, donde trabajan el 99% de las mujeres. Y el Gobierno Rajoy ha recortado un 20,9% las ayudas
a las pymes para planes de igualdad. Ahora, sería importante aprobar una Ley clara y con presupuesto, multiplicando los controles de la
inspección de trabajo para penalizar a las empresas que discriminen a las
mujeres.
Al final, acabar con la discriminación salarial en España es
una responsabilidad de las empresas
privadas y las Administraciones públicas, que deberán gastarse 47.000 millones de euros más en pagar mejor a las mujeres. Un reto
asumible a medio plazo, a 20 años vista, pero que no se logrará si no se obliga a las empresas y a la Administración a cumplir la máxima de “a trabajo igual, salario igual”, con
duras sanciones. Ya no valen
palabras y “un día de queja” al año (8 de marzo).
Habría que configurar un gran Pacto
contra la discriminación de la mujer, con calendario, Leyes, medios,
controles y voluntad política y social, desde la empresa a toda la sociedad, sin
olvidar la casa de cada uno. No es
tolerable que las mujeres tengan que esperar 170 años más para ser iguales. Es
una vergüenza social y un despilfarro económico, al perderse el enorme potencial
de la mitad del mundo. La igualdad de
sexos es la gran asignatura pendiente
de este siglo. A ver si empezamos a tomárnosla en serio.
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