No habrá Presupuesto
2017 y el Gobierno Rajoy aprobará una prórroga
del Presupuesto 2016, congelando ingresos
y gastos. También aprobará un
Decreto para recaudar 6.000 millones más de las empresas, para “calmar”
a Bruselas y evitar que nos multe en diciembre. Pero Rajoy no subirá pensiones, sueldos de
funcionarios ni ayudas a parados y dependientes, 14 millones de españoles que dependen de los Presupuestos. Dice que
legalmente no puede, pero el PSOE le dijo en el debate de
investidura que apoyaría un decreto revisando estas partidas. Otro problema grave lo tienen autonomías y
Ayuntamientos: Hacienda no quiere
subirles su déficit ni darles previsiones de ingresos y gastos, así que no pueden aprobar sus Presupuestos 2017,
en perjuicio del gasto sanitario, educativo, empleos y sueldos de funcionarios.
Parece un “chantaje” de Rajoy para forzar al PSOE a abstenerse en la
investidura, so pena de aparecer como responsable de perjudicar a millones de
españoles. Una pelea política que pagarán
los españoles más débiles y la
economía.
enrique ortega |
No se ha conseguido pactar un nuevo Gobierno y el gabinete
Rajoy, en funciones desde hace 329 días, legalmente no puede aprobar los Presupuestos 2017,
que deberían llegar a finales de septiembre al Parlamento. Por eso, el Gobierno
en funciones aprobará una prórroga del
Presupuesto 2016, como ya sucedió en 1983, 1990, 1996 y 2012,
años con Presupuestos prorrogados. Eso significa que se congelan todos los
ingresos y gastos públicos, que el año que viene sólo se podrá recaudar y
gastar lo mismo que este año. Al menos hasta que haya un Gobierno, antes del 25 de octubre (difícil) o tras unas terceras elecciones, que revise las cuentas
públicas, este año o el que viene.
En paralelo a la prórroga del Presupuesto 2016, el Gobierno
Rajoy aprobará esta semana un Decreto ley para "calmar" a Bruselas, que nos había exigido un nuevo Presupuesto 2017
y medidas de ajuste (para recortar el déficit) antes del 15 de octubre. Se
trata de aumentar este año en 6.000 millones los ingresos públicos, obligando a
las grandes empresas a adelantar en octubre y diciembre un 20% del pago del impuesto de sociedades que deben hacer en 2017. Es un “truco contable”:
se recaudará más este año, para recortar el déficit, y menos en 2017. La medida
es más “chocante”: se aprueba para compensar la drástica caída de recaudación en el impuesto de sociedades (un -85% hasta
julio), caída que se ha producido por culpa del Gobierno Rajoy: el año pasado aprobó una bajada de impuestos a
las empresas, rebajando el tipo de sociedades del 28 al 25% y limitando
drásticamente los pagos adelantados, que ahora sube con el nuevo Decreto. Y es
que las grandes empresas apenas pagan impuestos en España, lo que perjudica la
recaudación y el déficit. Basten dos ejemplos. el Corte Inglés lleva 5
años sin pagar ni un euro en el impuesto de sociedades y Hacienda le ha devuelto 343 millones de euros desde 2011. Y Hacienda devolvió
al Banco de Santander 1.236 millones de euros por Sociedades en 2013 y 2014.
Además de este Decreto para recaudar más ahora, el Gobierno
Rajoy aprobó en agosto otra medida para “calmar” a Bruselas: “cerrar
el grifo” del gasto en todos los
Ministerios el 8 de agosto de este año, en vez
del 31 de diciembre. A partir de esa fecha, ya no se autorizan gastos nuevos.
Otro “truco contable”: las facturas se meten en el cajón y se pagarán el año
que viene. Con ello, Hacienda prevé ahorrar 1.000 millones más, a sumar a los 6.000 extras que se recauden por
sociedades. Y pretende recaudar 1.000 millones más en la lucha contra el
fraude. En total, 8.000 millones más para reducir el déficit este año, el
mensaje que se quiere enviar a Bruselas para evitar una multa en diciembre, de la que nos libramos en julio (hasta 2.200 millones), más la posible pérdida de fondos europeos (otros 1.350 millones más) .
Pero el Gobierno Rajoy no quiere aprobar nada más. Y por
ello, no podrán revisarse al alza algunos gastos que afectan a 14 millones de españoles: la subida de las pensiones (9
millones), el sueldo de los funcionarios (2 millones), las prestaciones a
parados (2 millones) o las ayudas a ancianos y Dependientes (1 millón). Estas
pensiones, sueldos y prestaciones se congelarán en 2017, al no haber
Presupuesto. El Gobierno Rajoy dice que legalmente no puede tocarlas, pero el PSOE le dice que sí puede, que ya lo hizo
Zapatero en la prórroga de 2011 y que la Ley de Gobierno (aprobada por Aznar en noviembre de 1997) permite aprobar un
Decreto así a un Gobierno en funciones “por
razones de urgencia e interés general”. Y ya en el debate de investidura de
Rajoy, Pedro Sánchez le dijo explícitamente que si mandaban al Parlamento un Decreto
revalorizando pensiones, sueldos y prestaciones de paro y Dependencia, “los socialistas lo iban a convalidar” (a
apoyar). Pero Rajoy insiste en que no lo hará, como tampoco revisará otras ayudas
y gastos necesarios, como las becas y
ayudas escolares, según acaba de confirmar el ministro de Educación en funciones. Y por supuesto, otras
partidas que exigen mejoras, como muchas prestaciones sociales, ayudas a la
pobreza o urgentes inversiones en infraestructuras.
Pero el problema de la falta de Presupuestos 2017 no está
sólo en la cerrazón del Gobierno Rajoy para
aprobar un decreto de revalorización de prestaciones a los españoles más
débiles. También preocupa mucho a los Ayuntamientos y, sobre todo, las autonomías. Básicamente, porque el Gobierno Rajoy se niega a aprobarles un “techo de gasto” para 2017 (el máximo que pueden gastar,
compatible con la rebaja del déficit prometida a Bruselas): dicen que un Gobierno en funciones no puede hacerlo, aunque sí lo hizo Zapatero en 2011. Y
tampoco les quiere decir la previsión de ingresos que pueden tener para 2017,
en función de lo que espera recaudar el Estado central (una parte importante
son transferencias a autonomías y Ayuntamientos). Así, sin saber sus ingresos y
su límite de gastos, autonomías y Ayuntamientos no pueden elaborar sus Presupuestos 2017, que deben aprobar en octubre
y noviembre. Y eso paraliza su actividad y perjudica el Estado del Bienestar
(sanidad, educación, dependencia, gastos sociales), que depende básicamente de
las autonomías.
Otro chantaje del Gobierno Rajoy para presionar a autonomías y
Ayuntamientos (la mayoría controlados por la oposición) a que presionen al PSOE
para que se abstenga en la formación de un nuevo Gobierno, so pena de paralizar
los gobiernos autonómicos y municipales. Además, en el caso de las autonomías,
el Gobierno Rajoy está utilizando otro instrumento de presión: no
dejarles tener más déficit este año, lo que les obligaría a hacer 4.500 millones de recortes extras de aquí a diciembre, recortes que tendrían que salir
de la sanidad, la educación, el empleo y los sueldos de los funcionarios o
retrasando el pago a proveedores. En abril pasado, Hacienda pactó con las autonomías
un aumento del déficit de este año 2016, permitiendo que fuera del 0,7% del PIB en vez del 0,3% inicialmente
previsto (4.500 millones más de gasto), debido a que Bruselas había abierto la mano y permitía que España tuviera este año más déficit (hasta el 4,6%). Pero hasta ahora, el Gobierno Rajoy no ha
materializado este nuevo déficit y dice que como está en funciones no puede
legalizarlo. Y las autonomías se ven ahora con que tienen que hacer un ajuste
mayor del previsto.
Las autonomías están agobiadas, porque sin techo de gasto
y sin previsión de ingresos, no pueden aprobar los Presupuestos de 2017 y eso
paraliza su actividad. Encima, si Hacienda no les sube el déficit de 2016, tienen
que gastar este año 4.500 millones menos de lo que contaban hasta hace unos
días. Y por si fuera poco, si el Gobierno Rajoy no aprueba un Decreto ad hoc, se quedarán también en 2017 sin los 937 millones que recaudan por el Impuesto de Patrimonio,
que exige prorrogarlo explícitamente
en cada Presupuesto. Por todo ello, las autonomías han presionado a Hacienda, para que convoque un Comité de
Política Fiscal y Financiera (obligatorio si lo piden un tercio), que
finalmente se celebrará este mes. Y allí exigirán información sobre ingresos
y gastos para 2017 y que se respete el nuevo límite de déficit, tras haberlo
cambiado Bruselas. Y se quejan de que el
Gobierno Rajoy les “chantajea” financieramente (en perjuicio de sus
ciudadanos), para presionar al PSOE (que gobierna en 7 autonomías y muchos
Ayuntamientos) a que se abstenga.
La falta de
Presupuestos y la actitud “pasota”
del Gobierno Rajoy, no queriendo paliar los efectos negativos de la
situación, no sólo puede perjudicar a pensionistas, parados, funcionarios,
dependientes, Ayuntamientos o autonomías (sanidad, educación, ayudas sociales e
inversiones) sino que también afecta muy
negativamente a la actividad de la Administración, así como por supuesto a la
economía y al empleo (que cayó en agosto). De entrada, hay más de 100 nombramientos de altos
cargos que están paralizados. El 6 de octubre deberían renovarse la presidencia
y vicepresidencia de la CNMV, el organismo que controla la Bolsa. Y a finales
de año se va al Banco de Pagos de Basilea el subgobernador del Banco de España.
Hay 3 consejeros de la Comisión de la Competencia (CNMC) que llevan un año en
funciones y habría que renovarlos, lo mismo que 44 embajadores jubilados, fallecidos
o cesados. Y están pendientes de nombramientos más de 30 Fiscales.
El Gobierno Rajoy
dice que está en funciones y no puede hacer nombramientos, aunque sí propuso al ex-ministro Soria para el Banco Mundial y Defensa ha nombrado sin
problemas 6 nuevos altos cargos militares (además de aprobar sin problemas, este mes de
septiembre, un gasto militar extra de 1.160 millones para este año, como viene haciendo
desde 2012). También están pendientes de trasponer 19 Directivas europeas y
tomar decisiones que no permiten demora, como la renovación del Plan de Vivienda 2013-2016 (si no, el 1 de enero se
paraliza) o decidir si se revisan las declaraciones de los contribuyentes
acogidos a la amnistía fiscal (como pactaron el PP y Ciudadanos), para lo que hay plazo sólo hasta el 30 de
noviembre. Ell Gobierno está en funciones, pero por el bien de todos urge
pactar una solución a los problemas y nombramientos más urgentes, para
no paralizar aún más el país. Pero parece que Rajoy piensa que “cuanto peor
mejor”: más presión sobre el PSOE y más votos para el PP si hay
terceras elecciones, en las que culpará
de todos estos males al “obstruccionismo” de Sánchez (y no a la incapacidad de Rajoy para conseguir más apoyos a su investidura).
Entre tanto, la Comisión Europea nos vigila y
Bruselas está esperando “con la escopeta cargada”.
Saben que sin Gobierno no pueden exigir un Presupuesto para 2017 antes del 15
de octubre, pero advierten que España debe de tomar “medidas”. A lo claro: recortes. Como 2016 será “un
año perdido”, tendrán que concentrarse
en 2017. Y eso supone que para cumplir con el 3,1% de déficit que Bruselas nos exige para el año que viene,
habría que recortar entre 16.500
millones (si cerramos 2016 con el déficit objetivo del 4,6%, algo casi
imposible, ya que hasta julio tenemos más déficit que en 2015) y 21.300 millones, una barbaridad. Y
otros 10.000 millones más de recortes el año siguiente, para dejar el
déficit público al 2,2% del PIB que nos exigen para 2018. Y si no hacemos este duro ajuste, la Comisión Europea amenaza a España con una multa de hasta 5.000 millones de euros, según el ministro de Guindos.
Así que el panorama está muy negro. No hay Gobierno
ni visos de lograrlo. Y si se consigue en septiembre o en octubre, tendría que empezar con recortes este año. Y aprobar muchos más para 2017. Algo que sufriremos todos, en más impuestos y
sobre todo en recortes en sueldos, empleos públicos, pensiones, sanidad,
educación, dependencia, gastos sociales e inversiones en Ciencia y en
infraestructuras que tanta falta nos hacen. Y con estos recortes, la economía crecería menos y crearía menos empleo, en un año 2017 que ya se prevé crecer menos (2,3% frente al 3% este año) y crear menos empleos
(439.000 frente a 460.00 en 2016 y 525.000 en 2015). Y con la mala suerte que los recortes
y el menor crecimiento coinciden
con una Europa estancada y una economía mundial que no despega.
Esto es lo que hay
y lo
que está detrás de la falta de Presupuestos y de las peleas políticas
sin salida, mientras Bruselas sigue con su austeridad, un
suicidio económico y político. Habría que cambiar
drásticamente, en Europa y en España, reanimando
la economía alemana y europea (lo ha pedido el BCE) y pactando casi todo en España para mejorar el futuro, buscando aumentar la recaudación de grandes empresas, multinacionales y los más
ricos, para poder gastar más y recortar el déficit público. Hacer otra política económica y social, en beneficio de la mayoría de
españoles. Pero no parece que estén por
la labor.
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