En plena era de Internet,
vemos más televisión que nunca: 251
minutos diarios. Y a pesar de la crisis publicitaria, la TV privada se forra:
sus beneficios se han casi triplicado en
2015. “Hacemos televisión para vender
publicidad”, decían en Tele 5 en los noventa. Mediaset y Atresmedia son un
“duopolio” que se reparte el 86% del
pastel publicitario, gracias a que ZP quitó la publicidad a TVE, que ha perdido 500 millones desde
2008. Y ahora tendrán más poder, porque
Rajoy les ha dado 2 de los 6 nuevos
canales. Mientras, la prensa languidece, aún con pérdidas, por la caída de la publicidad y ventas (las noticias se leen en Internet). Y
está en manos de los bancos, tras 12.200 despidos y el cierre de 375 medios.
Entre una millonaria “telebasura” y una prensa quebrada, sufrimos
unos medios
de poca calidad e independencia, que no ayudan a una
recuperación más justa. Sin medios fuertes y libres, no hay esperanza.
enrique ortega |
La dura y larga recesión
ha afectado a todos los sectores y muy especialmente a la publicidad,
de la que viven los medios de comunicación. Entre 2007 y 2013, en España se perdieron un tercio de los ingresos
publicitarios totales (de 16.121 a 10.461 millones de euros), pero los medios
convencionales perdieron mucho
más: los ingresos cayeron casi a la mitad, de 7.985 millones (2007) a 4.261
millones (2013), según los datos de Infoadex. Y aunque la publicidad
se ha recuperado ligeramente en 2014 y 2015,
aún está muy por debajo de antes de la
crisis. Sobre todo en los diarios
(ingresaron 658,9 millones en 2015, un 65% menos que en 2007), los dominicales (37,8 millones, un -71%) y
las revistas (255,2 millones,
el -64%). La radio ha sufrido menos la caída (ingresó 454,4 millones, un -33%) y
también la televisión (ingresó 2.011
millones en 2015, un 42% menos que en 2007).
La caída de ingresos publicitarios
ha sido para todos, pero la televisión se está recuperando
antes y es el medio que más aumentó sus ingresos en 2015 (+6,4%). Sobre todo
porque sigue creciendo el consumo de TV: en febrero era de 251 minutos diarios (más de 4 horas), lo que convierte a España en el quinto país más “teleadicto”, sólo por detrás de EEUU (282 minutos), Australia
(264), Italia (262) y Polonia (260). Pero además, las televisiones privadas llevan cinco años aprovechando el “vacío” dejado por TVE, que en
enero de 2010 dejó de facturar anuncios, por decisión del Gobierno ZP.
Así que el 20% del pastel publicitario que antes iba a RTVE (500 millones en
2009) ahora se lo llevan las privadas. Y con eso y las compras y fusiones de
canales, las dos grandes televisiones
privadas, el grupo Mediaset (Tele5, Cuatro, FDF, Divinity, Energy y
Boing) y el grupo Atresmedia (Antena 3, la Sexta, Neox, Nova y Mega) configuran
un “duopolio”televisivo que se reparte la
audiencia (56% en 2015) y, sobre
todo, el pastel publicitario:
acapararon el 85,5%del mercado (43,4% Mediaset y 42,1% Atresmedia) en 2015 (y el 85,7%
en 2014). Sólo queda un 4,5% para las otras privadas (Disney, 13TV y
Discovery), un 6,8% de publicidad para las TV autonómicas, un 0,1% para las
locales y el 3,1% para la TV de pago.
Gracias a este gran control
de la publicidad, Mediaset y Atresmedia, que cotizan
en Bolsa, son un gran negocio empresarial: en 2015, Mediaset ganó 166,2 millones de euros, casi el triple que en 2014 (59,5
millones). Y Atresmedia otros 99,2
millones, casi el doble que el año anterior (52,5 millones. “Hacemos
televisión para vender publicidad”, decía a finales de los años 90 el presidente de Tele 5, sin ningún pudor. Y esta es la máxima que rige hoy el “duopolio” televisivo, que marca tarifas,
formatos y programas, con un poder que no se conoce en ningún otro país europeo: en Francia, Alemania o Reino Unido, los
dos grandes grupos de TV controlan del 60
al 77% de la publicidad, mientras aquí es el 85% y subiendo. Por eso, la
Comisión Nacional de la Competencia (CNMC)
ha reiterado que considera
“inquietante”
el duopolio de Mediaset y Atresmedia y que “preferiría que no existiera”.
Mientras, vigila su operativa y ya les ha impuesto dos multas (una de 3 millones a Mediaset y otra de 2,8 millones a
Atresmedia) por abusos de posición
dominante en el mercado publicitario.
El problema es que este
“duopolio” televisivo va a ganar aún más poder tras la decisión del Gobierno Rajoy de concederles dos canales más de televisión, en la adjudicación de 6 nuevos canales que
aprobó en octubre pasado, dos meses antes de las elecciones. Los otros cuatro nuevos canales serán para 13TV
(la cadena de la Iglesia que emitía por un canal alquilado a VeoTV-El Mundo),
el Real Madrid TV, Secuoya (una productora próxima al PP
que gestiona la TV de Murcia) y Radio Blanca (Kiss FM, del empresario Blas Herrero, también próximo al PP, a
quien Esperanza Aguirre concedió dos canales de TV en Madrid). Y quedaron fuera del reparto El Corte Inglés, el
Grupo Vocento (ABC) y el Grupo Prisa
(el País, la SER), que ha recurrido la adjudicación ante los Tribunales y la UE, lo mismo que la Asociación de Anunciantes (ADE), que ha recurrido al Supremo porque cree que este reparto potencia el “duopolio” y atenta
contra la libre competencia, “perjudicando al consumidor”, ya que restringe la pluralidad de contenidos y deteriora
la calidad en la programación televisiva.
Junto a los dos grandes grupos de TV privada, el “duopolio” de Mediaset y Atresmedia, ahora buscan un trozo del pastel dos grupos de comunicación
conservadores, apoyados por el PP. Uno, 13TV, el canal de la Iglesia, donde la Conferencia Episcopal ha enterrado ya 50,6
millones de euros para enjugar las continuas pérdidas y que ahora emitirá por
el nuevo canal adjudicado por Rajoy, ahorrándose los 2,3 millones que pagaba de
alquiler por emitir en uno de los dos canales de VeoTV-el Mundo. Con la COPE y el ABC, 13TV busca configurar un gran grupo mediático
conservador, que competiría con Secuoya
TV, otro proyecto mediático de la derecha, que pretende emitir desde el 28 de abril "Ten", un “canal familiar” sin noticias, películas ni deportes. Pero al
“duopolio” le interesa controlar la publicidad de los nuevos canales y por eso
Mediaset se está moviendo para gestionar (a través de su filial Publiespaña) la publicidad de 13TV (y quizás de El Real Madrid TV) y Atresmedia (a través de Atres Advertising)
intentará hacer lo mismo con Secuoya. De momento, Mediaset gestiona ya la publicidad de Canal8TV, el canal
catalán del grupo Godó (donde Tele5 tiene el 40%), intentando “robar publicidad” a TV3.
Mientras las TV privadas hacen el agosto con su “duopolio”, TVE sigue agonizando, con una pérdida de audiencia (TVE-1 bajó del 10% de audiencia en 2015, por primera
vez en sus 60 años de historia) y unas pérdidas
que
suman 500 millones de euros desde
2008 (RTVE ha perdido 33,5 millones en 2015). En medio de cambios
y dimisiones constantes (el director de TVE, en febrero) y de una escandalosa manipulación informativa,
TVE se desangra con programas millonarios
que se subcontratan a productoras privadas (el
caso más sangrante “Ochéntame otra vez”:
19 programas de recuerdo de los 80 que hace una productora privada, cobrando
881.196 euros, con material de TVE…) mientras mantiene una plantilla de 6.000
personas que sólo hacen el 31% de la programación. Y siguiendo en las TV
públicas, hay 6 TV autonómicas que reciben 637,7
millones de subvenciones
de todos (2015), sin que consigan audiencias, beneficios ni independencia
informativa.
Mientras las TV privadas se forran y las públicas siguen en el
pozo, los demás medios de comunicación no salen de la crisis, sobre todo la prensa escrita, que ha sufrido con
dureza la caída de la publicidad y la tremenda competencia de Internet, desplomando las ventas en los quioscos. De hecho, la prensa ha
perdido 5,4 millones de lectores en papel desde 2008 (1 de cada 3 lectores), según la Asociación de Editores (AEDE). Y eso ha provocado el cierre de 375 medios, el despido de 12.200 trabajadores de la prensa y unas pérdidas reiteradas, que en 2014 (último dato de AEDE) fueron de 30,3
millones de euros.
En los últimos años, los principales periódicos han recortado al máximo sus costes, despidiendo
personal, reduciendo ediciones y cambiando sedes, lo que les ha permitido
reducir sus pérdidas, aunque siguen perdiendo lectores. Así, el grupo Prisa (El País, la Ser, Cinco Días, As) ha vuelto a tener beneficios en
2015, 5,3 millones de euros (tras perder más de 2.000 en 2014), pero todavía El País pierde dinero (unos 6 millones). El grupo Vocento (ABC) logró en 2015 su primer beneficio desde 2009,
sólo 4 millones, pero ABC
tiene ligeras pérdidas netas y sus ventas no tiran, mientras los
accionistas ya han perdido 173 millones desde el inicio de la crisis. Unidad Editorial (El Mundo, Expansión, Marca) podría haber perdido hasta 10
millones en 2015 (perdió 7,1 millones en 2014), tras haberle inyectado 73
millones el grupo italiano mayoritario (RCS), que ha reconocido que España es el país donde ha perdido más ventas de periódicos. Y La Razón (Planeta- Atresmedia) parece el único periódico que gana dinero
(861 euros, casi nada, en 2014), aunque acumula 27 millones de pérdidas desde
2008.
Un panorama muy gris
aunque las cuentas sean menos malas tras la dura
reconversión y la ayuda financiera
de la banca, que asegura el pago de las nóminas y el papel y en algunos
casos se ha convertido en un importante accionista, como en El País: 5,3% del capital es del Banco Santander, 4,9% de la Caixa, 4,8% de
Morgan Stanley y 3,002 de UBS, más otro 13,05% de Telefónica. Ahora, los medios anuncian nuevas medidas para mejorar sus cuentas: más
recortes de plantillas, sedes y gastos (en ABC y El Mundo), ventas de inmuebles (ABC vende su sede), subidas de precio (los domingos, el ABC
cuesta ya 3 euros) y, sobre todo, ventas de los canales de TV que les quedan. Prisa vendió en 2015 Digital+ a Telefónica (724 millones) y
este año intentarán vender o alquilar sus canales ABC (Veo TV, alquilado ahora a
Disney Channel) y El Mundo (Net TV tiene dos canales, uno alquilado a Discovery y el otro, que tenía 13TV, acaba de ser alquilado a Mediapro por 3,5 millones, para lanzar un canal deportivo en abierto). Otra vía de
ingresos son las promociones, seguir
ofreciendo ofertas con los periódicos que no se venden. Y queda la última, una fusión in extremis, a la que se resisten ABC y El Mundo (en Italia acaban de fusionarse las editoras de La Stampa y La Repubblica).
El mayor reto de la prensa escrita es sobrevivir en un mundo donde ya nadie quiere pagar por las noticias y
donde la publicidad se va del papel a las ediciones online. Los medios más
prestigiosos del mundo tratan de cobrar
por sus noticias, pero en España
nadie se atreve a dar el primer paso y las ventas en papel siguen cayendo estrepitosamente (un 15% El País, un 10% el Mundo,
un 8% el ABC). Y así, con unas
cuentas medio quebradas y dependiendo de los bancos y del Gobierno (publicidad
institucional), es difícil ofrecer
periódicos de calidad e independientes. Mientras, el “duopolio televisivo” tiene un poder creciente, para imponer cada vez
más anuncios y una “programación basura”, que sólo busca audiencia fácil y barata. Y donde la información es
sólo “una moneda de cambio” y un espectáculo.
Así las cosas, tenemos
un problema como ciudadanos: los
medios de comunicación son demasiado débiles (o demasiado fuertes, las TV) como
para ofrecernos una información de calidad e independiente. Y así, es
difícil formarse opinión y consolidar una sociedad más justa y más libre. Sólo hay un camino: pagar por una información mejor.
Pero la mayoría no está por la labor. Sabemos que la comida, la gasolina, la
luz o el teléfono hay que pagarlos, pero ya nos hemos acostumbrado que la
información no. Y el resultado está a la vista: la prensa y la TV son penosos, desinforman y deforman. La
información es muy importante y hay que pagarla. Hay que promover y apoyar medios de pago,
independientes y de calidad. De lo contrario, leeremos, oiremos y veremos gratis, pero serán información y ocio lamentables.
Lo barato es caro.
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