La venta de pisos lleva
ya 7 meses seguidos subiendo (desde septiembre), por primera vez desde 2010. Eso
sí, suben sólo las ventas de los pisos de segunda mano (más baratos
y con menos impuestos), mientras siguen cayendo
las ventas de viviendas nuevas. La
mejora se debe a la fuerte bajada de
precios con la crisis (-42%), a
la compra de viviendas por extranjeros e
inversores y a una ligera mejoría en
la concesión de hipotecas, aunque sólo para algunos: los que tienen un
trabajo estable y ganan más de 2.000 euros al mes. Además de la vivienda, el
ladrillo también se recupera, no porque se hagan pisos nuevos (se
inician 25 veces menos que en 2006), sino por las obra públicas, el AVE y las
obras que han hecho autonomías y Ayuntamientos en vísperas de las elecciones.
Con todo ello, la recuperación de la vivienda y la construcción aún será lenta
y larga. Y el ladrillo no nos
salvará otra vez.
enrique ortega |
2014 ha sido el primer
año en que subieron las ventas de viviendas desde 2010, año en que
temporalmente subieron las ventas tras el desplome de 2008. El año pasado se
vendieron 319.389 viviendas, un 2,2%
más que en 2013, según
el INE. Eso sí, sólo aumentaron las ventas de viviendas de segunda
mano (199.943, +18,4%), mientras caían las ventas de viviendas
nuevas (119.446, -16,9%). Eso se debe a que la compra de vivienda usada tiene varias
ventajas: hay más oferta (los
pisos nuevos que ofrecen los bancos también se consideran vivienda usada),
suele ser más
barata (entre un 5 y un 10% menos), paga
menos impuestos
(no paga 10% de IVA y sí un impuesto de transmisiones que oscila entre el 6% de
Madrid y el 10% de Cataluña) y en general su precio y condiciones se puede
negociar con más flexibilidad que en el caso de una vivienda nueva.
En el primer
trimestre de 2015, las ventas de pisos han seguido subiendo: se han
vendido 90.410 viviendas, un 8,7% más
que en 2014, según el INE. De nuevo, suben
las ventas de viviendas
usadas (+44,6%), que suponen 3 de cada 4 ventas, y siguen cayendo las viviendas nuevas (-35,6%).
Las mayores ventas se están dando en la Comunidad Valenciana, Madrid, Rioja,
Aragón, Cataluña y Baleares, mientras caen en Murcia, Canarias y Navarra.
La venta de pisos se
recupera por varias razones, la
principal la caída de precios con la
crisis. Desde 2008 a 2013, los precios de la vivienda cayeron un -41,2%, según
Tinsa (un -31% según el Ministerio
de Fomento). Y tras este desplome, las mayores ventas han provocado incluso una
pequeña subida de precios de los pisos en 2014, un +0,3% según el INE, tras seis años de continuas bajadas de
precios. De hecho, el precio medio de la vivienda lleva ya un
año subiendo en España, desde abril de 2014. Y en este primer trimestre
de 2015 podría haber subido un 3,3%, según
la Sociedad de Tasación. Pero hay otras estadísticas menos optimistas, como
las de Tinsa,
para quien el precio de la vivienda siguió bajando en 2014 (-3%) y ahora está estabilizada, ni sube
ni baja. Lo que sucede, según la
mayoría de expertos, es que sube
ya en el centro de las grandes capitales
y algunas provincias y sigue cayendo
el precio donde hay más stock de viviendas sin vender (periferia capitales,
costas y algunas provincias).
Otra causa de las mayores
ventas de viviendas son las compras
de extranjeros y de inversores, muchos de ellos fondos extranjeros. Casi
una de cada cinco casas vendidas en 2014 fueron a extranjeros
(19,2% ventas), sobre todo a británicos, franceses, belgas,
alemanes, suecos y rusos. Y también hay muchos españoles y extranjeros que
están comprando viviendas como inversión,
para alquilarlas (con una rentabilidad
del 4 al 7% anual, mayor que los depósitos, la deuda y la renta fija) o
para especular, pensando que harán un buen negocio cuando los precios
suban más. Eso explicaría que el 58% de
las ventas de pisos se estén haciendo al
contado, según los notarios. Se observa incluso un “boom” de ventas de viviendas, solares, centros comerciales y
oficinas, al calor de fondos
especulativos extranjeros, que están batiendo
récord de compras en Madrid, Barcelona y grandes capitales, con riesgo de
estar iniciando otra “burbuja inmobiliaria”.
Pero también hay compras
de familias (84,7% ventas), motivadas por la fuerte rebaja de precios
de los pisos y una cierta mejoría en los créditos: la concesión de hipotecas lleva ya nueve
meses consecutivos aumentando (de junio a febrero), con más importe (109.500 euros de media) y tipos más bajos (3,34% de media, 0,76%
menos que hace un año). Y con el euribor
en mínimos (0,18%), el coste de una hipoteca media ahora (ver
ofertas) es hoy de 400 euros menos al mes que en 2008 (y 33 euros
menos que a finales 2014).
Además de venderse más pisos (usados), también han
vuelto las grúas a muchos lugares de España. De hecho, la construcción presenta cinco datos positivos: sube
la inversión (un 1,3% en el tercer trimestre de 2014, por primera vez
desde la primavera de 2007), aumenta el consumo de
cemento, crece la promoción de viviendas
nuevas (34.873 en 2014), se recupera la obra pública y crece
el empleo (+118.500 empleos en el último año). Eso sí, la recuperación de la construcción no es
por la vivienda, sino por las obras públicas (la
“burbuja” del AVE y obras de autonomías
y ayuntamientos
antes de las elecciones de mayo). Baste decir que las viviendas iniciadas en 2014 son 25 veces menos que las iniciadas en
2006 (840.000).
Con tanto dato positivo, muchos echan las campanas al vuelo y hablan de que “se ha acabado la crisis de la vivienda y la construcción”. Lo que
parece claro es que “el ajuste ha tocado fondo”, como ha
dicho el Banco de España. Pero ojo:
la
recuperación será lenta y larga, según la mayoría
de los expertos, que piden al Gobierno “matizar
su euforia”. Primero, porque 2013 fue
el peor año de la crisis y de ahí que los datos de ventas de 2014 salgan
favorables. Segundo, porque las ventas
de pisos están aún muy lejos de 2007: se venden menos de la mitad de viviendas (319.389 en 2014 frente a 775.300 en
2007). Tercero, porque muchas de las compras son especulativas. Y cuarto, porque la
mejora de las hipotecas no es para todos, sólo para una parte de las
familias con ingresos estables, no para los que de verdad necesitan un piso.
De hecho, para que la
vivienda se recupere de forma estable hace falta que las familias tengan trabajo
(sigue habiendo 5.444.600
parados EPA) y un salario digno (el sueldo más habitual son 15.500 euros brutos, según el INE),
algo que todavía parece lejano para muchos, con casi la mitad de los empleos precarios (o temporales o a tiempo parcial). Sólo así conseguirán acceder a una hipoteca, que los bancos
sólo dan a los mejores clientes,
los que tienen un trabajo estable y
ganan más de 2.000 euros al mes. Eso deja
fuera a dos tercios de los españoles: 13 millones de contribuyentes
declararon a Hacienda (2013) que ganaban menos de 2.000 euros al mes, según el Informe
anual de recaudación Tributaria. Para ellos, resulta muy
difícil conseguir una hipoteca. Sólo
les queda alquilar. Y un tercio de ellos, los que ganan menos de 800 euros,
ni eso, porque no pueden pagar un alquiler medio (662
euros). Sólo les queda encontrar un alquiler
social (200 euros al mes), pero apenas
hay.
Así que menos
“euforia” con la vivienda, a pesar de la especulación de
extranjeros e inversores: mientras no haya más empleo estable y no suban más
los sueldos, muchas familias no podrán comprar un piso, con lo que la
recuperación será lenta y larga. Y en cuanto a la construcción, no esperemos que nos saque de la crisis. El
ladrillo ha sido clave
para hundirnos (perdió 1.700.000 empleos, más de la mitad de los
3.298.000 empleos totales perdidos hasta hoy), pero no va a salvarnos:
si en 2007, la construcción aportaba la
cuarta parte del crecimiento español, en 2015 aportará el 10,3%, según
la patronal SEOPAN. O sea que, aun mejorando, el ladrillo no volverá a ser el
motor de la economía. Y mejor que así sea, porque crece a costa de “burbujas”.
El problema es que hay que buscar otros
sectores que tiren, como la
industria y la
tecnología, que no se apoyan. Y el Gobierno
Rajoy
promete 2 millones de empleos, sin decir quién los va a crear.
En resumen, que la
vivienda despega, con precios más ajustados tras la burbuja, pero la recuperación será lenta y larga,
al menos hasta que las familias recuperen empleo e ingresos, lo que también
tardará, como la salida de la crisis. Lo demás es pura “euforia
preelectoral”.
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