lunes, 25 de mayo de 2015

Fútbol español: un gigante con pies de barro


Acabó la Liga y una temporada en que el fútbol español ha mejorado ligeramente sus cuentas, pero sigue en una grave crisis: la mayoría de los Clubs están en números rojos, muchos en suspensión de pagos y los que mejoran es a costa de vender jugadores. Casi todos tienen demasiados gastos (en sueldos de jugadores y directivos) y pocos ingresos (en entradas, marketing y patrocinio). El Gobierno ha aprobado un decreto para sacar más dinero a las retransmisiones por TV y repartirlo mejor, un cambio que convocó una huelga fallida de jugadores, quejosos de que Hacienda les haga pagar más. La Liga (LFP) propone un Plan de negocio para el fútbol, para aumentar ingresos y sanearlo en 6 años. Algo urgente, porque no es de recibo que un gigante como el fútbol español pierda dinero y deba 650 millones a Hacienda y la Seguridad Social. Y además, si no se sanea, nos tocará pagar su crisis.
 
enrique ortega

El fútbol español es un gigante dentro del fútbol europeo y mundial, no sólo por los resultados deportivos sino por sus cifras: la Liga BBVA es, con 2.300 millones  de euros (2014), la tercera mayor competición europea, por detrás de la Premier League británica (3.200 millones) y la Bundesliga alemana (2.400 millones). Y hay tres grandes Clubs españoles entre los 20 mayores del mundo, según el último informe Deloitte (2014): el Real Madrid, el mayor Club del mundo, con 549,5 millones de presupuesto (2013-2014), el Barça (484,6 millones), el cuarto tras Manchester United (518) y Bayern Múnich (487,5) y el Atlético de Madrid (169,9 millones de presupuesto), en el puesto 15º. Pero en su conjunto, el fútbol español es un gigante con pies de barro, en números rojos y con muchos Clubs en serios apuros económicos.

En realidad, el fútbol español llevaba en pérdidas desde 1999 (que se sepa), sin que nadie dijera nada. En 2010, la UEFA aprueba el Fair Play Financiero, para intentar poner orden en los Clubs europeos (la mitad perdían dinero: -1.200 millones de euros). Y la Liga de Fútbol Profesional (LFP) lo aprueba un año después para España (julio 2011), dando tres años a los Clubs para ajustar sus cuentas. Pero a la vista de la cadena de suspensiones de pagos (32 Clubs han entrado en concurso desde 2003), se acelera el proceso y en abril de 2012, el Gobierno Rajoy acuerda con la LFP un Protocolo que obliga a los Clubs a presentar al Consejo Superior de Deportes (CSD) sus cuentas de 2012-2013. Y en enero de 2013, dan otra vuelta de tuerca, con un Reglamento que obliga al “equilibrio presupuestario” desde julio de 2013: limita sus gastos y sus fichajes y pueden incluso bajarles de categoría si incumplen.

Pero el ajuste del fútbol está siendo lento y desigual. En la temporada 2012-2013, el fútbol español consiguió sus primeros beneficios (106 millones), pero sólo ganaron dinero los 20 Clubs de primera (+143,5 millones), mientras perdían los 22 Clubs de la Liga Adelante (-37,5 millones). Y en la segunda temporada del ajuste, la 2013-2014 (la última con datos oficiales del CSD), el fútbol ha vuelto a tener beneficios (+153,95 millones), pero sólo los Clubs de 1ª (+156,2 millones), mientras seguían perdiendo los de 2ª A (-2,28 millones). Y el resultado no ha sido peor gracias a las ventas de jugadores, a los traspasos, porque los ingresos ordinarios no cubren los gastos, que han seguido subiendo, sobre todo los de personal, fichajes y directivos. Y las deudas apenas han abajado (-2,5%) y siguen siendo muy elevadas (-3.441,5 millones), tanto con los bancos y acreedores, como con la Administración: 669,44 millones con la Hacienda pública y 22 millones más con la Seguridad Social.

Al final, los 20 Clubs de 1ª (Liga BBVA) y los 22 Clubs de 2ª A (Liga Adelante) siguen en números rojos, con desequilibrio financiero: el pasivo supera al activo corriente en 1.015,5 millones (-900,1 millones la 1ª división), dos veces y media el agujero de 2009 (-392,3 millones). El ajuste es pues insuficiente y les falta capital. Sólo hay un reducido grupo de Clubs de 1ª con las cuentas saneadas y la mayoría tiene problemas, que se agravan en 2ª división, donde ya hay 5 ciudades que se han quedado sin equipo: Salamanca, Santiago de Compostela, Palencia, Logroño y Almendralejo (y Albacete, cuyo equipo está en fase de liquidación judicial. Y todavía hay equipos en concurso de acreedores: Rayo Vallecano, Córdoba y Deportivo (en 1ª), más Betis, Recreativo de Huelva, Valladolid, Zaragoza, Hércules, Elche, Albacete, Mallorca y Cartagena (en 2ª). Y otros que han salido y no acaban de levantar cabeza, como el Murcia, Jaén, Racing o Jerez, también de 2ª. Tampoco consiguen sanear sus cuentas el Español, Getafe, Elche y Málaga (en 1ª) ni Osasuna, Sporting y Girona (en 2ª). Y los demás, salvo Madrid, Barça y ahora Atlético de Madrid (con dinero inyectado por el magnate chino Wang Jian Lin), no están saneados. Y falta ver el futuro del Valencia (comprado por Peter Lim, empresario de Singapur), el Málaga (el jeque catarí Abdulla Al Thani busca urgente comprador) o el Oviedo (tras la compra del empresario mexicano Carlos Slim).

El problema de casi todos es el mismo: los ingresos no cubren los gastos (crecientes). Los ingresos por  retransmisiones de TV son la primera fuente de financiación del fútbol, 844 millones en 2013-2014 (menos de la mitad que la Premier League británica, que recauda 1.875 millones), de los que el 45% van al Madrid y al Barça. La segunda fuente de ingresos, la recaudación por taquilla y abonados, crece poco, debido a que hay poca asistencia a los estadios (71% de aforo, frente al 95% de la Premier League británica y el 92% en la Bundesliga alemana), por culpa del alto precio de las entradas y la piratería (partidos en TV). Y salvo los grandes Clubs, la mayoría también ingresan poco en patrocinios, publicidad y marketing. En los gastos, la mayoría de Clubs siguen aumentando la partida de personal y primas a jugadores y a agentes. Con lo que apenas reducen deudas y sanean los presupuestos, salvo con ingresos extras por ventas de jugadores: en 2014, los equipos españoles fueron los Clubs con más ventas de jugadores del mundo (+669 millones), pero también los segundos que más jugadores compraron (710 millones), tras los Clubs británicos, según el estudio FIFA TMS.

La Liga de Fútbol Profesional (LFP) ha diseñado un Plan de negocio a 6 años para potenciar y sanear el fútbol español, que pasa básicamente por aumentar los ingresos. La medida fundamental es aumentar los ingresos por las retransmisiones de TV, para lo que el Gobierno Rajoy ha aprobado un decreto Ley que fija la contratación centralizada de los derechos para dentro de dos años, en la temporada 2016-2017. El cambio supone que serán todos los Clubs (LFP) los que negocien el contrato con la TV y no Club a Club como hasta ahora. Con ello, se espera aumentar los ingresos (de los 844 actuales a 1.000 millones dentro y otros 500 millones por las retransmisiones fuera de España). Y también cambiará el sistema de reparto, para que llegue algo más del dinero a los Clubs más pequeños. Eso sí, el desequilibrio seguirá siendo abismal: del 92% de los ingresos por TV, el 90% irá a los 20 Clubs de 1ª y el 10% restante a los de 2ª. Y el 8 % restante de los ingresos por TV se destinará a los equipos que desciendan (3,5%), a la LFP (1%), a la Federación (2%), un 0,5% (sólo 5-7,5 millones) para el fútbol no profesional (2º B y fútbol femenino) y el 1% restante para pagar las cotizaciones a la SS de 4.000 deportistas de élite, para cuando se retiren.

La asociación de futbolistas (AFE) ha protestado por este reparto, que consideran cicatero con los Clubs más pequeños y con el fútbol no profesional, lo cual es evidente (señalan que en Francia, el reparto de los ingresos de TV es 65/35, no 90/10). Y piden su parte del pastel, como la LFP y la Federación: un 1,5% para su asociación (AFE), como en el fútbol británico. Por todo ello, convocaron una huelga en las dos últimas jornadas de la Liga, que rechazó la Audiencia Nacional. Pero había otros motivos ocultos para esta huelga. Por un lado, los enfrentamientos personales entre la Federación (Ángel María Villar), que apoyaba la huelga, y la LFP (Javier Tebas, que antes le acusó por corrupción) y el CDS (la Federación se negó a ser auditada por el Consejo). Y por otro, el malestar de los jugadores por las inspecciones de Hacienda, que está vigilando si las empresas que utilizan para cobrar los derechos de imagen tienen actividad real. Y eso, porque si son una mera “tapadera”, tendrían que cotizar por ese 15% de sus ingresos el 47% de IRPF (más los recargos autonómicos) y no el 15% que tributan como sociedades. Para un jugador que ingresa 10 millones, la diferencia entre cobrar ese dinero por una sociedad o no supone ahorrarse o pagar 285.000 euros más al año.

Este tema pone sobre la mesa una cuestión clave: los jugadores no pueden tener un trato fiscal de favor, sobre todo cuando hay sueldos supermillonarios y la mitad de los jugadores de 1ª y 2ª A ganan más de medio millón de euros al año. Tienen que pagar impuestos como los demás, sin trampas de sociedades fantasmas. Y lo mismo sus Clubs, que deben a Hacienda 626 millones de euros (542,6 millones a la Agencia Tributaria y 83,8 a las Haciendas forales), más 22 millones a la Seguridad Social. Hacienda les ha dado a los Clubs un calendario para pagar la deuda hasta 2018, algo que no permite a la mayoría de contribuyentes.

Los Clubs creen que con una mayor tarta de los derechos de TV (ojo: ahora Telefónica, con Canal Plus, controla el 80% del negocio y tratará de pagar poco), una mayor penetración de la TV de pago entre los españoles (hay 4,3 millones de abonados, frente a 12 millones en Gran Bretaña) y una mayor internacionalización de nuestro fútbol (con más ventas de partidos, publicidad y marketing en Asia, América y África), los ingresos mejorarán sustancialmente y el fútbol se saneará. Pero mientras llegan los ingresos, lo que hace falta es controlar los gastos (sobre todo en fichajes, comisiones y directivos) y las inversiones (en nuevos estadios), para que el fútbol no sobreviva con deudas (a Hacienda, que pagamos los demás con más impuestos) y pérdidas, que también podrían hacernos pagar. La LFP cree que “el fútbol español sigue estando enfermo” y que aún quedan tres años más de ajustes (hasta 2018), con “algunos Clubs que se quedarán en el camino”.

Ojalá sea así y el fútbol se sanee en unos años. El riesgo es que si mejoran los ingresos, vuelva otra vez a inflarse la burbuja, con más fichajes millonarios y más gastos injustificables, pensando que los ingresos van a crecer siempre. Y volvamos a las andadas y a las deudas, a costa de los contribuyentes y de los aficionados. Y sobre todo del deporte de a pie, de esos miles de jugadores aficionados, que no tienen ninguna ayuda mientras los grandes Clubs manejan cifras millonarias con pies de barro. Pongan orden de verdad. Y cuanto antes.  

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