Acabó la Liga y una temporada en que el fútbol español ha mejorado ligeramente sus cuentas, pero sigue en una
grave crisis: la mayoría de los Clubs están en números rojos, muchos en
suspensión de pagos y los que mejoran
es a costa de vender jugadores. Casi
todos tienen demasiados gastos (en
sueldos de jugadores y directivos) y
pocos ingresos (en entradas, marketing y patrocinio). El Gobierno ha aprobado un decreto para sacar más dinero a las retransmisiones por TV y repartirlo mejor, un cambio que convocó
una huelga fallida de jugadores,
quejosos de que Hacienda les haga pagar más. La Liga (LFP) propone un Plan
de negocio para el fútbol, para aumentar ingresos y sanearlo en 6 años.
Algo urgente, porque no es de recibo que un gigante como el fútbol español
pierda dinero y deba 650 millones a
Hacienda y la Seguridad Social. Y además, si no se sanea, nos tocará pagar
su crisis.
enrique ortega |
El fútbol español
es un
gigante dentro del fútbol europeo y mundial, no sólo por los resultados deportivos sino por sus
cifras: la Liga BBVA es, con
2.300 millones de euros (2014), la tercera mayor competición europea, por
detrás de la Premier League británica (3.200 millones) y la Bundesliga alemana
(2.400 millones). Y hay tres grandes Clubs españoles entre los 20 mayores del mundo,
según el último
informe Deloitte (2014): el Real
Madrid, el mayor Club del mundo, con 549,5 millones de presupuesto
(2013-2014), el Barça (484,6
millones), el cuarto tras Manchester United (518) y Bayern Múnich (487,5) y el Atlético de Madrid (169,9 millones de
presupuesto), en el puesto 15º. Pero en su conjunto, el fútbol español es un gigante con pies de barro, en números
rojos y con muchos
Clubs en serios apuros económicos.
En realidad, el fútbol español llevaba en
pérdidas desde 1999 (que se sepa), sin que nadie dijera nada. En 2010,
la UEFA aprueba el Fair Play
Financiero, para intentar poner orden en los Clubs europeos (la mitad perdían
dinero: -1.200 millones de euros). Y la Liga de Fútbol Profesional (LFP) lo aprueba un año después para
España (julio 2011), dando tres años a los Clubs para ajustar sus cuentas.
Pero a la vista de la cadena de
suspensiones de pagos (32
Clubs han entrado en concurso desde
2003), se acelera el proceso y en abril de 2012, el Gobierno Rajoy acuerda
con la LFP un Protocolo
que obliga a los Clubs a presentar al Consejo Superior de Deportes
(CSD) sus cuentas de 2012-2013. Y en enero de 2013, dan otra vuelta de tuerca,
con un Reglamento que obliga
al “equilibrio presupuestario” desde julio de 2013: limita sus
gastos y sus fichajes y pueden incluso bajarles de categoría si incumplen.
Pero el ajuste del
fútbol está siendo lento
y desigual. En la temporada 2012-2013,
el fútbol español consiguió sus primeros
beneficios (106 millones), pero sólo ganaron dinero los 20 Clubs de
primera (+143,5 millones), mientras perdían los 22 Clubs de la Liga Adelante (-37,5
millones). Y en la segunda temporada del
ajuste, la 2013-2014 (la última
con datos
oficiales del CSD), el fútbol ha
vuelto a tener beneficios (+153,95 millones), pero sólo los Clubs de 1ª
(+156,2 millones), mientras seguían perdiendo los de 2ª A (-2,28 millones). Y el resultado no ha sido peor gracias a las
ventas de jugadores, a los
traspasos, porque los ingresos
ordinarios no cubren los gastos, que han seguido subiendo, sobre todo los
de personal, fichajes y directivos. Y las
deudas apenas han abajado (-2,5%) y siguen siendo muy elevadas (-3.441,5 millones), tanto con los bancos y
acreedores, como con la Administración: 669,44
millones con la Hacienda pública y 22 millones más con la Seguridad Social.
Al final, los 20 Clubs de 1ª (Liga BBVA) y los 22 Clubs de
2ª A (Liga Adelante) siguen en números rojos, con desequilibrio
financiero: el pasivo supera al activo corriente en 1.015,5 millones
(-900,1 millones la 1ª división), dos veces y media el agujero de 2009 (-392,3
millones). El ajuste es pues insuficiente
y les falta capital. Sólo hay un reducido grupo de Clubs de 1ª con las
cuentas saneadas y la mayoría tiene
problemas, que se agravan en 2ª división, donde ya hay 5
ciudades que se han quedado sin equipo:
Salamanca, Santiago de Compostela, Palencia, Logroño y Almendralejo (y
Albacete, cuyo equipo está en fase de liquidación judicial. Y todavía hay equipos en
concurso de acreedores: Rayo Vallecano, Córdoba y Deportivo (en 1ª),
más Betis, Recreativo de Huelva, Valladolid, Zaragoza, Hércules, Elche,
Albacete, Mallorca y Cartagena (en 2ª). Y otros que han salido y no acaban de
levantar cabeza, como el Murcia, Jaén, Racing o Jerez, también de 2ª. Tampoco
consiguen sanear sus cuentas el Español, Getafe, Elche y Málaga (en 1ª) ni
Osasuna, Sporting y Girona (en 2ª). Y los demás, salvo Madrid, Barça y ahora Atlético
de Madrid (con dinero inyectado por el magnate
chino Wang Jian Lin), no están saneados. Y falta ver el futuro del Valencia (comprado
por Peter Lim, empresario de Singapur), el Málaga (el jeque catarí Abdulla Al Thani busca
urgente comprador) o el Oviedo
(tras la compra
del empresario mexicano Carlos Slim).
El problema de
casi todos es el mismo: los ingresos no
cubren los gastos (crecientes).
Los ingresos por retransmisiones
de TV son la primera fuente de financiación del fútbol, 844 millones en
2013-2014 (menos de la mitad que la Premier League británica, que recauda 1.875
millones), de los que el 45% van al Madrid y al Barça. La segunda fuente de
ingresos, la recaudación
por taquilla y abonados, crece poco, debido a que hay poca
asistencia a los estadios (71% de aforo, frente al 95% de la Premier
League británica y el 92% en la Bundesliga alemana), por culpa del alto precio
de las entradas y la
piratería (partidos en TV). Y salvo los grandes Clubs, la mayoría también ingresan poco en
patrocinios, publicidad y marketing. En los gastos, la mayoría de Clubs siguen aumentando la partida de
personal y primas a jugadores y a agentes. Con lo que apenas
reducen deudas y sanean los presupuestos, salvo con ingresos extras por ventas de jugadores:
en 2014, los equipos españoles fueron los Clubs con más
ventas de jugadores del mundo (+669 millones), pero también los segundos
que más jugadores compraron (710 millones), tras los Clubs británicos, según el
estudio
FIFA TMS.
La Liga de Fútbol Profesional (LFP) ha diseñado un Plan de negocio a 6 años para
potenciar y sanear el fútbol español, que pasa básicamente por aumentar
los ingresos. La medida fundamental es aumentar los ingresos por las retransmisiones de TV, para lo que el
Gobierno Rajoy ha aprobado un decreto
Ley que fija la contratación
centralizada de los derechos para dentro de dos años, en la temporada 2016-2017. El cambio supone que serán todos los
Clubs (LFP) los que negocien el contrato con la TV y no Club a Club como hasta
ahora. Con ello, se espera aumentar
los ingresos (de los 844 actuales a 1.000 millones dentro y otros 500
millones por las retransmisiones fuera de España). Y también cambiará el sistema
de reparto, para que llegue algo más del dinero a los Clubs más
pequeños. Eso sí, el desequilibrio seguirá siendo abismal: del 92% de los
ingresos por TV, el 90% irá a los 20
Clubs de 1ª y el 10% restante a los de 2ª. Y el 8 % restante de los ingresos por TV se destinará a los equipos
que desciendan (3,5%), a la LFP (1%), a la Federación (2%), un 0,5% (sólo 5-7,5
millones) para el fútbol no profesional (2º B y fútbol femenino) y el 1%
restante para pagar las cotizaciones a la SS de 4.000 deportistas de élite,
para cuando se retiren.
La asociación
de futbolistas (AFE) ha protestado
por este reparto, que consideran
cicatero con los Clubs más pequeños
y con el fútbol no profesional, lo cual es evidente (señalan que en Francia, el
reparto de los ingresos de TV es 65/35, no 90/10). Y piden su parte del pastel, como la LFP y la Federación: un 1,5%
para su asociación (AFE), como en el fútbol británico. Por todo ello, convocaron una huelga en las dos
últimas jornadas de la Liga, que rechazó
la Audiencia Nacional. Pero había otros
motivos ocultos para esta
huelga. Por un lado, los enfrentamientos
personales entre la Federación (Ángel María Villar), que apoyaba la huelga,
y la LFP (Javier Tebas, que antes le acusó por corrupción) y el CDS (la
Federación se negó a ser auditada por el Consejo). Y por otro, el malestar de los jugadores por las inspecciones
de Hacienda, que está vigilando
si las empresas que utilizan para cobrar los derechos
de imagen tienen actividad real. Y eso, porque si son una mera “tapadera”,
tendrían que cotizar por ese 15% de sus ingresos el 47% de IRPF (más los
recargos autonómicos) y no el 15% que tributan como sociedades. Para un jugador
que ingresa 10 millones, la diferencia entre cobrar ese dinero por una sociedad
o no supone ahorrarse
o pagar 285.000 euros más al año.
Este tema pone sobre la mesa una cuestión clave: los jugadores
no pueden tener un
trato fiscal de favor, sobre todo cuando hay sueldos supermillonarios y
la mitad de los jugadores de 1ª y 2ª A
ganan más de medio millón de euros al año. Tienen que pagar impuestos como
los demás, sin trampas de sociedades fantasmas. Y lo mismo sus Clubs, que deben
a Hacienda 626 millones de euros (542,6 millones a la Agencia Tributaria y
83,8 a las Haciendas forales), más 22 millones a la Seguridad Social. Hacienda les ha dado a los Clubs un calendario para pagar
la deuda hasta 2018, algo que no permite a la mayoría de
contribuyentes.
Los Clubs creen
que con una mayor tarta de los derechos
de TV (ojo: ahora Telefónica, con
Canal Plus, controla el
80% del negocio y tratará de pagar poco), una mayor penetración de
la TV de pago entre los españoles (hay 4,3
millones de abonados, frente a 12 millones en Gran Bretaña) y una mayor internacionalización de
nuestro fútbol (con más ventas de partidos, publicidad y marketing en Asia,
América y África), los ingresos mejorarán sustancialmente y el
fútbol se saneará. Pero mientras llegan los ingresos, lo que hace falta
es controlar
los gastos (sobre todo en fichajes, comisiones y directivos) y las
inversiones (en nuevos estadios), para que
el fútbol no sobreviva con deudas
(a Hacienda, que pagamos los demás con más impuestos) y pérdidas, que también podrían
hacernos pagar. La
LFP cree que “el
fútbol español sigue estando enfermo” y que aún quedan tres años más de ajustes (hasta 2018), con
“algunos Clubs que se quedarán en el
camino”.
Ojalá sea así y el fútbol se sanee en unos años. El riesgo es que si mejoran los
ingresos, vuelva otra vez a inflarse la
burbuja, con más fichajes
millonarios y más gastos injustificables, pensando que los ingresos van a crecer
siempre. Y volvamos a las andadas y a las deudas, a costa de los
contribuyentes y de los aficionados. Y sobre todo del deporte
de a pie, de esos miles de jugadores aficionados, que no tienen ninguna
ayuda mientras los grandes Clubs manejan cifras millonarias con pies de barro. Pongan orden de verdad. Y cuanto antes.
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