El juego online, que en junio cumple dos años legalizado, sigue imparable: a finales de 2013 ya había 1,6 millones de jugadores, 585.000 más
que un año antes. Y se han duplicado las
apuestas: 10 euros al día de gasto
medio por jugador. España es el cuarto país europeo que más juega en la Red,
lo que reporta ingresos a Hacienda,
a las autonomías, al deporte y a los medios (publicidad). Pero hay varios riesgos:
los menores, la ludopatía (más de 1 millón de
españoles con adicción seria), el
blanqueo de dinero, el fraude y la compra de partidos (fútbol y tenis),
que preocupa en toda Europa. Ahora, se
van a lanzar las tragaperras online
y se podrá jugar en móviles y tablets,
lo que supondrá un gran empujón al juego
online: puede superar los 6.000 millones de facturación y los 2 millones de
jugadores en 2014. Ojo a este boom: jugar
sí, pero con cabeza. Tiene muchos
riesgos.
enrique ortega |
La mitad de los
españoles confiesa que juega
alguna vez en bingos, casinos, tragaperras, casas de apuestas y por
Internet, donde gastaron 25.988 millones de euros (2012, último año con estadísticas).
Pero con la crisis, la prohibición del tabaco y las limitaciones a la
publicidad, el juego presencial
(89,5%) ha caído
desde 2008, pasando de 4,3 millones de jugadores habituales a 3
millones y perdiendo 45.000 empleos, tras el cierre de casinos y bingos. Entre
tanto, ha
crecido el juego online, que
ya supone un 10,5% del juego total (2012),
tras las Loterías (36%) y las tragaperras (33%), por delante de la ONCE (7%), bingos
y casinos (7% de la facturación del juego cada uno).
El juego online
era “alegal”
hasta el 5 de junio de 2012,
cuando empezaron a funcionar las primeras 53 empresas, para aprovechar la
Eurocopa. Y a partir de ahí, ha crecido imparable: en los últimos
7 meses de 2012 facturó 2.727 millones de euros, casi el doble que en 2011
(1.575 millones). Y en 2013, a pesar de un
pequeño bache en el primer semestre, se jugaron 5.437
millones de euros, con dos meses facturando más de 500 millones, el
doble que la media de 2012. Ello refuerza a España como el cuarto país
europeo donde más se juega en la Red, sólo por detrás de Gran Bretaña, Italia y Francia. En
Europa hay unos 9 millones de jugadores online, que gastan casi 50.000 millones
de euros anuales, controlados por tres
multinacionales británicas (Ladbrokes, William Hill y Betfair) y la austriaca Bwin.
Con todo, el gran
salto en España se ha dado en jugadores:
si había 51.537 jugadores en febrero de 2012, con la legalización (junio) se
pasó a 470.000, a finales de 2012 ya superaban el millón (1.010.086) y en 2013 se sumaron 585.228 jugadores más,
para cerrar el ejercicio pasado con
1.596.048 jugadores, todo un récord. Más
jugadores que gastan casi el doble: 16,6
millones de euros diarios en 2013 (9 millones en 2012), casi 10 euros al día por jugador, según los
datos de la Dirección General del Juego.
La mayoría de los nuevos
jugadores online son jóvenes, entre 18 y 34 años, hombres
(un 80%), con estudios de secundaria
y universitarios, que viven sobre todo
en Madrid, Barcelona, Baleares y Canarias
(turistas británicos, franceses y alemanes). La mayoría juegan
a varios juegos (apuestas deportivas y póker, sobre todo), todos los días (16%) o todas las semanas (39%), una media de 83 minutos. Y lo más
llamativo: el 53% de los jugadores
online llevan jugando más de un año (de ellos, un 31% de 2 a 3 años), según
el
Observatorio del jugador online. Y un
7% de los jugadores totales (111.723) son
profesionales, personas que viven del juego y que son los más activos en
las Webs (de ellos depende el 80% del
negocio).
En España hay actualmente 51 empresas con
licencia de juego
online, aunque curiosamente 13 de
ellas no tienen todavía una Web que
ofrezca juegos, tras casi dos años de concesión. La mayor empresa del
sector es Loterías del Estado, con casi
medio millón de jugadores, y controla, con otras cuatro multinacionales
(Betfair, William Hill, Ladbrokes y Bwin) el 90% del mercado, donde también
están presentes empresas tradicionales
del juego (Cirsa, Codere, Recreativos Franco) y empresas
periodísticas (Mediaset-Tele 5, Atresmedia-Antena 3 y Unidad Editorial-
El Mundo). En conjunto, el sector del
juego online tuvo unos ingresos
netos de 228,86 millones en 2013,
aunque las empresas dicen que, tras
pagar impuestos, publicidad y sus gastos
operativos, pierden
dinero (- 72,5 millones en 2012). Quien
gana es Hacienda, que recaudó del juego online unos 160 millones en 2013
(133 en 2012 y 70 en 2011), dinero
que va a tapar parte del agujero de
las autonomías y una parte al
deporte.
Las empresas del
juego llevan casi dos años pidiendo que Hacienda
baje los impuestos, a
ellos y a sus jugadores. De hecho, estas empresas pagan un impuesto del juego del 25% sobre su
facturación neta, un porcentaje superior
al que pagan las empresas del juego online en Gran Bretaña (15%), Italia (15%), Dinamarca (20%), aunque menos que en Francia (2% sobre facturación
bruta). También pagan una tasa de
gestión (se la han bajado en 2013 al 0,75 por 1.000) y un impuesto de sociedades y un IVA más alto que en el resto de
Europa. Además, los jugadores online
pagan impuestos en España (retención
del 20% en premios superiores a 2.500 euros más la obligación de declarar las
ganancias netas, descontadas las pérdidas) y no
pagan nada por lo que ganan en
Gran Bretaña, Dinamarca, Italia o Francia.
La propuesta del sector del juego online es que Hacienda les baje la tributación al 10%
y así podrán gastar más en publicidad, se jugará más y Hacienda ingresará más con un tipo más bajo. Lo
que no dicen es que ya nos están bombardeando
con publicidad del juego,
que tiene un trato de favor frente a
la publicidad del tabaco y alcohol (prohibidas) y a la del juego presencial
(casinos, bingos y tragaperras), muy restringida. De hecho, la publicidad
del juego ha pasado de 90
millones (2011) a 125 millones (2012) y a 162,5
millones (2013), utilizando incluso a deportistas
ejemplares para la juventud (como Nadal)
para vender el juego online. Una publicidad que le ha venido muy bien a
los medios de comunicación (Internet y TV).
Quizás por ello, se
habla poco de los riesgos del juego online. Empezando por el riesgo de que jueguen menores (aunque se controla su
acceso) y la ludopatía, una enfermedad que sufren ya a más
de un millón de españoles. Y los médicos
denuncian que han aumentado un 13% las consultas
por adicción al juego, que hunde
familias. Pero hay más riesgos, como
el
fraude (siguen cerrándose Webs ilegales) y los ciberataques: España
es el
país europeo con más ataques para robar
los números de las tarjetas y
el dinero de los jugadores online. Además, es una vía conocida para blanquear dinero ilegal. Y, por último,
el juego online ha relanzado el fraude
en el deporte: el
amaño y la compra de partidos, sobre todo en tenis
y fútbol,
un problema que preocupa especialmente a la
UEFA y a la Liga de Fútbol Profesional, que ha creado una
unidad específica para perseguir el amaño de partidos en España.
Cara a 2014, el juego on
line va a pegar un nuevo salto,
tras la decisión de Hacienda de autorizar
en breve dos nuevos juegos: las apuestas cruzadas entre usuarios y las tragaperras online, que revolucionarán este mercado. De hecho, las tragaperras en locales de juego y bares
recaudan 3.235 millones al año (y aportan 700 millones en impuestos), que ahora
temen
perder en buena parte las empresas del juego presencial. Parece claro que las tragaperras acabarán siendo el juego
más popular en la Red. Lo malo es que son
también el
juego más adictivo, según los
expertos
en ludopatía. Y también ayudará a
que se juegue más en Internet el que la mayoría de las empresas ofrezcan ya poder jugar desde el móvil
o la tablet.
En definitiva, que jugamos
mucho por Internet (para sacar algún dinero extra sin que nadie se entere),
pero vamos a jugar mucho más en los
próximos meses, al llegar las tragaperras
online y poder jugar desde cualquier dispositivo, fijo o móvil. El Gobierno
ha establecido controles
para evitar el fraude y la ludopatía, pero el
riesgo crecerá con el negocio, como también los impuestos recaudados y la venta
de publicidad de los
medios. No se puede poner puertas al juego, pero sí controles para regularlo
con garantías. Es peligroso: juguemos
con cabeza.
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