Quedan unos días para confesarnos
con Hacienda y comprobar en
nuestro bolsillo la subida de impuestos
que hizo Rajoy, que notaremos también en las declaraciones de la Renta de 2014 y 2015. A pesar de esta subida, España es el tercer país europeo que
recauda menos impuestos. ¿Cómo es posible? Porque aquí, el 90% se saca de los trabajadores y apenas
pagan impuestos las multinacionales,
grandes empresas y los más ricos (ahí está el caso Messi). Por eso, porque recaudamos poco, tenemos
déficit público y recortes. Bruselas ha
exigido a España una reforma fiscal, que baje el IRPF y
suba el IVA, pero lo que hay que hacer es repartir mejor las cargas: que las
nóminas paguen menos, para reanimar el consumo, y que grandes empresas,
multinacionales y los ricos paguen más, reduciendo el fraude. Así se ingresarían 50.000 millones más, sin cargar
los impuestos en los de siempre: los que viven de una nómina, los que ahora
pagamos el IRPF cada año.
enrique ortega |
La Renta, el
IRPF, es el principal impuesto
en España, con el que el Estado ingresa
42 de cada 100 euros en impuestos (74.215
millones en 2013). Pero a pesar del ruido
de la campaña de la Renta, en
primavera, la mayor parte (93%) del IRPF
lo pagamos cada mes, en la retención
que nos hacen en las nóminas. Y ahí es donde, desde febrero de 2012, notamos la
fuerte subida de impuestos que aprobó Rajoy, la
mayor de la democracia (que notaremos también
en las declaraciones del IRPF de 2014 y 2015). Por eso, este año, de las
19,5 millones de declaraciones,
habrá menos a devolver (14,9
millones de contribuyentes) y más declaraciones
a pagar (4,1 millones), que ingresarán 6.525 millones (+3,21% que en 2012).
La principal novedad
de esta declaración es que suben
los tipos del IRPF, entre 0,75 y 7 puntos, según los ingresos. Eso
supone pagar entre 82 euros más (para
ingresos de 20.000 euros) y 600 euros extras
(para ingresos de 45.000 euros). También pagarán
más los ingresos por ahorros e inversiones (pasan de pagar el 19% al 21%).
Con todo, la mayor subida viene porque
Hacienda no
descuenta el efecto de la inflación, al no revisar los tramos de la renta ni actualizar el mínimo personal y
familiar ni la reducción por rendimientos del trabajo. Algo que se hacía
hasta 1998 y que supone pagar entre 120 y 250 euros más por
cada contribuyente.
A la hora de las deducciones,
se reducen para los que tienen una hipoteca
anterior a 2006 (pierden el 20% que se deducían sobre los primeros 4.507
euros) y sube, del 10 al 20%, la deducción por obras en casa (hasta
20.000 euros por vivienda). Y en el juego,
se paga ahora un 20% por los premios de más de 2.500 euros, aunque se
deducen las pérdidas.
El IRPF es un impuesto cedido a medias a las autonomías,
que aplican un recargo en los tipos
máximos y deducciones propias, que
han bajado para esta declaración. Con ello, hay cinco autonomías donde se paga más,
sobre todo los que más ganan: Cataluña y
Andalucía (tipo máximo del 56%), Asturias
(55,5), Cantabria y Extremadura (55%).
Y en otras 7 menos: Madrid y La Rioja (51,9%), Galicia, Baleares, las dos Castillas y
Aragón (52%). En cuanto a las deducciones,
es un galimatías de 192 diferentes: exenciones por adoptar un hijo (en 12
autonomías), tener asistenta (Andalucía, Extremadura y Castilla y León), hombres
que ayudan en casa (Valencia), emprendedores (casi todas), gastos escolares
(Baleares o Extremadura), ayudas por compra de vivienda y alquiler (casi todas, con ayudas muy
diferentes), estudio del valenciano o pago de abogados (Andalucía). Al final,
los distintos tipos y deducciones llevan a que una
familia puede pagar hasta 3.448 euros más o menos según donde viva.
Con la subida de
impuestos de Rajoy, la
mayor de la OCDE en 2012, España
es el país de Europa con los tipos
máximos más altos (56%), junto a Suecia y Dinamarca. A pesar de ello, somos
el tercer país con menos
ingresos fiscales: se recauda un 31,4% del PIB, frente al 38,8% en la UE 27 (39,5 % en la zona euro), muy por debajo de la recaudación de Francia (43,9% PIB), Italia
(42,5%), Alemania (38,7%) o Portugal (33,2%). Eso significa que si España recaudara como el resto de Europa,
el Estado ingresaría unos 80.000
millones más cada año. O sea, que no
tendríamos déficit
público (ni recortes).
Si pagamos tipos más
altos en el IRPF y sin embargo España
recauda menos impuestos, ¿a qué se
debe? A que hay mucho
fraude. Por un lado, hay un 20% de economía
sumergida, actividades que no pagan impuestos, con lo que se dejan de ingresar entre 60.000
y 80.000
millones, según distintos cálculos. Y por otro, a que las multinacionales,
las grandes empresas y los más ricos apenas pagan impuestos. Las grandes
empresas pagan de media, en Sociedades, un 9,9%, gracias a las múltiples deducciones. Y los más ricos, no pagan IRPF (sólo 7.000
declarantes ganan más de 600.000 euros) sino que utilizan
sociedades patrimoniales para pagar menos (ahí está el caso Messi) o SICAV
(hay 3.050, con 405.084
grandes patrimonios detrás), que pagan –legalmente- un 1% de sus beneficios (sin olvidar que han podido blanquear, con la última amnistía
fiscal, 87.700 millones que tenían en el extranjero, pagando sólo
el 10%). Mientras, las pymes pagan
un 25% de impuestos y los trabajadores,
entre el 24,75% y el 56% de sus ingresos.
De hecho, se
estima que un 90% de todos los
ingresos fiscales los pagan los asalariados y clases medias y el 10% restante las empresas y los más ricos.
Aquí
está el problema de por qué
España recauda menos que el resto de Europa. La Comisión
Europea acaba de exigir al Gobierno que haga una reforma fiscal antes de marzo de 2014, con dos cambios: bajar
el IRPF y el impuesto de Sociedades (quitando
deducciones, a la vivienda y a los Planes de pensiones) y subiendo el IVA
(quitando el reducido a muchos productos), impuestos especiales (tabaco,
alcohol y carburantes) y creando impuestos medioambientales. El Gobierno
no va a bajar el IRPF (al menos hasta 2015) y no quiere subir el IVA (salvo al
pan, huevos, libros, medicamentos y productos sanitarios, estos por Tribunal UE), pero subirá impuestos al tabaco, alcohol y medioambientales.
Ni Bruselas ni Rajoy
afrontan el verdadero problema de
los impuestos: que paguen más lo que hoy
apenas pagan: multinacionales,
grandes empresas y los más ricos. Con ello, como he analizado en
este blog, se podrían ingresar
50.000 millones más y liquidar el déficit, bajando a la vez impuestos a las
nóminas para reanimar el consumo y la economía. Pero para ello hace falta voluntad política y medios:
más
inspectores fiscales (tenemos uno por cada 1.928 contribuyentes, frente
a 1 por 172 en Alemania) y más
presupuesto (España gasta la quinta parte que Alemania y la tercera
parte que Francia en combatir el fraude fiscal).
Hay que pagar impuestos, pero todos
y cada uno según sus ingresos. No podemos demorar más este debate,
porque es clave para salir de la crisis:
hay que acabar con los recortes, que hunden la economía y el empleo. Y para
ello, hay que recaudar más, no subiendo los impuestos a los que pagan (los que viven de una nómina pagan
el 79 % del IRPF) sino haciendo
que paguen más los que apenas pagan y defraudan “legalmente”: multinacionales,
grandes empresas y los más ricos. Con ello, no habría déficit, ni recortes
y se podrían bajar los tipos del IRPF (los más altos de Europa) a la mayoría,
reanimando el consumo, el crecimiento y el empleo. Es fácil de entender y se
puede hacer. El problema es que los que
no pagan, una minoría muy poderosa, se resiste. Pero hay que cambiarlo. Si
no, no podrán exigir a la mayoría que
paguemos más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario