jueves, 13 de junio de 2013

Pensiones : la hipoteca de ser más viejos


La población española se redujo en 2012, por primera vez en la historia reciente, y caerá más en los próximos cuarenta años: España perderá 4,7 millones de personas hasta 2052, por la caída de la natalidad y la menor llegada de  inmigrantes. Seremos menos españoles y más viejos, porque viviremos más: en 2052, un 37% de la población tendrá más de 64 años. Y sólo habrá una persona en edad de trabajar por cada niño o jubilado. Un dato que se maneja para hacer un recorte drástico a las pensiones, de más del 20% en unas décadas, con una nueva reforma impuesta por Bruselas y que el Gobierno aprobará en junio. La población es realmente una hipoteca para España y las pensiones, pero no se resuelve con recortes, sino aumentando los cotizantes (creando empleo), con más ingresos (vía impuestos de los que no los pagan) y ayudando a las familias para que tengan más hijos. Más españoles trabajando y aseguramos las pensiones. Seguro.
enrique ortega

La población siempre ha sido un factor clave en la historia económica de España, como refleja el interesante libro “Crisis económicas en España 1.300-2.012”. En el Antiguo Régimen, la peste, las enfermedades y las malas cosechas diezmaron la población española en catorce ocasiones entre 1.599 y 1.855 (las más graves en 1.599, 1639 y 1.804), aunque la mortalidad no paró en los siglos XIX (700.000 muertos por el cólera en 1.833 y 1.855) y XX (la gripe española de 1.918-19 afectó a un tercio de la población y mató a 200.000 personas, mientras la Guerra Civil se cobró más de 500.000 vidas). En la edad moderna, la despoblación rural y el éxodo a las ciudades, iniciada a mediados del siglo XIX, se aceleró a mediados del XX: entre 1.950 y 1.991, el campo español perdió más de una cuarta parte de su población. Y a partir de los años noventa, llegaron a España 5,6 millones de inmigrantes. Ahora, la previsión es, según el INE, que la población se reduzca y envejezca hasta 2052.

La población española cayó durante 2012 en 205.788 personas, por primera vez en la historia reciente. Y volverá a caer en 2013 y en los próximos 40 años: en 2052 habrá en España 41.499.216 habitantes, 4.697.062 menos que en 2012. Y eso, por tres causas. Primera: porque cae la natalidad (1,38 hijos por mujer, frente a 1,59 en la UE 27, 1,94 en Reino Unido o 2,03% en Francia), por la crisis de fecundidad de los años 80 y 90, que ha reducido las  mujeres en edad fértil: nacerán 14,6 millones de niños en los próximos cuarenta años, un 24% menos que en los 40 anteriores. Segundo, la población envejecerá y eso aumentará las defunciones: desde 2018, habrá más defunciones que nacimientos. Y en los próximos 40 años morirán 17,9 millones de españoles, un 34 % más que en las cuatro décadas pasadas. Y tercero, habrá menos inmigrantes: en los próximos 40 años, el saldo entre los que se vayan y  los que vengan será de -1,4 millones (sólo a partir de 2042, el saldo será positivo).

Menos población y más envejecida, porque aumentará la esperanza de vida, gracias a la sanidad y a hábitos más saludables: pasará de 79,1 a 86,8.años en los hombres (casi +8 años) y de 84,9 a 90,7 en las mujeres (casi +6 años). Con ello, casi el 37% de los españoles tendrán en 2052 más de 64 años (ahora son el 17,3%). Y la esperanza de vida al jubilarse  aumentará entre 5 y 6 años (de 22 a 27 años las mujeres y de 18 a 24 los hombres).

Con todo ello, el resumen es que si ahora hay 2 españoles en edad de trabajar (16-64 años) por cada niño (0-16) o jubilado (65 y más), en 2052 habrá un activo por cada inactivo, según las proyecciones del INE. Un dato preocupante para asegurar el Estado del Bienestar (la educación, la sanidad, la dependencia y el subsidio de desempleo)  y  las pensiones.

Esta hipoteca de la población futura, más envejecida que en el resto de Europa, es el argumento de Bruselas para presionar al Gobierno a que recorte más las pensiones, después de la reforma de 2011 de Zapatero, que ya supone un recorte de hasta el 20% en las pensiones futuras. Temen que el pago de pensiones (121.557 millones en 2013) impida recortar el déficit y, sobre todo, pagar la deuda a sus bancos (alemanes, franceses, holandeses), aunque lo tienen asegurado por la última reforma de la Constitución (el pago de las pensiones no). Por ello, Rajoy aprobará en junio, con el rechazo de la mayoría, otra reforma con un objetivo claro: recortar el futuro gasto en pensiones, que es en España el tercero más bajo de Europa, tras Grecia y Portugal: un 10,7% del PIB, frente al 12,9% en la UE-27 (13,4% zona euro), el 12,8% en Alemania, el 14,6% en Francia o el 16% en Italia. Incluso sin recortes, y aunque crecerá más, nuestro gasto seguiría siendo más bajo en 2050.  

Pero Europa manda y el recorte se hará. Por un lado, a los pensionistas futuros, con varias medidas: recorte nuevas pensiones según la esperanza de vida (hasta un -19%), retraso de la edad de jubilación (primero a los 67 años, antes del 2027 previsto, y luego quizás hasta los 70), aumento de los años exigidos para cobrar el 100% de pensión (de 35 a 37, antes del 2027 previsto) y aumento de los años de cotización que se miran para calcular la pensión (pasarán de 15 a 25 en 2022 y aumentarán después hasta contemplar toda la vida laboral). En cuanto a los 9 millones de pensiones actuales, se propone revisarlas sólo cuando la Seguridad Social tenga superávit, con lo que perderán poder adquisitivo al menos hasta 2018 (tras no revalorizarse en 2011 y 2012 y una ridícula subida del 1% en 2013).Con todo ello, las futuras pensiones podrían recortarse entre un 20 y un 40% sobre las actuales.

Al final, lo fácil para “asegurar” las pensiones es recortarlas, aunque los pensionistas españoles cobren una pensión que es la tercera más baja de Europa (la media es de 855 euros, pero 4 de cada 10 cobran menos de 600 euros) y un 65% de la pensión media europea, según GESTHA. Habría que ir por otro camino: reactivar la economía y crear empleo para aumentar el número de cotizantes (se han perdido 3.875.900 con la crisis), conseguir más ingresos (vía impuestos de los que pueden pagarlos, para complementar las pensiones mínimas, una cuarta parte) y sobre todo, fomentar la natalidad y ayudar a las familias a  tener más hijos, para que dentro de cuarenta años haya más jóvenes y más cotizantes.

Para aumentar los cotizantes y la población son claves dos medidas: ayudar a la mujer a trabajar y a conciliar su trabajo con ser madre. En España, la tasa de empleo femenino (50%) es un 9% más baja que la de los hombres y que la de las mujeres en Europa (58,5%). Y 18% menos que en Alemania. Si trabajaran la misma proporción de mujeres que hombres o que en Europa, tendríamos 1,3 millones más trabajando (y 2,26 millones si fuera como en Alemania). Si recuperamos a esas mujeres y a los empleos perdidos, habría 5,2 millones más de personas cotizando. Ese es el reto de la próxima década, no recortar la cuarta parte unas pensiones de miseria a los que han cotizado toda su vida.

En resumen, la población es una hipoteca que España puede pagar si ayuda más a las familias a tener más hijos (fiscalidad, guarderías, conciliación laboral y alquileres), si se facilita el trabajo de las mujeres y si se hace otra política para crear empleo y aumentar los cotizantes. Sólo así se garantizarán las pensiones futuras, no con recortes que son parches. Inútiles e injustos.

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