La crisis se ha llevado por delante muchas empresas y entre
ellas 200 medios de comunicación,
con 27.500 periodistas en paro. Una
crisis internacional, agravada en 2012 y que tiene tres causas: caída drástica
de la publicidad, menos lectores y un cambio de modelo donde
los internautas apuestan por el gratis total para informarse. Pero la
crisis de los medios no es sólo un problema económico: arrastra consigo a la libertad de expresión y al derecho de todos a
informarse, porque unos medios que
pierden son poco independientes del poder, las empresas y la banca. Y eso
lo sufrimos todos: sin periodismo libre no hay democracia. Resolver esta doble
crisis, agravada en España, no es fácil. Obligará a buscar un modelo de negocio en Internet, un pacto
con Google (como en Francia),
y unos lectores dispuestos a pagar por la
independencia y la calidad. Casi nada.
enrique ortega |
2012 ha sido un
año negro para los medios de
comunicación, que ya venían arrastrando una dura crisis desde 2008. Han desaparecido 197
medios de comunicación en España, según el último informe
de la profesión periodística: 22 diarios
(el último, en febrero 2012, Público, el último periódico nacido en España, en
2007), 10 periódicos gratuitos (tres
de los cuatro nacionales: Metro, Qué y ADN), 132 revistas, 2 agencias
(Cover y Fax Press), 4 radios y 20 televisiones. Y se han perdido 8.000
empleos, con 27.443 periodistas en paro, ocho veces más que antes de la
crisis (2007), tras drásticos EREs
en todos los grupos periodísticos.
La crisis de los
medios es un problema mundial,
desde Estados Unidos (cierre de 152 cabeceras en 2010 y otras tantas en 2011),
hasta Europa, con cierres y recortes en Gran Bretaña, Italia, Alemania y
Francia. Pero en España, la crisis ha sido más grave porque ha estallado
la burbuja
mediática, alimentada por la burbuja
del ladrillo (constructores metidos a editores) y del crédito (bancos y Cajas detrás de medios, sobre todo
regionales): somos el segundo país de
Europa con más
cabeceras (116, frente a 70 de media en la UE), tras crearse 140 medios
durante el boom. Y hay también una burbuja formativa: 40 centros con 70.000
alumnos y 2.600 periodistas licenciados al año (2011).
La burbuja de los medios ha estallado,
en España y en otros países, por dos
razones. Una, la caída drástica de los ingresos por publicidad: han caído un 42% entre 2007 y 2012, pero a la prensa escrita le han caído un 60%, según Infoadex.
La otra, la pérdida de lectores, un
20% en cinco años, según la OJD. Y de esto, mucha “culpa”
tiene la irrupción de Internet, que ha llevado a muchos a no comprar periódicos ni escuchar
noticias para leerlas en su ordenador, teléfono
o tablet. De hecho, de los 24 millones de internautas
españoles, el 62% leen las noticias en
Internet (50% en Europa). Y la mayoría lo hacen “gratis total”, sin pagar
un euro.
Con ello, los medios
han entrado en pérdidas: al cierre de 2012, hasta El
País perdía dinero, cuando los diarios ganaban
232 millones en 2007. Ello les ha llevado a drásticos
recortes de gastos, plantilla y hasta de papel (ABC y El Mundo han reducido
2 centímetros sus cabeceras), intentando vender de todo menos periódicos.
Los medios
digitales no están mejor, con plantillas exiguas, muchos escribiendo
sin cobrar y con poca publicidad. Las radios aguantan regular (ABC
Punto Radio ha sido absorbida por la Cope) y las televisiones se llevan el mayor recorte de la publicidad o de los
Presupuestos públicos. Aunque las 13 televisiones
autonómicas (sin audiencia
y sin publicidad) todavía nos van a costar
951 millones de euros en 2013, a pesar de los drásticos recortes
en Telemadrid,
Canal
9 y 7RMurcia.
Mención aparte hay que hacer de RTVE, que en 2012 ha vuelto a tener pérdidas
(-105 millones, tras perder -11,5 en 2011), gracias a la decisión del Gobierno Zapatero de quitarle la
publicidad en 2010 y, sobre todo, tras los recortes
presupuestarios: -204 millones en 2012 y otros 50 en 2013. Con ello, se ha asfixiado a la televisión pública,
que ha tenido que recortar drásticamente gastos y programas, lo que le ha
llevado en 2012 a perder
el liderazgo (12,2% de audiencia), en favor de las privadas, Telecinco (líder, con el 13,9%) y Antena 3 (12,5%). Un duopolio
privado, tras la fusión Telecinco-Cuatro y Antena 3-La Sexta, que controla el 86% del mercado publicitario,
un poder inédito en Europa (59% en Francia, 66% en Reino Unido, 74% en Alemania
y sólo 85% en Italia). Un
duopolio a costa del hundimiento de TVE,
que les llevó a tener escandalosos beneficios
en 2011 (110,54 millones Tele5 y 93,43 Antena 3), aunque han caído
drásticamente en 2012 (a 55 y 7 millones), por la digestión de las
fusiones y otra bajada de la publicidad (-18,3%).Y los canales TDT son un fiasco de audiencia (1% Intereconomía, 13TV o MarcaTV) y de pérdidas ("El Gato al Agua" no paga a sus periodistas desde octubre).
Este 2013, seguirá
la crisis de los medios, porque la publicidad
volverá a caer (-10,2%) y no se recuperará hasta
2014. Pero el mayor problema lo tiene la prensa
escrita, que sigue perdiendo
peso frente a la digital: en 2012, la audiencia de los medios digitales
creció un 19%, mientras caía
la prensa de papel. Y ya tiene más usuarios: 7,2 millones mensuales El
País digital (frente a 5,98 millones de audiencia mensual El País papel) y aún
más El Mundo (6,98 millones de usuarios digitales frente a 3,77 millones en
papel).
En todo el mundo, las empresas
de medios buscan un nuevo
modelo de negocio, que sin abandonar el papel (algunos sí, como
Newsweek) se vuelque en lo digital. Unos apuestan por suscripciones de pago estrictas (Wall
Street Journal) y otros por pagos limitados
a algunos servicios (The New
York Times o ahora Finantial
Times). En España, cuesta introducir el pago por noticias,
a pesar del intento de los quioscos digitales (Orbyt y Kiosko y
Más). Y luego, en Europa, los editores
tienen la vista puesta en Google,
en cómo sacarle una parte de los
ingresos por publicidad que se lleva (80% publicidad de Internet). En Alemania,
Merkel ha aprobado una tasa a Google por enlazar contenidos de los medios, pero
aún no la ha aprobado el Parlamento. Y también lo han pedido los editores
españoles. Pero Google se niega
a pagar una tasa y lo más que acepta, como ha hecho en
Bélgica, es permitir que los
medios ganen más con sus servicios (AdWords). O pactar con Hollande una ayuda (no un cánon) de 60 millones a la prensa francesa, que podría extenderse al resto de Europa.
Si no hay publicidad, los medios tendrán que cobrar por las noticias (de algún modo
imaginativo) para sobrevivir. Pero,
si lo consiguen, será en precario,
recortando costes en perjuicio de la calidad del producto. Y aquí viene el segundo
gran problema de esta crisis: unos medios
con pérdidas, sin apenas ingresos, son
tremendamente vulnerables. Sin
beneficios no hay prensa libre sino medios muy dependientes de las empresas,
los bancos y el poder (publicidad
institucional). No en vano, con las pérdidas y el desmantelamiento de
RTVE, el panorama es desolador: sólo hay un periódico (El País) y una
radio (la SER), medianamente independientes
(necesitan créditos e inversores), mientras la mayoría de los periódicos, diarios digitales, revistas, radios y televisiones (salvo la Sexta) apoyan al Gobierno Rajoy y su política
de recortes.
La crisis ha hundido
a los medios, el cuarto poder,
poniendo en grave riesgo la información libre, de la que cada día está más
necesitada la sociedad. Muchos de los mejores periodistas
están en paro o jubilados, mientras dirigen los medios gerentes agobiados por las deudas y la cotización en Bolsa. Y los lectores desconfían cada vez más de los
medios clásicos. Y se vuelcan en Internet,
que parece más libre, pero donde falta rigor, calidad, medios y originalidad
(8 de cada 10 noticias que circulan en la red proceden
de la prensa). Es una mala época para el periodismo y sin
periodismo no hay democracia. Nuestra
crisis es la crisis de todos.
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