No lo ha destacado el Gobierno ni los medios (no vende),
pero en el último examen a España, en
mayo, el Consejo Europeo destaca que
somos el país donde más ha crecido la pobreza y recomienda al Gobierno tomar
medidas para combatirla. Y lo mismo la ONU,
que califica de “alarmante” la pobreza infantil en España. Ya hay más
de 12 millones de pobres, uno de
cada cuatro españoles. Con la crisis, miles de familias se han convertido en
pobres y buscan cada día comida y ayuda
en Cáritas y otras ONGs: parados,
madres solas con niños, emigrantes y ancianos. Mientras, el Gobierno no ha presentado a Europa ningún
Plan contra la pobreza y sus recortes
sólo agravan la pobreza, cada vez más extensa,
intensa y crónica. Hay riesgo de quiebra social. Es urgente tomar medidas.
Ser
pobre en Europa, según las estadísticas (Eurostat) es cumplir uno de estos tres criterios:
ganar poco (menos del 60% de la
media: en España, 7.533€ un soltero, 13.560€ una familia con un hijo y 15.820€
con dos), tener privaciones (desde no
poder pagar recibos o la hipoteca a no comer carne o pescado cada dos días) o trabajar poco o nada. Así había 115,4 millones de personas (2010), un
23,4 % de europeos. Y un 8% en situación
de pobreza extrema. En el último año, los
europeos pobres han crecido en millón y medio, un millón de ellos en España, el país donde más crece la pobreza:
hay 11.675.000 pobres (2010), un 25,5% de españoles, según Eurostat. Somos el octavo país de Europa con más pobres,
por detrás de Bulgaria, Rumanía, Letonia, Lituania, Hungría, Polonia y Grecia.
Y son datos de 2010. En 2011,
la crisis ha traído más pobres: +
848.714 según el INE. Ya serían 12,5
millones de pobres y a finales de 2012, con más crisis y más paro,
podríamos alcanzar los 13,5 millones, un 28,6% de españoles. Y hay cuatro autonomías que superan el 30% de pobres: Extremadura (38,2%), Ceuta
(34,3%), Canarias (31,1%) y Andalucía (30,1%). Y de ellos, un 4%, casi 5 millones de españoles, están en
pobreza extrema.
En España, los más
afectados por la pobreza
son los parados (50%), sobre todo donde
nadie trabaja (1.728.400 hogares), las madres
solas con hijos (44%), las familias
numerosas (padres jóvenes con empleo precario), los emigrantes (42%), los ancianos
(25%) y, sobre todo, los niños. “La pobreza tiene cara de niño” alerta un
informe de UNICEF que cifra en 2,2 millones (un 26% de los menores de
18 años) los niños pobres en España,
el cuarto país de Europa
con más niños pobres, tras Letonia, Rumanía y Bulgaria. Y la mitad de ellos viven en familias con pobreza extrema, lo que dificulta su alimentación, su educación, su atención
sanitaria y la propia convivencia
familiar.
Pobres ya había antes
de la crisis (9 millones en España en 2007). Pero ahora, la pobreza se ha hecho
”más
extensa, más intensa y más crónica”, según Cáritas,
abrumada por las crecientes colas de
pobres, que les recuerdan “a la postguerra”
:el año pasado dieron un millón de comidas sólo en Madrid. Y destacan que la pobreza se está haciendo más severa
(hay 580.000 hogares sin ningún ingreso) y afecta ya a muchos españoles (42%), menores (35%), incluso universitarios
y familias de clase
media.
Europa, en su
último examen a
España, destaca el crecimiento
de nuestra pobreza y critica que seamos “uno de los países de la UE que menos hace por reducir la pobreza
infantil”, destacando el bajo gasto
social en protección a la familia (el 0,7% del PIB frente al 2,3% en la UE)
y la escasa redistribución de la renta.
Y hace una recomendación,
la séptima, junto al ajuste del
déficit o la reforma financiera y de las pensiones: “tomar medidas específicas para combatir la pobreza, aumentando la
eficacia del apoyo a la infancia y mejorando la empleabilidad de los grupos
vulnerables”. También la ONU,
denuncia que “la pobreza infantil en
España resulta alarmante” y reclama
políticas urgentes: UNICEF pide duplicar el gasto en la
infancia (de 700 a 1.400 millones) y concentrarlo en familias jóvenes y
emigrantes.
Dos alertas de alto
nivel sin ningún eco en el Gobierno
Rajoy: ni una palabra en los 264
folios del Plan Nacional
de Reformas 2012-2015 habla de la pobreza. Eso sí, su política de recortes en el Estado central, autonomías y Ayuntamientos
ha reducido drásticamente las ayudas y
la asistencia social. Se reduce el paraguas protector cuando aumenta la
necesidad de ayuda:
8 millones de españoles pidieron apoyo en 2010 a los servicios sociales municipales,
3 millones más que antes de la crisis. Ahora, los últimos recortes están provocando un aluvión de pobres hacia
Cáritas y ONGs: el 67% que les
llegan vienen desviados de los servicios sociales públicos.
No hay ningún Plan de
Lucha contra la pobreza, como exige Bruselas
(el último,
lo mandó Zapatero en abril de 2011). Sólo se ha aprobado en junio en el Congreso, por unanimidad, una proposición por la que el Gobierno "se compromete a atajar la pobreza infantil". Pero no se quiere aumentar el gasto
social (256€ por habitante), un 74% de la media europea. Hacen falta políticas específicas sobre la infancia, las familias jóvenes sin ingresos, la juventud, los emigrantes y
los ancianos, con mayores dotaciones a la asistencia social.
Y sobre todo, cambiar de política y
fomentar el crecimiento y el empleo,
la única vacuna real contra la pobreza.
Todo apunta a que la
pobreza seguirá creciendo, en 2012 y 2013, de la mano del paro
y la bajada
de salarios. El problema, alerta Cáritas, es que se están acabando los “colchones”,
los ahorros y el apoyo familiar, lo que podría desembocar en una quiebra social.
Y con la crisis, la sociedad se ha hecho
más dual: los que tenían poco tienen menos y los que tenían mucho tienen más.
España es el país europeo donde más han
crecido las desigualdades
con la crisis: los ricos han pasado de tener 5,3 veces más que los pobres en
2007 a tener 6,9 veces más, según Eurostat.
Un tercer problema, del que alerta el CES:
que la pobreza se haga crónica,
que siga ahí cuando salgamos de la crisis,
como pasó en los 90.
Al final, la pobreza
está ahí, a nuestro lado, creciendo, aunque nadie quiera hablar de ella,
como del cáncer: a ver si no nos toca.
Es impúdico mirar para otro lado y
eso lo han visto hasta los
fundamentalistas de Bruselas.
Pero no el Gobierno ni los demás partidos ni la sociedad. Es
urgente tomar medidas ya. Antes que
la pobreza nos estalle en las manos.
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