Un despropósito. Por tres razones. Es un sinsentido obligar a los bancos a capitalizarse para cubrir la deuda pública que tienen, en teoría 100% segura. ¿Quién comprará entonces deuda europea?. Segundo, ¿quién va a pagar el saneamiento?. Bruselas dice que no se hará con dinero público, pero no están los mercados como para invertir en bancos. Y tercero, si a los bancos se les exige más capital, tendrán que restringir aún más el crédito, torpedeando la inversión. Sólo en España, el 88% de las pymes ya denuncian problemas para financiarse.
El tercer problema de la Cumbre era frenar el contagio de Grecia a Italia, España y quién sabe si Francia. Se trataba de potenciar el Fondo europeo de rescate, pero Merkel (que paga la mitad) no quería poner un euro más. ¿Solución?. Hacer “ingeniería financiera”. Dedicar los 250.000 millones disponibles (de los 440.000 iniciales) a asegurar un 20% de la deuda de países con problemas, con lo que se “cubre” un billón de euros. Y de paso, intentar que los países emergentes (China, Rusia, Brasil o India) entren en un Fondo paralelo para comprar deuda europea (o ayudan o nos hundimos todos…). Otro despropósito. Primero, porque garantizar un 20% de deuda es insuficiente y un mal mensaje a los mercados: si se garantiza en parte es porque hay riesgo de no cobrarla. Y segundo, tientan a los mercados a nuevas presiones, para subir la garantía y el Fondo (a 2 ó 3 billones, quien sabe). Y en el camino, los especuladores intentarán cobrar más intereses por la deuda europea (ya se pagan 330.000 millones al año).
Medidas equivocadas para no tomar otro camino, el de EEUU, Japón o Gran Bretaña: tienen mucha deuda y escasos problemas para financiarla, porque los mercados saben que están detrás los Tesoros y bancos centrales, para intervenir y apoyarla con compras si hace falta. Lo mismo podría hacer Europa: que el BCE comprara más deuda de países en apuros, algo que Alemania ya no quiere que haga porque genera inflación (¿y qué?) y por dogmatismo ideológico. Y además, un Tesoro europeo que emitiera deuda europea, ayudando a financiar los países más débiles. Pero Merkel no quiere, porque Alemania pagaría más y porque cree que así Grecia, España, Italia y la Europa del sur no harían los deberes… Como si estos países tuvieran déficit y deuda por vagos: ha sido por la crisis (España tenía superávit entre 2005 y 2007, mientras Alemania tenía déficit) y por endeudarse, en beneficio de los bancos alemanes y franceses, sobre todo, que han prestado sin tino.
Otra Cumbre más, la crisis se ha cerrado en falso y sin tener en cuenta el mayor problema de Europa: el estancamiento de la economía y el paro, sobre todo en los países del sur. Merkel, Sarkozy y los conservadores de Bruselas sólo hablan de recortes, de ajustes, de “sangrar al enfermo para curarlo” como dice el Nobel Krugman. Y así lo van a matar. Porque una Europa que no crece no puede pagar la deuda y eso es lo que más preocupa ahora a los mercados. Por eso, seguirán las tensiones y la receta volverá a ser más recortes, que traerán menos crecimiento y más tensiones. Una espiral infernal, que sólo podrá cambiarse cuando cambien los políticos de Francia y Alemania, en 2012 y 2013. Será demasiado tarde. Antes, iremos de crisis en crisis hasta la caída del euro. Pero están ideológicamente ciegos para verlo. Ojala me equivoque.
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