jueves, 28 de julio de 2022

EPA junio: empleo crece, con guerra e inflación

La guerra de Ucrania y la inflación no han frenado la creación de empleo en España esta primavera, según la EPA conocida hoy: se han creado 383.300 nuevos empleos en el 2º trimestre y trabajan ya 20,46 millones de personas, la cifra más alta desde 2008. Y hay 255.300 desempleados menos, por debajo de los 3 millones de parados, lo que no sucedía desde 2008. El empleo creado es de más calidad, gracias a la reforma laboral: el 34,8% de los nuevos contratos son indefinidos (el 44,3% en junio), frente al 10,90% en 2021. Y crece más el empleo entre jóvenes y mujeres. Pero se estancan los parados de larga duración (el 47,8%) y casi la mitad de los parados no cobran ayudas. Ahora se espera que el empleo mejore este verano, por el turismo, pero caerá en otoño, por el menor crecimiento, el corte del gas y la subida de tipos. Urge un Plan para incentivar el empleo si se agrava la crisis. Garantizar el trabajo es otra vez la gran prioridad.

Enrique Ortega

El segundo trimestre del año suele ser bueno para el empleo, por la Semana Santa y los contratos previos al verano, salvo en 2020, donde la ocupación cayó en picado entre abril y junio (-1.074.000 empleos), por la pandemia y el grueso del confinamiento. Este año 2022, tras un primer trimestre donde cayó el empleo (-100.200), el 2º trimestre ha dado la sorpresa y el empleo ha crecido en 383.300 personas, según la EPA, más que en la primavera de 2019 (+333.800 empleos), a pesar de la guerra de Ucrania y la inflación disparada. Con ello, se afianza  la recuperación del empleo iniciada el verano pasado y la ocupación aumenta en 796.400 empleos en el último año, con 20.468.000 personas trabajando en España, la mayor cifra de ocupados desde 2008 (20.646.000 en junio de 2008).

En el 2º trimestre, el aumento del empleo ha sido gracias a los servicios (+320.200 empleos creados), sobre todo la hostelería, el turismo y el comercio, pero también ha creado mucho  empleo la industria (+79.500) y la construcción (+21.900), bajando en la agricultura (-38.400 empleos).  El empleo se ha creado sólo en el sector privado (+397.600 empleos), mientras bajaba en el sector público (-14.300), por el fin de contratos en enseñanza y sanidad, según la EPA. Y sorprende que la mayor creación de empleo se haya dado en las mujeres (+196.000 empleos frente a +185.300 en los hombres) y entre los jóvenes (+239.000 empleos, dos tercios del total, se los llevaron los menores de 35 años) y los mayores de 55 años (+69.800 nuevos empleos). Y por autonomías, el empleo ha crecido en el 2º trimestre en todas, salvo País Vasco (-18.400), Asturias (-5.200) y Melilla (-1.200), pero sobre todo en Baleares (+80.200 empleos), Cataluña (+63.800) y Madrid (+61.200).

La importante mejora del empleo en el 2º trimestre (+383.300) no se traducido toda en una bajada del paro (-255.300 parados, la mayor reducción en este trimestre desde 2018) porque en paralelo han aumentado los españoles activos, las personas que buscan trabajo ahora, tras lo peor de la pandemia: los “activos” han aumentado en 128.000 personas, impidiendo bajar más las cifras del paro. Es un proceso que se ve trimestre a trimestre (hay 171.900 personas más buscando trabajo que hace un año). Y ya hay más adultos “activos” (trabajando y buscando trabajo) que en 2019: 23.387.400 frente a 23.158.800 a finales de 2019. Y todo apunta a que seguiremos así, con lo que en los próximos meses sucederá lo mismo que ahora: el paro bajará menos de lo que sube el empleo.

El  paro ha bajado en el 2º trimestre (-255.300 personas) gracias sobre todo a los servicios (-120.700 parados), por el fuerte despegue en el turismo, la hostelería y el comercio, y a los que perdieron su primer empleo hace un año (-99.100 parados ahora), bajando también el paro en la industria (-18.100) y la agricultura (-10.000) y subiendo sólo en la construcción (+400 parados), según la EPA de junio. El desempleo baja sobre todo entre las personas de 25 a 54 años (-245.100 parados) y sólo sube entre los jóvenes de 16 a 19 años (+20.900). Y también baja más el paro entre las mujeres (-133.300) que entre los hombres (-121.900 parados). Por autonomías, baja en todas , salvo en Melilla (+900 parados), Comunidad Valenciana (+800) y Castilla la Mancha (+300), destacando la bajada del paro durante el 2º trimestre en Madrid (-59.700 parados), Baleares (-54.400), Canarias (-29.600) y Andalucía (-22.600).

La cifra total de parados EPA baja de los 3 millones (2.919.400 parados a finales de junio 2022), un dato que no se veía desde septiembre de 2008 (2.600.700 parados). Y la tasa de paro baja al 12,48%, según la EPA, mucho más baja que antes de la pandemia (13,78% en 2019) y la menor tasa de paro desde el verano de 2008 (11,23%). Eso sí, todavía duplicamos la tasa de paro europea (6,1% en la UE-27) y cuadruplicamos la alemana (2,8% de paro), según Eurostat. También baja mucho este trimestre la tasa de paro de los jóvenes (menores 25 años), al 28,52% (13,3% en la UE-27).

Hay otros datos preocupantes del paro que también mejoran. El primero, que hay 990.300 hogares con todos sus miembros en paro (-62.600 que el trimestre pasado) . El segundo, que seguimos con 5 regiones que tienen una tasa de paro “escandalosa”, aunque ahora casi todas bajan del  20%: Melilla (24,66%), Ceuta (22,75%), Andalucía (18,68%), Canarias (17,76%) y Extremadura (16,73%), que contrastan con 6 autonomías que tienen una tasa de paro casi europea (8,17% Cantabria, 8,75% el País Vasco, 8,76% Navarra, 8,96%% Aragón  y 9,29% Baleares y Cataluña). Y el tercero, que se estabilizan los parados de larga duración, los que llevan más de 1 año sin trabajo: son 1.395.500 parados, el 47,8% de los parados (eran el 47,78% el trimestre pasado, pero el 43,5% a finales de 2019).

Esto provoca que a muchos parados se les acabe el desempleo y no cobren ya ningún subsidio, pasando a una situación de pobreza extrema. En mayo de 2022, último dato de Trabajo, cobraban alguna ayuda 1.675.407 desempleados: menos de la mitad (40,5%%) cobraban un subsidio contributivo (según lo cotizado) de 888,6 euros de media y el resto (59,5%) cobraban un subsidio asistencial de 463,21 euros. Pero en esta cifra están incluidos los 17.898 trabajadores que están en ERTE y cobran las tres cuartas partes de su sueldo del SEPE. Así que, en realidad, sólo 1.657.559 parados cobra algún subsidio, el 56,77% de los parados que refleja la EPA de hoy. Eso significa que casi la mitad de los parados (43,23%) no cobran ninguna ayuda pública, empeorando la cobertura sobre 2019 (no cobraban el 38,5%). Así que baja el paro, pero también los que reciben ayudas.

Visto los datos del empleo y el paro en el 2º trimestre de 2022, queda patente que España supera de momento la nueva crisis de la guerra de Ucrania, porque tenemos más ocupados (+ 283.100) y menos parados (- 184.400) que a finales de 2021. Concretando más, desde el inicio de la guerra (24F) hasta finales de junio, hay 654.058 afiliados más a la Seguridad Social, con un récord de 20.102.037 afiliados, tras 14 meses consecutivos de aumento (desde mayo de 2021). Y el paro se ha reducido, a pesar de la guerra y la inflación, en 231.102 parados desde febrero hasta finales de junio, según Trabajo.

Con todo, la mejor noticia es que el empleo que se está creando en 2022 es menos precario, de más calidad, gracias a la reforma laboral aprobada a finales de 2021. Ya en el primer trimestre de 2022, el 22,7% de todos los contratos firmados fueron indefinidos, frente a sólo el 10,9% de los firmados en todo 2021, según los datos de Trabajo. Ahora, con datos del primer semestre, el dato es espectacular: el 34,28% de todos los contratos firmados de enero a junio fueron indefinidos (3.281.900 contratos), más del triple que en todo el año 2021 (sólo el 10,9% de los contratos fueron indefinidos) y mucho más que entre los años 2014 y 2020 (sólo entre el 6 y el 8% de los contratos fueron indefinidos). Y cada mes suben más los contratos indefinidos: en junio de 2022, fueron el 44,3% de los contratos firmados (783.595 contratos fijos, un récord histórico. De ellos, más de un tercio (292.679) fueron contratos fijos discontinuos, contratos muy usados en hostelería y construcción para trabajadores que son fijos aunque trabajan sólo unos meses al año (y el resto del tiempo no cuentan como parados aunque estén inactivos, una norma que viene de 1985).

La  reforma laboral se va a notar más en las contrataciones del verano, donde los contratos que se hagan deben ser fijos y los temporales (por 6 meses) han de ser la excepción (por circunstancias “ocasionales e imprevisibles” o por “picos de producción”). Así que el aumento de asalariados con contrato fijo se verá aún más en la EPA del tercer trimestre. Y, además,  los que más se están beneficiando de la reforma laboral son los jóvenes: si entre 2015 y 2021 sólo conseguían un 37% de contratos fijos (el 63% eran temporales), en el último mes, junio de 2022, los menores de 30 años han tenido un 64% de contratos indefinidos (52% fijos y 12% fijos discontinuos) y sólo un 36 % de los contratos firmados el mes pasado fueron temporales, según Trabajo. Una “revolución” laboral.  

Mientras mejora la calidad del empleo que se crea, el gran reto sigue siendo crear más empleo, porque en España trabaja menos gente que en Europa, en relación a la población: aquí trabajan el 62,7% de los que tienen entre 15 y 64 años, frente al 68,4% que trabajan de media en Europa, el 67,2% en Francia, el 58,2% en Italia y el 75,8% en Alemania, según Eurostat (2021). Eso quiere decir (“a lo claro”) que debería haber 1,8 millones de españoles más trabajando si tuviéramos el nivel de empleo europeo. Y  4 millones más trabajando si fuéramos como los alemanes. Por eso  (y por nuestra menor productividad) tenemos menos nivel de vida que los paises del centro y norte de Europa.

Para crear más empleo, España necesita crecer más, lo que ya consiguió en 2021, donde el empleo creció más que la economía (+8,8% frente al +5,1% del PIB), lo que permitió crear 840.700 nuevos empleos en 2021. Ahora, por culpa de la guerra de Ucrania y de altísima inflación, todo apunta a que este año 2022 creceremos mucho menos: el Gobierno acaba de estimar que creceremos un +4,3%, aunque la Comisión Europea y el FMI rebajan ese crecimiento al +4% (muy superior al 2,5% previsto para la zona euro y al 1,3% de Alemania). Y además de crecer menos, el problema estará en que el empleo crecerá menos que la economía (+3,7%), con lo que sólo se podrán crear 475.000 nuevos empleos en 2022, poco más de la mitad que el año pasado. Y lo peor es que en 2023, la economía crecerá aún menos (+2,7%  según el Gobierno y +2,1% estima la Comisión Europea) y sobre todo el empleo (+0,8%), lo que sólo permitirá crear 105.000 nuevos empleos en 2023. 

Así que tras superar en 2021 el empleo de antes de la pandemia (20.184.900 ocupados frente a 19.966.900 en diciembre de 2019),  ahora vienen dos años en que España creará menos empleo, aunque será de más calidad (la mayoría indefinido). Por eso, es crucial que el Gobierno apruebe un Plan de incentivos al empleo, centrado en promover la contratación de los colectivos que tienen más difícil trabajar: jóvenes, mujeres y mayores de 50 años. Y también planes de empleo específicos para las autonomías con más parados: Canarias, Ceuta, Melilla, Andalucía y Extremadura. Además, urge una reforma a fondo de las Oficinas de empleo (SEPE), que apenas sirven para recolocar a los parados. En especial, hay que recolocar a los parados de larga duración (1 año y más en paro), que actualmente tienen graves problemas para trabajar: sólo consiguieron el 9% de los contratos firmados en junio (cuando son el 48% de los parados), mientras el 80% de los nuevos contratos se fueron a los que llevan menos de 6 meses en el desempleo (el 42% de los parados).

El futuro del empleo va a depender de lo que dure la guerra y de la marcha de la inflación, aunque se espera que la contratación siga elevada en el tercer trimestre y caiga a finales de año, cuando ya no tire del empleo el turismo y se noten más los efectos negativos de las dos subidas de tipos (la de julio y la esperada en septiembre). Por eso, hay que redoblar los esfuerzos para gastar bien los Fondos Europeos (que ayudan al empleo) y mantener el consumo y la actividad, con subidas (moderadas) de sueldos y pensiones  y también de los márgenes y beneficios empresariales. La inflación exige la colaboración de todos, para evitar abusos y que no lo pague el empleo. Porque seguimos teniendo el doble de paro que Europa y necesitamos crear más empleo que ellos. A pesar de  la guerra, la inflación y el menor crecimiento, el empleo debe ser nuestra prioridad como país. Como lo fue durante la pandemia. 

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