jueves, 7 de octubre de 2021

Más jóvenes "ni-nis" (sin salida)

Todo el mundo sabe, por sus hijos y nietos, que los jóvenes no lo tienen fácil, tras sufrir dos crisis en una década. Pero el último dato de la OCDE es escalofriante: 1 de cada 5 jóvenes españoles de 18 a 24 años ni estudia ni trabaja. Son 666.252 “ni-nis”. Y si miramos a los de 15 a 29 años, salen 1.510.511 jóvenes “ni-nis”. Son más que antes de la pandemia y el peor dato en Europa tras Italia. El problema no es tanto que el 46% de estos “ni-nis” no estudien (menos que en Europa) sino que la mayoría (54%) no trabajan. Y no porque no busquen  trabajo (lo buscan) sino porque no lo encuentran. Tardan más que en Europa en trabajar y cuando lo hacen, dos tercios sólo consiguen contratos temporales y mal pagados. La solución es formarles mejor y ayudarles a conseguir su primer empleo, lo que pretende el nuevo Plan de Garantía Juvenil 2021-2027.  Pero es insuficiente: urge un Plan de choque. Hay que dar una salida a los jóvenes.

Enrique Ortega

La pandemia ha afectado negativamente a la economía de casi todos, pero especialmente a los jóvenes, las mujeres y los inmigrantes. Y sobre todo, ha agravado la situación de los jóvenes de 26 a 36 años, “la generación de las 2 crisis” (la de 2008-2013 y la de 2020-21). Pero hay un grupo de jóvenes que preocupa especialmente, los llamados “ni-nis”, que ni estudian ni trabajan. Eran ya un número importante en 2010(el 20% de “ni-nis” entre 16 a 29 años), porque muchos jóvenes habían dejado sus estudios para trabajar en la construcción o en la hostelería, pero luego, con la anterior crisis, el porcentaje creció hasta un máximo del 22,5% de “ni-nis” en 2013. Y a partir de ahí, con la mejora de la economía, bajaron hasta un mínimo  del 14,9% de ni-nis en 2019. Pero con la pandemia, volvieron a crecer los jóvenes (16-29 años) que ni estudian ni trabajan: el 17,3% en 2020, según la EPA.

De hecho, España es el país europeo donde más han crecido los “ni-nis” en 2020, según el informe de la OCDE publicado en septiembre, “Education at a Glance 2021”: aumentaron un +14,4% frente a un +10,7% en Europa (UE-22) y +16,1% en la OCDE (37 paises). Y además, España es el 2º país de Europa con más “ni-nis” (tras Italia) y el 4º del mundo (tras Brasil, México e Italia). Con datos de 2020, España tenía un 19,9% de ni-nis entre los jóvenes de 18 a 24 años (son 666.252 jóvenes), frente al 13,3% Europa (UE-22) y el 15,1% la OCDE, destacando los porcentajes altos de Brasil (35,9%), México (23,4%) e Italia (35,9%) y los muy bajos de Holanda (7,6%), Alemania (8,1%), Noruega (8,8%) y Suecia (9,4%). Y si ampliamos la franja de edad, entre los 15 y los 29 años, España sigue como el tercer país del mundo con más ni-nis (tras Italia y México), con un 20,7% (1.510.511 jóvenes que ni estudian ni trabajan), por  delante la UE-22 (13,6% de “n-nis”) y de la OCDE (13,6%), según el informe.

Los “ni-nis” incluyen a los jóvenes que ni estudian ni trabajan (porque no buscan trabajo o porque lo buscan y no lo encuentran). ¿Qué porcentaje supone cada uno de los dos problemas? El informe de la OCDE lo deja claro y evidencia que en España, el problema de los ni-nis es más “laboral” que “educativo”. Así, centrándonos en los jóvenes de 18 a 24 años que son ni-nis (el 19,9% en España), menos de la mitad (un 46%, el 9,2% de los jóvenes de esa edad) son inactivos, no buscan trabajo (básicamente porque cuidan hijos o familiares, están enfermos o trabajan en la economía sumergida), mientras el 10,7% (el 56% de los ni-nis) no trabajan porque no pueden, porque no encuentran empleo aunque lo buscan. Sin embargo, en Europa (UE-22) y la OCDE la situación es diferente: el 60% de los ni-nis son inactivos, no buscan empleo, la mayoría mujeres que cuidan hijos o familiares o que ni pretenden trabajar. Concretamente, en todos los paises de la OCDE, salvo España, Portugal y Francia, hay más jóvenes “ni-nis” inactivos que parados buscando empleo.

Otra forma de ver que el problema de los “ni-nis” es más laboral que educativo es mirar lo que hacen los jóvenes de 18 a 24 años, según los datos que aporta la OCDE. En España, el 58,9% de esos jóvenes (3.348.002 en 2020) están estudiando, un porcentaje muy similar al de los jóvenes europeos (58,5% están educándose) y algo más que en la OCDE (53,2% jóvenes estudian). Sin embargo, al mirar cuántos jóvenes (18 a 24 años) trabajan, en España son sólo el 21,3%, frente al 28,1% en la UE-22 y el 31,8% en la OCDE. Y hay paises donde los jóvenes trabajan aún más, como Reino Unido (43%), Noruega (40%), Suecia (33,4%), Portugal (31,5%), Irlanda (30,3%) o Alemania (28,7%). En definitiva, en España hay un porcentaje similar de jóvenes estudiando pero mucho menos trabajando, la razón básica por la que tenemos más ni-nis. Aunque también tenemos más “abandono escolar” (jóvenes que no completaron la 2ª etapa de Secundaria, que no acabaron Bachillerato o FP): son el 16% de los jóvenes españoles (18 a 24 años), frente al 10,2% de media en Europa.

En consecuencia, reducir el porcentaje de “ni-nis” en España pasa por actuar en dos frentes: reducir el abandono escolar temprano (evitar que los jóvenes abandonen los estudios antes de terminar Secundaria), lo que exige reducir el número de repetidores y reforzar a los alumnos con problemas, y, sobre todo, conseguir que haya más jóvenes trabajando, el problema más grave. Porque actualmente, los jóvenes españoles tienen una tasa de empleo muy inferior a la del resto de Europa y la OCDE, según el informe “Education at a Glance”. Y eso pasa en todos los jóvenes, tengan más o menos formación. Entre los jóvenes universitarios (18 a 24 años), en España trabajan el 75% frente al 83% con empleo en la UE-22 o la OCDE (y el 88% en Alemania). Entre los jóvenes con Bachillerato hecho o FP, trabajan el 65% en España y el 76% en la UE o la OCDE. Y entre los jóvenes con la ESO o menos, trabajan sólo el 58% en España, similar a la OCDE y más que en la UE (56%).

Los jóvenes trabajan menos en España por el modelo económico español (que ofrece menos empleo a todos: el 69% de los españoles de cualquier edad trabajan frente al 77% en la UE y el 82% en Alemania) y, sobre todo, porque tienen más dificultades para acceder a un empleo, según el informe de la OCDE. Así, un 28% de los  licenciados en España (los jóvenes con más empleo) siguen en paro a los 4-5 años de terminar sus estudios, mientras en la UE y en la OCDE sólo están en paro un 12% tras esos años. De hecho, la tasa de empleo de los jóvenes en España (16-24 años) es el 38,4%, casi la mitad que la del conjunto de españoles (63,5% de las personas de 16 a 64 años trabajaban en junio 2021, según la EPA).

Y además de tener muchas dificultades para conseguir su primer empleo, los jóvenes en España consiguen trabajos muy precarios y mal pagados. Lo más escandaloso es el altísimo porcentaje de contratos temporales que tienen: un 67,9% de los jóvenes que trabajan (16 a 24 años) tienen contratos temporales, frente al 25,1% en el conjunto de trabajadores, según datos de Trabajo. Y lo peor es que el 67,2% son “temporales involuntarios”, los cogen porque no tienen otra cosa (en la eurozona, son el 26,3%). Y los jóvenes duplican los contratos a tiempo parcial, por horas o días: un 41,28 de sus contratos, frente al 24,4% en el conjunto de los trabajadores. Y aquí también, el 43,5 % tienen estos contratos de forma “involuntaria”, sin escogerlos, frente al 21,4% entre los jóvenes europeos.

Y luego están los sueldos, que en muchos casos no llegan ni a “mileuristas”. Si el sueldo medio anual (bruto) es en España de 24.395 euros (2019), según el INE, los jóvenes menores de 20 años ganan dos tercios menos (9.101 euros brutos anuales), los de 20 a 24 años la mitad (12.640 euros) y los de 25 a 29 años, más de una cuarta parte menos (17.772 euros brutos anuales). Además, los jóvenes que han empezado a trabajar en la última década ganan menos que antes de la crisis: en 2018, el sueldo medio de los menores de 30 años era 12.954 euros anuales, un 5,66% menos de lo que ganaban en 2010 (13.732), según denuncia UGT con datos del INE. Y los que entraron a trabajar en 2013 cobraban un -7,2% menos que los jóvenes que empezaron a trabajar en 2007. Y ahora, tras la pandemia, los sueldos de los jóvenes se verán lastrados a la baja durante 15 años, según Fedea.

Un panorama poco halagüeño para los jóvenes que sí trabajan, aunque es peor para los jóvenes en paro, que son todavía un 33% de los menores de 25 años (451.000 jóvenes a finales de agosto), más del doble que la media europea (16,2% de paro juvenil) y el peor dato de toda Europa, alejado incluso de Grecia (30,8% de paro juvenil), Italia (27,3%) o Portugal (22,6%) y muy lejos del paro juvenil de Alemania (7,5%) o Francia (19,9%), según Eurostat. Y un paro juvenil que se ha agravado con la pandemia: hay 134.400 jóvenes más en paro (menos 25 años)  ahora que a finales de 2019, según la última EPA.

Volviendo a los “ni-nis”, los jóvenes que ni estudian ni trabajan, la clave para que salgan de esa situación es mejorar su formación, según la mayoría de los expertos. Porque la formación de los jóvenes españoles es peor que la del resto de Europa y la OCDE, según el último informe “Education at a Glance”: entre los 25 y 34 años, tenemos más universitarios que Europa (47,4% de estos jóvenes frente a 44,5% en la UE-22) y la OCDE (45,5%), pero la mitad de jóvenes con mediana formación, con el Bachillerato o la FP (24,3% frente al 43,1% en la UE-22 y el 40,2% en la OCDE) y también más jóvenes con poca formación, con la ESO o menos (28,3% en España frente al 12,3% en la UE-22 y el 14,8% en la OCDE). Y eso explica, en buena medida, que nuestros jóvenes trabajen aquí menos que fuera: a más nivel de formación, más acceso al empleo, según el informe de la OCDE.

Esta mejora de la formación de los jóvenes, sobre todo de los “ni-nis”, pasa por completar la formación de los que no han terminado Bachillerato y FP (“repescarlos”) y por redirigir a más jóvenes a la Formación Profesional, tras la ESO: España tiene un bajo porcentaje de jóvenes en FP (el 33% de los titulados en Secundaria), frente a la media europea (46,3% jóvenes Secundaria hacen FP en la UE-23) y a paises como Alemania (44,2%), Italia (58%) o Reino Unido (62,6% de los titulados), paises con una elevada tasa de empleo joven. Eso obliga a crear más plazas públicas en Formación Profesional, donde este curso han faltado 50.000.  Y además, urge reconvertir la formación universitaria, para conseguir una enseñanza más ligada a lo que piden las empresas y evitar la baja empleabilidad de los licenciados.

Frente al grave problema de los “ni-nis”, la Comisión Europea creó en 2013 la Garantía Juvenil, un sistema por el que se hacía una oferta a los jóvenes europeos que ni estudiaban ni trabajaban: ofrecerles en 4 meses un trabajo o un curso de formación. De momento se han beneficiado 24 millones de jóvenes europeos, aunque el problema de los “ni-nis” sigue ahí y creciendo ahora tras la pandemia. En España, el sistema de la Garantía Juvenil no ha tenido demasiado eco y se ha informado poco sobre sus resultados, aunque había 2 millones de jóvenes inscritos a finales de agosto, según el SEPE. En junio pasado, el Gobierno aprobó un nuevo Plan de Garantía Juvenil Plus 2021-2027, que se financiará con fondos europeos (del FSE). Un programa que ofrece dos opciones a los jóvenes “ni-nis”: un curso de formación o un empleo, en 4 meses, con la colaboración de 50 Centros de inserción juvenil, 50 Clúster de empleo joven y 15.000 empresas colaboradoras.

Está bien, pero urge además poner en marcha un Plan de choque contra el paro juvenil, que el presidente Sánchez anunció en mayo (“1.365 millones para facilitar la formación y contratación de 1 millón de jóvenes)  pero del que no se sabe más. La grave situación de los jóvenes (un tercio parado y el resto trabajando en precario) exige un Plan ambicioso, a medio plazo, con medidas en varios frentes: educación (lucha contra abandono escolar y refuerzo alumnos con problemas), formación, acceso al primer empleo (un contrato de formación y prácticas sin abusos, como en el caso de “los becarios”), ayudas a la contratación de jóvenes, mejora de su calidad en el empleo y salarios dignos, más un abanico de medidas para facilitar su emancipación y la creación de nuevas familias. Aquí es clave resolver su problema de vivienda, para lo que el cheque de 250 euros para alquilar puede ser un principio.

En definitiva, reitero lo abordado decenas de veces en este blog: los jóvenes son uno de los graves problemas pendientes que tenemos, empeorado con la pandemia. Su penosa situación es un fracaso de todos nosotros como país. Los jóvenes, empezando por los “ni-nis”, deben ser una prioridad en la recuperación. Hay que darles una salida. Son nuestro futuro.

1 comentario:

  1. Javier, como siempre un exhaustivo análisis de un problema endémico como es el paro juvenil. Apuntas soluciones acertadas pero no fáciles, formación, potenciación de la F.P.y adecuación a necesidades de la enseñanza universitaria. En definitiva más foco en facilitar un desarrollo profesional a la juventud.

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