Llevamos 15 días en la “nueva normalidad” y los contagios apenas han aumentado (319 más que en las dos semanas anteriores),
aunque se multiplican los rebrotes, serios en Lérida, Lugo y Huesca. El riesgo aumenta ahora, con las vacaciones de muchos españoles y la llegada de turistas de Europa y otros 12 paises. Mientras, el paro subió la quinta parte en junio
y aumentó el empleo, con 1,5
millones de españoles abandonando los ERTEs. Y el Gobierno ha aprobado más
ayudas: 50.000 millones para inversiones, salvar empresas y un Plan
Renove para comprar coches. Más “gasolina” para reanimar la economía,
que habrá
que pagar subiendo algunos impuestos, como ha pedido el Banco de España
(IVA, sociedades y “verdes”). Pero el PP
se niega a pactar estas subidas y la reconstrucción económica, lo que
dificultará aprobar los Presupuestos
2021. En cambio, se firmó el viernes un importante Pacto social, entre
Gobierno, sindicatos y patronal, para
promover la recuperación y el empleo. Este es el camino: dinero y acuerdos para salir juntos del agujero.
enrique ortega |
La pandemia ha cumplido ya 23 semanas y no se frena. Al contrario, el 1 de julio batió otro récord de contagios, 218.000 en un solo día, 20 veces los contagios mundiales por coronavirus al inicio del estado de alarma (14 de marzo), según los datos de la Universidad Johns Hopkins, que revelan cómo pasar de los 10 a los 11 millones de contagios ha costado sólo 6 días, frente a 8 días los anteriores y los 3 meses que tardó en alcanzarse el primer millón. Hoy son ya 11.450.247 los contagiados en 188 paises.
El epicentro de la
pandemia sigue en América, tanto en Estados Unidos, con 2.888.730 contagiados (con un rebrote de 54.557 diarios los últimos días) como en Latinoamérica
(2.780.000 contagiados), donde aún no se ha alcanzado el pico de contagios,
con récords diarios en Brasil
(+48.105), que tiene 1.603.055 contagiados, Perú (302.718 contagiados), Chile
(295.532), México (256.848),
Colombia (113.685), Argentina (77.815), Ecuador (61.958), Bolivia (39.297) y
Panamá (38.149). Y el coronavirus sigue avanzando en Asia y Oriente Medio, con 697.414 contagiados en India, 240.438 en Irán, 231.818 en Pakistán,
205.758 en Arabia Saudita y 99.799 en Qatar, más 205.758 en Turquía. Y avanza en África (440.512 contagiados),
especialmente en Sudáfrica (196.150 contagiados), Egipto (75.253) y Nigeria (28.711). En Europa (2.662.701 contagiados), la pandemia avanza rápido en Rusia (680.283 contagiados, +6.718 diarios), Suecia (+1.241 contagios diarios y 71.419 totales), Francia (+659 diarios y 204.222 contagiados) y Reino Unido (+576 diarios y 286.931 contagiados), creciendo poco en
Alemania (+446 diarios y 197.523 contagiados), Italia (+201 diarios y 241.211 contagiados) o España (+174 diarios
y 250.545 contagiados).
El coronavirus ha provocado ya 534.273 muertes en el mundo,
la cuarta parte en Estados Unidos
(129.947 fallecidos), seguido de Brasil (64.867 muertes), Reino Unido (44.305), Italia (34.861), México (30.639), España (28.385 muertes), India (19.693), Irán
(11.571), Perú (10.589), Rusia (10.145), Bélgica (9.771) y
Alemania (9.006). Los paises con más
letalidad (muertos/contagiados)
son Francia (18%), Bélgica (15,9), Italia (14,4), Reino Unido (14), México
(12,3), Holanda (12,2) y España (11,3), según los datos de Sanidad.
En España, el levantamiento del estado de alarma (21
de junio) ha aumentado los contagios,
pero no de forma preocupante: han sido 4.120
nuevos en los últimos 13 días (21 de junio al 3 de julio), frente a 3.801 los 14 días anteriores
(7-21 de junio), según Sanidad. O sea, 319 más en las últimas
dos semanas, centrados en las 6
autonomías que tienen una mayor tasa de contagios que la media española (8,76
contagios por 100.000 habitantes en los últimos 14 días): Aragón (37,52), Cataluña
(18,62), Navarra (16,36), Madrid
(12,35), Castilla la Mancha (10,23)
y Castilla y León (9,75 contagios
por 100.000 habitantes). En contrapartida, Ceuta
lleva sin ningún contagio nuevo desde el 18 de junio y tampoco Asturias desde el 26 de junio. Los nuevos contagios subieron la semana pasada, de 84 el lunes a 149 el
miércoles y 174 el viernes, último dato de Sanidad hasta los que publique hoy. Las nuevas hospitalizaciones rondaron entre
las 137 y 141 semanales (sobre todo
en Madrid, Cataluña, Castilla y León, Aragón y Murcia) y los ingresos en UCI semanales variaron entre 9 y 13 (en Madrid,
Cataluña y las dos Castillas). Los muertos
aumentaron en 21 la última semana (7 en Madrid y 4 en Cataluña),
totalizando ya 28.385 fallecidos, según los datos de Sanidad del viernes.
Con la “nueva normalidad”, aparecen cada
día rebrotes por casi toda España:
ha habido más de 60 rebrotes activos, aunque sólo 13 preocupaban a Sanidad, sobre todo en
Lérida (200.000 personas confinadas), la Marina de Lugo (70.000 confinados) y Huesca (80.000 confinados), además de Santander, Albacete, Castellón, Navarra, Girona, Málaga, Granada, Murcia, Valladolid y Madrid
, mientras destaca que las autonomías
están controlando y acotando bien estos rebrotes, detectando contactos y
haciendo más test PCR: la última semana
se han hecho 200.986 nuevos test y ya van 3.644.458, una media de 77 test PCR
por cada 100.000 habitantes, aunque se hacen de forma muy desigual por
autonomías (ver reparto). El origen de estos rebrotes es triple: reuniones de familiares y
amigos donde no se respetan las normas (mascarilla y distancia),
fábricas y mataderos en condiciones precarias de trabajo o habitabilidad
(inmigrantes) y residencias. Y los
nuevos contagios son más jóvenes (50 años de media, antes 60) y menos graves.
Ahora, en julio,
con muchos españoles ya de vacaciones, el riesgo de rebrotes
aumenta sensiblemente. Y más con la llegada de turistas, no sólo de
Europa (las fronteras están abiertas desde el 21 de junio) sino de terceros
paises, tras dar luz verde la Unión Europea a la entrada de visitantes de 12 paises (Australia, Corea del sur, Canadá, Georgia, Japón,
Montenegro, Nueva Zelanda, Ruanda, Tailandia, Túnez, Serbia y Uruguay), más China, Argelia y Marruecos (si abren sus fronteras a Europa, hoy cerradas). Pero ojo: sólo 4 de estos 12 paises aceptan hoy turistas españoles (Corea, Túnez, Serbia y Montenegro), por lo que hay que negociar la reciprocidad con el resto. También preocupa que Marruecos abra sus fronteras, quizás
el
10
de julio, porque España tendría que organizar
la Operación Paso del Estrecho,
con la que 3 millones de magrebíes procedentes de Europa atravesaron la
Península el año pasado, lo que podría crear problemas en Algeciras.
De momento, el sector turístico espera que lleguen 11,8 millones de turistas a España entre julio y septiembre, el
80% por los aeropuertos de la costa y Mallorca, pocos vía Barajas. El control en aeropuertos y puertos es triple:
se exige a los visitantes haber rellenado antes un formulario online con sus
datos y lugar de estancia (les proporciona un código QR sin el que no pueden
entrar en España), se les toma la temperatura al llegar y se les hace “un
control visual”, que si detecta “algo extraño” les conduce a un “control
secundario”, donde se les toma de nuevo la temperatura y una evaluación cínica
(no se les hace test). Ojo: son
pruebas que no sirven para detectar a los asintomáticos, el 40% de los contagiados. Y si
tiene síntomas, se deriva al turista a un centro sanitario. Estas tareas
las hacen los funcionarios de Sanidad Exterior (600 personas, de los que sólo 150 son sanitarios), aunque AENA
les ha reforzado con 1.000 subcontratados de apoyo (de Quirón Prevención e Interserve).
No parece personal suficiente para afrontar la avalancha de 11,8 millones de extranjeros,
que se
van a concentrar en los
aeropuertos del Prat, Mallorca, Málaga,
Alicante y Valencia, aunque hay 46 aeropuertos
por los que pueden entrar. Y lo mismo por
los puertos, en especial Barcelona, Algeciras, Málaga, Valencia, Alicante,
Almería o Bilbao. Otra duda es si los municipios
turísticos donde van, la mayoría en la costa mediterránea y Baleares,
tienen Planes de contingencia en caso de rebrotes. Y si sus centros de salud podrán detectar y contener los contagios y sus hospitales atender a los posibles
turistas contagiados y a los millones de españoles que se van a desplazar a
destinos de playa. Un alto riesgo.
Mientras media España está de vacaciones o piensa irse en
agosto y septiembre, la mayoría sigue
preocupada por su trabajo y sus ingresos. Los últimos datos de la “emergencia económica” son “menos
malos” y algo esperanzadores,
dentro de la profunda recesión en que estamos. El paro en junio aumentó en 5.107
desempleados, la quinta parte que en mayo (+26.000). Y se crearon 68.208 empleos, el 2º mes de mejora de afiliación a la SS en
esta pandemia (tras los 97.462 nuevos afiliados de marzo). Además, hay 1,56 millones de trabajadores que han salido ya de los ERTEs, donde todavía quedan 1,83 millones. Y la actividad
mejora ligeramente, como indican las ventas
de coches, que cayeron en junio un -36,7%, la mitad que en mayo (-73%).
Y otro dato destacable: el índice de confianza del sector manufacturero (PMI) mejoró en junio hasta los 47
puntos, cerca de los 50, que es el
lístón a superar para volver a la expansión y el crecimiento.
Pero no basta con ir algo mejor, tras tocar fondo en un profundo agujero: este tercer trimestre debería empezar a crecer la economía y para
eso hay que mantener las ayudas. Ya
lo advirtió el gobernador del Banco de España en el Congreso, el 23 de junio: “la retirada prematura de estímulos
aumentaría el riesgo de daños duraderos”. El Gobierno le ha hecho caso en dos de sus peticiones: ampliar los ERTEs
(hasta el 30 de septiembre) y aumentar
los créditos ICO. El viernes, el Consejo aprobó avales para conceder otros 40.000 millones de créditos a las empresas,
esta vez no para mantener su liquidez sino para que hagan nuevas inversiones en digitalización y economía verde. Y
además, aprobó un Fondo de rescate de 10.000 millones, para salvar empresas estratégicas solventes (entrando en su capital si lo
necesitan y lo piden), como podrían ser Iberia, Vueling y otras. Es lo que ha
hecho Francia con Air France, Alemania con Lufthansa y Portugal con TAP.
Además, el Gobierno trata de “echar más gasolina” a la reactivación con la aprobación el viernes
de otro Plan Renove, 250 millones para conceder
ayudas a los que achatarren su coche
y compren uno nuevo: las
ayudas a los particulares serán de 800
euros (etiqueta C) a 1.000 euros
(Eco) y 4.000 euros (vehículos 0
emisiones) , para las pymes de 650 a 3.200 euros y para grandes empresas de 550
a 2.800 euros, válidas para las compras
hechas desde el pasado 16 de junio y hasta el 31 de diciembre. Y aprobó también
una moratoria hipotecaria de 1 año para empresas y autónomos del sector turístico.
El problema de estas ayudas,
y de los 150.000 millones gastados antes
(la mayoría en avales), es que habrá que pagarlas, una parte con deuda pública (este año se emitirán 300.000 millones, 110.000 más de lo previsto antes de la pandemia),
otra parte con ayudas europeas (se
esperan 140.000 millones, la mitad créditos, pero no estarán disponibles hasta dentro de un año, como pronto, si se
aprueban en la Cumbre europea del 17 y 18 de julio) y la mayor parte con ingresos públicos. Y eso obligará a aumentar la recaudación fiscal en 2021, para lo que habrá que subir algunos impuestos.
El Gobernador del
Banco de España ya se lo dijo a los diputados el 23 de junio: “habrá que subir algunos impuestos”. Y propuso subir 3 impuestos: el IVA
(subiendo los tipos reducidos, en el 10%, y el superreducido, del 4%), los impuestos ambientales (impuestos
“verdes”, con los que España recauda 3.500 millones menos de lo que podría,
según la Comisión Europea) y “revisar los
agujeros” (textual) del impuesto de
sociedades (a lo claro: reducir exenciones). El presidente Sánchez ya ha anticipado que habrá que subir impuestos en 2021 para
pagar los extracostes del coronavirus y asegurar un Estado del Bienestar que ya
estaba muy deteriorado antes de la pandemia. Y se plantean, por ejemplo, subir el IRPF a los que ganan más de 130.000 euros (son el 2% de contribuyentes).
Los impuestos serán
el
caballo de batalla de los Presupuestos 2021. El PP propone “bajar impuestos”, no subirlos (algo
que no apoyan ni el Banco de España ni la mayoría de expertos) y la duda es lo que hará Ciudadanos, para que el
Gobierno no dependa sólo de ERC y PNV. Pero la subida de impuestos no es un tema
ideológico sino de pura necesidad, basada en los datos: España recauda menos que la media de Europa (39,1% del PIB frente al 46,2% de media la UE-27 en 2019), concretamente 88.418
millones menos el año pasado. Y por eso tenemos más déficit y más deuda
que otros paises, a pesar de que también
gastamos menos que Europa (41,9% del PIB frente a 46,7% la UE-27). Así que uno de nuestros problemas de
fondo, ya antes de la crisis de 2008 y de esta del coronavirus, es que tenemos
un sistema fiscal “lleno de agujeros” (60.000 millones de deducciones y exenciones) y con mucho fraude, que teníamos que
reformar ya antes y ahora con más motivo.
Los expertos de FEDEA, los técnicos de Hacienda y la Comisión Europea nos han dicho muchas
veces que tenemos un problema de baja recaudación en todos los impuestos: en el IRPF
(somos el tercer país que menos recauda, tras Grecia y Portugal: el 7,5% del
PIB frente al 10% de media la UE-28) , en
el IVA (el 3º país que menos recauda tras Irlanda e Italia: el 6,3% del PIB
frente al 6,9% la UE-28), en impuestos
especiales (tenemos tipos más bajos en tabaco
y alcohol y pagamos 15,8 céntimos menos por litro de impuestos en gasolinas y 11,5 céntimos menos en gasóleos que la media UE-27), en el impuesto de sociedades
(recaudamos el 2,3% del PIB frente al 2,5% en la UE, con 3.800 millones de
deducciones anuales, que permiten a las
grandes empresas pagar el 7,7% de tipo efectivo, frente al 18,37% que pagan
las pymes y el 15% la mayoría de contribuyentes) y hasta en las herencias (España recauda 3.25º millones menos cada año que
la media europea). Así que hay margen para ingresar más. Y no es
una
cuestión ideológica, sino de recaudar como europeos, con más eficacia.
Pero la derecha no oye
al Banco de España ni a los expertos y ha
hecho de la bajada de impuestos su bandera, en defensa de los que deberían pagar más (multinacionales, grandes empresas, bancos,
inversores, grandes fortunas y altos sueldos). Por eso no habrá acuerdo sobre el
Presupuesto 2021 ni en la parte económica del Plan de reconstrucción. Eso sí, el PP ha
cambiado, por temor a que su obstruccionismo le reste votos, y se abstendrá en el bloque europeo y las
mejoras sanitarias, que exigen todos los españoles tras la pandemia:
reforzar las plantillas, crear una Agencia de Salud Pública, reforzar la
atención primaria y las emergencias y fomentar una industria sanitaria nacional. Pero estas mejoras y las medidas sociales
para atajar la recesión exigen más
dinero. ¿De dónde saldrá si proponen
bajar impuestos?
Mientras en la Comisión de Reconstrucción, el PP
hace el paripé de apoyar algunas medidas de reconstrucción, los
nacionalistas (PNV y ERC) piensan en sus próximas elecciones y Ciudadanos hace “contorsionismo
político”, los sindicatos y patronal
aparcan sus diferencias y firmaron con el Gobierno el viernes “un
Pacto de reactivación económica y por el empleo”, que incluye cuestiones clave para la reconstrucción: adaptar los ERTEs para proteger el
empleo y las empresas, promover el teletrabajo, un pacto por la
reindustrialización, digitalizar la economía, reforzar los servicios públicos,
asegurar las pensiones, luchar contra el fraude y la evasión fiscal, la
transición ecológica y la modernización
de las relaciones laborales. De momento, sólo
son 10 puntos muy generales, para negociar, pero es el
mejor punto de partida para salir de esta grave recesión: Gobierno, sindicatos y patronal haciéndose una foto para indicarnos, a los
españoles y a Europa, que quieren salir juntos del agujero. Es la mejor noticia de los
últimos meses.
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