Llevamos 8 días en la “nueva normalidad”, con total movilidad y mascarilla, y han
aparecido múltiples rebrotes, de
momento controlados. También en Europa, China y Corea, mientras la pandemia se
agrava en América y Asia. Será clave este 1
de julio, cuando muchos empiecen
vacaciones y lleguen turistas de
fuera de Europa: aumentarán los rebrotes sin que las autonomías turísticas tengan reforzada su sanidad. Mientras, se
amplían ERTES y ayudas a autónomos hasta
septiembre, con alto coste para la SS. Y se aprobarán más créditos ICO, mientras los empresarios pidenque no les toquennormas
laborales e impuestos. La novedad es que el PP ve ahora más rentable “pactar algo”, un refuerzo de la sanidad que él recortó en 2012, aunque será
difícil que acuerde otras medidas económicas y el Presupuesto 2021. Pero
necesitamos un esquema claro de gastos e ingresospactado para varias Legislaturas, como
pide el Banco de España. Y modernizar la economía para queotra
crisis futura nos pille menosvulnerables.
Cambiemos con la pandemia.
El coronavirus
cumple esta semana 6 meses y no frena sus contagios, sino que bate récords semana a semana y ha
tardado sólo 7 días en pasar del 9º al 10º millón de contagiados, cuando
tardó 3 meses en contagiar al primer millón y 12 días los siguientes. Y el pasado viernes 26 volvió a batir otro récord de contagios: 191.700 en un solo día. Hoy ya ha
contagiado a 10.146.971 personas en 188 paises, según los datos diarios de la Universidad Jhons Hopkins.
El epicentro de la pandemia sigue en América, primero en Estados Unidos(2.548.996 contagiados, +44.602 diarios), y se extiende muy rápido
por Latinoamérica (1.800.000
contagiados), especialmente en Brasil (1.344.143, +38.693 diarios), Perú
(279.419, +3.625 diarios), Chile (271.982, +4.406 diarios), México (216.852,
+4.410 diarios), Colombia (91.995), Argentina (59.933) y Ecuador (53.156). Y
avanza por Asia y Oriente Medio: India (548.318,
+15.400 diarios), Irán (222.669), Pakistán (206.512), Arabia Saudí (182.493),
Bangladesh (137.787), más Turquía (197.239 contagiados). Sin olvidar África (320.000 contagiados),
destacando Sudáfrica (138.134). Y en Europa, aumentan los contagios
(2.598.476), encabezados por Rusia (633.563 contagiados, +6.391 diarios), Reino
Unido (312.640, +890 diarios), España (248.770, +118 diarios), Italia
(240.310, +175 diarios), Francia (199.476, +360 diarios) y Alemania (194.693,+73
diarios). El coronavirus se ha cobrado ya 501.940 muertos, la cuarta parte en EEUU
(125.803), seguido de Brasil (57.622), Reino Unido (46.634), Italia (37.736),
Francia (29.781), España (28.343 muertos), México
(26.648), India (16.745), Irán (10.508), Bélgica (9.732), Perú (9.317), Rusia (9.060) y Alemania (8.968) y
Rusia (8.594).
En la última semana, lo más preocupante han sido los rebrotes en una decena de paises, desde
China (hay barrios cerrados en Pekín), a Irán, Corea del Sur o Israel a Alemania(ha restablecido restricciones a 640.000 personas en 4 regiones) y Portugal (han vuelto a confinar a 19 de los 24 distritos de Lisboa). En España, hay 26 rebrotes localizados, en Huesca (varias comarcas han bajado a la fase 2 de la desescalada), Lérida, Bilbao, Vitoria, Málaga,
Cádiz, Granada, Cáceres, Coruña, Valladolid, Murcia y Cantabria. El doctor
Simón insiste en que estos rebrotes “son
normales y están controlados”, algo por lo que la OMS ha felicitado a España. Lo preocupante es que el origen de muchos
contagios es la irresponsabilidad de bastantes ciudadanos (fiestas,
encuentros familiares…), sobre todo de muchos
jóvenes que “no ven el riesgo”
(no de contagiarse ellos, sino contagiar a otros).
Los datos de Sanidad revelan que la pandemia está medianamente controlada
y los contagios nuevos se concentran en 6 regiones que
superan la media española (8,23 casos nuevos por 100.000 habitantes en los
últimos 14 días): Aragón (32,52), Navarra (16,51), Cataluña (15,26), Madrid (16,72), Castilla Y León (10,42) y Castilla la Mancha (9,94), mientras hay
11 autonomías con menos de 5 contagiados recientes por 100.000 habitantes. Pero
suben los nuevos contagios (de 125 el lunes 22 a 196 el miércoles, 191 el
viernes y 118 ayer domingo), básicamente en Aragón, Madrid, Andalucía y
Cataluña. Y se estabilizan los
hospitalizados(sobre 150 la última
semana) y los enfermos de COVID 19 ingresados en UCI (entre 10 y 16). También sube poco la cifra de muertos, entre 1 y 3 muertos nuevos
diarios, con un balance de 28.343 muertos ayer domingo (+ 13 en la última semana), según los datos de Sanidad que les envían las autonomías.
Sanidad insiste
que las autonomías están controlando y haciendo un eficaz seguimiento de los
rebrotes y que la Ley de sanidad permite aislar zonas afectadas,
aunque no esté vigente el estado de alarma. Ayuda que se empiecen a hacer test PCR no sólo a los nuevos contagiados
sino a todos los que hayan estado en
contacto con ellos, lo que aumentará las pruebas. Se han hecho 3.470.130 test PCR a 25 de junio, casi 1 millón en el último mes, aunque
todavía sean pocos: 73,68 test
por 1.000 habitantes, con gran diferencia entre los 122 de la Rioja o País Vasco, las 108
de Madrid, las 84 de Cataluña, las 58 de Aragón, las 44 de Extremadura o las 31 de Andalucía (ver reparto). Pero los médicos de
atención primaria siguen quejándose
de falta de medios, ahora en
Madrid y Barcelona, pero pronto en las zonas turísticas, donde van a saltar los
futuros rebrotes. Y más, con el desigual cumplimiento que se está haciendo de
las normas que exige el Decreto de nueva normalidad, aprobado el jueves en el Congreso por PSOE, Podemos, PP, Ciudadanos y PNV.
La prueba de fuego de “la nueva
normalidad” empieza de verdad este
miércoles 1 de julio, cuando millones de españoles se muevan de vacaciones y, sobre todo, cuando
empiecen a llegar más turistas
extranjeros, no sólo los europeos (que pueden venir desde el 21 de junio)
sino los de otros continentes. Bruselas quiere pactar con los paises
comunitarios una lista negra de paisesa los
que no permitir la entrada en Europa, pero resulta difícil porque hay que
combinar el riesgo sanitario con la relación económica y política con esos
paises. Un baremo podría ser prohibir la entrada de viajeros de paises
que tengan más de 50 nuevos contagiados por 100.000 habitantes en los últimos
14 días, el baremos interno (y no publicado) que se ha autoimpuesto Sanidad
para frenar la entrada de turistas en España (ahora estamos en 8,23 contagios por 100.000 habitantes, pero llegamos a tener 214 nuevos
contagios/100.000 el 7 de abril).
Si se aplicara este baremo, no podrían venir a España (ni a Europa) turistas de Suecia (132,2 nuevos contagios/100.000 habitantes), Rusia (67,3) o Bielorrusia (75,1), Estados Unidos (135,1), Brasil (231,4), Perú (172,7), Chile (570,8),
Colombia (84,1), México (58,3), Arabia Saudí (177,4),
Sudáfrica (120,9), Qatar (548,1) o Singapur (54,1). Un país clave será Marruecos (8 casos/100.000), que de momento tiene cerradas sus fronteras hasta el 20 de julio y ha anulado la Operación Paso del Estrecho, por la que cruzan España 3 millones de magrebíes desde
Europa. No se descarta que Marruecos cambie y abra en unas semanas sus
fronteras, lo que obligaría a España a permitir el paso de magrebíes, con un grave riesgo
sanitario, sobre todo para Andalucía.
La puerta de entrada de los turistas son los aeropuertos (el 80% turistas llegan por vía aérea), pero el
mayor riesgo no está en Barajas (como reitera la presidenta Díaz Ayuso), sino en los aeropuertos por los que llegarán
los 11,8 millones de turistas que la patronal Exceltur espera entre julio y septiembre: El Prat-Barcelona (2,37 millones turistas llegaron en julio 2019 a
Cataluña), Palma de Mallorca (2,34
millones llegaron a Baleares), Alicante
y Valencia (1,24 millones llegaron a la Comunidad Valenciana), Tenerife y las Palmas (1,03 millones de
turistas llegaron a Canarias), muy por delante de Madrid-Barajas (0,6 millones
turistas en julio 2019).
Estos son los
aeropuertos donde hay que reforzar
los controles, hoy insuficientes con el personal de Sanidad Exterior (600 funcionarios, de ellos sólo 150 sanitarios), aunque AENA
haya subcontratado un refuerzo de 100 personas más. Pero sobre todo, hay que reforzar la sanidad de las autonomías que reciben
más turistas, extranjeros y nacionales, y sobre todo los centros de salud
de esas localidades turísticas que multiplican por 10 o más su población en
verano. Hacen falta planes de contingencia por pueblos y provincias. Y la
situación preocupa más porque las
autonomías más turísticas tienen menos camas hospitalarias que la media
(2,4 camas por 1000 habitantes) y también menos camas UCI que la media (1,03 por 100.000): Andalucía (1,7 camas y 0,67
UCIs), Baleares (1,9 camas y 0,66 UCIs), Comunidad Valenciana (2 camas y 1,20
UCIs), Canarias (2,1 camas y 4 de UCI) y
Madrid (1,9 camas y 1,08 UCIs), según datos de Sanidad. Urge reforzarlas.
Mientras media España piensa en las vacaciones, la mayoría
trata de recomponer su trabajo y su
negocio al amparo de “la nueva normalidad”. Y el Gobierno mantiene las ayudas y piensa
en otras nuevas. Este viernes aprobó una ampliación de los ERTEs
(donde hay “aparcados” 2 millones de trabajadores) y de las ayudas a autónomos (que reciben 1,4 millones) hasta el 30 de septiembre, con el apoyo de sindicatos, patronal y asociaciones de autónomos, aunque a cambio se reducen mes a meses los descuentos en las
cotizaciones a la Seguridad Social que disfrutan, para no hundir más los
ingresos de la SS (aún así, la ampliación tendrá un coste extra en cotizaciones
de 6.200 millones). La otra medida que estudia el Gobierno es ampliar el aval para créditos ICO, los 100.000 millones inicialmente previstos
(que se van a consumir este mes), con 50.000
millones más, pero no para liquidez sino para que las empresas puedan invertir en la reconstrucción de su negocio. El
gobernador del Banco de España pidió el martes reformar la ley concursal, para evitar quiebras en otoño.
La actividad de las
empresas intenta salir adelante y mejorar
en el tercer trimestre, porque el 2º
trimestre ha sido nefasto, con una caída del PIB del -20%,
cuatro veces peor que el primer trimestre (el PIB cayó -5,2%), según el Banco de España. Y el Fondo
Monetario (FMI) acaba de echarnos otro
jarro de agua fría, con su Informe del 24 de junio: la recesión
será mayor de la esperada en abril, en
el mundo (caída del PIB del -4,9% en 2020), en las economía avanzadas (-8% PIB) y en la zona euro (-10,2% del
PIB, una caída -2,7% mayor de la prevista hace 2 meses). Y también en España, donde el FMI prevé este año
una caída de la economía del -12,8%(-3,7% más que lo previsto en abril), peor que la caída estimada por el Gobierno
(-9,2%) y la Comisión Europea (-9,4%). España
será así el país occidental más dañado por el coronavirus, junto a Italia
(también caerá un -12,8%) y Francia (-12,5%), peor que Alemania (-7,8%), Reino
Unido (-10,2%) o EEUU (-8%), con sólo China creciendo (+1%).
La oposición, y especialmente el PP, culpan a Sánchez de que España sea el país occidental que
más sufra el coronavirus. Pero saben
que no es por eso. La Comisión Europea
ya explicó el 20 de mayo, en este Examen sobre España, que la
mayor vulnerabilidad de España a la pandemia se debe a 3 factores estructurales: la alta tasa de contratos temporales
(los primeros que se pierden: tenemos un 25% frente al 13,8% en la UE), la
excesiva proporción de micropymes y pymes sin casi empleados (las más
vulnerables: son el 98,6% de las empresas frente al 75% en Alemania) y tener una
economía con un excesivo peso del turismo, la hostelería y el comercio. Y no
olvidaron el escaso gasto en sanidad (por no decir los recortes hechos por Rajoy y sus
autonomías), que nos ha perjudicado ahora. También el Gobernador del Banco de Españales contó en el Congreso, el martes, las 5 razones por las que España sufre ahora una
recesión más dura: el enorme peso de los sectores más afectados por el
confinamiento (turismo, transporte, hostelería y comercio representan el 25% del PIB en España frente al 22,5% en Italia, el 20% en la zona euro,
el 19,5% en Francia o el 17,5% en Alemania), el mayor peso
de las pymes, la enorme precariedad laboral, la baja digitalización de
empresas y enseñanza y la mayor pobreza y desigualdad, sin olvidar
una menor productividad y competitividad de la economía. Problemas viejos, no Sánchez.
Ahora, hay que concentrarse en la reconstrucción de la economía, que según el FMI llevará al menos
hasta finales de 2022. Tres años perdidos. Todo va a depender de lo que hagamos este año y el
próximo, de las ayudas, inversiones y reformas que se hagan, de que se
aproveche la pandemia para reconvertir y modernizar la economía de una
vez por todas.
Ese debería ser el objetivo de la Comisión de Reconstrucción del Congreso, donde han comparecido 41 expertos desde el 14 de mayo. Allí se ha oído lo que habría que hacer
para recuperar la economía y el país, pero las medidas las decidirán los políticos, en un Pleno en julio, dentro
de las peleas de un Parlamento con 16 partidos. De momento, podría
haber acuerdo en uno de los 4 grupos de trabajo, el de Sanidad y Salud pública, porque el PP sabe que este es un tema muy
sensible donde perdería votos si se
mantiene a la contra. Podría decidirse crear una Agencia de Salud Pública,
reforzar la atención primaria, mejorar los contratos de los sanitarios y potenciar una industria
sanitaria española. Pero la clave es subir el gasto sanitario, del 6% del
PIB actual al 7% de media en Europa (+11.250 millones anuales). Y comprometerse
a blindar
este gasto sanitario, a que no
haya recortes nunca más.
En el resto de la
reconstrucción, el acuerdo parece más difícil, tanto sobre Europa (el PP se ha aliado con los paises “tacaños” del norte y la derecha europea que
exigen reformas a cambio de ayudas), en políticas sociales y, sobre todo, en
las medidas para la reactivación
económica, aunque no debería ser así, porque las recetas están claras: más inversiones en energía y medio ambiente, en
digitalización, Ciencia e innovación, en industrialización y sectores con
futuro. Pero la clave, aquíy en
sanidad, es de donde sacar más dinero
para gastar más, cómo conseguir recaudar como europeos y obtener esos 88.418
millones que ingresamos menos cada
año (España recauda el 39,1% del PIB frente al 46,2% la UE-27). Cualquier reconstrucción obligará a gastar más y el quid es cómo
pagarlo: una parte con deuda,
otra con ayudas europeas pero otra
parte tendrá que ser con más ingresos propios. Y la patronal CEOE ha estado 8 días en una
Convención para plantear 10 propuestas que se resumen en 2: que no les toquen impuestosni leyes (laborales).
Sabemos por qué estamos sufriendo más la recesión del coronavirus y por qué sufrimos
más la crisis de 2008, con el doble paro
que Europa: tenemosuna economía poco competitiva, con un
empleo muy precario y poco formado, un exceso de pymes, poca industria y
demasiado turismo, comercio y servicios, poca digitalización y poca innovación,
empresas con poca tecnología y poco volcadas en la exportación y un exceso de
desigualdad social y territorial, con un problema en las pensiones por el
envejecimiento y un débil Estado del Bienestar, que exige, todo ello, una reforma fiscal a fondo para recaudar
como los europeos. Es la hoja de ruta al futuro que nos dicen los expertos y que exige un Pacto político “durante varias
legislaturas”, como reiteró en el Congreso el gobernador del Banco de
España (lea aquí su intervención). Pero los políticos están “en otra onda”,piensan en las próximas
elecciones, no en la España de 2030. Y así no hay reconstrucción posible.
El coronavirus ha provocado un desplome
del turismo, en el mundo y en España: en abril y mayo no vino ningún extranjero,
vendrán 123.000 en junio y sólo 11,6 millones este verano, con lo que perderemos51,7
millones en todo 2020, casi 2 de
cada 3 turistas habituales. Vendrán 31,9
millones de turistas, la cifra más
baja desde 1976. Esto hará que
el turismo, nuestra primera industria, pierda
este año más de la mitad de ingresos
y peligren 1 millón de empleos,
sobre todo en Baleares, Canarias, Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana. El
Gobierno aprobó el jueves un Plan de impulso, con 4.262
millones, además de los ERTEs que mantienen al sector desde marzo. Pero las empresas turísticaspiden más ayudas directas y bonos para
fomentar el turismo nacional, que también caerá, porque 2 de cada 3
españoles no cogerán vacaciones. Habría que aprovecha la pandemia
para reconvertir el turismo, con un Plan a 30 años. Y modernizar la economíaparano
depender tanto del turismo.
Este año 2020 iba
a ser otro año turístico récord, el 8ª
consecutivo tras los 83,7 millones de turistas extranjeros que
visitaron España en 2019. Pero será el
peor año turístico desde 1976, por culpa del coronavirus, que ha cerrado fronteras desde mediados de marzo a
finales de junio y que retrae a los turistas a viajar. El desplome del turismo será
general en todo el mundo, pero más en
España, porque somos el 2º país del mundo que recibe más visitantes
extranjeros (tras Francia) y el 2º país que más ingresa por turismo (92.278
millones de euros en 2019), tras EEUU. De hecho, la caída del turismo provocará el 57% de la recesión española
este año (-11,6% caerá el PIB), según el Banco de España.
El estado de alarma
(14 de marzo) y el cierre de fronteras ya provocó una drástica caída del turismo extranjeroen marzo, del -63,4% (3,6
millones de turistas menos que en marzo de 2019), pero el problema se agravó en abril y mayo, cuando no entró ningún
turista a España (con lo que se perdieron otros 15 millones de turistas que
vinieron eses meses de 2019). Y en junio,
con la apertura de fronteras el día 21, se perderán el -98,6% de los turistas
esperables (8,8 millones en junio 2019) y entrarán sólo 123.598 extranjeros, según las estimaciones de la patronal Exceltur. Recapitulando, entre enero y junio de 2020 se esperan 10.703.868 turistas extranjeros, un
71,96% menos que los turistas recibidos en el primer semestre de 2019
(38.173.774 millones). O sea, habrán dejado
de venir 27.469,906 turistas extranjeros.
Y ahora, a pesar de que se abren las fronteras el 1 de julio
también a terceros paises, no se espera que el segundo semestre salve el año. La previsión de Exceltur es que este
verano (julio, agosto y septiembre) lleguen a España 11.682.981 turistas, frente
a los 28.923.793 turistas llegados el verano pasado. O sea, que perderemos otros 17.248.812 turistas más,
el 59,6%. Y en el último trimestre del año, esta caída será algo menor (sobre
un -45%), según Exceltur, pero no servirá para compensar la fuerte caída del resto del año.
Y así, la patronal turística apuesta por cerrar 2020 con 31.973.789 turistas
extranjeros, lo que supondría perder
51.727.224 turistas este año, el -61,8%, casi 2 de cada 3 turistas
llegados en 2019. Y la menor entrada de turistas desde el año1976 (entonces llegaron 30,01millones).
Una debacle, aunque en línea con la caída del turismo mundial:
la Organización del Turismo Mundial (OMT) estima una caída global del turismo del -58 al -78% en 2020. Eso en cuanto al turismo extranjero, que
supone la mitad del negocio turístico en España. La otra mitad, el turismo
nacional, también se ha desplomado en marzo (-64,6%), abril y mayo (no ha
habido pernoctaciones en hoteles) y junio (-80,8%), según los datos de Exceltur, aunque la patronal turística espera que el turismo
nacional caiga menos que el extranjero este verano (-27,6% en julio y un -20%
en agosto y septiembre), para cerrar el año con una caída del turismo nacional (pernoctaciones en hoteles y
alojamientos) del -38,3%,un tercio de lo habitual, menos
de la caída esperada en el turismo
extranjero(-61,8%).
Con el desplome del turismo extranjero y la caída del
turismo nacional, las empresas turísticas esperan una drástica caída de ingresos, unos
-83.134 millones de euros menos de
ventas que en 2019 (-54,5%). Una caída de ingresos turísticos que será
mayor enBaleares(-67,4%), Cataluña (-58,7%) y Madrid
(-55,2%), seguidas de Canarias (-53,7% de ingresos), Comunidad Valenciana
(-53,6%) y Andalucía (-52,1%), siendo menor el daño en Galicia (bajarán los
ingresos un -46%) y el resto de España (-48,7%), según Exceltur. Con estos menores ingresos, la patronal advierten que están en riesgo entre 750.000 y 1 millón de
empleos, empleos que hoy están “aparcados” en ERTEs. Y esperan que España pierda este año casi la mitad de sus ingresos por
turismo, unos -43.975 millones de
euros sobre 2019 (año en que se ingresaron por turismo 92.278 millones de
euros, según el INE. Un ingreso de divisas que resulta clave para pagar el petróleo, los
productos importados y la deuda exterior, con lo que España tendrá este año un déficit
de balanza de pagos con el exterior, algo que no pasaba desde 2011, según
ha advertido ya el Banco de España.
Por todo esto, el desplome del turismo es muy preocupante para
España. Y más si tenemos en cuenta que el turismo
es la primera industria del país
(por delante de la alimentación y el automóvil), aporta el 12% de la producción total (PIB)
y mantenía casi 2,5 millones de empleos
antes de la pandemia (el 13,6% de todos los afiliados a la SS), según los datos de Frontur. De ahí que el Gobierno Sánchez presentara el jueves
pasado un Plan de impulso al sector turístico, por un importe de 4.262 millones, que se suma
a las medidas de choque ya aprobadas estos
meses para ayudar al sector turístico (créditos ICO, aplazamientos de impuestos
y cotizaciones, ayudas al pago de alquileres, ERTEs y ayudas a autónomos), por
otros 15.273 millones de euros. O sea, un
total de 19.535 millones para el turismo, a la espera de que Europa ponga en marcha el
Fondo de Reconstrucción de 750.000 millones, del que España espera recibir
140.000 millones, un 25% de ellos para el sector turístico.
A la espera de este dinero europeo, el Plan de impulso son básicamente créditos
del ICO para las empresas turísticas (2.500 millones) y otros 859 millones
también de préstamos para la mejora de la competitividad del
sector (digitalización, sostenibilidad e internacionalización), más 38,1
millones de ayudas para marketing y promoción, 3,1 millones
para crear un Observatorio que siga las tendencias turísticas internacionales
y 200.000 euros para guías y un distintivo que promueva el turismo seguro (“Safe Tourism”). Y todo ello, con la vista puesta en un Plan Estratégico del turismo español para 2030.
El sector turístico cree que este Plan de impulsoes insuficiente (“falta munición”), porque se les ofrecen “créditos” y ellos
piden ayudas directas, a las empresas y a los turistas, como se ha hecho en
otros paises europeos (ver listado de incentivos). Básicamente, piden
ampliar los ERTEs hasta diciembre, aumentar el aval público a los créditos ICO
(del 80 al 90%), reducir el IVA turístico (en el 10%) al 3% en 2020 y 2021,
suprimir los pagos fraccionados y adelantos del impuesto de sociedades y, sobre
todo, fomentar el turismo interior, con bonos (como ha hecho Italia),
incentivos en los vuelos a las islas para no residentes y extender el programa
del IMSERSO (viajes subvencionados para mayores) a Europa. Y, sobre todo, que cuando lleguen los
Fondos europeos, se les asegure destinar el 25% al “rescate” del turismo.
El Plan de impulso
del Gobierno, sobre todo la prolongación de los ERTEs, puede ayudar al sector a
sobrevivireste verano, pero
la clave va a estar en el comportamiento
de los turistas extranjeros, sobre todo británicos (fueron el 21,6% del total en 2019), alemanes (el 13,35%) y franceses (13,32%), siendo más
difícil recuperar los turistas de fuera de Europa (fueron sólo el 15,2% del
total en 2019), sobre todo de EEUU,
China y Latinoamérica. Todo va a depender de su temor a viajar y del daño
que haya hecho a sus bolsillos esta recesión, un efecto bastante negativo en Reino Unido, Francia e Italia. El salvavidas del sector podría ser la recuperación del turismo nacional (la mitad del
negocio), pero la impresión es que los españoles no van a viajar y gastar mucho
este verano. De hecho, el último Barómetro del CIS señalaba que sólo
un 27,2% de españoles van a ir de vacaciones, la mayoría dentro de España
(el 89,9%) y en la costa (el 60%), optando mayoritariamente por viajar en coche
propio y alojarse en apartamentos y hoteles rurales. Y el resto (65,7%), dos de
cada tres españoles, optan por las vacaciones en su segunda
residencia o en su pueblo.
Ahora, la prioridad es recuperar lo más posible el turismo este verano sin poner en riesgo la salud, con un control de la movilidad y los
contactos y Planes de contingencia por si hay rebrotes del coronavirus en
las zonas turísticas. Y después, en otoño, el Gobierno y el sector se han de
plantear una revisión a fondo de la estrategia turística, tienen que
aprovechar esta crisis para afrontar el
futuro del sector y diseñar el turismo del año 2050. Hay que reforzar lospuntos fuertes de
nuestra industria turística, que han permitido a España ser elegido en 2019
(por tercera vez consecutiva) por el Foro Económico Mundial como el
país más competitivo del mundo en turismo: infraestructura hotelera,
infraestructuras y servicios del país, seguridad, riqueza natural y cultura. Y
afrontar los puntos débiles: la excesiva concentración del turismo
que llega, en verano (35% del total), en Europa (origen del 85% de los
turistas) y en 6 autonomías (Cataluña, Canarias, Andalucía, Baleares,
Comunidad Valenciana y Madrid concentran el 90% de turistas y el 93% de su
gasto). Y además, tenemos muchas instalaciones
sin modernizar y una oferta turística controlada por tour operadores
extranjeros.
Esta pandemia y la debacle del turismo deberían acelerar
la reconversión del turismo español, que ya era necesaria antes, con un Plan Renove para modernizar instalaciones, sobre todo en zonas de sol y
playa, con una oferta de más calidad que atraiga a turistas de más gasto.
Además, el sector turístico tiene pendiente una revolución digital de la oferta, para captar clientes en todo el mundo
y evitar que una gran parte del gasto de los turistas se quede fuera de España.
Además, hay que diversificar la oferta, para ofrecer mucho más que sol y playa, fomentando el
turismo de negocios, cultural, deportivo, sanitario y gastronómico, para atraer
turistas todo el año. Y también resulta clave mejorar la formación y el empleo de los trabajadores turísticos, para mejorar
la calidad y el valor añadido de los servicios. Y, sobre todo, hay que invertir más en turismo, alimentar
mejor a “la gallina de los huevos der oro”: no es posible que el gasto presupuestario en turismo cayera
de los 777 millones en 2010 a los 331 de 2013 y se mantenga en 335 millones en
2019.
Hay que volcarse en el turismo, porque es nuestra primera
fuente de riqueza y empleo. Pero también habría que aprovechar la debacle
turística que ha acarreado esta pandemia para hacer una reflexión de futuro: el turismo nos hace muy vulnerables como país. Somos demasiado
dependientes de un sector que crea menos riqueza y empleo estable que la
industria, la tecnología o la exportación. Baste ver este ranking de los 8 paises más
ricos de Europa: Luxemburgo (261% del PIB por habitante europeo), Dinamarca (129%), Holanda (128%), Austria
(127%), Alemania (121%), Suecia (120%), Bélgica (117%) y Finlandia (111%), según datos de Eurostat (2019), frente a España (91% del PIB europeo por
habitante). Ninguno es un país turístico:
su riqueza la apoyan en la industria, la exportación, la innovación y la
tecnología, los servicios de alto valor añadido. Ese debería ser uno de los grandes objetivos de España para 2050: modernizar la economía para no ser tan dependientes del turismo y no sufrir más las crisisque los demás paises. Debemos aspirara ser algo más que la playa y la despensa de Europa. Ahí lo
dejo.
Ayer domingo volvimos a la “nueva normalidad”, tras 98 días en “estado de alarma”. Pero el
virus sigue ahí, contagiando y matando, con rebrotes en España y una decena de paises. Ahora tenemos un doble
riesgo: millones de españoles viajando de un lugar a
otro y 11 millones de turistas que
se esperan entre julio y septiembre. Sin medios en los aeropuertos para controlar esta
avalancha (Sanidad exterior tiene 600 personas, sólo 150 sanitarios) y sin que
tengamos (que sepamos) un Plan de
contingencia frente a una 2ª ola de contagios. Mientras, 1,2 millones de personas han vuelto a
trabajar y otros 2,2 millones siguen
en los ERTEs (más 1 millón de
autónomos), que se ampliarán hasta
septiembre. Ahora, la clave es pagar la reconstrucción, porque las ayudas europeas se retrasarán a 2021-2024.
Urge pactar un Presupuesto para 2021, con mucho déficit y más ingresos fiscales, porque
España recauda 88.418 millones menos que
Europa. Pero Ciudadanos y PP defienden bajar
impuestos. Así no salen las cuentas.
Falta una semana para que el coronavirus cumpla 6 meses y no se frena sino que acelera sus contagios: el 17 de junio y también el 19 batió otro récord, contagiando a 176.000 personasen el mundo, según los datos diarios de la Universidad Jhons Hopkins. Hoy ha contagiado ya a 8.953.598 personas en 188 paises, con el epicentro de la pandemia en América, enEstados Unidos
(2.280.912 contagiados, +32.218 diarios) y ahora en Latinoamérica (2.023.901 contagiados), sobre todo en Brasil (1.083.341 contagiados, +34.666 diarios), Perú (251.338,
+3.413 diarios), Chile (242.355,
+5.355 diarios), México (180.545, +4.717 diarios), Colombia (68.836),
Ecuador (50.640) y Argentina (42.385). Y también avanza en Asia y Oriente Medio: India (425.282 contagiados, +15.413 diarios), Irán (204.952), Pakistán (181.088), Bangladesh (112.306), Arabia
Saudí (157.612), más Turquía
(187.685 contagiados), mientras despunta en África(ya van 300.000 contagiados). Y Europa
sigue en cabeza de contagios (2.477.045), con Rusia (583.879, +7.790 diarios), Reino Unido (305.803), España (246.272), Italia (238.499), Francia
(197.008) y Alemania (191.272 contagiados). La pandemia se ha cobrado ya 468.346 muertes, destacando EEUU (119.975 fallecidos), Brasil (50.591) y Reino Unido (42.717), seguidos de Italia (34.634), Francia
(29.643), España (28.323), México (21.825),
India (13.699), Bélgica (9.696), Irán (9.623) y Alemania (8.895 muertos).
Lo más preocupante de la última semana son los rebrotes en una decena de paises, empezando
por China
(han tenido que medio cerrar Pekín),
Irán o Marruecos y siguiendo con Portugal
y Alemania,
donde se han detectado 3 nuevos focos de contagios. Y también en España: 34 rebrotes el último mes y 9 todavía
activos, en Bilbao, Valladolid, Madrid, Aragón, Fuerteventura o Algeciras. Además, se nota un
cierto repunte de nuevos contagios
(de 40 el lunes 15 a 141 el miércoles, 143 el jueves, 154 el viernes y 141 ayer), sobre todo en Madrid, Cataluña y Aragón, según los datos de Sanidad. Eso sí, los datos de nuevos hospitalizados (entre 94, 89 y 101 la última semana) y de ingresados en UCIs (de 3 a 9 en la
última semana) son estables. Y han
aumentado las muertes oficiales,
tras 11 días con el dato estancado: eran 28.323 muertes ayer, 29 en la última semana (12 en Madrid, 6 en Castilla y León y 3 en Cataluña), según Sanidad, con un índice de letalidad (muertos/contagiados) de 11,5, inferior a la mayoría de
Europa (18,5 Francia.14,5 Italia y 14,1 RU).
Desde ayer, al permitirse la movilidad entre provincias en España y la entrada de turistaseuropeos
(el resto llegarán el 1 de julio),
el riesgo de rebrotes es mucho
mayor. Y no sólo en España: el Centro
europeo para el control y detección de enfermedades (ECDC) ha emitido un Informe donde da por seguro que en las próximas semanas aumentarán los contagios por COVID 19 en
Europa, a medida que los paises retiren las restricciones a la
movilidad. Y advierte que conseguir frenarlos a tiempo o acabar en una segunda
ola de contagios (que obligue a nuevas restricciones) dependerá de las medidas de vigilancia
que se adopten. En España, no se conoce
que tengamosun Plan de contingencia, más allá de las normas impuestas
(mascarillas, distancia social e higiene). Y sigue habiendo dudas
de que las grandes ciudades tengan dispositivos
eficaces para detectar y aislar los rebrotes.
Una medida nueva,
que Sanidad y las autonomías acordarán esta semana, es un protocolo para que los
médicos de atención primaria hagan test
PCRno sólo a los que tengan síntomas
de COVID 19 (se han hecho ya 3.290.388 test PCR, una media de 70 por 1.000 habitantes,
pocos) sino a todos los que hayan estado en contacto con posibles contagiados
en los rebrotes que se detecten. Pero los médicos se quejan de falta
de personal y medios para la detección y el rastreo de nuevos casos en
Madrid y Barcelona. Otro problema muy serio es el control de los turistas que
lleguen a España, a través de aeropuertos, puertos y fronteras
terrestres. Una avalancha importante, ya que la patronal Exceltur esperala llegada
de 11,68 millones de turistas extranjeros entre julio y septiembre.
El 80% de estos
turistas vienen en avión, básicamente a 8 aeropuertos que pueden ser ahora la vía de entrada de nuevos contagios: Barcelona-el Prat (2,37 millones de
turistas llegaron en julio 2019 a Cataluña), Palma deMallorca (2,34
millones llegaron a Baleares), Málaga
(1,26 millones turistas llegaron a Andalucía), Alicante y Valencia (1,24 millones llegaron a la Comunidad
Valenciana), Tenerife y las Palmas
(1,03 millones llegaron a Canarias) y Madrid-Barajas
(0,6 millones turistas en julio 2019). Y para controlar estas entradas
masivas de turistas por vía aérea (y por barco) sólo disponemos del Servicio de Sanidad Exterior, que
cuenta con una exigua plantilla de 600
personas, de ellas 150 sanitarios (médicos y enfermeras), que también vacunan a los que viajan fuera.
Es claramente insuficiente, aunque AENA haya prometido ayudarles con personal auxiliar (100 subcontratados). Piensen en lo
que sucedería con un contagiado que llegara a Málaga y se detectara unos días
después en las urgencias de un hospital. ¿A cuántos podría contagiar y cómo
aislarlos?
La total movilidad
es muy preocupante, con millones de
madrileños o catalanes viajando a Galicia o a Murcia o a Cádiz, con riesgo de
transportar el virus. Y sin que las autonomías
de destino tengan medios, en atención primaria y hospitales, para detectar
y aislar contagios. Pero todo sea por la
“nueva normalidad” y por salvar los 2,5 millones de empleos del turismo, que ofrecen unas “instalaciones seguras” (lo inseguro es que el virus sigue ahí). Hacen falta Planes de contingencia en las zonas más turísticas y afrontar los posibles
contagios con contundencia y medios, porque un rebrote nos haría un daño
doble: al sistema sanitario, que podría colapsarse en las zonas turísticas afectadas, y a la imagen turística de España en el extranjero.
Mientras nos lanzamos
en plancha a la nueva normalidad,
con grave riesgo sanitario, la “emergencia económica”remite con la vuelta a la actividad de
muchas empresas, en especial del comercio, turismo y hostelería. Hanvuelto a trabajar 1,2 millones de personas de los 3,4 millones que
estaban en ERTES y se han recuperado
286.000 empleos de los 900.000 empleos perdidos entre el 12 de marzo y el
31 de abril, según el ministro de la SS. Ahora, queda ampliar
los ERTEs a 2,2 millones de
trabajadores y las ayudas a 1 millón
de autónomos. El Gobierno quiere ampliarlos hasta septiembre para algunos sectores, pero patronal y sindicatos quieren extenderlos hasta diciembre. El problema es el coste: 5.500 millones cada mes que se amplíen los ERTEs y ayudas (algunos
empresarios las exigen ahora y luego se
quejarán del déficit público).
Aunque mejore el
empleo (porque está “aparcado” en los
ERTES), la recesiónes muy fuerte y el Banco de España cree que la economía caerá entre un -16% y un -21,6% en este 2º trimestre, de tres a cuatro veces más que en el primero
(-5,2%). Pero esta recesión es muy
desigual entre regiones, sufriéndola más las autonomías con más turismo y
más comercio y servicios, según un estudio de FUNCAS: la actividad (PIB) caerá un -9,5% este año, pero será más, un -11,3%, en Baleares,
Canarias, Cataluña y Madrid, mientras las menos dañadas serán Andalucía,
las 2 Castillas, Extremadura y la Rioja (su PIB caerá el -8,8%). Y las que perderán más empleo serán Baleares(-44,3% empleo, aunque un -30,2% está en ERTES), Canarias(-33,8%, el -26,3% aparcado
en ERTES), Cataluña (-24%, el -18% en ERTES), Andalucía (-23,4%), Comunidad
Valenciana (23,1%) y Madrid (-21,5%). Y perderán menos empleo que la media
española (-21,5%) Murcia (-17,4%, el
-11,8% en ERTEs), País Vasco (-17,4%,
el -13,9% en ERTEs), Castilla la Mancha (-16,4) y Extremadura (-14,2%).
Frente a este desplome de la economíay el empleo, la directora gerente del FMI ha propuesto a
los paises “que gasten sin mirar”, que ya habrá tiempo para ajustar las cuentas.
Y es lo que están haciendo todos los Gobiernos europeos (con Alemania y los más
ricos en cabeza) y también el Gobierno
de España, que aprobó la semana pasada transferir (a fondo perdido, sin
devolución) 16.000 millones de euros a las autonomías,
para sanidad (9.000 millones), educación (2.000), transporte público (800) y
para cubrir menores ingresos (4.200 millones). Un dinero que se suma a los Planes de ayuda recientemente aprobados
para el sector de automoción (3.750 millones)
y el turismo (4.262 millones). Un
gasto que añadir a los 136.900 millones gastados antes en avales de créditos del ICO, ERTEs y ayudas a
autónomos, desempleo, perdón de cotizaciones y retraso de impuestos más ayudas
a alquileres y el ingreso mínimo vital. En total, más de 157.000 millones de euros que habrá que financiar en los
próximos años. Y eso, sin contar las
ayudas que aún harán falta para la reconstrucción, en los sectores,
empresas y regiones más afectadas.
No pensemos que este
dinero va a venir de Europa. Primero, porque el Fondo de Reconstrucción aprobado el 27 de mayo por la Comisión Europea está aún muy verde. En la última Cumbre europea telemática, el
viernes pasado, de “tanteo”, se vio
que los paises “austeros” (ricos) del norte (Holanda, Austria, Dinamarca y
Suecia), apoyados por Alemania, ponen pegasa la cantidad (quieren
que sean menos de 750.000 millones), al reparto (quieren que sean casi
todo créditos y no sólo 250.000 millones), a la fecha para empezar a devolverlo
(en 2026 y no en 2028) y, sobre todo, a las condiciones para concederlo:
que los paises hagan “reformas”, lo que puede suponer (a lo claro) que España haga ajustes (en pensiones y algunos gastos) y mantener
la reforma laboral de Rajoy. Un camino en el que la derecha europea y los
más “austericidas” cuentan con el apoyo del PP español, que aprovecha el debate europeo de las ayudas
para desgastar al Gobierno Sánchez.
En cualquier caso, el posible
acuerdo recortará y endurecerá el Fondoeuropeo y no se logrará hasta julio, con Alemania presidiendo la UE. Y no será formalmente aprobado, en el Europarlamento y en todos los
parlamentos nacionales, antes de mayo de 2021, cuando España tendría que
aprobar su propuesta de inversiones y reformas, para recibir el 60% de los fondos (140.000 millones como mucho) entre 2021 y 2024,según estimaciones de la Comisión. Pero antes, mucho antes, España habrá
gastado más de 157.000 millones de euros, que estamos financiandocon déficit
público (-10,9% del PIB este año: -122.981 millones de euros) y con deuda (300.000 millones de nuevas emisiones este año, hasta
alcanzar el 115,6%del PIB de deuda: 1,3 billones
de euros).
En definitiva, el
coronavirus nos ha dejado una tremenda recesión y unos gastos
para frenarla y reconstruir el país que hay que empezar a pagar, sin
esperar la ayuda europea, tardía y condicionada. Esto es lo que debería pactar el Gobierno y los partidos, en
un Presupuesto para 2021, que debe
estar preparado el 30 de septiembre. Y antes, en julio, el techo de gasto y el déficit que proponemos a Bruselas para 2021. Una
propuesta sería bajarlo del -10,9% que se espera en 2020al -7% del PIB en 2021. Si la UE nos lo
admite, no será nada fácil conseguirlo,
aunque la economía crezca ya en 2021 (un +7%, según la Comisión Europea).
Exigiría controlar mucho los gastos (las
pensiones son claves, porque es el
mayor gasto: hay que decidir si se
revalorizan o no) y sobre todo, aumentar
los ingresos como sea, algo difícil
en un país que busca reconstruir su economía.
Pero aquí está la
clave, en los ingresos. Porque el
problema de España (aunque casi nadie lo dice: la Comisión Europea sí, en cada informe anual) no es que gastemos mucho (gastamos
menos: el 41,9% del PIB, frente al 46,7% de la UE 27, concretamente 59.775 millones
menos de gasto cada año) sino que ingresamos
mucho menos: España recauda el 39,1% del PIB frente al 46,2% la UE-27, lo que significa
que ingresamos 88.418 millones menos cada año. Y 95.890 millones
menos que Alemania y 168.119 millones menos que Francia, no porque ellos sean
más ricos sino en porcentaje de recaudación
sobre riqueza (distinta). Y eso se debe, según los expertos fiscales, Fedea o
Funcas, a que España recauda menos que la media europea en Renta, en IVA, en Sociedades, en
carburantes o tabaco, en impuestos verdes. Y eso, porque tenemos más fraude fiscal y porque los que más tienen (multinacionales,
grandes empresas, bancos, inversores y los más ricos) pagan menos de lo que debían.
Así que, si queremos pagar
la reconstrucción, España tiene quepriorizar
los gastos y recaudar más. No es una cuestión ideológica, sino de pura estadística:
recaudamos mucho menos (en % del PIB) que los europeos. Este debería ser uno de los debates claves sobre los
Presupuestos 2021, para intentar pactar unas cuentas que financien la
reconstrucción. El problema es que tanto PP
como Ciudadanos tienen un
prejuicio de partida: defienden la bajada de impuestos, o por ideología o por defender los
intereses de los que tendrían que pagar más si tuviéramos un sistema fiscal más
justo (la mayoría pagaríamos igual). Y así, con esta “línea roja”, es imposible pactar unos Presupuestos
realistas para 2021, que afronten los gastos necesarios y a la vez reduzcan
el déficit. Porque las cuentas no son de chicle: o se aumentan los ingresos (pagando más
el que pueda) o se recortan los gastos (como hizo Rajoy entre 2012 y 2015: eso
ya lo conocemos). No hacerlo y agravar el agujero de las cuentas públicas es
imposible: la Comisión Europea no
nos dejaría. Sobre todo si queremos recibir fondos europeos y que el BCE nos compre deuda pública.
Sólo queda una vía: pactar un Presupuesto 2021 realista,
que exigirá algunos sacrificios (pensiones)
y que debería ser apoyado por una gran mayoría del Congreso. Pero no lo veo fácil, porque el PP piensa más
en tumbar al Gobierno que en reconstruir el país, aunque Ciudadanos dice “estar abierto”. Si no hay un pacto
amplio, el Gobierno Sánchez se verá
obligado a hacer “malabarismos políticos”,
que nunca traen buenas consecuencias.
Pero el
dilema es claro: o hacemos bien
las cuentas o nos las hacen. Y eso, siempre que lleguemos a finales de septiembresin
rebrotes serios, porque una 2ª
oleada del virus provocaría otro confinamiento y una recesión más profunda y duradera. Así que lo primero sigue siendo la salud,
la vida, tener cuidado todos y vigilar al virus de cerca y con medios.
Sólo así podremos pensar en la bolsa, en salir del agujero de esta nueva crisis. Porque si algo hemos
aprendido con la pandemia es que la reconstrucción
económicaes más fácil que asegurar la salud y la vida. Eso sí, exigerecursos y unidad, dos cosas que nos faltan.