Los drones se han
multiplicado estos años y en 2017 se vendieron 3 millones en el mundo,
la mayoría en EEUU y Asia. Y se espera que haya 44 millones de drones en 2025. Tienen múltiples aplicaciones: fumigar campos, controlar
el tráfico, vigilar obras e instalaciones, controlar fuegos y fronteras, enviar
paquetes o rodar películas. Y pronto generarán miles de empresas. Hasta ahora,
la regulación era muy restrictiva, pero la Comisión Europea ha preparado una
norma que entrará en vigor en 2019. El Gobierno
Rajoy se ha adelantado y aprobó en
diciembre una regulación de los drones y en marzo un Plan estratégico que pretende multiplicarlos por 12 para
2035. Ya somos el 3º país europeo con
más operadores de drones (3.754), algunos entre los mejores del mundo. El objetivo es crear una industria potente,
que puede dar trabajo a muchos jóvenes: el título
de piloto se sacará en las autoescuelas. Habrá que aportar recursos
públicos (no hay) y controlar el imparable “boom” de los drones, por seguridad y privacidad. Pero está
claro: los drones coparán nuestra vida.
enrique ortega a partir de Alfred Hitchcock |
Los drones, esos aparatos que vuelan por control remoto, empezaron como tecnología militar pero en esta década se han desarrollado y multiplicado, sobre todo desde 2012, generando nuevos prototipos y miles de empresas, en EEUU, China, Japón, Corea y Francia. En 2017 se vendieron en el mundo 3 millones de drones, un 35% más que en 2016, generando un negocio de 6.000 millones de dólares, según la consultora Gatner. De ellos, la mayoría son drones que compran particulares (2,8 millones), para jugar con ellos, pero crecen los drones para profesionales (200.000 vendidos en 2017), el mercado con más futuro, sobre todo en EEUU, Asia y Europa. Ahora se espera que los drones crezcan con mucha más rapidez y que en 2015 haya 44,3 millones de drones pequeños surcando los cielos y generando un negocio de 85.000 millones de dólares, según la consultora eMarket.org.
Los drones se han multiplicado en estos
últimos 5 años porque sus aplicaciones son casi infinitas: fotografía aérea y
cartografía, control de obras e instalaciones, energía (electricidad, petróleo
y gas) , minería, agricultura (en Japón, el 40% de los cultivos de arroz se
fumigan con drones), seguridad y control de tráfico, envío de paquetes, medicina
(envío de medicamentos en África), salvamento, control de incendios, medio
ambiente (hay drones que “siembran nubes”), cine (desde “Skyfall” en 2012, con
James Bond a la última película hecha toda con drones: “In the Robot Skies”) o espectáculos musicales (concierto de Lady Gaga en la Super Bowl de 2017). Y también se investiga en el transporte
aéreo (“drones taxi”) y en drones acuáticos (barcos y mini submarinos que combatan
la contaminación marina). En España,
cada vez hay más empresas e instituciones que utilizan drones: las eléctricas
(para controlar tendidos y molinos eólicos), Repsol (plataformas), Correos
(envío paquetes zonas rurales), Policía Nacional y Mossos d´Escuadra (vigilan con drones infraestructuras alejadas), Tráfico
(usará 5 drones para controlar el tráfico en 2019), vigilancia y control de incendios…
La industria de
fabricación de dones, unas 700 empresas en el mundo, se concentra en Asia,
básicamente en China, Japón y Corea, junto a EEUU y Francia. El gigante de los
drones es la empresa china DJI y sus
Phantom, que vende el 70% de los drones
del mundo, con más de 1.000 millones de dólares de facturación. Le
siguen de lejos la norteamericana 3D
Robotics y la empresa francesa Parrot,
seguidas de Insitu (USA), Ehang (China), Aeryon (Canadá), Yunee (China), Sense
Fly (Suiza) y MapBox (USA), según el ranking de droneii.com.
Pero el principal
negocio de los drones no está en fabricarlos, sino en adaptarlos para que realicen múltiples
tareas, con un software ad hoc.
Así han ido proliferando multitud de operadores de drones, que venden sus
servicios a empresas e instituciones. Son miles en todo el mundo, aunque sólo hay
una élite de 200 empresas que
cuentan. Y cada día se producen fusiones, compras y cierres, en un mercado mundial
supercompetitivo. Este ranking de operadores está liderado, según Droneii.com, por EEUU (con dos empresas, Zipline y Measure), Reino Unido
(Cyberhawk) y… España, que cuenta
con la cuarta mejor empresa operadora de drones del mundo y la primera en agricultura:
Hemav Technology, una empresa catalana creada en 2012 por unos jóvenes
ingenieros aeronáuticos, que tiene 100 drones y 100 empleados y consigue
contratos por todo el mundo. Por detrás en el ranking le siguen operadores
norteamericanos, británicos, franceses y japoneses.
Curiosamente, España
está avanzada en el mundo de los drones: tiene 4.375 drones registrados
y 3.754 operadores (particulares y más
de 50 empresas), según datos de AESA, lo que nos sitúa en el
3º lugar en el ranking europeo de
drones (hay 17.000 operadores en la UE), por detrás de Francia y Polonia (el primer país del mundo que reguló los drones,
en 2013). La mitad de los operadores se concentra en Madrid, Cataluña y Andalucía
y la mayoría de las empresas que prestan servicios con drones son muy pequeñas: 9 de cada 10 operadores
realizan menos de 50 trabajos al año y el 78% facturan menos de 50.000 euros
anuales. Casi todos los operadores de drones se concentran en tres tipos de trabajos para grandes
empresas e instituciones: fotografía y cartografía aérea, observación y
vigilancia e investigación y exploración, según los datos aportados por el 1º Barómetro 2016 elaborado por To Drone.
Hasta ahora, el mercado de drones tenía más empuje en EEUU y Asia
porque allí se ha dado más libertad a la utilización de drones,
que en
Europa están muy restringidos. Pero en juno de 2017, la Comisión
Europea presentó un Plan para desarrollar los drones en Europa, el U-Espace, que ahora se debate y que
entrará en vigor en 2019. El Plan se basa en 3 principios: registro
obligatorio de operadores, identificación electrónica de los aparatos y
seguridad incorporada en el software para impedir a los drones traspasar
geobarreras virtuales. Con ello, las autoridades de la UE quieren impulsar una potente industria europea de drones, competitiva con EEUU y China, porque
creen que es una tecnología con gran potencial: la Comisión Europea
prevé que facture unos 15.000 millones
de euros en 2035 y que genere 150.000 nuevos empleos en Europa hasta 2050.
Por una vez, el Gobierno Rajoy ha tomado la iniciativa
y se ha adelantado a esta futura normativa europea, aprobando en diciembre de
2017 un Real Decreto que fija las normas
para el uso de drones en España, siguiendo la filosofía apuntada en el Plan
europeo U-Espace. Con ello, ahora “se
abre la mano” a los drones y se les
permite volar cerca de edificios y poblaciones y por la noche, todo ello
prohibido hasta ahora. Eso sí, los
drones tienen que estar registrados
y los pilotos tener el título oficial, además de que han de presentar un
estudio de seguridad del vuelo y contar con una autorización previa de la
Agencia Estatal de Seguridad Aérea (que tiene 6 meses para darla). El temor
de las empresas de drones es que sea “mucha burocracia” y al crecer los operadores se retrasen sus planes de
vuelo y trabajo. Pero está claro que tiene que haber un control de los vuelos
de drones, que cada uno no puede volar donde y cuando quiera, por problemas de
seguridad y privacidad.
Después de aprobar la nueva normativa de drones, el Gobierno ha aprobado en marzo un Plan estratégico de drones 2018-2021, con un objetivo muy ambicioso: multiplicar por 12 el número de drones
que vuelen en España, de los 4.375 actuales a 51.400 en 2035. Para conseguirlo,
el Plan incluye cuatro ejes de actuación:
una normativa más flexible (el Real Decreto ya aprobado y la futura normativa
U-Space), fortalecer las empresas y su tecnología (se creará un Centro de
investigación en drones, en colaboración con empresas y Universidades), mejorar
el conocimiento del sector (gestión del conocimiento y divulgación) y
coordinación entre Administraciones para asegurar la seguridad y privacidad.
Eso sí, el Gobierno Rajoy no se ha
comprometido con ninguna ayuda financiera al sector: el Plan nace sin Presupuesto y muchos se temen que pase como con la Ciencia y la innovación: que no tenga recursos.
Máxime cuando las empresas se quejan de falta de financiación, tanto privada (“¿quiere
un crédito para una empresa de drones…?”) como pública.
La idea, fomentar una
industria española de drones competitiva, es buena, porque se trata de una tecnología no demasiado compleja, donde
ya hay empresas españolas muy preparadas (como Hemav Technology) y puede
crear negocio y empleo en unos años. De hecho, algunos ya han visto
negocio en la formación de pilotos de drones
y por toda España han crecido escuelas (hay 74 Centros reconocidos), que ofrecen el título como “una gran oportunidad
de empleo para los jóvenes” (previo pago de 1.000 a 1.500 euros y 60 horas de
formación). Incluso las autoescuelas han visto negocio y han firmado un acuerdo con la
Fundación CNAE para ofrecer este verano cursos
certificados de pilotos de drones por 900 euros (en EEUU hay 30.000 pilotos titulados de drones).
Los drones
aparecen como un sector económico con gran
futuro y muchas grandes empresas e instituciones, en todo el mundo y en España,
han empezado a usarlos con regularidad. El Plan estratégico del Gobierno Rajoy pretende
regular su utilización por fases, empezando con facilitar
primero los usos más demandados (filmación topográfica, agricultura, obra
civil, energía, minería y medio ambiente), para fomentar después su uso en
telecomunicaciones, control de fronteras, seguridad, emergencias y ciudades
inteligentes, dejando para el año 2030 el desarrollo de los drones más
complejos: pequeña paquetería, aerotaxis y carga a largo alcance. Todo ello
debe ir configurando un nuevo negocio,
que podría facturar 127.300 millones de dólares al año en el mundo, según un informe de la consultora PWC: en infraestructuras (43,2 millones $), agricultura
(32,4 millones), transportes (13), seguridad (10,2), información, cine y
entretenimiento (8,8), telecomunicaciones (6,3) y minería (4,3 millones $). De
hecho, grandes empresas del mundo,
como Amazon,
Google, Airbus o
Intel están invirtiendo mucho en drones,
que abren enormes posibilidades a sus negocios.
Pero los drones también suponen riesgos. Por un lado, la seguridad, que
interfieran el tráfico aéreo o provoquen accidentes, además de los problemas de
ciberseguridad (ataques con drones). Por eso, en la normativa europea y de los
demás países se incluye la obligación de incorporar
un software que impide su paso por las “geobarreras” que instalan los Gobiernos,
aunque esto es relativo porque ya se ha creado una generación de “hackers de drones”. Y además, la existencia de miles de drones volando por encima de nuestras ciudades puede crear
incomodidades y miedos a los ciudadanos. Otro problema puede ser la privacidad, ya que un pequeño dron puede introducirse en cualquier
instalación o propiedad, con posibilidades de grabar y actuar. Todo ello va a
llevar al desarrollo de una industria de seguros
ligados a la operativa con drones, seguros que ya ofrece en España Mapfre y que abren un
nuevo negocio asegurador, anticipado en este informe de Lloyd´s.
Así que apostemos por
los drones, un nuevo sector económico que puede generar negocio y empleo en España, pero con garantías suficientes, para que la tecnología sea responsable y segura,
lo que evitará el rechazo de los ciudadanos. Apostar por los drones no
significa “vender” un Plan muy innovador, sino poner los medios para desarrollarlo, sobre todo con dinero público e
investigadores. Que no pase como con la Ciencia en España, medio abandonada y
sin recursos. Drones sí, pero con ayudas
y apoyos de verdad.
Un tema muy interesante, necesario y con futuro que espero que no termine como las Renovables por parte de los gobiernos de turno. Puede ser un buen negocio para quien sepa situarse en él en el futuro, pero cuidadito con esos "bichos" que van a volar por encima de nuestras cabezas. Todo ello debe de ir muy bien regulado y controlado para que no se desmadre y sea luego mayor el perjuicio que el beneficio que genere. Buenos temas tocados los de los residuos y este. Se nota que estás a la última
ResponderEliminar