El Banco Popular,
el 6º mayor banco español, ha sido
vendido esta madrugada al Banco Santander
por 1 euro, por decisión del Banco Central Europeo (BCE), con el apoyo o el
silencio del Banco de España y del Gobierno. Una decisión que perjudica
a los 300.000 accionistas del Banco Popular, cuyas acciones hoy no valen
nada, y que beneficia a los Fondos de
inversión extranjeros que han especulado contra el banco y al Banco Santander, que ha comprado
por 1 euro lo que ayer valía en Bolsa 1.300 millones de euros, consolidando su
liderazgo en la banca española, que ahora es más cosa de tres (Santander,
CaixaBank y BBVA), con lo que este reforzado oligopolio bancario podrá imponer mejor
servicios y comisiones a los clientes.
El Banco Popular
era uno
de los bancos más rentables del mundo hasta que llegó la crisis y se vio acuciado por un exceso
de crédito a promotores, empresas y pymes. Pero no mucho más que el resto. Y los supervisores, los vigilantes de la banca europea y española (el BCE y el Banco de España), no habían detectado problemas graves en el Popular, a pesar de los cuatro test de estrés realizados al Popular y al resto de la banca en 2011, 2012, 2014 y en junio de 2016, hace sólo un año. El problema es que sus gestores no dieron sensación de saber lo que hacían y los especuladores vieron una
oportunidad de hacer negocio atacando al Popular, operando a la contra del banco más
débil. ¿Cómo?. Pues estos Fondos especulativos piden prestadas acciones del Popular (pagando un interés por ello), las venden (acelerando su bajada) y esperan a que bajen más, para luego poder comprarlas más baratas para devolvérselas al que se las prestó. Y así, cuanto más caigan las acciones del Popular, los especuladores ganan más. Se llama "operar en corto" (vean lo que es). Así llevan varios años, ganando más y más dinero cuanto más caía el valor del Popular. Especulando con su caída. Es legal.
Y aquí nadie ha
tomado medidas. Ni la Comisión nacional del Mercado de valores (CNMC), limitando o controlando más
estas compras especulativas. Ni el Banco
de España, obligando y ayudando a reforzar el banco. Ni el Gobierno Rajoy, defendiendo al banco y presionando a los
gestores a buscar una salida a tiempo. Ni el auditor privado del Popular, PwC, que emitió en marzo una auditoría "limpia" sobre las cuentas de 2016 (quien paga, manda). Nadie vio nada. Y sigue la especulación, forzando la cotización del Popular a la baja, semana tras semana. Y llega un momento en la normalidad "salta por los aires" y se teme lo peor. Se multiplican las fugas de depósitos y el Popular se queda sin liquidez. Pero el Gobierno, el
viernes anterior al rescate, dice que “tranquilidad”, que aquí no pasa nada, que el Popular es un
banco rentable. Y tres días después, permite que se venda por 1 euro, cuando
el día anterior valía en Bolsa 1.300 millones. Y hace un año 6.000 millones de euros.
El Gobierno Rajoy permite también que el Popular sea el primer banco europeo donde el BCE aplique su nueva receta para las futuras crisis bancarias: no hay ayudas públicas y los accionistas pierden todo su dinero. Y se vende a quien lo quiera, pagando un euro simbólico. Una estrategia que no se ha aplicado ni con el Deutsche Bank alemán ni con el intervenido banco italiano Monte dei Paschi. Así que el conejo de indias del BCE ha sido España y el Popular, a costa de 300.000 accionistas a los que hasta ayer se defendía la solvencia y viabilidad del banco y que hoy han perdido todo su dinero. Y otros perdedores serán los 12.000 empleados del Popular, muchos de los cuales serán “prejubilados”, o sea, despedidos, a la vez que se cerrarán oficinas duplicadas con las del Santander.
El Gobierno Rajoy permite también que el Popular sea el primer banco europeo donde el BCE aplique su nueva receta para las futuras crisis bancarias: no hay ayudas públicas y los accionistas pierden todo su dinero. Y se vende a quien lo quiera, pagando un euro simbólico. Una estrategia que no se ha aplicado ni con el Deutsche Bank alemán ni con el intervenido banco italiano Monte dei Paschi. Así que el conejo de indias del BCE ha sido España y el Popular, a costa de 300.000 accionistas a los que hasta ayer se defendía la solvencia y viabilidad del banco y que hoy han perdido todo su dinero. Y otros perdedores serán los 12.000 empleados del Popular, muchos de los cuales serán “prejubilados”, o sea, despedidos, a la vez que se cerrarán oficinas duplicadas con las del Santander.
Y queda hablar del comprador,
el Banco de Santander. Hay quien dice que nos ha hecho un favor, quedándose
con el Popular y sus problemas por 1 euro. Pero todo apunta a que Ana Botín ha hecho un gran negocio,
digno de su padre. Porque en cuanto capitalice el banco (aportará 7.000 millones de euros) y lo meta bajo su
paraguas, va a empezar a ganar dinero con sus 4 millones de clientes y el tradicional negocio
del Popular (empresas y pymes), clientes que empezarán a pagar más comisiones. También se ahorrará impuestos en los próximos años por la compra del Popular: se habla de 5.000 millones de euros. Y además, se consolida como líder de la banca
en España, adelantando con creces a CaixaBank y al BBVA. Todo ello sin poner un
duro. Ha tenido el "temple pasiego" de esperar a que el Popular fuese un enfermo terminal: si hubiera pujado por él hace un mes, cuando se lo ofrecieron, habría tenido que pagar por él.
Con todo, los que más
ganan son los
fondos extranjeros que han especulado hundiendo el valor de las
acciones del Popular: ahora no tendrán a quien devolver las acciones y si las
devuelven será a cero euros. Un negocio redondo para los que las compraron a 3
o 10 euros. Y recuerden: todo legal. Nadie puede echarles nada en cara ni pedirles daños y perjuicios por haber ayudado a hundir el banco.
Entre todos le mataron y él sólo se murió. Si el BCE, el Banco de España, el Gobierno, los auditores y los gestores del Popular hubieran cumplido con su deber hace años e incluso meses, la situación no se habría podrido y el banco sobreviviría, sin costes para sus accionistas y empleados. Pero todos han mirado para otro lado y buscan ahora "justificarse", insistir en que la venta "es la mejor solución". Visto lo visto,
espero que coincidan conmigo: la venta del Popular es una gran vergüenza.
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