El informe de UNICEF (ONU),
presentado en el mismísimo Congreso de los Diputados, ha pasado desapercibido, porque los medios no
quieren estas noticias: hablar de la
pobreza infantil “no vende”. Y los lectores tampoco buscan este tema: “pone
mal cuerpo” y prefieren comentar la Champions o mandar vídeos tontos por WhatsApp. Pero el dato está ahí: tenemos 3 millones de niños pobres y España es el cuarto país europeo con más desigualdad infantil, con un 10%
de niños en pobreza extrema cuyos padres ingresan menos de 368 euros al mes,
según UNICEF. Y recuerdan que la pobreza
infantil se ha agravado con la crisis y más, tras 6.300 millones de recortes a la familia y a la infancia hechos por
Rajoy. Además, Cáritas alerta que 8 de
cada 10 niños pobres hoy serán adultos pobres mañana. UNICEF propone un
gran Pacto
político por la infancia, con más ayudas y medidas, para remediar una vergüenza social : la creciente pobreza infantil. Atrévase a leerlo.
Y páselo a sus conocidos.
enrique ortega |
Esta larga crisis ha
agravado la pobreza y la desigualdad en todo el mundo, pero ha supuesto
además un gran cambio: la pobreza se ha desplazado de los ancianos
a los niños y a las familias con hijos. En Europa (UE-28) hay un 24,4% de
pobres (unos 122 millones), pero la tasa sube al 27,8% de pobres entre los
menores de 18 años, según los datos de Eurostat (2014). Y la situación es aún peor en España: hay un 29,2% de pobres (13,5 millones de españoles que ingresan menos del 60% de la media,
menos de 16.719 euros anuales para una familia con dos hijos), pero la tasa de
pobreza infantil es mucho mayor: el 35,8%
de los menores de 18 años, casi 3
millones de niños y adolescentes.
España se ha convertido así en el 5º país europeo con más pobreza infantil, según el indicador
AROPE de Eurostat, que sube el
porcentaje de niños pobres del INE
(30,1% en 2014) porque incluye dos criterios más de pobreza, además de los
ingresos de la familia: la carencia material severa y la baja intensidad de
empleo en el hogar. Con ese 35,8% de
pobreza infantil, a España sólo
la superan en pobreza Rumanía (el 51%
de los menores son pobres), Bulgaria
(45,2% niños pobres), Hungría (41,4%)
y Grecia (40,1%). Y estamos muy por
encima del 25,6% de niños pobres en
la zona
euro y del 27,8% de la UE-28, bastante por encima de Alemania (19,6% de niños pobres), Francia (21,6%), Portugal (31,4%) o Italia (32,1%).
La pobreza infantil en España está vinculada a las familias con niños y sube
sobre todo en las familias monoparentales (sólo madre o padre) con hijos (42% son pobres) y
entre las familias numerosas con 3 o
más hijos (el 44% son pobres).
No basta con saber cuántos niños pobres hay. Es importante
conocer también la desigualdad que hay de ingresos entre los niños, que ha
crecido con la crisis (como la desigualdad entre los adultos). Y aquí, el informe de UNICEF (ONU), presentado el 14 de abril en
el Congreso de los Diputados, da la alarma:
España es el 4º país europeo con más
desigualdad infantil (tras Rumanía, Bulgaria y Grecia) y el 6º
más desigual del mundo occidental (por detrás de México e Israel). Y eso porque
el 10% de niños más pobres en España
ingresan dos tercios menos (62,62% menos) que la media de niños españoles:
menos de 4.423 euros anuales frente a un ingreso medio de 11.833 euros. Y
además, uno de cada cinco niños
españoles (el 20,2%) ingresa menos de la mitad de esa renta media (menos de
5.916 niños anuales). Con ello, España
se coloca en el puesto 36 de los 41 países analizados en el ranking de desigualdad infantil de UNICEF. Una vergüenza. Y esta situación es
doblemente preocupante porque esta
desigualdad ha crecido 6 veces más en España que en los demás países.
Pero la desigualdad
infantil no se manifiesta sólo en los ingresos de las familias pobres, sino
que también
impacta en otros ámbitos, como la educación, la salud y el bienestar de
los niños pobres, temas sobre los que UNICEF ha elaborado también rankings internacionales. En el ranking
de educación, que mide la desigualdad entre el 10% de alumnos con los
niveles más bajos en PISA (matemáticas, ciencia y capacidad lectora), España se
encuentra algo mejor que en desigualdad de ingresos: ocupa el puesto 12 entre
37 países analizados, donde los peores son Luxemburgo, Eslovaquia, Francia,
Bélgica e Israel. Eso sí, entre 2006 y 2012, España es uno de los países donde más ha crecido la desigualdad
infantil en la educación, un 2,1%, mientras caída en el conjunto analizado
(-7,1%) y sobre todo en Alemania (-27,6%), Reino Unido (-10,4%), Portugal
(-9,3%) y Grecia (-8,1%). Otro ranking de
UNICEF, el de desigualdad infantil
en la salud, también deja a España en mejor lugar, el 10º de 35 países, y
aquí la situación ha mejorado en España entre 2002 y 2014 mientras empeoraba en
la mayoría de países estudiados. Y en el cuarto
ranking, donde Unicef mide la desigualdad
en la satisfacción vital de los niños, España ocupa el puesto 24 entre 35 países y además la satisfacción ha empeorado con la
crisis, 23 veces más que en la mayoría de paises. Y sobre todo entre las
niñas y los hijos de inmigrantes, eso en todos los paises.
Al final, UNICEF
elabora un ranking mundial de desigualdad, con los cuatro factores: desigualdad en el
ingreso, en la educación, en la salud y en la satisfacción vital de los niños.
Y España ocupa el puesto 22 de los 41 paises occidentales analizadas (UE y OCDE).
Eso significa que la desigualdad infantil está bastante avanzada en España y supera la de 11 paises europeos económicamente
más atrasados que nosotros: Rumanía, Islandia, Portugal, Grecia, Croacia,
República Checa, Letonia, Eslovenia, Estonia e Irlanda tienen menos desigualdad
infantil que España. Un informe que debería revolver las conciencias de todos los grupos políticos
a los que UNICEF se lo presentó en el Congreso. Pero me temo que oiremos hablar poco de este tema
en la próxima campaña electoral: la pobreza no da votos.
El informe de UNICEF alerta de varios problemas derivados de la alta pobreza
y desigualdad infantil, en España y en todo Occidente. El primero, que la desigualdad es persistente: en 19 de
los 41 paises analizados, los niños más pobres ingresan menos de la mitad de la
renta media. Y que se ha agravado desde
2008. En segundo lugar, advierten que el
aumento de la desigualdad alimenta la
pobreza y la infelicidad de los niños. Y al revés: los niños más pobres son también más desiguales: en todos los paises
analizados, los niños de familias con menos ingresos son los que tienen peores
resultados en educación, salud y satisfacción vital. Es lo que llaman “la espiral de la pobreza”: pobreza llama
a pobreza.
UNICEF alerta también de que la mayoría de los Gobiernos han reducido
desde 2010 sus ayudas contra la pobreza y la desigualdad, que han empeorado a pesar de las transferencias
e impuestos. Y llama la atención sobre España,
destacando que el Gobierno Rajoy, autonomías y Ayuntamientos recortaron en 6.300 millones las ayudas a
la familia y a la infancia. Con ello, España se encuentra ahora más alejada del gasto medio europeo: la
inversión pública en familia e infancia suponía el 1,3% del PIB en España (2013), casi la mitad que el 2,2% que gastaba la UE-28 y muy alejado del 2,5% que gasta
Francia o el 3,7% de Dinamarca. Y además de gastar menos, UNICEF denuncia que España gasta
mal, con un carácter poco
progresivo del gasto (más para los más pobres), con lo que las
transferencias y desgravaciones fiscales han
aumentado la desigualdad infantil, no la han reducido.
Otra organización experta en pobreza, Cáritas, acaba de lanzar otra gran alerta: la pobreza infantil de
hoy alimenta la pobreza de mañana.
Según el informe FOESSA “La transmisión intergeneracional de la pobreza”, 8 de cada 10 niños pobres de hoy serán adultos pobres. Y añade que
los estudios revelan que el 81% de los que tuvieron problemas en la infancia
los vuelven a tener de adultos, frente al 45% que no. De hecho, Cáritas lleva años advirtiendo que la
pobreza en España se ha enquistado y que ya está
atendiendo a hijos e incluso a nietos de familias pobres que empezó a atender
hace 30 años.
El Informe FOESSA, la Fundación de Cáritas, estudia los tres factores estructurales que transmiten la pobreza entre generaciones: el nivel de estudios
(8 de cada 10 personas hijos de padres que no terminaron primaria no han
terminado tampoco y lo mismo un 47% de los que no acabaron la ESO), la situación laboral de los padres (el
tipo de empleo) y la renta. Por eso,
piden medidas en estos tres frentes, para cortar la
espiral de la pobreza, para impedir que
se transmita de padres a hijos. En particular, medidas educativas (inversión en educación, sobre todo infantil, en
becas y ayudas y medidas para reducir el fracaso escolar y los “guetos”
educativos en los centros públicos donde se concentran las familias más pobres),
medidas sanitarias (garantizar la
asistencia universal y reducir al 10% la aportación a los medicamentos de las
familias con menos ingresos), ayudas
a las familias sin ingresos (rentas mínimas y más subsidios a los parados larga
duración con cargas familiares), políticas de vivienda (alquileres sociales) y mejora de la formación y el empleo
de los padres, facilitando de verdad la conciliación
laboral y familiar en las empresas.
La pobreza creciente
es una lacra de España, porque ya afecta a 13,5
millones de españoles, de ellos 3,3
millones en situación de pobreza extrema, según la Red europea de lucha contra la pobreza. De hecho, han
más de 8 millones de españoles que “malviven”
y acuden a los servicios sociales públicos (Ayuntamientos y autonomías) y a las ONGs para comer, recibir ropa,
medicinas o una ayuda para pagar el alquiler, la luz o el agua. Urge poner en
marcha un Plan contra la pobreza,
que debería contar con 12.000 millones de euros anuales, según ya he detallado en este blog. Pero
dentro de este Plan, la prioridad debe
ser la lucha contra la pobreza infantil: UNICEF ha pedido a todos los partidos que en la próxima Legislatura alcancen un
gran Pacto por la infancia, con recursos y medidas urgentes. Y
cualquiera puede apoyar ese Pacto, firmando esta petición online preparada por UNICEF.
UNICEF ha
presentado a los partidos 5 propuestas para luchar contra la pobreza y la desigualdad infantil. La
primera, aumentar la ayuda por hijo a 1.200 euros
anuales, sin las restricciones que tiene ahora, medida que costaría 3.068
millones anuales y que reduciría un 30% la pobreza infantil severa (unos
100.000 niños dejarían de ser “pobres pobres”). La segunda, reducir la brecha educativa de los más
pobres, invirtiendo en educación infantil (para que sea gratuita de 0 a 3
años), en becas y ayudas (comedores, libros, transporte) y luchando a fondo
contra el fracaso escolar (donde España es líder en Europa). La tercera, cuidar la
salud (física y psicológica) de las familias más pobres y sus hijos, sin
restricciones en la atención médica a inmigrantes y reduciendo el pago de
medicamentos. La cuarta, tomarse en serio el bienestar “subjetivo” de niños y
adolescentes, elaborando un Barómetro
anual sobre el bienestar de los menores de 18 años. Y la quinta, desarrollar indicadores de desigualdad en
la infancia, también entre niños y niñas, estableciendo mecanismos de
seguimiento y supervisión para corregir las mayores desigualdades.
Los niños y
adolescentes pobres, en aumento, son nuestro mayor fracaso como país. Y
más si estamos a la cabeza de Europa en desigualdad infantil. Algo hay que
hacer ya, no sólo por ellos, por estos niños (que podrían ser los suyos), sino porque cuando sean mayores, la mayoría
están también condenados a ser pobres. Urge
ese Pacto por la infancia que pide
UNICEF y tomar medidas eficaces, sacando el dinero de debajo de las piedras (como se ha sacado para la banca, la
extra de los funcionarios o la rebaja de impuestos a las empresas). No
escondamos más la pobreza: hablemos de ella, “que nos de vergüenza” como personas y como españoles, y presionemos a los políticos
para que busquen soluciones cuanto antes. Coméntelo
por ahí. Y vote pensando en ello.
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