Es otro de los datos (como el paro, el déficit, la deuda o
la pobreza) de los que no va a presumir Rajoy en la próxima campaña
electoral: España es el país europeo con más tasa de abandono escolar, el 20% de nuestros jóvenes dejan sus
estudios y acaban con trabajos precarios o en el paro juvenil (también el más alto de Europa). El abandono escolar ha bajado con la crisis, porque muchos jóvenes
sin trabajo han vuelto a estudiar, pero aún duplica el de Europa. Y es
especialmente grave porque el 40% de los jóvenes españoles sólo tienen la ESO (o
menos), frente al 29% en Europa. Y un 30,7% Bachillerato o FP frente al 45% en la UE. O sea, tenemos más fracaso escolar, menos formación
y más paro juvenil. Para resolverlo, hay que prevenir el abandono
escolar en primaria y atajarlo en la ESO, con más medios y más profesores, implantando
además un Plan de choque para recuperar a los estudiantes que lo dejaron. Sin estudios y formación, los jóvenes españoles
tienen aún menos futuro.
enrique ortega |
La burbuja inmobiliaria y el boom del turismo
de los años 90 y 2000 fueron un peligroso “espejismo”
para muchos jóvenes españoles,
que dejaron sus estudios para ganar
dinero rápido en la construcción o en la hostelería. Y así fue subiendo el
porcentaje de abandono escolar,
hasta llegar a un récord en 2004: el 32,2% de los jóvenes de 18 a 24 años (uno de cada tres)
había dejado sus estudios al final de la ESO y muchos ni habían terminado la educación
secundaria obligatoria. Con la recesión de 2008, la tasa de abandono escolar empezó a bajar, porque muchos de estos jóvenes poco formados fueron los
primeros parados de la crisis y algunos volvieron a estudiar. El resultado
fue que el abandono escolar bajó en una tercera parte y se colocó en el 20% (19,97%) a finales de 2015, según la EPA.
El Gobierno Rajoy
atribuye esta mejoría del abandono escolar a sus políticas, a la LOMCE, y sobre todo a la decisión de “desviar” a los alumnos con
peores notas a la nueva FP básica, evitando así que dejen las aulas. La medida, que
entró en vigor en el curso 2014-2015, supone que a los alumnos de 15 años que
no están en condiciones de aprobar el 4º curso de la ESO (y excepcionalmente el
3º) se les propone “desviarlos” a un primer eslabón de la Formación
Profesional, la FP básica (2 años).
Con ello, el Gobierno Rajoy
buscaba dos cosas. Por un lado, impedir que estos “malos” alumnos dejen
la enseñanza y reducir así unas cifras de abandono escolar que son la vergüenza
de Europa. Por otro, formar un año antes “aprendices para trabajar”, con
sueldos mínimos: acaban la FP básica con 17 años, en vez de los 18 años que
tienen los que acaban la ESO y luego tienen que estudiar FP de grado medio.
Pero muchos expertos creen que la bajada del
abandono escolar estos años no tiene
que ver con la entrada en vigor de la FP Básica. Primero, porque no ha
dado tiempo, ya que sólo se ha aplicado en los dos últimos cursos. Y segundo,
porque las cifras hablan de un fracaso en la implantación de la FP básica, dado que se introdujo a toda
prisa, en septiembre de 2014, sin casi medios y profesores, con programas
improvisados. Y así, si en el curso 2014-2015, el Ministerio esperaba tener
60.000 alumnos en FP básica, al final sólo hubo 34.728 alumnos, el 60%. Y
Cataluña y País Vasco no han implantado la FP básica hasta este curso, que
también parece tener menos alumnos de lo esperado. Por todo ello, la mayoría de
expertos coinciden en que hay menos
abandono escolar no por la LOMCE ni la FPO Básica, sino sencillamente por la crisis: los jóvenes no
encuentran trabajo y vuelven a estudiar.
Con todo, aunque el abandono escolar haya bajado del 32,2% al 20%, hay que
resaltar dos cosas. Una, que ese 20% de abandono son muchos jóvenes: exactamente 631.520 jóvenes de 18 a 24
años que abandonaron las aulas con la ESO o incluso sin terminarla. Y, sobre
todo, que ese 20% de abandono escolar es
la tasa más alta de toda Europa y casi duplica
la media europea, que es del 11%, según los datos que acaba de publicar Eurostat. El objetivo de la Comisión Europea es rebajar el
abandono escolar de la UE-28 al 10% para
2020 y ya hay 17 países que lo cumplen hoy (están
ya por debajo del 10%), mientras se acercan Alemania (10,1%) y Reino Unido
(10,8%). Para España, la Comisión ha
fijado el objetivo del 15% de abandono para 2020. En nuestro país, el abandono
escolar es más preocupante entre los chicos (24%) que entre las chicas (15,8%).
Y está por encima de la media en Baleares (26,7%), Andalucía (24,9%), Extremadura
(24,5%), Murcia (23,6%), Canarias (21,9%), la Rioja (21,5%), Comunidad
Valenciana (21,4%), Castilla la Mancha (20,8%), Ceuta (29,8%) y Melilla (24,1%).
¿Por qué hay tanto abandono escolar en España? Podría decirse
que porque el sistema educativo no
funciona bien, no es capaz de evitar la fuga de los estudiantes con
problemas. Y eso tiene mucho que ver con situaciones personales y familiares de los alumnos, su situación socio económica,
el tipo de centro y los recortes que haya sufrido en estos años. Y sobre todo,
tiene mucha influencia en el abandono escolar la pobreza, la penuria
económica de los alumnos y sus familias. Así, un reciente informe de la OCDE (febrero
2016) revela que la pobreza casi triplica el fracaso escolar en España: la posibilidad de tener un bajo
rendimiento es 2,6 veces mayor entre el alumnado que no acude a colegios
favorecidos socioeconómicamente. Y demuestra que los estudiantes de familias
con bajos ingresos tuvieron peores calificaciones en matemáticas, según los
datos del último informe PISA. Cáritas
va más allá y señala
que la pobreza puede multiplicar por
cinco el fracaso escolar. Y un estudio de la Fundación Adsis revela que el 61% de los adolescentes en riesgo de
exclusión social (pobreza) han suspendido tres o más asignaturas, frente al 37%
de los estudiantes sin problemas económicos.
El abandono escolar
en España se concentra, según la OCDE, entre los chicos, los
hijos de inmigrantes y de familias pobres, los adolescentes que
tienen otro idioma paterno, los jóvenes que viven con sólo un progenitor (familias monoparentales), los niños que no
han ido a preescolar y los que han repetido
curso. Precisamente, una de las claves de la lucha contra el abandono
escolar es detectarlo a tiempo, para evitar que los jóvenes abandonen. Y
los expertos plantean que se debe detectar en primaria y atajar en la ESO,
porque la mayoría del abandono escolar se produce entre los 12 y los 15 años, según un estudio de CCOO. Y plantean que hay dos “pistas”
claras para detectar el futuro abandono escolar: el absentismo (niños que faltan a clase injustificadamente) y la repetición de curso, una lacra en
España (un 35% de los estudiantes de 15
años ha repetido curso, el triple que en la OCDE).
El hecho de que
España tenga el doble de abandono escolar que Europa explica en buena parte
que tengamos el 46,5% de paro juvenil, el más alto de Europa junto con Grecia. Porque uno de los problemas de fondo de España
es la falta de formación adecuada de
muchos de nuestros jóvenes mientras otros están “demasiado formados” para lo
que trabajan. Así, un 40% de los
jóvenes españoles (16-34 años) tienen sólo la ESO (o ni siquiera), frente al 29% en Europa (y el 26% en la
OCDE). Y sólo el 30,7% estudia Bachillerato o FP de grado medio en España,
frente al 45% en Europa (el 50% en Alemania y el 44% en la OCDE). Y sin
embargo, un 29,3% de los jóvenes españoles son universitarios, frente al 26% en
Europa (y el 30% en la OCDE). En resumen, que tenemos más universitarios que el
resto de Europa (que acaban trabajando de cajeras o teleoperadores, un 55% “sobrecualificados”) pero menos jóvenes
con formación media y muchos más sin apenas formación,
sobre todo porque muchos abandonan. Y son “carne de cañón” del paro y de empleos precarios.
Así que reducir más
el abandono escolar, sin trampas ni atajos (como desviar a los “malos estudiantes”
a la FP Básica) debería ser una de las
prioridades de la próxima Legislatura, para reducir el paro juvenil. Para
ello, hay que pactar un Plan urgente contra el abandono escolar (más allá del Plan del Ministerio de Educación) con tres
patas. La primera, prevenir y atajar
a tiempo el abandono escolar, en primaria y la ESO, con alarmas ligadas al absentismo escolar y los
repetidores, así como a los colectivos más vulnerables (hijos de
inmigrantes y familias con menos ingresos). La segunda, poner en marcha en cada centro un Plan de lucha contra el abandono escolar, con desdobles, clases de refuerzo,
tutorías y programas específicos de formación, que requieren aportar más dinero
y más medios (profesores) a los centros, sobre todo a los que tienen más
porcentaje de abandono escolar (centros públicos y concertados en zonas
conflictivas: alumnos problemáticos y con menos recursos van a centros
con más fracaso escolar y al final se
retroalimentan). Y la tercera, implantar Programas piloto de recuperación
de jóvenes, con Planes de estudios “ad hoc”, facilitando las matriculas
(becas y papeleo). Y, en paralelo, conseguir aumentar las plazas públicas en educación infantil (0-3 años), a precios
asequibles para las familias, porque está demostrado que los niños que han
ido a guardería abandonan menos sus estudios después.
El objetivo debería ser bajar
el abandono escolar a la mitad, al 10% en 2020, como el resto de Europa. Se puede conseguir, aunque para eso hace falta un gran Pacto educativo que sume los esfuerzos del Estado, autonomías,
centros, familias y alumnos, a los
que hay que motivar, con un argumento incontestable: los jóvenes formados están
en paro, pero el paro es más
del doble entre los jóvenes sin formación. Así que estudiar siempre compensa. Y más cara a un futuro. En la próxima década (2013-2025) va a haber más empleo para los jóvenes
que ahora, porque se van a jubilar muchas
más personas (7,2 millones de jubilaciones) y habrá nuevos empleos (1,3 millones). En total, entre 8,8 y 10 millones de
nuevos empleos disponibles para los jóvenes hasta 2025, según un estudio
de la Fundación BBVA e Ivie. Pero el 98% de esos empleos van a ser
solamente para los que estén más formados: más de la mitad (58,4%) para los que tengan educación superior
(estudios universitarios o FP Superior), un 39,3% para los que tengan estudios
medios (bachillerato o FP) y sólo el 2,3% para los que sólo tengan la formación
básica obligatoria (ESO), según dicho estudio. Así que los que abandonen sus estudios estarán
aún más condenados al paro.
En resumen, hay que frenar
el abandono escolar y recuperar
a buena parte de los que se han ido. Y eso requiere Planes, dinero, profesores, medios
y tiempo. Y que todos nos tomemos la
formación, sobre todo de los jóvenes, como el gran reto nacional, la
clave para conseguir más y mejores empleos. Nos
jugamos mucho con la educación: el futuro de nuestros hijos y nietos. Y por
eso, el enorme abandono escolar es uno de nuestros grandes fracasos como país.
Si no lo resolvemos, nos estamos cargando el
futuro de los jóvenes, ya de por sí bastante preocupante. Así de claro.
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