La mitad de los españoles salen estos días de vacaciones, mientras otro 45% no pueden cogerse ni una semana por
la crisis, según el INE. Los que salgan se van a encontrar el cartel de “completo” en muchos lugares, sobre todo de la costa
mediterránea y andaluza, porque este año hay
más españoles que viajan y porque será otro verano récord de extranjeros, principalmente
británicos, franceses y alemanes. Eso sí, mucho es turismo barato, de
extranjeros que vienen sin viaje organizado, a apartamentos ilegales. De hecho,
el gasto por turista lleva 25 meses
cayendo y ronda los 116 euros
diarios. Y se concentra en 6 autonomías, mientras las 11 restantes sólo
captan un 10% de turistas e ingresos. España es la tercera potencia turística
mundial, tras Francia y USA, pero nuestra primera industria precisa
una reconversión a fondo, para conseguir más turismo fuera del verano y de la costa, un turismo de más calidad,
que
gaste más y cree más empleo.
enrique ortega |
Siempre creemos que toda España se va a vacaciones
en verano, pero casi la mitad no las cogen nunca: el 45% de los hogares
españoles (8,3 millones de familias) no puede salir de vacaciones ni
una semana al año, según la Encuesta de condiciones de vida del INE (2014). Un porcentaje que ha aumentado con
la crisis (en 2010 eran el 40,8% de los hogares) y que sube en el sur de España, sobre todo en Murcia (61,5% de hogares
sin vacaciones), Andalucía (59,5%) y Canarias (57,9%), mientras se reduce en
Navarra (sólo 21,4% de hogares sin vacaciones), País Vasco (24,6%) y Madrid
(28,9%), según el INE.
En Europa, sólo el 60% de las familias saldrá de vacaciones
este verano, más que el 54% de 2014, según el Barómetro IPSOS Europ Assistance. Un 43%
saldrá una sola vez en Europa (y el 17% varias veces), frente al 42% en España, el 48% en Italia, el 46%
en Francia, Alemania o Austria, el 40% en Bélgica t el 33% en Reino Unido. El presupuesto
medio para vacaciones de los europeos será este año de 2.390 euros (180 euros más que el año
pasado), siendo el mayor gasto el de
británicos (3.081 euros), alemanes (2.457 euros) y franceses (2.181 euros)
y el más bajo el de españoles (1.719
euros) e italianos (1.708 euros). Cuatro de cada diez europeos prefieren pasar
las vacaciones en su país, siendo
los que menos salen los españoles (66%
veranean aquí), italianos (62%) y franceses (56%) y los que más viajan al
extranjero los británicos (59%), alemanes (61%), austriacos (67%) y belgas (71%).
Este año se recupera el turismo de los españoles, la mitad del negocio turístico, por primera vez desde 2010. Los
hoteleros han visto un aumento de la ocupación en Semana Santa y primavera y
esperan un verano con muchos más
españoles en hoteles y apartamentos, sobre todo en la costa mediterránea y
andaluza, en la cornisa cantábrica, en Madrid y algunas zonas de Castilla y
León. Eso sí, los que viajen comprobarán que han subido los precios este año, entre un 5 y un 10%, tanto en los hoteles
y apartamentos como en los servicios (restaurantes y ocio), tras años de
caídas. El sector
espera un aumento del 10% en la ocupación
hotelera de los españoles, con estancias de pocos días, una semana
de media.
Los españoles que salgan de vacaciones se van a encontrar este
verano con otro récord de turistas extranjeros, la otra mitad del negocio
turístico: se espera que nos visiten más de los 24 millones de extranjeros que vinieron el verano pasado. Quizás haya una ralentización del turismo británico (15 millones en 2014,
el 23% de todos los turistas), pero se espera un aumento de los turistas franceses (10,6 millones, el 16% del
total), alemanes (10,4 millones en
2014, el 16% del total), belgas, italianos y suizos (su moneda se ha
fortalecido mucho), mientras bajarán los turistas portugueses y, sobre todo rusos (por la devaluación del rublo y
las sanciones europeas), que se desvían a Turquía. Y se espera que crezcan los turistas procedentes de Norteamérica, Latinoamérica y Asia (China, Japón y Corea del sur).
Este verano habrá otro récord
de turistas por varias razones. Primera, porque seguiremos recogiendo turistas que antes
iban al norte de África (Túnez y
Egipto), a Grecia y Turquía y que
ahora optan por la seguridad de España, sobre todo en Canarias y Andalucía.
También ayuda y mucho la debilidad del euro, que se ha depreciado un 17% en el último año, lo que atrae a
turistas con monedas más fuertes, como británicos, nórdicos, suizos y
norteamericanos. En tercer lugar, ayuda también el petróleo barato, que ha
rebajado los billetes de avión (y el 82% de los turistas que vienen a España lo hacen por vía
aérea). Por último, también ha mejorado
este año la economía de los principales turistas europeos, sobre todo británicos, alemanes y franceses, aunque no la de
italianos y portugueses.
El problema de fondo es que se baten récord de turistas pero gastan menos, porque aumenta el
turismo barato. De hecho, el ingreso medio por turista lleva 25 meses
cayendo, según la patronal turística Exceltur: los ingresos turísticos totales han crecido un
2,6% hasta abril, según el Banco de España, pero como los turistas han crecido
un 4,4%, en realidad el gasto medio ha caído un 1,9%. El gasto medio por turista es de 968 euros (enero-mayo), según Egatur, y como la estancia media es de 8,34 días, el gasto medio diario es de 116 euros. Un
gasto bajo, que es menor entre los turistas que más nos visitan: británicos (102
euros diarios), franceses (94 euros) y alemanes (103 euros), mientras gastan
más norteamericanos (158
euros diarios), nórdicos (123 euros)
y sobre todo chinos (785 euros
diarios).
Los turistas
extranjeros gastan menos porque está creciendo el turismo low cost, según los hoteleros de Exceltur. Por
un lado, aumentan los turistas que llegan en vuelos de bajo coste, que
gastan bastante menos (77 euros diarios) que los que llegan en vuelo normal
(108 euros diarios). Y por otro, la mayoría de turistas viene
sin viaje organizado, por su cuenta (66,5%), y muchos vienen a apartamentos
de alquiler no regulados (apartamentos
“piratas”), donde gastan mucho menos (68
euros diarios) que los que vienen a hoteles o apartamentos regulados (108 euros diarios). Así que el perfil del turista medio sería un
europeo que llega en vuelo low cost y se aloja en un apartamento ilegal, gastando
poco. Y además, la mayoría de lo que gasta no se queda en España: el pago del
billete y del hotel lo hacen a agencias y tour operadores extranjeros
(británicos y alemanes), que controlan el turismo español.
España es la tercera potencia turística del mundo, tras Francia y EEUU, y este año volverá a batir todos los récords, con 68 millones de turistas extranjeros, 3 millones más que en 2014.
Pero no
basta con la cantidad: hay que
conseguir que vengan más turistas, pero sobre todo que
gasten más, lo que implica buscar más turistas de fuera de Europa,
sobre todo de América (Norteamérica y Latinoamérica), Asia y oriente Medio, que
gastan más. Precisamente, un problema del turismo español es que
está muy concentrado en Europa, de donde proceden el 89% de los turistas. Y
otro problema es que más del 80% del turismo está dirigido al turismo de sol y
playa, concentrado sólo en 6 autonomías (Canarias, Andalucía, Cataluña, Baleares,
Madrid y la Comunidad Valenciana), que se llevan el 90,7% del turismo
extranjero. Y los nuevos turistas que
habría que captar, desde chinos a árabes o norteamericanos, no
buscan sol y playa, sino cultura, compras, deporte o gastronomía.
Se impone pues dejar de hacer triunfalismo con los récord
de turistas y buscar consolidar el futuro del turismo, la
primera industria del país, para conseguir más ingresos y más empleo:
se crea poco (1.560 nuevos empleos en
2014), muy precario (75% temporal y
la mitad a tiempo parcial) y muy mal
pagado (13.851 euros anuales, 8.846 euros menos que la media salarial española),
según un informe de CCOO.
El sector turístico propone trabajar en dos frentes, con ayudas fiscales y financiación (créditos baratos de España y la UE, aprovechando las inversiones del futuro Plan Juncker). Por un lado, con una profunda reconversión del turismo de sol y playa, renovando instalaciones (muchas de los años 80 y 90) y mejorando la oferta, como se ha iniciado en Baleares. Y por otro, configurar una oferta de turismo alternativo, atractivo y de calidad, asentado en la cultura, la gastronomía, los negocios, el deporte o la salud, para atraer turistas todo el año, a toda España. Y para ello, además de ayudas y créditos, hace falta mejorar las herramientas de venta, potenciando al máximo las posibilidades de Internet (reservas, aplicaciones, ofertas), un camino para que el turismo español no dependa tanto de los tour operadores extranjeros (traen a 4 de cada 5 turistas). Y como colofón, dedicar más recursos a la promoción turística fuera de Europa.
El sector turístico propone trabajar en dos frentes, con ayudas fiscales y financiación (créditos baratos de España y la UE, aprovechando las inversiones del futuro Plan Juncker). Por un lado, con una profunda reconversión del turismo de sol y playa, renovando instalaciones (muchas de los años 80 y 90) y mejorando la oferta, como se ha iniciado en Baleares. Y por otro, configurar una oferta de turismo alternativo, atractivo y de calidad, asentado en la cultura, la gastronomía, los negocios, el deporte o la salud, para atraer turistas todo el año, a toda España. Y para ello, además de ayudas y créditos, hace falta mejorar las herramientas de venta, potenciando al máximo las posibilidades de Internet (reservas, aplicaciones, ofertas), un camino para que el turismo español no dependa tanto de los tour operadores extranjeros (traen a 4 de cada 5 turistas). Y como colofón, dedicar más recursos a la promoción turística fuera de Europa.
Además, los hoteleros
están muy preocupados con la competencia desleal que
les hacen los apartamentos no regulados,
particulares que alquilan sus casas a
extranjeros, un fenómeno que se ha disparado gracias a Internet: de hecho,
hasta mayo, la demanda en apartamentos no reglados ha crecido un 24,5% mientras
que la demanda en hoteles y apartamentos reglados crece un 3,3%. Y los
hoteleros estiman que hay 2,7 millones de plazas en apartamentos no regulados
frente a 2,4 millones de plazas reguladas (hoteles, apartamentos, casas rurales
y campings). Piden medidas urgentes al Gobierno y a las autonomías, para regular estos alojamientos irregulares o
cerrarlos. Y aseguran que si no se hace, se perderán 2.250 millones de
ingresos turísticos, 39.800 empleos y 742 millones en impuestos entre 2015 y
2018.
La vaca del turismo sigue dando leche y
contribuyendo más que nadie a la recuperación de la economía (+3,6% de aumento del PIB turístico en 2015) y del empleo. Pero si no se toman medidas, antes o después “se secará”. Ya hay un dato
preocupante: está cayendo el gasto medio por turista desde hace más de dos
años, porque lo que más crece es el
turismo barato. Así que hace falta hacer
un alto en el camino, entre tanto record año tras año, y plantear con el sector
un Plan de futuro para el turismo, a
10 o 20 años, para consolidarlo y asegurar su porvenir. Necesitamos el turismo de sol y playa,
pero hay que complementarlo
con un turismo de calidad que nos visite durante todo el año. Debe ser el reto de los próximos años. No sólo presumir
de récords de turistas.
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