El Gobierno ha
vuelto a echar las campanas al vuelo:
en primavera se ha creado más empleo que
nunca en los últimos 10 años. Es verdad. Pero también lo es que se han creado 100.000
empleos menos de los que esperaban los expertos: 411.800 empleos, casi igual que los creados en la primavera de
2014, a pesar de que ahora crecemos el
doble. Y siguen siendo empleos
precarios, temporales y por horas, muy mal pagados. Además, el
paro ha bajado menos que el año pasado, porque aumentan los españoles que
buscan trabajo. Con ello, todavía hay
5.149.000 parados, un 22,39% de españoles, el doble que en Europa. Y lo más
grave: más de la mitad (el 58,16%), casi 3 millones de parados, no cobran nada.
Y dos tercios de los parados llevan más de 1 año sin trabajo (y 2,3 millones,
más de 2 años), la mayoría con poca
formación, lo que les impide encontrar empleo. Así que no estamos para tirar cohetes.
La primavera suele ser un buen trimestre para el empleo, por el turismo (Semana Santa y puente de mayo), las tareas agrícolas y la contratación previa al verano y las rebajas. Y como ahora la economía crece el doble que el año pasado, se esperaba superar los 500.000 nuevos empleos (516.000 esperaban Asempleo y AFI). Pero no ha sido así: se han creado 411.800 empleos en el segundo trimestre, según la EPA, el mayor aumento en un trimestre desde 2005 pero poco más que en el segundo trimestre de 2014 (+402.400 empleos). Los datos de afiliación a la Seguridad Social ya anticiparon que en junio se ralentizaron las contrataciones, por el final del curso escolar y las tareas agrícolas.
enrique ortega |
La primavera suele ser un buen trimestre para el empleo, por el turismo (Semana Santa y puente de mayo), las tareas agrícolas y la contratación previa al verano y las rebajas. Y como ahora la economía crece el doble que el año pasado, se esperaba superar los 500.000 nuevos empleos (516.000 esperaban Asempleo y AFI). Pero no ha sido así: se han creado 411.800 empleos en el segundo trimestre, según la EPA, el mayor aumento en un trimestre desde 2005 pero poco más que en el segundo trimestre de 2014 (+402.400 empleos). Los datos de afiliación a la Seguridad Social ya anticiparon que en junio se ralentizaron las contrataciones, por el final del curso escolar y las tareas agrícolas.
El empleo se ha creado
sobre todo en los servicios (+291.700), por el turismo, la hostelería y el
comercio, aunque también creció en la industria (+64.800), la construcción
(+32.300) y la agricultura (+23.000). Dos de cada tres nuevos empleos se han
creado en Andalucía (+124.700), Baleares (69.900) y Cataluña (+51.800),
mientras el empleo bajaba en el País Vasco (-5.700) y Asturias (-3.300). La
mayoría de los nuevos empleos se los
llevan los hombres (58,6%) y sobre
todo los mayores de 40 años
(+264.000 empleos), mientras los más
jóvenes, los menores de 30 años sólo consiguen 15 de cada 100 nuevos
empleos. Y un 83% de los nuevos contratos son temporales.
Se crea empleo, sí,
pero muy precario. En lo que va de 2015,
un tercio de todos los nuevos contratos
son temporales a tiempo parcial. Los contratos
temporales son ya el 92,65% de los nuevos contratos y su duración es cada
vez menor: en 2014, la duración media de los nuevos contratos fue de 53,3 días,
según un informe del CES. Y en 2015, el 24,4% de los nuevos contratos duran 7 días o menos.
Y crecen los contratos a tiempo parcial,
inferiores a la jornada de 8 horas: ya suponen el 15,7% de todos los contratos,
un porcentaje superior al de Italia (14,8%) o Grecia (11,2%), aunque inferior a
la media OCDE (16,7%). El mayor problema no es sólo que haya muchos contratos por
media jornada (o menos), sino que se
hacen porque los parados no encuentran empleos a jornada completa: el 64,6%
de los que tienen contratos a tiempo parcial querrían trabajar más horas. Son 2,2 millones de españoles subempleados,
el 9,1% de los trabajadores, una tasa que
duplica la de la Unión Europea (4,5%), donde somos el país con más
subempleo tras Chipre, según Eurostat.
Un empleo precario y, claro, peor pagado. Los españoles que tienen
un empleo temporal (25,2% de los
asalariados) ganan un tercio menos
que los trabajadores fijos, según las estadísticas del INE. Y los que tienen un trabajo
a tiempo parcial, por horas, ganan
un 38,2% de lo que ganan los que trabajan a tiempo completo. No sólo porque
trabajen menos horas sino porque también ganan menos por hora: 10,70 euros
frente a 16,11 euros, según el INE. Así se explica que aumenten
los trabajadores pobres, aquellos que tienen un empleo pero que apenas consiguen subsistir: son ya 1.815.762
trabajadores
pobres, 1 de cada 8 asalariados, el 12,3%, el mayor porcentaje en Europa tras Rumanía 19,1) y Grecia (15,1%).
Y vayamos a las cifras de paro de la EPA,
que ha bajado sólo en 295.600 personas
en el segundo trimestre, menos que los
empleos creados (+411.800) porque en paralelo han aumentado las personas que
buscan trabajo, tanto los jóvenes como los mayores que antes no
buscaban y ahora buscan (mujeres). Es un indicador
de lo que va a pasar en el futuro:
puede crecer el empleo pero como también habrá más gente que ahora “se anime” a
buscar trabajo, la cifra de paro puede bajar más lentamente. De momento,
tenemos 5.149.000 parados,
el 22,39% de los españoles, el doble de paro que Europa (11,3%
en la zona euro). Y esa tasa sube al 32,3% entre los menores de 35 años y al 50% entre los más jóvenes.
Los datos del paro revelan tres hechos preocupantes de los que apenas se habla. Uno, que hay cuatro autonomías donde el paro supera o roza el 30%:
Melilla (36,35%), Andalucía (30,98%), Canarias (30,3%) y Extremadura (29,56%),
seguidas de cerca por Castilla la Mancha (27%), Murcia (24,77%) y Ceuta
(24,59%), mientras tienen un paro “casi europeo” Navarra (12,55%), el País Vasco
(15,98%), la Rioja (16,39%) y Madrid (17,66%). El segundo, que todavía hay 1.657.500 hogares donde todos están
parados. Y el tercero y más grave, que más
de la mitad de los parados siguen sin cobrar el desempleo: en mayo, sólo cobraban algún subsidio público 2.154.701 parados, el 41,84% de los parados EPA. Y
de ellos, sólo un tercio (757.435 parados) cobraba un subsidio contributivo, de
801,50 euros mensuales (63,20 euros menos al mes de lo que estos parados cobraban
cuando Rajoy llegó al Gobierno). Y los dos tercios restantes cobran un subsidio
de 426 euros. Así que hay casi 3 millones de parados, la mayoría
(el 58,16%), que no cobran nada. Y hay cinco autonomías donde casi dos tercios de los parados no cobran nada:
Melilla (73,9% parados no cobran), Murcia (66,1% no cobran), Castilla la Mancha (62,6%), Madrid (62,5%) y Canarias (61,8%). Curiosamente, cuatro
de las cinco regiones eran gobernadas hasta mayo por el PP.
Con todo, el mayor problema
de fondo del paro es que la mayoría de los parados llevan más de un año sin trabajo y eso les
resta posibilidades de encontrarlo: tienen un 6,7% frente al 26,5% del
resto, según un estudio de Asempleo. Con la
EPA de hoy
sabemos que 3.186.100 parados llevan más
de un año sin trabajar, un 61,8 % de
todos los parados (frente al 49,3% en la UE-28). Y de ellos, 2,3 millones
llevan más de dos años (y 1,4 millones
más de 3 años), un colectivo que tiene muy difícil acceder a los nuevos
empleos. Sobre todo si tienen más de 45 años (2 millones de parados) y
además tienen poca formación. De hecho, los datos de la EPA son
estremecedores: 2.823.100 parados, más de la mitad del total (54,82 %) tienen
baja formación, ya que no han terminado la educación secundaria. Y encima, sólo 1 de cada 6 parados hace cursos de
formación. Así, se pueden “eternizar” en el paro.
Todos estos son datos reales y oficiales, que no
aparecen en los análisis triunfalistas del Gobierno (ni de la oposición: así
nos va). Rajoy ha prometido crear este año 602.000 nuevos empleos y de momento lleva 297.500 (a los
411.800 creados en el segundo trimestre hay que restar los 114.300 perdidos en
el primero). Puede cumplir y llegar a diciembre con la cifra de ocupados que ha prometido: 18.171.400 (le falta crear
304.900 empleos en dos trimestres: es
factible). Con ello, se presentaría
a las elecciones con 18.400 españoles más trabajando que cuando llegó al poder en 2011. Y así espera ganarlas. Claro que no dirá
que todavía falta recuperar dos tercios
del empleo perdido, otros 2,58 millones de empleos, para que haya en España
tanta gente trabajando como antes de la crisis (20.753.400 ocupados en 2007). Y
tampoco dirá que el paro que espera en diciembre de 2015 (4.866.600 parados, un 21,1% de los españoles) es
la segunda mayor tasa de paro del mundo, totalmente inaceptable,
máxime si la mitad de los parados no cobra y no tienen futuro, porque llevan demasiado
tiempo en paro y además no tienen formación como para optar a un empleo.
Así que menos triunfalismo y más medidas para afrontar el problema que más
preocupa a los españoles, el paro. Lo primero es conseguir crear más empleo y de mayor calidad. Para eso
hay que crecer más y sobre todo de una forma más competitiva, porque si no, no
crearemos empleo suficiente. Según un análisis del Banco de España, la previsión es que España crezca una media del 1,5%
en la próxima década (2014-2016), bastante
menos que antes de la crisis
(crecimos un 2,8% de media en 1.991-2000 y otro 2,9% en 2001-2008), debido a
nuestro problema demográfico (faltará mano de obra) y a la falta de capital (si
no hay más ahorro, no nos podremos endeudar como antes). Y al crecer menos, el Banco de España prevé que se creará menos
empleo: un +0,4% anual entre
2014 y 2026, que sería la cuarta parte del empleo creado antes de la crisis
(+1,8 % entre 2001 y 2008) y un tercio del creado antes (+1,2% creado en
1991-2000). En resumen, que si no se hace nada especial, la tendencia es crecer poco
y crear poco empleo en la próxima década.
Por eso, el futuro
Gobierno debería tomarse en serio crecer más y crear más empleo, para poner el paro a nivel europeo en una década. Eso pasa por hacer otra política, en España y en Europa. Aquí, obligaría a una mayor
inversión pública, con apoyos para reformar el modelo económico y promover un
crecimiento apoyado en la industria,
la exportación, un turismo remozado, la innovación y la tecnología, con un país más competitivo y empresas más grandes y que creen
más empleo. Para lograrlo, es básico conseguir más ingresos públicos, para
ayudar a la economía y a las empresas a “dar el salto”. Y eso es posible si
España recauda más, como Europa, reduciendo el fraude y subiendo los impuestos
a multinacionales, grandes empresas y mayores fortunas (se podrían ingresar 50.000 millones más). En paralelo, habría que presionar para
que Europa reanimara la economía,
con más consumo e inversión en la Europa del norte y más inversiones (Plan Juncker) en la Europa del sur.
Pero no es suficiente. Si se consigue
crecer más y crear empleo, la mayoría no llegará a la mitad de los parados, los que llevan más tiempo en
paro y tienen poca formación. España tiene que potenciar las políticas activas de empleo, como recuerda periódicamente Bruselas y la OCDE.
Hay que gastar más dinero en colocar a
los parados, después de que Rajoy recortara un tercio el presupuesto para
políticas activas de empleo (de 7.714 millones en 2011 a 4.746 en 2015). Gastamos menos que los países nórdicos o de centro Europa que tienen una tercera
parte de paro. Y además, lo gastamos mal: las oficinas de empleo (SPE) no tienen medios (1 funcionario por cada 269
parados frente a 1 por 47 en Alemania, 1 por 36 en Dinamarca o 1 por 22 en
Reino Unido) y funcionan mal, sin ayudar a los parados a encontrar trabajo (sólo coloca al 2%). Y como no cobran subsidio, muchos se borran del paro.
En resumen, que es
positivo que se cree empleo y baje el paro, pero queda mucho por hacer. Y
que hay que ser más agresivo con la
política económica si queremos que España no tenga el doble de paro que
Europa durante muchas décadas más. Dejen tanto
triunfalismo y afronten, unos y otros, el problema que más nos preocupa a todos.
Ya.
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