España es un país de propietarios, pero la
crisis ha obligado a muchos jóvenes y
familias a pasarse al alquiler,
que ha crecido a niveles de hace 20 años
(13,5%), aunque estemos muy lejos de Europa (38% viven en
alquiler). Se alquila más también
porque hay más pisos en alquiler,
porque no se venden, y, al haber más oferta, han bajado los alquileres un
31,5 % desde 2007. Pero ojo, sólo bajan un 6,5% de todos los alquileres,
los más caros y los de la periferia de
las ciudades. Con todo, mucha gente no
puede pagar un alquiler (665 euros de media), más después de que el Gobierno Rajoy haya reducido o quitado
(jóvenes) ayudas al alquiler. Por
eso crecen los desahucios y la
demanda de alquileres sociales (150 euros), para jóvenes y parados, pero apenas
hay. Harían falta un millón para equipararnos con
Europa. Sobran viviendas vacías y faltan
alquileres asequibles. El drama de la
vivienda en España.
enrique ortega |
Con esta larga crisis,
muchos españoles han dejado de soñar en comprar un piso (como sus padres) y
se conforman con poder vivir
de alquiler. Y así, en la última década hay 824.000 viviendas en alquiler más: de los 18 millones de
viviendas censadas, 2.438.574 están en alquiler (13,5% en 2011 frente a
11,4% en 2001), según el último Censo
del INE. Volvemos así a los niveles
de alquiler de antes
del boom inmobiliario (13,9% alquiler en 1991), aunque todavía lejos
del 18,8% de españoles que vivían en alquiler en 1981. Donde más ha crecido el alquiler ha sido en Castilla la Mancha y Navarra, aunque las autonomías
con más alquileres son Melilla
(24,1%), Baleares (21,6%), Cataluña (30% en Barcelona y 27,6% en
Girona), Ceuta (19,3%), Madrid (17,4%) y Canarias (16,2%). Y todavía están por debajo del 10% de alquileres las
más pobres (Extremadura, Andalucía, Castilla y León o Cantabria) y el País Vasco.
Hay más
alquiler porque hay más pisos
que se alquilan (con la crisis no
se venden) y porque esta mayor
oferta ha bajado los alquileres: un 5,7% en 2013 y una caída del 31,5% desde mayo
de 2007, según Fotocasa
(caída menor al 41,3% que han bajado los precios
de venta de las viviendas). Con ello, el precio medio del alquiler está en 6,93 euros por metro cuadrado y el alquiler medio se sitúa en 665 euros al mes.
Pero no todos los
alquileres han bajado: en 2013 sólo
habían bajado un 6,45% de los
alquileres, según un análisis de 200.000 alquileres realizado por enalquiler.com.
Y de 255 municipios analizados por Fotocasa
en 2013, los alquileres subían en 59, entre ellos en San Sebastián,
Bilbao, Barcelona, Palma, Guadalajara, Las Palmas, Logroño, Cáceres y Ciudad
Real. Bajan
más los alquileres más caros y de la periferia de las ciudades,
mientras se resisten a caer los
alquileres de casas pequeñas en el centro de las capitales.
En cualquier caso, se
multiplican los inquilinos y caseros que están renegociando el alquiler, forzados por la crisis y
por el exceso de oferta. Ahora es más fácil, ya que no están obligados a revisar el alquiler con el IPC
y porque los propietarios (que no
consiguen vender su piso) ven cada vez más
rentable alquilarlo, una vez que la última Ley
de Fomento del alquiler (que entró en vigor en junio de 2013) les da más seguridad jurídica, al agilizar los procedimientos para desahuciar
a un inquilino si no paga (en 10 días). Todo apunta a que en 2014 volverán a caer los precios
(entre un
5 y un 10% prevén las
inmobiliarias), dado que habrá más pisos en alquiler, porque seguirá siendo difícil
venderlos (no hay demanda ni hipotecas asequibles). De hecho, la
Asociación de Fomento del Alquiler prevé que en estos dos próximos años se incorporen al mercado de alquiler 500.000
viviendas ahora vacías.
Con todo ello, el
mercado del alquiler tiene un gran potencial en España, porque estamos aún muy
lejos de Europa: tenemos un 13,5% de viviendas en alquiler, frente al
38% en la UE y al 46,6% de Alemania. Pero también porque la crisis está cambiando
la mentalidad de los españoles: un 52% de jóvenes ya no quieren comprar y ven el alquiler como “su forma de
vida”, según una reciente
Encuesta de enalquiler.com. Pero no nos engañemos: la mayoría de los
que alquilan son extranjeros, emigrantes
(73%) y de los hogares
españoles, sólo el 8,4% viven en alquiler, según el INE. Y la mitad de los
que alquilan son jóvenes, sobre todo
menores de 30 años, que hoy viven ya casi tanto en alquiler (39%) como en
propiedad (42,5%).
El problema es que
la
crisis ha atacado duramente a estos dos colectivos, emigrantes y jóvenes, que optan por volverse a sus países o con sus padres.
De hecho, más de un tercio de los jóvenes entre 25 y 34 años viven con sus padres (36,4%), según el INE. Sin ingresos o sin un trabajo estable para alquilar. Lo mismo
que la mayoría de los casi 6 millones de parados.
Eso está creando una bolsa de personas (emigrantes, jóvenes, parados y subempleados)
que ni siquiera pueden vivir de alquiler,
que no pueden pagar un alquiler de 650 a 900 euros. Y por eso han aumentado
los desahucios por impagos.
El problema de
estos colectivos para alquilar se agrava
porque el Gobierno Rajoy ha recortado
las ayudas al alquiler. Por un lado, en junio de 2013 suprimió
las ayudas a los jóvenes para que alquilaran (ayudas de 266 euros
que recortaron a 200 euros en diciembre de 2011 y a 147 en julio de 2012) y de
las que se beneficiaron más de 300.000 desde 2008. Por otro, endureció
las nuevas ayudas al alquiler, bajando el tope (de 288 a 200 euros),
ayudando sólo a alquileres inferiores a 600 euros (en Madrid y Barcelona apenas
hay) y restringiendo los ingresos para recibirlas (532 € los solteros, 1.118 €
una familia con dos hijos). Además, el Gobierno liquidó
la
Sociedad Pública de Alquiler y redujo las ayudas fiscales a inquilinos (10,05%) y propietarios
(60%), al limitar su base imponible (menos 24.107 €). Y como remate, el Plan
de Vivienda 2013-16 solo destina 65 millones al año para ayudas (30%) a instituciones y empresas que promuevan viviendas en
alquiler, lo que da para 2.000 viviendas al año. Una miseria para un país
que sólo tiene un 2% de vivienda pública
en alquiler, frente al 15% de Francia o Reino Unido.
En España sigue habiendo un problema serio de vivienda,
lo que obliga a ayudar a muchas familias
para facilitarles que alquilen. Pero hay otras muchas que no pueden alquilar un
piso “normal”, de 650 a 900 euros, porque tienen que vivir
con menos. Para ellos (parados, emigrantes, jubilados y muchos jóvenes)
sólo queda la opción del alquiler
social, hasta 150 euros
mensuales. El problema es que apenas hay: España sólo tiene un
1% de alquileres públicos sociales, frente al 20% o más en Francia, Reino Unido, Holanda, Austria, Finlandia o
Dinamarca. Y Alemania
paga el alquiler a los parados de larga duración. Mientras, autonomías
y Ayuntamientos están desbordadas de peticiones de
alquileres sociales.
Para ponernos a nivel
europeo, España debería promover un
millón de alquileres sociales. Se
puede. Por un lado, incorporando
al parque público de alquiler las 15.000
viviendas de protección oficial (VPO) vacías, que no se venden. Por
otro, sumando las 76.000 viviendas
vacías del banco
malo (SAREB), que se quieren
vender a fondos extranjeros para que especulen. Y dando suelo gratis y financiación barata a Ayuntamientos, ONGs y
Fundaciones para promover pisos de
alquiler social. Con 1.000 millones
(la octava parte de lo perdido
con NovaGalicia Caixa), se podrían hacer 20.000 viviendas sociales de
alquiler al año. En total, se podría
tener en cinco años un parque público de 200.000
viviendas de alquiler social, para cubrir las necesidades más urgentes.
El alquiler crece sí,
pero para el que pueda pagarlo. Y
para el resto, cada vez más familias
y jóvenes, sólo queda buscar la caridad, vivir con los padres, el desahucio o
la patada en la puerta. La vivienda es un
derecho constitucional y habría que asegurarlo, a
unos con ayudas para que paguen los alquileres
de mercado y a otros, facilitándoles alquileres
sociales baratos, que hoy no
existen. Mientras, hay 3,5 millones de pisos
vacíos. Una locura.
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