La Comisión Europea
y la OCDE han dinamitado la estrategia
económica de Rajoy: la recesión en España
será mayor de la esperada y no cumpliremos
los objetivos de déficit público ni
este año ni el que viene ni en 2014, según sus últimas previsiones. Y como Bruselas no dará marcha atrás en sus delirios de austeridad, nos tememos lo
peor: que nos obligarán a hacer más
recortes, este año, el próximo y en 2014. Una receta que nos llevará a más recesión, más paro y… más déficit.
Pero hay otro camino, con dos vías.
Por un lado, retrasar dos años más,
hasta 2016, el objetivo de déficit
del 3%, como dice el FMI y sugiere la OCDE. En
paralelo, recaudar más: se pueden conseguir 50.000 millones extras luchando contra el fraude y haciendo que
paguen más impuestos las empresas con beneficios y los más ricos. Así también baja el déficit.
Las previsiones
de otoño de la Comisión Europea
no se creen las previsiones
del Gobierno Rajoy: estiman que la recesión
será más profunda en 2013 (-1,4%
frente al -0,5%), con una mayor pérdida de empleo (-500.000 frente a -37.000) y más paro (26.6% frente a 24,3%). En consecuencia, caerá la
recaudación y España no podrá recortar
el déficit lo
previsto por el Gobierno, ni este año (estiman un déficit del -8,0% del PIB frente al 6,3% de los
Presupuestos), ni el que viene (-6%
frente al 4,5% presupuestado) ni en 2014 (-6,4%
frente a -2,8%). Y lo mismo señalan las previsiones de la OCDE publicadas ayer: menos crecimiento en 2013 (-1,4%), más paro (26,8%, unos 6,2 millones de parados) y más déficit público (-6,3% en 2013 y -5,94% en 2014).
En consecuencia, España
tendría que recortar
aún más de lo presupuestado para cumplir con el objetivo de déficit del 3% en 2014: 17.000 millones más este año, otros 15.000
extras en 2013 y lo peor, 34.000 millones de recortes en 2014. Algo imposible,
ya que no hay mucho más margen de recortes en pensiones, desempleo,
sanidad, educación, servicios sociales y empleo público sin crear una
fractura social similar a la de los desahucios. Y suicida
porque si se hicieran esos recortes, la
economía entraría en una recesión más profunda, con aún menos consumo e
inversión, más paro y menos recaudación. O sea, más déficit.
Antes de que Bruselas
nos fuerce a más recortes, hay que buscar
otro camino: recaudar
más, algo que es posible. En 2007, España
ya recaudaba menos que el resto de Europa: un 41,6% del PIB frente al 46%
de media UE. Y con la crisis, España es
el país europeo donde más han caído los ingresos fiscales: al 35,1% del PIB
en 2011, frente al 46% que se han mantenido en Europa. Eso quiere decir que el
país recauda un 11% menos del PIB que el resto, 110.000 millones que
se pierden cada año por no recaudar como los demás. Y no es porque los que
pagamos impuestos paguemos menos (pagamos
igual o más, según países), sino
porque hay mucho fraude y se recauda
menos por empresas, IVA, multinacionales y grandes fortunas.
La recaudación por sociedades
(empresas) ha
caído a la tercera parte con la crisis (de 44.823 millones en 2007 a
16.601 en 2011) y no sólo porque a las empresas les vaya peor, sino porque en
2006 y 2010, el Gobierno Zapatero les dio una serie de “regalos fiscales” en
forma de exenciones, deducciones, desgravaciones y libertad de amortización. El
resultado es que aunque el tipo nominal de sociedades es el 30%, el
tipo efectivo ha caído del 23,1%(2005) al 15,3%(2010). Y los grandes grupos (unos 3.000) pagan un 5% de impuestos sobre beneficios,
menos que un mileurista, mientras las
pymes pagan del 21 al 25%. Y aunque
el Gobierno Rajoy les ha quitado
muchos beneficios fiscales, aún pagan
menos que la mayoría de los contribuyentes por el IRPF. Y las multinacionales, españolas y
extranjeras (como Google
o Apple, que facturan desde Irlanda), no pagan apenas impuestos en España : sólo con las tecnológicas, Hacienda deja de ingresar 1.000 millones al año (Montoro acaba de crear una oficina especial para fiscalizar multinacionales). Un mal que sufren EEUU y toda Europa, según acaba de denunciar el G-20.
En IVA, sólo el
42% de los bienes están gravados al tipo general del 21%, frente el 82% en
Alemania o el 56% en Italia. En el IRPF,
aún hay muchas deducciones
y desgravaciones discutibles: por planes de pensiones, loterías, compra
de vivienda (sólo se quita en enero para las nuevas compras y nos cuesta 5.000
millones anuales). Las SICAV
son una vía legal para que escapen de pagar impuestos las grandes fortunas (pagan el 1%) y los millonarios tienen muchas vías de “evasión
legal”, como Rafael
Nadal, que sólo pagó un 1% de impuestos por 56 millones de activos al
tener domicilio fiscal en San Sebastián hasta 2011.
Al final, el Gobierno
podría ingresar 50.000 millones más al año, por tres vías. La primera, reduciendo el fraude fiscal: la economía
sumergida supone en España un 23,3% del PIB, un 10% más que en países como
Francia o Alemania. Sólo recortar un
tercio el fraude fiscal permitiría ingresar 20.000 millones más,
aunque para ello, además de la nueva
Ley contra el fraude (31 de octubre), hacen falta más medios: más
inspectores (tenemos un funcionario por 1.928 personas frente a 1 por
712 en Alemania) y más
presupuesto (España gasta la quinta parte que Alemania y la tercera
parte que Francia en combatir el fraude), que ha sufrido también los recortes (-72 millones entre 2012 y
2013).
La segunda vía sería reducir
“el fraude legal”: subir el tipo efectivo en sociedades (+10.000
millones), ampliar los productos que pagan el IVA general (+5.000) y recortar
deducciones en renta (+5.000). Y la tercera, introducir nuevos impuestos, para que paguen más los que pueden hacerlo: un impuesto a las transacciones financieras (tasa
Tobin), apoyado por la mayoría de Europa (+4.000 millones), un impuesto sobre grandes fortunas
alternativo al impuesto sobre el patrimonio (+4.500 millones) e impuestos verdes (+1.000 millones).
En total, los 50.000
millones más. Los técnicos
de Hacienda (GESTHA) creen incluso que se podrían recaudar 70.000 millones más, sin tocar los impuestos de
la mayoría. Con ello, el déficit público
que espera Bruselas para 2013 (6%), se
quedaría en el 1%. Y quedaría un margen
(sobre todo si nos dan dos años más,
hasta 2016, para cumplir con el 3%, como ha sugerido el FMI y la OCDE)
para gastar más en tres frentes ineludibles: bajar
impuestos a los que ganan menos de 25.000 euros (para reanimar el consumo),
gastar más en formación
de parados y empleados (para reciclarlos hacia sectores con futuro) y aumentar las inversiones
públicas en tecnología, educación, industria, exportaciones,
infraestructuras, energías renovables, Dependencia, ayudas a las pymes y al
empleo. Invertir en el futuro, en preparar la salida de la crisis.
No es un cuento de
hadas. Es posible recaudar más, para recortar el déficit y en paralelo
ayudar a salir de la crisis, reanimando la inversión y el empleo. Y con más crecimiento
y más gente y empresas trabajando, más recaudación y menos déficit. Hay que romper el círculo vicioso actual: más
recortes, más recesión, más déficit. Buscar
otro camino: menos recortes y más
recaudación para salir del túnel de la recesión. Se puede y se debe.
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